- Back to Home »
- Alcoiá , Alicante , Árboles Singulares , Cuevas , Pozos de Nieve , Rutas »
- EL MENEJADOR PER EL BARRANC DE LES SEVILLANES Y LA PEDRA DE L’HEURA, DESDE LOS SERAFINES, IBI.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 A-7 hacia Elda, salida por la A-7 en dirección Benidorm/Valencia, salida en la nº 691 San Vicente del Raspeig/Alcoy. Dirección Alcoy por la A-7. Salida en la nº 459 hacia IBI-EST, en la primera rotonda tomar la primera salida por la CV 8062, y en la siguiente rotonda, también la primera salida por CV 806 para en 260 m. girar a la izquierda en dirección a la ermita de San Pascual y Restaurante Serafines donde aparcaremos.
COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y TOMÁS.
ITINERARIO: RESTAURANTE SERAFINES / CAMPO DE TIRO / ESQUIVAR VALLA / IZQDA. SENDA / IZQDA. PISTA / DCHA. IR A LA CASA / CASA CATENGAS / ABREVADERO / BARRANC DE LES SEVILLANES / POU DEL CANONGE / PISTA / IZQDA. / COLMENAS / DCHA. SENDA / ALT DEL GINEBRAL / PENYES DE LA BUITRERA / MENEJADOR / MIRADOR / GARITA FORESTAL / IZQDA. SENDA / 1ª CUEVA / SIMA SIMARRO / ENLACE CON PR-CV 26 / POU DE SIMARRO / DCHA. AL POU / POU DEL CANYO / IZQDA. / POSTE CV-PR 127, DCHA. / PENYA DE L’HEURA / POSTE INFO. / MAS DE TORRETES / ERMITA DE SANT PASCUAL / RESTAURANTE SERAFINES.
LA RUTA: Hoy repetimos ruta al Menejador por el Barranc de les Sevillanes con pequeñas variaciones. No todo el mundo utiliza este barranco para subir, son casi dos kilómetros por un cauce estrecho y salvaje con exhuberante vegetación, solo para gente sin remilgos.
Apenas está amaneciendo y las luces son exiguas y la cámara tiene que hacer grandes esfuerzos para centrar el objetivo. Iniciamos desde las antiguas instalaciones del restaurante Los Serafines que lleva unos años cerrado.
Tomamos el camino de tierra a la derecha del restaurante que se va estrechando con múltiples sendas que lo cruzan, entre un ralo pinar con matorral bajo hasta enlazar con una carreterita asfaltada que seguimos por la izquierda.
Llegamos a la entrada del Jardín Botánico de la estación biológica de les Torretes donde giramos a la derecha por delante del Campo de Tiro. Actualmente han vallado el acceso por el Barranc de la Pedrera y nos toca rebuscar un paso para bajar al camino.
No ha sido difícil, pero no sabemos si por delante de la casa del Campo de Tiro se puede acceder. Seguimos un corto tramo del camino y lo dejamos por la izquierda, por una senda marcada con mojones de piedras.
Apretada entre un pinar descuidado con matorral de coscoja y romero, que no nos permite ver nada por delante y por detrás dejamos el valle y el Maigmó. Poco después conectamos con una pista que seguimos por la izquierda.
Poco a poco se torna más ancha y limpia, comenzando a elevarnos moderadamente, flanqueada entre pinos con poca gallardía, solo nos ofrece miradas en las partes más elevadas donde conseguimos ver Ibi y Castalla con su castillo.
Algunos trechos de la pista están deteriorados por torrentías en las lluvias. Luego, por la derecha, vemos una gran conejera, como suele haber en algunos cotos, construida con piedra seca a un metro de altura, de forma circular y que en su interior alberga las madrigueras.
Pronto tenemos marcado un desvío a la derecha, las trazas de sendero se pierden entre la maleza. Es una zona abandonada donde los pinos han crecido de las piñas caídas muy delgados buscando el sol, y en las nevadas, el peso de la nieve los ha quebrado.
Nos abrimos paso hasta llegar a unas ruinas y una valla metálica. Son los restos de la antigua Casa Catengas que dominaba estas tierras. La fachada está derruida y apenas se distinguen las distintas estancias. Con el tiempo la vegetación se ido adueñando de ella.
