Posted by : Vaig a Peu sábado, 9 de septiembre de 2017

La caza de ballenas es una práctica que ha existido desde el principio de los tiempos. Las ballenas sin duda ofrecen cantidad de carne para comer que sigue siendo un elemento básico de la alimentación en las culturas como las de Alaska, donde viven los esquimales. Sin embargo, es importante darse cuenta de que la caza de ballenas ha tenido lugar en todo el mundo incluyendo a los Estados Unidos, Francia, Alemania y Noruega. Otras partes de la ballena se utilizan para hacer aceites y otros productos. Existe una gran industria sobre estos productos que ha llevado a la caza de ballenas a niveles cada vez más altos. La cuestión controvertida parece estar en Noruega, donde la carne de ballena es la principal fuente de alimento. Islandia sigue siendo un lugar importante para la caza de ballenas y su comercialización, a pesar de que tienen la presión de muchos otros países por cambiarlo. Sin embargo, en el año 2006, se fijaron los límites en cuanto a cuantas ballenas puede matar anualmente una persona. Ahora es legal matar a 39 ballenas en un año. La caza de ballenas se ha convertido en un deporte donde la matanza es sólo por diversión. Con herramientas y armas más avanzadas que en el pasado, hombres y mujeres toman esta aventura a un nuevo nivel. Un escenario común es golpear a las ballenas con grandes embarcaciones y luego matarlos. Si bien esto es también una forma en que las ballenas mueren accidentalmente, se cree que la mayoría de las veces los golpes son intencionados para darles a los cazadores ventaja, ya que las ballenas pueden nadar muy rápido y necesitan una manera de reducirles la velocidad. Como resultado de muchos esfuerzos de conservación, no ha habido una reducción drástica e irreparable en el número de muchas especies de ballenas. Principalmente, son las grandes ballenas las que han visto una caída en sus números. Como resultado, 7 de cada 13 especies de ballenas están ahora en la lista de especies en peligro de extinción y el tema de la caza de ballenas está limitado o prohibido en muchas áreas. Esto no significa que no se sigan produciendo, de hecho, se cree que los actos ilegales de la caza de ballenas es la causa de más de la mitad de las ballenas que son asesinadas cada año. Los grupos conservacionistas siguen poniendo presión sobre los líderes de los gobiernos para hacer leyes aún más estrictas. Muchos países tienen miedo si aprietan demasiado las restricciones sobre la caza de ballenas esto pueda afectarlos económicamente. En primer lugar, será más difícil abastecer a la población con alimentos, en segundo lugar, perderán dinero en productos realizados a partir de partes de ballenas. Por último, se preocupan por la pérdida económica de los cazadores que pagan por alojamiento, comidas, e incluso guías turísticos cuando llegan a una zona para cazar a una ballena. El tema de la caza de ballenas sigue siendo muy debatido. Muchos lo ven como una manera de obtener los alimentos que necesitan para cuidar de sus familias. Otros lo ven como una manera de hacer dinero por las ventas de carne, aceite y otros productos a partir de las ballenas. Sin embargo, existimos aquellos que queremos ver a estos magníficos mamíferos sobrevivir durante millones de años más. Sabemos que si la caza de ballenas continúa al ritmo actual no existe forma posible para que esto suceda.

Hoy será uno de los días más intensos y agradables del viaje. Tendremos avistamiento de Ballenas, pesca del bacalao, la cascada de Goðafoss y por último un trekking por el volcán Hverfjall. Salimos temprano hacia el fiordo Eyjafjödur.


Somos el primer grupo en llegar al pequeño puerto pesquero. Todo está muy tranquilo y aprovechamos para recorrer las instalaciones y fotografiar los alrededores, solo hay dos barcos de pesca amarrados, pero no sabemos cual será en nuestro.

Indagando, me cuelo en uno de los hangares, en su interior se procesa la pesca. Pido permiso para hacer fotos a un señor islandés y nos pregunta si queremos catar shark (tiburón). De un arcón saca un trozo, corta unas tiras, hace unos taquitos y nos lo ofrece.

Su sabor es extraño y con fuerte sabor a amoniaco, que tras el primer bocado parece que entra mejor. Luego,  nos firma y entrega un tarjeta en la que se declara que somos los miembros nº 18.831 del The Rotten Shark Club (comedores de tiburón podrido).











