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- LA CRESTERIA DEL FRARE Y EL DESPENYADOR DESDE EL PANTANET, REGRÉS PER EL BARRANC DE BADALLET.
CÓMO LLEGAR: Autovía A-7, A-31 hacia Madrid, salida en Petrer / Centro Comercial, antes de cruzar por debajo de la autovía, girar a la derecha, hay cartel indicativo a Xorret de Catí, por la CV-837 carretera de montaña hasta llegar al Pantanet. Se puede aparcar a la derecha junto a la toma de agua.
COMPONENTES: VICENTE Y TOMÁS.
ITINERARIO: FONT DEL BADALLET / PANTANET / COVA DEL PANTANET / RAMBLA DE LA GURRAMA / IZQ. SUBIR PR-CV 32 / FUERTE SUBIDA / PANORAMICAS / VISTAS A LA CRESTA / VISTAS PANORAMICAS / PIC DEL FRARE / ENLACE CON PR-CV 32 / PANORAMICAS / ENLACE CON PR-CV 28, BAJADA / CHIMENEA / DESPENYADOR / ENLACE CON PR-CV 28, BAJADA / DERECHA / POSTE INFO. / ACAMPADA / ESCALERAS / AREA RECREATIVA / ASFALTO / HOTEL CATÍ / ROCODROMO / CASA ADMÓN. / CASTAÑO DE INDIAS / BARRANC DE LES COVETES / BARRANC DEL BADALLET / POZO-1 / POZO-2 / MOLÍ DEL SOFRE / FONT DEL BADALLET.
LA RUTA: La preciosa Crestería del Frare es una ruta para el disfrute visual. En suave ascenso, su trazado en forma de cayado con curva al final es visible desde muchas latitudes y sus miradas a ambas vertientes excepcionales.
Iniciamos cruzando la carretera y por la senda del Barranc de Badallet para enseguida situarnos sobre el muro de la pequeña presa del Pantanet, que aprovechaba el angosto estrechamiento natural de las paredes del barranco para retener las aguas y distribuirlas por las acequias de riego.
Esta obra de ingeniería del siglo XVII apenas llegó a utilizarse porque pronto se cubrió toda de sedimentos y formó el gran bancal sobre el que estamos situados. Comenzamos a descender al lecho del barranco por la derecha en diagonal, por las rocas y pegados al muro de la presa.
Hay que bajar con cuidado hasta llegar al cauce. Por arriba de la boca de desagüe entre el musgo y piedras cae una pequeña cortina de gotas de agua. Tenemos una visión completa de la pared de la presa, ahora invadida por algunas hiedras que casi la cubren.
Metidos de lleno en la Rambla de la Gurrama y el Estret de Catí, las altas paredes delimitan el cauce que se retuerce como un tortuoso desfiladero. Caminamos por el pétreo fondo, admirando los sinuosos y desgastados contrafuertes del barranco.
A la salida del Estret vemos un poste con paletas informativas. De seguir por el cauce llegaríamos en 6 km aproximadamente a l’Avaiol, y por la derecha con el PR-CV 32, vamos a recorrer toda la crestería hasta el Despenyador.
Una acentuada y rocosa cuesta comienza a elevarnos por la vertiente de la rambla. A medida que ganamos altura las vistas se amplían dándonos la escusa para tomar un respiro. Primero el Barranc de Badallet, la sierra del Caballo y después la Silla, se adueñan del paisaje.
Culminada la cuesta, la impresionante visión de la magistral curva izquierda-derecha que hace en ascenso la Crestería del Frare, es sorprendente. El desnivel se sosiega con el difuso sendero en suave ascenso.
Comenzamos un pausado recorrido por toda la crestería. Es un caminar incomodo por el lapiaz, pero muy entretenido por los pequeños altibajos del sendero; el filo de la cresta no es arriesgado ni existe sensación de peligro real.
No hace viento y el cielo está limpio, amanece con el sol despuntando sobre toda la cresta. Mientras avanzamos las perspectivas al final de la crestería van cambiando y ampliándose a la masa de espeso pinar.
Por detrás, aunque nos estemos alejando, las panorámicas a la mole de la Silla van creciendo, y en la otra vertiente, al diminuto valle entre la umbría de Pusa y la serra de Castalla todavía no le llegan los rayos del sol.
Vienen unas bonitas formaciones de verticales planchas rocosas con afiladas peñas que nos permiten asomarnos al abismo con grandes miradas al apacible amanecer sobre el Maigmó reflejando sus lomas en tres dimensiones.
Observamos en la cresta el tramo recorrido, y por delante la línea rocosa que todavía nos queda. La bruma se va disipando y en un resquicio entre lomas logramos distinguir a golpe de zoom a Sax con su castillo y la sierra de Cabrera.
Alcanzamos un precioso tramo en el que la gente ha ido acumulado piedras por tamaños hasta levantar grandes hitos en forma de cono de más de un metro de altura, hay varios situados al límite de los acantilados en las próximas elevaciones.
