Posted by : Vaig a Peu sábado, 10 de marzo de 2018

Sa Cova de Dalt nos sorprenderá por sus enormes dimensiones. Una boca de más de veinte metros de anchura da paso a una enorme sala de 50x20 metros y que alcanza los diez metros de altura. Esta es la zona que fue aprovechada con más intensidad por los habitantes neolíticos. El lugar donde más restos de ocupación se encontraron fue junto a un pequeño muro de piedras que se encuentra en el noroeste de la estancia. Aquí se encontraron más de mil fragmentos de cerámica cardial, entre la decoración propia del Neolítico más antiguo. Su nombre proviene de la decoración mediante la impresión del borde de una concha (Cardium edule) sobre el barro antes de la cocción. También se encontraron cinco placas de caliza cubiertas de ocre, más de 4.000 restos de fauna y algunos restos humanos. Además el mismo muro puede tener una gran importancia. Es posible su descripción neolítica, lo que haría de este rustico muro una de las primeras estructuras arquitectónicas documentadas en toda la Comunidad Valenciana. Su construcción parece corresponder a mejorar la habitabilidad de la cavidad. A través de una entrada de 1,50 metros se accede a otras dos salas en las que se necesita iluminación artificial, sobre todo en la última. En la sala de la derecha se encontró un lugar de enterramiento con restos infantiles pero de los que no se ha podido determinar la cronología. De ser neolíticos adquieren importancia al ser escasos los enterramientos encontrados correspondientes a este periodo. La última sala destaca por las formaciones estalagmíticas que la adornan, especialmente una gruesa columna al fondo de la misma. Un acceso con forma de ojo de gato da paso a un estrecho pasillo con dos pequeñas estancias, la última de ellas iluminada por un agujero en su techo. A esta zona hay que acceder agachado debido a sus exiguas dimensiones. La cueva también se utilizó en otras épocas, sobretodo como refugio y redil de ganado. Se han encontrado puntas de flecha eneolíticas, también cerámica romana e islámica, pero sin duda su ocupación neolítica es la más extendida en el tiempo y la más importante arqueológicamente hablando. Las condiciones de la cueva son óptimas: orientación Sur protegida de los vientos fríos; abundancia de agua, tal como demuestran las formaciones calcáreas de la sala del fondo; territorio montañoso apto para la caza y el pastoreo; zonas aptas para la agricultura como demuestran los bancales hoy abandonados en las cercanías de la cueva. Desde los más de 900 metros de altura de sa Cova de Dalt, se puede acabar la visita con la contemplación de las grandes sierras que rodean y aíslan estos parajes: la Aoxortá, Serrella, Aitana, Bérnia. También se divisa el mar, seguramente visitado en más de una ocasión por los habitantes de la cueva como demuestran los restos de conchas marinas, alguna convertida en colgante, que se hallaron en este extraordinario hábitat neolítico. 
(Julio Asunción https://arqueologiaalicante.blogspot.com.es/2010/12/cova-de-dalt-tarbena.html)
CÓMO LLEGAR: Por la autopista AP-7 dirección Valencia, salida 65, Benidorm/Levante / Callosa d’En Sarriá, enlazar con la CV-70, pasar por La Nucia, y  en Polop, en la pequeña rotonda coger la CV-715 a Callosa d’En Sarriá, en su rotonda, dirección Tárbena, pasar Bolulla, no entrar en Tárbena, continuar y en el siguiente cruce gira a la izquierda, tomando la CV-752 dirección Castell de Castells, seguir hasta unos metros antes del cartel del Puerto de sa Creueta, donde a la derecha hay espacio para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / IZQUIERDA / CAMPO A TRAVÉS / BANCALES / POU Y CHARCA / CAMÍ / PLA DEL MOTNGÓ / CARRASCA Y GR- / IZQDA. BAJAR / DERECHA / BARRANCO / SEGUIR RECTO / BCO. D’EN CAMARÁ / VISTAS / BCO. D’EN SEGADISSA / MENHIR / BARRANC / BCO. VINYAU / BCO. JUNQUERA / DCHA. SIN SENDA / PENYA / PEDRERA / CIM 905 M. / PR- DCHA. / POSTE / POSTE PR- / ALT D’ALPOLUPI / COLL / TOSSALET DELS LLAMPS / REFUG. PASTOR / DOLINA / CIM 1.000 M. / MALLADA GRAN / MORRO D’N SERRA / PLA D’EN CORMENA / CIM 959 M. / ELS FRARES / SA COVA DE DALT / CRESTALL 983 M.) / SENDA / CRUCE REGRESO / FIN.

LA RUTA: Retornamos a las fajas de la serra de ses Cordelleres, esta vez para recorrer las poco frecuentadas lomas de su cordal,  que forman parte del la serra del Carrascal de Parcent, en un atrevido Track de jvramos.