Hemos sido los únicos del grupo en conseguir este certificado. Fuera, colgados de un tendedero para secar pescado, vemos la cola y una cabeza de un enorme tiburón ya desecado. Llegan otros dos grupos más.


Entramos todos a otro hangar donde nos proporcionan por tallas los vistosos y anchos trajes rojos de pescadores de altura. Con nuestra nueva facha nos dirigimos a embarcar en unos de los pesqueros, seremos en total unas 30 personas.


Distribuidos entre babor y estribor no hay aglomeración. Zarpamos hacia la boca del fiordo Eyjafjödur. A mitad del recorrido nos detenemos sin echar anclas. Todo está en calma y el barco apenas se mueve, la anchura del fiordo es impresionante. El avistamiento de ballenas no está garantizado, las ballenas tienen plena libertad de movimientos y está prohibido acosarlas, tan solo el clima puede reducir sus apariciones en la zona. Hay que tener paciencia y esperar. La espera es recompensada y nuestro timonel las avista en un punto algo lejano. Motores en marcha y a toda máquina. Solo con el zoom de la cámara logramos atisbar los chorros de agua y aire condensado que expulsan al salir a la superficie para respirar.

Para cuando llegamos las ballenas han vuelto a sumergirse. Vuelve la lenta espera, ahora todo el mundo está pendiente. Según los guías, si están juguetonas, cada 8/10 minutos vuelven a salir pero siempre en un punto distinto.


Los pilotos de las embarcaciones tienen calculadas bastante bien las distancias para poder acercarse lo máximo y lo más rápido posible. La voz ha corrido y otras embarcaciones se aproximan, una de ellas es una lancha rápida con un potente motor.


Nuestro timonel parece muy profesional y sabe colocarse a la espera. Comienza el gran espectáculo, llegar a tiempo para ver como se sumergen y dejan en el último momento su enorme cola fuera, como una grandiosa mariposa.


Las ballenas son mamíferos acuáticos del orden de los cetáceos, son los gigantes del océano y existen múltiples especies nadando por los océanos. Al ser mamíferos el proceso de cómo respiran las ballenas es similar al de criaturas terrestres de este tipo, tienen un sistema respiratorio similar: pulmones, tráquea, bronquios, entre otros.

A pesar de que su sistema respiratorio comparte similitudes con el de los mamíferos terrestres éste es mucho más eficiente, pues requieren de la capacidad para mantenerse sumergidas por largos períodos de tiempo. Las ballenas no poseen branquias, necesitan subir a la superficie para respirar y pueden aguantar hasta dos horas bajo el agua.

Para soportar las altas presiones ocasionadas por las inmersiones a muy bajas profundidades la ballena tiene órganos capaces de transferir el nitrógeno de la sangre a los pulmones, donde puede ser expulsado sin causar daños al animal. Si la profundidad continua aumentando, los pulmones sufren un colapso y envían el dañino nitrógeno a la tráquea de la ballena.

Cuando las ballenas suben a la superficie y dejan su espiráculo (un órgano con terminaciones nerviosas que se abre al sentir que no se encuentra rodeado de agua) fuera del agua, este se abre y expulsa el dióxido de carbono y el nitrógeno permitiendo la entrada de hasta un 85% del total de su capacidad pulmonar de aire.

Una vez se sumerge, la ballena reduce su ritmo cardíaco, esto con el fin de aprovechar al máximo el oxígeno absorbido. Al igual que los delfines la respiración de la ballena es consciente, por lo tanto, las ballenas nunca duermen profundamente.

El agua que vemos expulsar a las ballenas no es más que la condensación del aire luego de estar horas dentro de un cuerpo que lo mantiene caliente. ¿Por qué sucede esto? El metabolismo de la ballena se encarga de calentar el aire para garantizar que este sea correctamente aprovechado a bajas profundidades.


Poco a poco las salidas a respirar se alargan, pero hemos conseguido una gran colección de fotos fantásticas. Tomamos rumbo a otra actividad, la pesca del bacalao. Volvemos a parar máquinas en medio del fiordo.

Ahora nos colocamos todos en el lado de babor y el timonel reparte unas cuantas cañas de pesca entre todos para que nos las vayamos turnando. Son cortas pero muy fuertes, con sedales resistentes, plomos y grandes anzuelos sin carnada.