Solamente queda en pie la fachada trasera que nos da idea de lo grande que era, y la entrada a un corral. Al rodearla para salir de nuevo al camino, vemos colgado de un gran pino lo que parece un dispensador de comida para la caza.
Por el camino principal también observamos un abrevadero artificial, estamos dentro de un coto de caza. Salimos a un espacio más abierto donde hay algunos bancales de almendros en flor cercados por el matorral.
Rodeamos los cuidados bancales de almendros en flor dejando a la derecha un espacio donde hay colocadas más de cincuenta colmenas de abejas y se ven cercanas fincas y casas de campo habitadas. Ensamblamos con un camino que seguimos por la izquierda.
Los bancales son ahora de olivos y luego otra vez de almendros. El camino se estrecha hasta convertirse en sendero. Nos adelantan un grupo de runners que vienen desde abajo. Entre dos lomas marcada con un mojón nos indica la entrada a un paso estrecho.
Las dos pequeñas e inclinadas laderas dan cobijo al inicio del Barranc de les Sevillanes, angosto y con abundante matorral con un maltrecho pino por las inclemencias del tiempo, nos dan la bienvenida a un paraje desconocido.
En suave ascenso, su lecho es comprimido entre las laderas y a menudo obstruido por troncos de pinos caídos. El matorral es copioso lo que ralentiza la marcha, no es una senda en sí, pero es un trazo bastante claro buscando el mejor paso.
Entre el desbarajuste de pinos aparecen algunas carrascas de buen tamaño en las zonas más umbrosas y tenemos que esquivar un gran pino que, aunque abatido y reseco sigue en pie, teniendo que abrirnos paso por debajo de sus ramas.
Viene una zona de cerrada umbría, apenas entra la luz del sol, y en el suelo quedan rastros de nieve que perduran después de varios días. Pasamos por un sector más rocoso y con restos de algunos muretes de piedra seca fáciles de superar.
El lecho se amplía dando lugar a un pequeño bosquete de espigados pinos de poco porte y ejemplares derribados o quebrados al no poder soportar el peso de la nieve cuando se acumula entre sus frágiles ramas. Tenemos otro desvío a la derecha.
Nos abrimos paso entre las ramas caídas hasta unos escondidos muros de piedra a los que subimos. Son los restos del Pou de Neu del Canonge, sin cúpula, pero de gran profundidad. Su cavidad se mantiene limpia de vegetación.
No tenemos ningún dato de su construcción, pero por los restos que quedan es muy semejante a todos los pozos de la zona, aprovechando un desnivel para apuntalar la cubeta. Parece tener tres ventanas que ahora están protegidas por barandas.
Regresamos al sendero que poco después ensambla con una pista de tierra que seguimos por la izquierda, comenzando a remontar nuevas lomas entre un paisaje uniforme de pinos, carrascas y matorral. Por detrás las vistas se amplían desde el Despenyador al Maigmó.
La pista se abre paso entre las lomas y las vaguadas rodeando unas para subir otras con mayor desnivel, hasta que enlazamos con otra pista que viene desde la ermita de Sant Antoni por el Collado de Guerra. La seguimos por la izquierda.
El paisaje vuelve cambiar, los pinos van desapareciendo y el carrascal del Parque Natural va tomando posesión. El camino serpentea para remontar cotas más elevadas, dándonos vistas al valle en la otra vertiente.
Vemos por la izquierda unas perchas de madera en las que cuelgan varias colmenas cilíndricas protegidas de la lluvia con conos metálicos y sujetas con alambre para que el viento no las voltee. También las llaman ruscos.
Marchamos otro trecho atentos a un próximo desvío por la derecha, mientras tanto, vemos también por la izquierda otra percha con colmenas, esta vez con seis ruscos. Junto a un pilón de cemento comienza a subir un estrecho sendero.
Bien amojonado, es un bonito y corto sendero que asciende por la rocosa loma buscando el cordal de la sierra entre abundante matorral bajo, coscoja y alguna sabina. Alcanzado el cordal continuamos por la izquierda ascendiendo con suavidad.
La altura tomada nos da amplias vistas a ambas vertientes, sobre el Alcoia y el Comtat, Aitana, el Cabeçó d’Or y el mar. Pasamos por la cima del Alt del Ginebrar (1.324 m) y luego la de les Penyes de la Buitrera (1.311 m). ambas sin vértice geodésico.