Iniciamos en un pequeño rellano a la derecha antes de llegar al puerto de sa Creueta. Hace un día con nubes y sopla un fuerte viento. Tomamos el camino de tierra en dirección al Crestall que hace una curva a la izquierda junto a unas colmenas.


Seguimos recto comenzando a elevarnos por una senda reforzada con mojones que sube hasta sa Cova de Dalt. Tenemos buenas vistas a la Penya del Castellet y al barranc de la Canal por un lado y al Bérnia y la serra del Ferrer, por el otro.


No tardamos en abandonar la senda y por la izquierda comenzar un tramo campo a través por un terreno muy asequible. Se trata de voltear la loma a no mucha altura para llegar a la otra vertiente. Tendremos como referencia un corral abandonado.


Entramos en la parte final del barranc del Galitero, que estuvo abancalada con muretes de piedra seca. Pasamos junto a una pequeña charca y un aljibe que rezuma agua, para enlazar con un camino de tierra que viene de la pista del Cocoll.


Hacia atrás tenemos vistas majestuosas de la gran barrera montañosa, la Aixortá, Mallada del Llop y Aitana. Subimos a un pequeño rellano donde un rebaño de cabras quedan todas quietas escrutando nuestros movimientos.


Es un lugar habitual de este rebaño que los cabreros han dotado de bañeras y una cisterna metálica para que puedan abrevar. Algunos lo conocen como el Pla del Montgó por las excelentes vistas que hay a esta montaña.


Viene un tramo de trazos confusos pero que hay que seguir hacia dos enormes carrascas al frente. El sendero se define más y tiene marcas de GR, también suele estar embarrado por las surgencias de una cercana fuente.


El paisaje se abre hacia el mar y por la izquierda distinguimos perfectamente la garita de vigilancia del Cocoll. Tenemos que estar atentos para abandonar este sendero por la izquierda, bajando hacia el barranc d’Almadich.


Antes de llegar al cauce, ver hito de piedras, giramos a la derecha para remontar la ladera acercándonos a la sierra, y volver a bajar al corto pero inclinado cauce del barranc d’Albordo que desemboca en el barranc d’Almadich.


Una vez en el cauce hacemos una fuerte remontada hasta la parte alta de la Llometa d’Albordo, situándonos a unos ochocientos metros de altura, donde el precioso sendero comienza a deslizarnos por los contornos de la umbría de la Serra de Ses Cordelleres.


El paisaje es espectacular, caminamos a gran altura por la ladera derecha del Barranc de Almadich, con extensas panorámicas al mar, al Mirabó y la serra del Cavall Verd. Bajamos para salvar el Barranc del Test que tributa al de Almadich.










Hacemos una nueva y acentuada subida siguiendo los perfiles de la sierra. En la parte alta transitamos por la base de las enormes paredes que componen la parte frontal de las rocosas muelas, donde las hiedras trepadoras se adhieren y acampan a sus anchas.










Nos acercamos a otra depresión producida por los cortos y anchos cauces de ramblas que desde las cumbres se precipitan al profundo cauce del barranco. El sendero recorre los sinuosos contornos descendiendo hasta el lecho de la rambla.


Volvemos a recuperar altura en la otra ladera de la siguiente muela. Cada una es totalmente distinta a la otra, son como proas de grandes buques metidas en la umbría con generosas miradas al Cocoll, al Penyó Roig y Segaria.


Transitamos de faja en faja, frontal a frontal, observamos el siguiente  que es muy diferente y más agreste, de formas rectangulares, manchado de verde por grandes hiedras y con un llamativo y diminuto menhir en su base.


Desde nuestra posición no vemos las cumbres de las montañas que estamos recorriendo, Tossal d’en Serra, Penya l’Altar,  todas con alturas cercanas a los mil metros y por las que luego buscaremos el regreso.


Superado el pequeño menhir y la rambla, la proa siguiente es grandiosa y altiva con diversas oquedades en su irregular frontal, es la Penya de les Finestres que hace de barrera a su retirada cima, el Tossal de Polupi. una de las últimas estribaciones de la Serra de Ses Cordelleres.











Asomándonos a los acantilados tenemos vistas impresionantes al profundo barranc d’Almadich, las preciosas arrugas del Cavall Verd, las crestas de la Segaria, las minúsculas poblaciones y el brumoso mar.


El próximo tobogán es una inclinada rambla, menos profunda que las anteriores pero con abundante vegetación de matorral. Nos acercamos a un nuevo frontal, una espectacular placa rocosa en forma de grandioso escudo protector que rebasamos a cierta distancia.


Bajamos y subimos el barranc Vinyau, las siguientes franjas son menos llamativas y el sendero comienza a descender con suavidad por plataformas de menor altitud con toboganes más ligeros y cortos. Los pequeños frontales son peñascosos y aparecen los pinos.