Unas breves instrucciones para mover la caña y manejar el carrete y a pescar. Empiezan a sacar algunos pequeños ejemplares, pero nuestro grupo no se estrena. El primero en conseguirlo es Nacho con un buen bacalao.
















Poco después Susi engancha uno grande y con los nervios no puede casi recoger sedal con el carrete, pero con la ayuda de Nacho logran izarlo a la borda. Su alegría es inmensa, ya tenemos cena para esta noche.










En mi primer turno no he tenido suerte y en el segundo decido soltar el sedal  para que caiga más profundo el plomo, y enseguida pican. Me cuesta un montón subirlo, tenemos otro gran ejemplar, la cena será opípara.


Más tarde el timonel con cuchillo filetea los bacalaos y nos los coloca en bolsa para nuestra cena. La cabeza, las espinas y las vísceras las tira por la borda al mar. Esto hace que las gaviotas se lancen en picado, diez días atrás hubieran sido frailecillos, una lástima.

Estamos muy contentos con nuestra pesca, y el pesquero toma rumbo a puerto tranquilamente. Desembarcamos y devolvemos los trajes, realmente nos han protegido de las heladas brisas marinas. De nuevo en la furgo.

Desde el parking, a unos cuatrocientos metros, ya oímos su estruendo y como en las ballenas, vemos elevarse hacia arriba el vapor de agua que desprende en su caída. La Cascada Goðafoss es una de las más espectaculares de Islandia, situada en el curso del río Skjálfandafljót.

Su nombre significa cascada de los dioses, y se debe a un episodio de la historia islandesa que se recoge en el Íslendingabók, narra que allá por el año 1000,  Þorgeir Ljósvetningagoði declaró oficialmente el cristianismo en Islandia y, para ratificar este hecho, lanzó los iconos paganos a los que adoraban  a esta cascada.

La cascada tiene unos 12 metros de altura y unos 30 de largo. Es un precioso salto de agua partido en su centro por una roca de la que cae un chorro por su parte central que le da un aire místico. Pertenece al río Skjálfandafljót, que con sus 180 Km. es el cuarto más largo del país.

La lava por la que discurre el agua de la cascada fluyó en la antigüedad a través del Valle Bardardalur originándose en algún punto del borde del Glaciar Vatnajökull. Esta colada de lava es casi tan larga como el propio río Skjálfandafljót.









Recorremos primero la margen izquierda del río, a medio camino pocos prestan atención a un rótulo y una corta bajada entre las rocas donde podemos contemplar la pequeña cascada de Geitafoos, escondida y con encanto.












Llegamos hasta el puente metálico para cruzar el río y remontarlo por su margen derecha. Al ser más abierto y tener más visibilidad, las vistas son impresionantes. Se siente la fuerza de sus aguas que cobran un suave tono verdoso.


En la otra vertiente veo a Susi y otros compañeros que avanzan. Un pequeño sendero desciende hasta muy cerca de la base de la cascada con portentosas vistas a nivel del agua, he de proteger la cámara para que no se moje.










Vuelvo arriba y encaramado en un farallón la visión es magnifica, como una minúscula Niágara. Forma una diminuta media luna con múltiples caídas de espumosa agua blanca trenzadas entre si, que golpean el cauce del río de tenue color verde.

Hay que ir regresando, el espectáculo queda en la mente y en las fotos. Tomamos de nuevo la furgo hacia nuestro último destino de hoy, el volcán Hverfjall. La guía nos deja en el parking de inicio y nos recogerá en el parking de Dimmuborgir.

Vamos algo apretados de tiempo y no podremos hacer el círculo entero del volcán, pero a cambio marcharemos por el campo de lava hasta el otro aparcamiento. Desde su base, el cono del volcán es casi perfecto, el camino de subida lo surca en diagonal.


El largo camino de ascenso tiene un desnivel suave y a los pocos metros ya tenemos vistas de los alrededores, las tierras calcinadas donde brotan fumarolas y la gran llanura inundada por las aguas del lago Mývatn.


Alcanzamos el borde del extraordinario cráter del volcán. Con una altitud máxima de unos 485 m  y un diámetro de un kilómetro, es de una belleza increíble. Su origen tuvo lugar en la fase principal de los llamados Fuegos de Hverfjall.


