Posted by : Vaig a Peu miércoles, 31 de octubre de 2018

Sayago, y posiblemente, una parte de Aliste es uno de los museos etnográficos a la intemperie mejor conservados de la Península Ibérica. Su arquitectura se mantiene intacta en un escenario donde la silueta de cortinas, los cigüeñales, sus pozos de agua, los pontones que saltan los arroyos, las chiviteras, los chozos y los caseríos apiñados dan fe de una cultura integrada en un paisaje de granito, encina, brezo y escobales. Todos ellos atravesados por viejas calzadas romanas que conservan mudos, pero no ciegos, los ojos de sus puentes de piedra. Dicen que Viriato, el valiente pastor lusitano que se enfrentó a todo un imperio, habitó estos parajes, incluso hay quien señala su lugar de nacimiento en una aldea sayaguesa, concretamente, en Torrefrades. Limítrofe con Aliste, Portugal y la Tierra del Vino, la comarca de Sayago está enclavada entre los cauces del Tormes y el Duero, con una arquitectura popular de excepcional interés y un Parque Natural, el de los Arribes, que ofrece uno de los paisajes más deslumbrantes de la península. Con estos mimbres no es de extrañar que Sayago sea un destino turístico privilegiado, y que haya sido descrito como un museo etnográfico al aire libre. En esta agreste región, el internacional Duero se encuentra en todo momento vigilado por suaves bancales, trabajados en la orilla portuguesa, casi abandonados en la española. El clima mediterráneo que se disfruta en los profundos valles, de inviernos breves y suaves seguidos de veranos largos, calurosos y de escasas lluvias, ha permitido cultivar especies mediterráneas poco comunes en estas tierras como el olivo, la vid, el almendro o los frutales. Pero para poder cultivar estas importantes pendientes, los agricultores arribeños se vieron obligados a levantar imponentes bancales, terrazas artificiales que aumentaban la profundidad del suelo cultivable y evitaban la erosión producida por las lluvias que arrastraban la tierra.
CÓMO LLEGAR:Desde Aldeadávila por la SA-314, para después de Masueco gira a la derecha dirección Pereña y Villarino para llegar a Trabanca, donde tomaremos la SA-315 para pasar la presa de la Almendra, y continuar por la ZA-315 hasta Cibanal para tomar la ZA-P 2222 hacia Formariz, Palazuelo y llegar a Fariza de Sayago. Se puede aparcar cerca de la Iglesia.
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO:IGLESIA DE FARIZA / PUENTE GRANDE / MOLINO / MOLINO-2 / PUENTE DEL PUERTO / CRUCE IZQ. / FUEBNTE DE NTRA. SRA. / PORTILLA / ERMITA VIRGEN DEL CASTILLO / MIRADOR / MIRADOR LAS BARRANCAS / CAMINO IZQ. / FUENTE MANUAL / CRUZ DEL MISTERIO / CARRETERA / FARIZA.

LA RUTA:Hoy es nuestro último día, mañana regresamos, y para hoy hemos elegido una corta ruta en Fariza de Sayago, en tierras zamoranas, siguiendo el cauce del arroyo del Pisón para llegar a la ermita de la Virgen del Castillo.


Iniciamos desde la iglesia de San Julián, saliendo del pueblo entre viejas casas ancestrales la mayoría de una sola planta y otras enclavadas en pequeñas huertas particulares, hasta enlazar con una ancha calle empedrada.


Ésta nos conduce para cruzar el cauce del arroyo del Pisón por el Puente Grande. Un bonito puente de origen medieval construido con sillares y contrafuertes. En el cauce, dentro de una valla de piedra hay un membrillo con hermosos frutos.


A partir del puente el recorrido está marcado con pinturas y estacas de pequeño recorrido (blancas y amarillas). Giramos a la izquierda dejando las últimas casas del pueblo con terrenos cercados para pastizales.


El paisaje cambia por completo al entrar en la Ribera de los Molinos. Aparecen grandes encinas entre cercados de piedra seca que delimitan el camino. El día anda enmarañado con nubes después de la lluvia de ayer. 


Al ir acercándonos al arroyo vemos ya alguna antigua construcción de lo que fueron molinos de agua. La humedad es creciente y en las piedras de los márgenes y en los troncos de las encinas se muestran musgos y líquenes.


Viene un precioso tramo en el que caminamos junto a la ribera del arroyo del Pisón, donde se ensancha con aguas tranquilas y reposadas de las que emergen plantas acuáticas. Vemos nuevas ruinas de molinos de agua.


El camino hace un brusco giro a la derecha alejándonos del arroyo, vuelven las cercas de piedra con abundante arboleda donde se deja ver algún castaño. Luego giramos a la izquierda formando una “U”
para volver a las aguas.


Cerca de las ruinas de otro molino nos unimos de nuevo al cauce para atravesar un gran roquedo por su parte alta entre grandes bloques y cauce empedrado, pero con aguas remansadas formando algunas pozas.