El siguiente barranc es el de Junquera, que tras subir a la otra ladera, torcemos a la derecha sin senda y campo a través, para dirigirnos a la gran peña que tenemos arriba. No resulta complicado y el desnivel es factible.


Alcanzada la base de la rocosa peña, la rodeamos por la izquierda, salvando algunas barreras de coscojales y por trazos de sendas de animales y cortos tramos de torrentera ganamos altura hasta una cima evidente  marcada con hitos (905 m.)


Prácticamente ya estamos en el cordal de la serra de ses Cordelleres. El horizonte se amplía, el Alt del Cocoll; Benigembla y Murla a los pies del Cavall Verd; la Segaria que separa la costa Valencia y Alicante, y el Montgó.


Desde la cima sin nombre, tomamos un sendero a la izquierda que en poco más de doscientos metros enlaza con el PR-CV 158 que viene desde Parcent al Coll de Rates y seguimos por la derecha. Ahora todo está muy claro.


Aquí arriba no tenemos protección y el viento golpea con fuerza. Seguimos adelante dejando atrás un poste con marcas del PR, encarando la subida a una loma que su parte alta también tiene otro poste del PR y un cúmulo de piedras.


A poca distancia y sobre un enclave rocoso marcado con un hito tenemos el Tossal d’Alpolupi (974 m.), desde el que observamos toda la cuerda del Carrascal de Parcent, con el Penyal del Carrascal, el Tosal dels Diners y el Coll de Rates.


Las vistas son de 360º con las dos Marinas, la Alta y la Baixa, las hermosas crestas de Bérnia y la serra del Ferrer; y el Montgó con todo su esplendor. Dejamos el PR girando a la derecha y enfilando el Cordal de la serra de ses Cordelleres.

No hay un sendero uniforme, solo trazas, que iremos tomando y dejando para seguir nuestro rumbo en este altiplano de peladas lomas invadidas por el matorral, los sucesivos incendios arrasaron la arboleda.


Coronamos otra loma, el Tossalet des Llamps (976 m.) con una pequeña construcción en piedra seca que parece un puesto de caza. Aunque a poca distancia hay otra más estrecha y abierta con muros más gruesos, señalada como refugio de pastor.


Atravesamos una pequeña dolina, depresión poco profunda que remontamos con miradas a la costa por detrás del Cavall Verd y la sierra de Segaria. El viento se bate fuertemente contra nosotros, tenemos suerte de que no sea frío.


Llegamos a un CIM de (1.000 m.) y seguidamente a la Mallada Gran (1.006 m)  con otro refugio o puesto de caza en piedra seca con nuevas y distintas miradas al Bérnia y a la serra del Ferrer, todo el cordal es un magnífico balcón.


Por el Pla d’en Cormena mantenemos una altitud casi homogénea o subiendo un poco, lo que da mayor amplitud a las panorámicas con el cambiante Bérnia, ahora con Tárbena a sus pies, el Cocoll y la Mallada del Llop.


Cerca de la cresta dels Frares, que dejamos a un lado, subimos a otra colina de 959 m. sin nombre y con una construcción en piedra seca, desde donde tenemos una espléndida vista del Crestall (983 m.) con su afilada cresta.


Descendemos un poco para esquivar el cauce inicial de uno de los barrancos antiguamente abancalado y donde quedan los restos de algún corral. Debemos seguir por la izquierda por una zona rocosa en la que vemos varios mojones.


Siguiéndolos enlazamos con un sendero que remonta la loma buscando el mejor camino para llegar a sa Cova de Dalt, escondida entre los riscos y rocas del Crestall,  tras una barrera de carrascas, coscoja y palmitos.


Sa Cova de Dalt, su extraña y alargada boca de entrada, taponada por grandes rocas no hace esperar la grandiosidad de su interior, que da paso a una enorme sala de 50x20 metros y que alcanza los diez metros de altura.


Aunque tarde, su suelo ha sido protegido por un fuerte enrejado metálico para evitar su continuo expolio. Habitada desde el Neolítico en su interior se han encontrado miles de fragmentos y restos de fauna y humanos.


La última sala destaca por las formaciones estalagmíticas que la adornan, especialmente una gruesa columna al fondo de la misma. Un acceso con forma de ojo de gato da paso a un estrecho pasillo con dos pequeñas estancias.

Gratamente impresionados abandonamos sa Cova de Dalt. Desde su exterior es factible subir al Crestall (983 m.) pero debido al fuerte viento decidimos no hacerlo y tomamos el sendero de bajada, que coincide con el de subida de esta mañana.

Cerramos una extraordinaria ruta que además de montañera nos depara unas panorámicas amplías y generosas a las dos Marinas. Para los que no hayan pateado el recorrido de las fajas la recomendamos especialmente.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 13,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.005 M. (Alt de la Mallada Gran)
ALTURA MÍNIMA: 667 M. (Barranc de Junquera)
DESNIVEL POSITIVO: 837 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 837 M.
DIFICULTAD: ALTA.

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