El cono se formó a raíz de un erupción catastrófica que tuvo lugar en el lago Mývatn hace unos 2700 años. El cráter esta compuesto de grava suelta, desde su borde puede uno imaginarse la magnitud de la explosión por el gigantesco agujero abierto que atraviesa la montaña.


Podemos observar que las erupciones posteriores han elevado ligeramente el centro de la caldera, justo en el mismo centro de su interior, y aún así, son más de ciento cuarenta metros los que tiene de profundidad su cráter.

Sus laderas interiores desprovistas de vegetación están surcadas de arriba a abajo, por las estrías que causa el agua de lluvias y tormentas en su camino al fondo del cráter. Su color es de un gris intenso y apagado con diversas tonalidades en sus sombras.

En las vistas al lago Mývatn parece no haber diferencia de altura debido a su amplitud, y podemos distinguir los diversos cráteres de antiguas erupciones  del volcán, que son como islotes que emergen del lago.


Comenzamos a rodear el perímetro del cráter del volcán. Es un sendero irregular con suaves desniveles que nos va permitiendo observar el centro de la caldera y sus inmensas laderas estriadas que van cambiando a medida que subimos.


Antes de llegar al sendero de bajada, la mitad aproximada del círculo, damos las últimas miradas por encima del cráter a la zona de las fumarolas, destacada en colores ocres y al extenso campo de lava a nuestros pies, invadido por la vegetación.


El descenso se las trae, los bastones son de mucha ayuda. Es un surco irregular y zigzagueante, desmoronado por las lluvias en su descenso a la llanura. Hay que extremar las precauciones para evitar resbalones.


Gran parte del recorrido está delimitado por piquetas metálicas unidas por cuerdas. Esto ayuda y evita que la gente se salga del sendero. La primera parte es muy inclinada y se suaviza con pequeñas rampas y lazadas.

Sin prisas y con calma culminamos el descenso hasta conectar con el camino. Nosotros seguimos recto hacia Dimmuborgir. Por la derecha llegaríamos de nuevo al parking del inicio de la subida. Nos introducimos en el campo de lava.


Damos las últimas miradas al fabuloso cono del volcán Hverfjall y traspasamos una tranca que evita la entrada o salida del ganado lanar. Un sendero perfectamente definido nos abre paso a un mundo inesperado.










Los campos de lava o coladas. Tras miles de años después de las erupciones volcánicas, los musgos, y una vegetación autóctona han logrado arraigar en toda la zona formando un manto irregular flora con intensos colores otoñales.


El espectacular recorrido se ve reforzado por los caprichos que la naturaleza se ha tomado, sobretodo en las formaciones rocosas que la lava ha creado al enfriarse, dando lugar a pequeños montículos que jalonan el camino.













Algunos formando extrañas figuras que hacen volar la imaginación buscando alegorías o similitudes. Nos vamos acercando a una especie de arco que atraviesa una de estas rocas. Por detrás vemos el alejado cono del volcán.


El arco va tomando forma a medida que nos acercamos, es un gran agujero que perfora la roca. Tenemos que guardar turno para hacemos las fotos de rigor. El camino continua por su interior traspasando la roca.










En el otro lado abundan las caprichosas formas rocosas, quizás la lava se acumuló haciendo diversos pliegues, que con los años las erosiones producidas por el hielo, agua y vientos han transformado y agujereado.

Las sagas y leyendas dicen que en este paraje habitan los muchachos rebeldes de la navidad. Son trece hermanos a los que les gusta cantar, asustar a la gente y contar cuentos divertidos. Son los hijos de los viejos trolls Gryla y Leppaludi.

RECORRIDO: LINIAL, SOLO IDA.
DISTANCIA: 5.1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 01:45 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 448 M. (Cráter del volcán)
ALTURA MÍNIMA: 278 M. (Dimmuborgir)
DESNIVEL POSITIVO: 226 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 226 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

Arribamos al aparcamiento de Dimmuborgir con estupendas vistas al volcán Hverfjall y al lago Mývatn. Esperamos para reagruparnos y montar de nuevo a la furgo camino de nuestro nuevo albergue.















Situado cerca del lago Mývatn pero en plena campiña junto a una granja ganadera rodeada de las clásicas balas de paja plastificadas y un rebaño vacuno. Tras la ducha preparamos el bacalao al horno con un lecho de patatas y cebolla. Riquísimo.






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