Comenzamos a tener miradas a nuestro próximo objetivo, el Menejador, asentado sobre su gran espolón donde destacan su elevado y peculiar punto geodésico junto a los cortados y las torres de las antenas de comunicación.
Para atacar la cima el sendero se separa un poco del cordal de la sierra buscando el mejor paso entre el rocoso contrafuerte moteado con pequeños grupetes de carrascas. Antiguos incendios arrasaron el Carrascal. Las panorámicas son preciosas.
Cima de El Menejador (1.356 m) y máxima altitud de esta sierra. Mientras tomamos un refrigerio contemplamos las generosas miradas a Alcoy y todo el valle. Coincidimos con un grupo de montañeros paisanos.
Seguimos hacia la moderna garita forestal, deteniéndonos en un saliente cerca del pluviómetro donde contemplamos el edificio del Santuari de la Font Roja a nuestros pies. Iniciamos el descenso por la pista de cemento.
En la primera curva de la pista la dejamos por la izquierda, por un sendero que nos desciende hacia la otra vertiente, que remontando una vaguada volvemos a ver la pista de tierra que viene del Pou del Canyo.
Cerca de la vaguada, el sendero pasa por las dos bocas de la Sima Simarro (1.210 m.), que tiene una profundidad de 60 metros y 500 de recorrido. En 1965 se desarrolla en esta cavidad la primera experiencia en España.
Permaneciendo un espeleólogo en solitario durante 500 horas, organizada por la sección de Espeleología del C.E. Alcoy, experiencia de un extraordinario éxito publicitario pero que fue un total fracaso como estudio científico, humano y económico.
El sendero continúa por el cauce del Barranc de Foiaderes que cruzamos por debajo de sus umbrosas carrascas conectando con el PR-CV 26 que baja desde el Corral dels Porcs. Comenzamos a remontar la otra vertiente.
A media subida el sendero pasa por el Pou de Neu de Simarro, sin cúpula y en avanzado estado de deterioro, aunque están cortando algunos pinos de su alrededor. Tenemos miradas a la pista de tierra que antes hemos dejado para subir al cordal.
Antes de llegar al Alt del Canyo, nos deviamos por la derecha para visitar el Pou del Canyo (1.235 m). Se estima que fue construido a finales del siglo XVIII, todavía conserva la cubierta hecha con teja árabe. Hay referencias de que en 1739 estaba a pleno rendimiento.
Por otra senda llegamos al PR-CV 127 y por la izquierda en un corto tramo llegamos al cruce balizado del Cabeç del Canyo (1250 m.). Con el zum acercamos la garita forestal del Menejador. Nos vamos por la derecha en descenso dirección a la Pedra de l’Heura.
Lo primero que cambia es el paisaje que pasa a ser de matorral y con la mirada puesta en el valle de la Foia de Castalla con Ibi y Onil y la barrera montañosa que lo encierra. El sendero es pedregoso, aunque en buen estado con descenso amortiguado.
Bajamos de plataforma en plataforma y se acelera en la última loma siendo más pedregoso, nos vamos acercando al Barranc de la Pedrera, virando un poco a la derecha, entre un bosque pinos donde podemos ver desde arriba la Pedra de l’Heura.
El barranco se va estrechando y el sendero se pega a la izquierda protegido por bandas de madera y reafirmado por escalones de troncos. Al final de las barandas no cogemos la pista que va al Mas de Torretes y seguimos un sendero por la derecha.
Bajo una carrasca hay un banco de madera y un panel sobre la microrreseva Mas de Torretes. El camino prosigue hasta la estación biológica, balizada con un poste en dirección a la ermita de Sant Pascual.
Bajamos unas escaleras para llegar a la moderna Ermita de Sant Pascual, sin espacio para feligreses y cerrada por una reja donde se puede ver el santo. Proseguimos saliendo de la finca por camino que pasa junto a algunas edificaciones.
Luego, cruzamos por un seto de cipreses jóvenes para llegar al aparcamiento donde cerramos la ruta. Entretenida subida por el Barranc de les Sevillanes y viejos recuerdos de la última vez que pasamos por la Pedra de l’Heura.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 13 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.356 M. (El Menejador)
ALTURA MÍNIMA: 817 M.
DESNIVEL POSITIVO: 725 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 721 M.
DIFICULTAD: MODERADA.