Posted by : Vaig a Peu sábado, 3 de noviembre de 2018

Las rocas carbonatadas del norte del Campo de San Juan, forman parte del sur de un sinclinal muy abierto, que forma un típico modelado en cuesta. Esta disposición en estratos con un buzamiento muy suave, ha facilitado la infiltración del agua de escorrentía en las permeables calizas bioclásticas, por tanto la disolución y Karstificación de estas rocas, cuyo máximo proceso tuvo lugar, probablemente, en el último periodo glaciar. Sus topónimos hacen referencia clara a esta composición calcárea de la roca y formas de disolución, los calares. Uno de los lugares que la Naturaleza eligió para esculpir una obra de arte, un monumento natural, con gran acierto porque se observa desde todo el Campo de San Juan, es el Calar de las Cuevas de Zaén. De hecho, es conocido y toma el nombre por las cavidades que se observan en sus laderas del oeste y el sur. Son grandes abrigos y tubificaciones kársticas, formados por el continuo proceso de disolución que afecta a las rocas carbonatadas que originan este relieve (conglomerados calcáreos y calizas bioclásticas) y por la caída de grandes bloques del techo. La precipitación de carbonatos dentro de estas cavidades ha dado lugar a espeleotemas  y travertinos, de gran interés didáctico, hoy todavía activos. Sobre estas cavidades, en la superficie del calar, existen también procesos exokársticos que han generado pequeños lapiaces, que se formaron enterrados bajo un suelo y que posteriormente fueron exhumados al erosionarse. Por supuesto todos estos procesos kársticos, se pueden observar también en zonas próximas, como en los abrigos de la pedanía de Bajil del cenajo. Dentro del carrascal de Bajil la disolución superficial a esculpido otro Lugar de Interés Geológico. En las calizas bioclásticas han modelado caprichosas formas exokársticas de varios metros de altura, aisladas, dispersas entre el laberinto arbóreo, y algunas cavidades subterráneas que son fáciles de visitar, pero difíciles de encontrar; las cuevas de los Murciguillos y de la Iglesia. La visita a las cuevas de Zaén, habitadas desde épocas prehistóricas y que hoy en día todavía se utilizan para resguardar ganado, es un espectáculo único. Desde ellas se observa el fabuloso paisaje de todo el campo de San Juan, un ejemplo magnifico para ver la simbiosis entre l evolución geológica y la propia historia del ser humano.
CÓMO LLEGAR:Autovía E-15  y AP-7 a Murcia, hacia Granada, salida por la 578A y por la RM-15 hacia Caravaca de la Cruz, seguir por la RM-730 hasta Barranda y por la MU-702 hasta Campo de San Juan, donde giramos a la derecha hacia Zaén de Abajo y Zaén de Arriba, girando luego a la izquierda hasta las Casas del Bajil.
COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:CASAS DEL BAJIL / CUEVAS DE ZAÉN / ZONA ARADA / TOMAR CAMINO / DEJAR CAMINO / CAMINO DE LA FUENSANTA / CASAS DE LA FUENSANTA / DEJAR CAMINO POR DCHA. / DEJAR CAMINO SUBIR LADERA / TREPAR / MOLATA DE LA FUENSANTA / SUBIR CRESTA / PASO JUNTO AL CORTADO / MIRADOR AL BCO. DEL MANCO /  CALAR DE LA FUENSANTA / BAJAR AL CAMINO / ALBERCA / SENDERO IZQ. / CUEVA DEL ESQUILO / PINTURA BARCO DEL BAJIL / DCHA. CAMPO A TRAVÉS / CERRO DE LAS VIBORAS / POBLADO MEGALÍTICO DEL BAJIL / DOLMEN DEL BAJIL / CASAS DEL BAJIL.

LA RUTA: Nueva ruta por tierras de Moratalla, la última vez fue al cercano Pico del Pajarón. Esta ruta contiene elementos geológicos y arqueológicos que le dan un valor añadido a esta preciosa ruta circular.


Iniciamos desde las Casas del Bajil, pasando por delante de ellas y dejándolas a la derecha, admirando sus parras embolsadas para el invierno. Salimos a campo abierto alejándonos del calar por donde luego regresaremos.


Nos vamos acercando a la cornisa de un nuevo calar que emerge ante nuestros ojos, un gran resalte  como la proa de un buque. Se accede fácilmente a una primera repisa con profundas miradas a todo el Campo de San Juan.


Es una pasada caminar sobre la ancha repisa observando todo el valle. Comienza un desfile de cuevas y cárcavas de pequeño tamaño, o de anchas bocas con poca profundad y  difícil acceso que perforan de la pared.


La siguiente es de doble cavidad sin comunicación interior, no son muy grandes pero han sido usadas puesto que tienen las paredes ennegrecidas por el humo de las hogueras. Las miradas desde dentro al exterior son fabulosas.


Cerca de la cornisa tenemos otras, una de ellas de mayor tamaño cuya entrada ha sido cerrada, dejando un paso, con mampostería de piedra seca para resguardo y cobijo del rebaño. Precioso día con extensas vistas.


Al girar en el frontal de la cornisa, otra serie de cuevas agujerean el calar, algunas invadidas por la vegetación y otras con anchas bocas de distintos tamaños, parecen habitaciones sin puertas que dan a una balconada.











Seguimos girando a la derecha sobre la plataforma de la gran repisa. La siguiente tanda de cuevas están ahora en la umbría mirando la planicie del profundo valle, ocupado al principio por las diseminadas casas de Zaén de Arriba.


En esta cara del frontal, hay tres cuevas de gran tamaño, una a continuación de otra, como adosadas. Las dos primeras están valladas con muretes de mampostería y actualmente están siendo utilizadas, aunque ahora no hay ganado.