Se está levantando una tenue neblina que el sol no logra deshacer mermando algo de profundidad a las panorámicas, pese a ello con el zoom de la cámara, por encima de las Peñas del Soldado, oteamos la población de Onil a los pies de su sierra.
Nos llama la atención un enclave rocoso espectacular, en el que un farallón queda separado de la crestería por medio de una brecha o canal con abundante vegetación y al que solo se podría llegar con aparejos de escalada.
Nos situamos a los pies del Alt del Frare (1.124 m.) máxima altura de la crestería, aunque no tiene punto geodésico. A pocos metros está el cruce balizado PR-CV 32 que baja a Xorret del Catí y que tiene un tramo equipado con un cable.
Atacamos las últimas y recortadas cejas montañosas, donde los pinos y el matorral son más frondosos y los acantilados más inestables, por lo que nos separamos un poco de ellos, a cambio de tener unas preciosas y agrestes vistas.
Antes de tomar la última loma ya distinguimos el vértice geodésico del Despenyador y mirando hacia atrás vemos el Pico del Frare y su loma de pineda. Poco después pasamos por el enlace del PR-CV 28 que viene desde el Portell.
A menos de cien metros de la cima vemos la terminación de la grieta o chimenea por la que también se accede al Despenyador. Es un paso muy angosto y vertical, pero carente de riesgo, puesto que se sube encajonado entre las paredes.
El Despenyador (1.261 m.) El rellano de la cima es amplio y un otero impresionante pese a los restos de bruma que nos impide ver el mar. La tupida alfombra de pinar del Paraje Protegido sacia nuestros ojos y se extiende hacia el Alcoiá.
Tomamos unas frutas contemplando el paisaje y nos preparamos para el regreso por la bajada del PR-CV 28 que es más corta, si lo hiciéramos por el PR-CV 141 y las Peñas del Soldado la ruta pasaría de los 20 kilómetros.
Deshacemos sendero hasta la bajada balizada del PR-CV 28 que se retuerce entre la pineda haciendo un giro a la derecha para seguir por el ramal que va a Xorret de Catí. Cruzamos una pista con un poste informativo y seguimos bajando girando a la derecha.
Efectuamos un giro a la izquierda pasando por la zona de acampada para seguir descendiendo por una escalinata con peldaños de madera que acorta pasando cerca de la zona recreativa y conectar con un camino asfaltado por la derecha con miradas a la crestería.
El asfalto nos lleva a Xorret de Catí, cerca del aparcamiento bajamos por el rocódromo cruzado los jardines y la carretera CV-837 y seguir por el camino de tierra. Hacia atrás vemos la muralla de la crestería por la que hemos caminado anteriormente.
En el primer cruce tomamos el camino de la derecha y vamos en dirección a la antigua Casa de l’Administració, cuyas ruinas retiraron hace unos años dejando su cerco vallado y vacío junto a sus enormes ejemplares de pino.
A pocos metros tenemos el tesoro más apreciado de las cercanías, su famoso y enorme Castaño de Indias, raro ejemplar en nuestra provincia, siendo uno de los árboles más llamativos y fotografiado. De gran envergadura, pues alcanza los treinta metros de altura, es caducifolio y ahora está deshojado. Su semilla, aunque amarga y tóxica, tiene potentes efectos antiinflamatorios y vasoconstrictores, así como su corteza.
Proseguimos el sendero entre antiguas zonas abancaladas, hoy yermas e invadidas por las gramináceas, comprimidas por el bosquete de pinos y matorral bajo que nos conduce en ligero ascenso buscando la umbría.
Entramos en el cauce del Barranc de les Covetes. Estrecho y serpenteante, de elevadas laderas pobladas de pinar, con pequeños altibajos y algo de piedra suelta en su lecho donde el trazo del sendero es muy visible.
Pronto desemboca en el Barranc de Balladet que es un cauce más estrecho y de laderas firmes aunque no muy elevadas que luego se encajona y el cauce se vuelve pétreo, con huellas de erosión de antiguas y fuertes riadas.
Salimos del cauce pasando junto a los altos y enormes brocales de dos pozos, quizás construidos así para evitar caídas, o posiblemente formaban parte del entramado de recogida de aguas para los molinos harineros de la época.
Más adelante tenemos los pocos restos y ruinas del Moli del Sofre, que colgado sobre la ladera del barranco, se debía de abastecer de agua para mover las muelas, aunque al ser un cauce intermitente, no siempre estaría en servicio.
Una corta pendiente nos desciende al barranco, haciendo un giro a la derecha, y lindado con el sendero borbotea un canalillo de agua. El cauce serpentea sinuoso invadido por matorral y pinos para terminar cerrando la ruta en el Pantanet junto a la carretera. No hay que perderse la Crestería.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:20 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.261 M. (Despenyador)
ALTURA MÍNIMA: 650 M. (En la Rambla de la Gurrama)
DESNIVEL POSITIVO: 702 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 658 M.
DIFICULTAD: MODERADA.