Se sitúa este castillo en una loma llamada La Serrella ó Alto de la Mariola, de la cual toma su nombre. Lugar elevado de fácil defensa y un alto valor estratégico durante la conquista árabe de estos territorios. Los vestigios encontrados en la zona indican un poblamiento ininterrumpido desde el Neolítico, con algún tipo de construcción defensiva desde la antigüedad. Los árabes, tras la conquista del territorio, construyeron en el mismo lugar una fortificación menor para la defensa de las alquerías cercanas, situando una torre de defensa en la parte alta del mismo. Es de indudable origen musulmán, muy probablemente de época almorávide del siglo XII, denominándose a esa época "Berniches". Por tanto, se presume que las construcciones fortificadas primitivas de la zona corresponderían a atalayas árabes de sus correspondientes medinas durante la primera mitad del siglo XII, hechas para reprimir posibles ataques cristianos en los comienzos de la Reconquista. En el año 1.248 fue conquistado por las tropas del rey Jaime I. Fue cedido junto a la medina y castillo de Bañeres , apareciendo en el título de donación como “castrum et villam de Bigueras”, al señor Jofré de Loaysa, noble de la plaza de Petrer, y a su esposa Jacometa, pasando posteriormente a propiedad de Bernardo de Tous. Después sería Arnaldo de Romaní su dueño, hasta que, finalmente, en el año 1.303, fue adquirido por Pedro d´Artés, el cual, junto a la población de Bañeres, lo vendería en el año 1.446 a la villa valenciana de Bocairente, de la que fueron propiedad hasta que en el año 1.628, por decreto del rey Felipe IV, se decidió la separación de ella para convertirse de nuevo en población autónoma. Con la Reconquista, este castillo fue perdiendo importancia y, finalmente, fue abandonado hacia finales del siglo XV o principios del XVI, debido tanto a la expulsión de los moriscos de 1.609, como a la proximidad de otros núcleos de población más importantes. Su primitiva construcción se realizó a base de “argamasa morisca” (mezcla de cal, arenas y gravas con adición de piedras de diverso tamaño); es decir, el afamado tapial o encofrado árabe, técnica que ya usaron los romanos durante su dominación. Del castillo quedan solamente algunos lienzos de muralla y restos de torreones muy deteriorados. Sobresale la torre cuadrangular que bien pudiera haber sido la torre del homenaje de la fortificación. Es la que se encuentra en mejor estado de conservación de ellas. En todos los restos se observan claros indicadores de la fábrica árabe, tanto en el tapial como en las partes donde fue usada la mampostería. El conjunto se encuentra actualmente en claro abandono y en estado ruinoso, lo que supone una verdadera pena, máxime teniendo en cuenta su excepcional situación y lo que es más importante, su enclave en esta bella sierra de Mariola, una de las más frondosas de la provincia y cercana a la importante población de Alcoy.