Entre la maleza y abandonados siguen apareciendo viejas ruinas de molinos. Al ser un cauce llano y de fácil acceso seguramente fue aprovechado industrialmente para la molienda del grano de toda  la comarca.


Hay un tramo de sendero que nos separa un poco de la ribera elevándonos entre rocas que forman una corta calzada de piedras. Luego vuelve a descender continuando por camino herboso y de tierra, siendo la cota mínima de altura.


Llegamos al Puente del Puerto. Es un curioso puente construido con losas apoyadas en muretes de piedra que cruzan el cauce del arroyo. En la otra ribera entre cercas de piedra seca nos alejamos definitivamente del cauce.


Comenzamos a subir levemente y más adelante llegamos a un cruce de caminos balizado. Por la derecha baja a Cozcurrita, que desechamos, y seguimos por la izquierda hacia la ermita, manteniendo el tono de subida.


Poco a poco vamos alcanzando la penillanura cargada de arboleda que nos premia con vistas amplias y generosas  a las hendiduras y precipicios que se van intuyendo en el duro granito que forman los Arribes del Duero.












Marchamos entre colorida arboleda otoñal que alfombra el suelo de hojas y nos deja ver en  la otra vertiente el sendero y el pueblo de Cozcurrita. Llegamos a la Fuente de Nuestra Señora del Castillo, con humedad pero sin agua.


Entramos en ancho recinto cercado de piedra seca de la Ermita de la Virgen del Castillo. En el noroeste de la Península Ibérica hay muchas colinas que se llaman el Castillo. Castillo proviene de castro. Con la llegada del cristianismo en la Edad Media, los antiguos espacios de culto o vivienda se poblaron de cruces o ermitas, en honor a las vírgenes, santos y mártires.


El edificio enlaza con las grandes peñas sagradas de algunas religiones. Sagrado viene de sacrificio, el de Cristo en la cruz sustituye a los realizados en los antiguos altares de piedra; como el que, para algunos autores, existe al lado de la ermita.


Desde arriba tenemos buenas miradas a los Arribes zamoranos del Duero, pasando por una reciente intervención eco cultural que nos ofrece una serie de paneles interpretativos del paisaje y la cultura de la zona.


De camino al Mirador de las Barrancas vemos dos chozos tradicionales arribeños con miradas al Duero. Luego traspasamos una portilla metálica para en unos quinientos metros acercarnos al gran farallón rocoso.


Mirador de las Barrancas. Impresionante atalaya a la amplia hoz que forma a su paso el río Duero. Las miradas llegan a la ribera portuguesa y a la desembocadura del arroyo del Pisón que se ha convertido en un profundo desfiladero.


Fuera de las barandas del mirador buscamos otras posiciones sobre un roquedo que nos da diferentes perspectivas del cauce del río Duero. Regresamos por el mismo camino hacia la ermita que corona la parte alta del cerro.


Sin subir de nuevo a la ermita seguimos por el camino asfaltado, para un poco después girar a la izquierda por una ancha pista de tierra que se adentra por bancales de viña, generadora de grandes caldos arribeños.


Caminamos por una zona de abundante sabinar de piorno escoba, dejando atrás fuente accionada  con una vieja bomba manual de vacío, y luego sobre una gran roca,  la pequeña cruz del misterio tallada en piedra.











El camino desemboca en la carretera, junto a un bosque de grandes encinas cercadas por un muro de piedra seca. Debemos de continuar a la sombra de las encinas junto al muro de piedra que pronto se convierte en sendero.


Es un tramo flanqueado por enormes ejemplares de encina y cercas de fincas ganaderas. En una de ellas, de ganado porcino vigilado por un perro ladrador, tiene un grandioso quejigo de un color teja otoñal.


Seguimos entre parcelas separadas por muretes para pastos pero vacías, hasta que nos sorprende una vista cercana del pueblo de Fariza. Dejamos de verlo para proseguir por el camino con bajada algo más inestable.


Tras los muros de piedra húmedos y musgosos de otra finca vemos pacer varios asnos, que al vernos se acercan a un recodo de la valla para que los acariciemos. Por camino de cemento entramos en las primeras casas del pueblo.










Callejeamos por sus calles y antes de llegar a la iglesia entramos a tomar café en el bar Casa Montse. Sin saberlo estamos ante un museo de fotografías de la serie televisiva “Cuentame”, donde se rodaron algunos capítulos.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:7,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:2:45 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:717 M. (En la ermita)
ALTURA MÍNIMA:654 M. (En el Puente del Puerto)
DESNIVEL POSITIVO:162 M.
DESNIVEL NEGATIVO:163 M.
DIFICULTAD:MODERADA.


De regreso pasamos por el mirador del Salto pero debido a la posición del sol nos es imposible hacer fotos. Nos vamos al Picón del Moro que pese a estar cerrado parcialmente, si logramos unas hermosas fotos.

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