La entrada y el suelo de estas dos cuevas tiene algunos centímetros de espesor de excrementos de ganado caprino, que luego utilizaran como abono para cultivos. Los contraluces desde el interior son bonitos pero el olor apremia la salida.


La tercera cueva no está vallada y es menos profunda pero más ancha que las demás y también tiene vestigios de ser utilizada. Seguimos sobre la repisa que en suave descenso poco a poco se va convirtiendo en sendero.


Nuevas cárcavas, y el frontal del calar va disminuyendo en altura hasta la última cueva también vallada y con una higuera en su interior. Tenemos que seguir por una zona arada sin sendero hasta conectar con un camino de tierra.


Dejamos este camino por otro que va girando a la izquierda y luego a la derecha, hasta conectar con el Camino de la Fuensanta, que sin dejar de subir nos lleva por delante de las Casas de la Fuensanta, todas en estado ruinoso.


Cambiamos de camino por otro a la derecha que sinuoso sube por la loma, pasando cerca de una preciosa hilera de chopos pintados de colores otoñales. El desnivel se vuelve más acusado para llegar al collado.


Abandonamos el camino para comenzar a subir por la ladera sin senda aparente y rastros intuitivos. Hacemos una pequeña trepada para salvar un roquedo, y ya divisamos el punto geodésico que alcanzamos con unas lazadas.


Molata de la Fuensanta (1.505 m) nuestro máximo techo de hoy, con miradas amplias de 360º que recorren toda la comarca y sus valles. En días con memos bruma debe alcanzarse a ver la costa y el mar.


Con el barranco del Tural a nuestros pies proseguimos por el filo de la cresta, es muy asequible y con grandes panorámicas. También hay varios trazos que van unos metros más abajo, pero creo que es mejor crestear.












Pasado el pivote de la Molata, hay que volver a engancharse a la cresta, subiendo un pasito junto al cortado entre lajas de piedras cuarteada sin riesgo. Mirando hacia atrás vemos el gran espolón que hemos bajado.


Ahora es casi un paseo por el cordal de la sierra donde apenas perdemos altura al tiempo que vamos en el fondo del barranco de Tural, senderos, ruinas de antiguas construcciones y un precioso bosquete de chopos amarilleando.



obre el cordal, alcanzamos una plataforma algo más elevada y poblada de abundantes sabinas no muy desarrolladas, quizás la fuerza del viento les impida tomar altura. Estamos sobre el Mirador del barranco del Manco. 

Con preciosas vistas a ambos lados, es un magnifico otero sobre su ancho cauce, que en esta zona forma una especie de hoya que ha sido abancalada a modo de terrazas aprovechando la orografía con plantaciones de secano.

Enseguida llegamos al Calar de la Fuensanta, montículo de rocas calcáreas sueltas y esparcidas que facilitan la infiltración de las aguas de lluvia, quizás por ello, solo arraigan los matorrales de sabina rastrera.


Subimos a su parte alta para luego comenzar a descender por la izquierda, ahora, entre rocas romas redondeadas por la erosión, buscando el mejor paso sin sendero marcado; girando a la derecha para conectar con la Cañada del Bajil.


Por camino llano marchamos sin obstáculos admirando algunas de las muelas y calares por los  que hemos pateado antes, algunas son de una espectacularidad increíble, con anchos frontales amurallados y  descarnados de rocas.


Viene una sucesión de pequeñas albercas de claras aguas que se abastecen de fuentes o correntías filtradas de las rocas. Poco más adelante dejamos el camino por la izquierda por un sendero entre nogales y encinas.


El sendero nos dirige a un frontal de roca caliza donde se encuentra la cueva del Esquilo. Primero vemos un profundo y amplio abrigo que ha sido vallado con piedra seca y como en los anteriores está siendo utilizado para resguardar ganado.


A continuación vienen varias oquedades, en una, de boca redonda no muy grande y de regular profundidad puede servir para cobijo de personas. Repasamos todos los frontales en busca del Barco del Bajil.

En la cueva del Esquilo apareció hace varias décadas la pintura de un barco. La sorpresa que produjo una representación de carácter costero en un lugar de interior como este, llevó a los investigadores a iniciar la busca de interpretaciones que permitiesen una mejor compresión de estas pinturas.

Esta representación pictográfica, constituiría un recuerdo del mar correspondiente a la acción de algún individuo que allá por el siglo XVI atravesó o habitó  las tierras interiores de Murcia, mostrando un medio de navegación semejante al de las carabelas utilizadas en las expediciones de Cristóbal Colón.


Regresamos de nuevo al ancho camino para en un corto trecho volver a dejarlo esta vez, por la derecha y campo a través. Se trata de buscar la mejor manera de subir al Cerro de las Viboras, que tenemos enfrente.


Donde además de las vistas panorámicas podemos visitar el poblado Megalíco del Bagil. En este se ven restos de construcciones casi a ras de suelo. Documentándose la ocupación del poblado durante las etapas del Calcolítico final, y el Bonce Antiguo y Pleno.


De bajada está el Dolmen del Bagil. Se trata de una construcción probablemente contemporánea del poblado, que consta de una cámara funeraria de planta rectangular de 3,20 m de largo por 1,75 m de ancho, orientada a la salida del sol y formada por grandes bloques calizos. 


Por cómodo sendero, seguimos descendiendo por la parte atrás hasta conectar con un camino que nos pasa por una monumental encina centenaria, para cerrar en un trecho, esta preciosa ruta en las Casas del Bajil.

RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:11,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:04:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:1.505 M. ( La Molata de la Fuensanta)
ALTURA MÍNIMA:1.230 M. (Bajada al camino)
DESNIVEL POSITIVO:523 M. 
DESNIVEL NEGATIVO:531 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

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