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- RUTA POR EL MONUMENTO NATURAL DE SES FONTS UFANES, ALCUDIA Y EL CAP DE FORMENTOR, MALLORCA.
CÓMO LLEGAR: Desde El Arenal, por la Ma-614 hasta incorporarnos a la Ma-19, seguir hasta la salida nº 3 y continuar por la Ma-20 dirección Andratx y en la salida nº 3 por la Ma-13 dirección Son Castelló por la salida nº 37 hacia Sa Pobla/San Miquel/Coves, y en la rotonda tomar dirección Camí de Na Pontons que nos llevará hasta la ermita de San Miquel.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO: ERMITA DE SANT MIQUEL / CAMI VELL DE POLLEÇA / INICIO SENDERO / TORRENT DE SANT MIQUEL / GORG DE CAN PANXO / CRUCE DE CAMINOS / OLIVOS CENTENARIOS / ENCINAR SES FONTS UFANES / CHOZA CARBONERO / POZO / TORRENTE TELÓ /CENTRO INTERPRETACIÓN / CALERA / TALAIOT / TORRENT DE BINIATRÓ / PLA DEL TEL / TORRENT DE TELÓ / CRUCE DE CAMINOS / ERMITA DE SANT MIQUEL.
LA RUTA: Hoy nos moveremos por Cap de Formentor y Alcudia, pero antes haremos una pequeña ruta por un paraje excepcional, el Monumento nacional de Ses Fonts Ufanes. Este corrido hay que hacerlo después de grandes lluvias.
Para nuestra desdicha llovió hace unas semanas pero no lo suficiente para recargar los acuíferos, por lo tanto, los torrentes hoy estaban secos. Pese a ello, el paseo por tupido encinar merece la pena realizarlo en cualquier época.
Iniciamos desde la ermita de Sant Miquel donde hemos aparcado. De pequeño tamaño y con espadaña independiente, está ubicada entre un pequeño núcleo de casas. Giramos a la izquierda por el Camí Vell de Pollença para entrar al inicio del camino.
Ses Fonts Ufanes constituyen un fenómeno hidrogeológico natural único en las Islas Baleares. El agua de Ses Ufanes proviene de la lluvia que cae en el macizo montañoso del Puig Tomir y sus alrededores que se infiltra en subsuelo y se acumula en un acuífero por debajo del cual hay materiales poco permeables.
Cuando las lluvias son intensas y continuas, la capacidad del acuífero se ve sobrepasada, y el agua se abre camino hacia la superficie, brotando de manera violenta a través de las surgencias que hay en la zona inferior de la finca Gabellí Petit.
Los caudales pueden pasar de 0 a 3 m/3 por segundo en cuestión de minutos, en el caso de circunstancias normales, e incluso llegan a los 100 m/3 por segundo cuando se producen episodios excepcionales. El volumen anual medio de las fuentes es de 10 a 12 hm/3. Toda esta agua corre por el torrente Teló, confluyendo con la de otras fuentes de la zona y llega al torrente de Sant Miquel.
A partir de aquí sigue plácidamente su camino hacia el Pla de Sa Pobla y atraviesa campos de cultivo hasta llegar al Parque natural de s’Albufereta de Mallorca, donde el agua parece que casi se detiene y el paisaje varia y se llena de cañaverales y canales, antes de desembocar en el mar.
Los caminos al sur de la finca Gabellí Petit atraviesan tierras llanas dedicadas al cultivo del algarrobo, un árbol típico del cultivo de secano de Mallorca. Hacia el norte el paisaje cambia y aparece el encinar una de las comunidades forestales más desarrolladas en el Monumento natural de Ses Font Ufanes.
Las encinas, con copas frondosas que limitan la entrada de la luz, configuran un bosque sombrío y húmedo, con un sotobosque de matas, madroños y el ciclamen endémico como principales especies vegetales.
Los claros que se han abierto a lo largo del tiempo han permitido el paso de la luz, lo que ha favorecido el crecimiento de los pinos (Pinus halepensis). En el encinar encontramos vestigios de carboneras y barracas de carboneros, testigos del aprovechamiento intenso que experimentó este bosque en el pasado para la producción de carbón.
Los restos de un talayot en el encinar confirman la presencia humana prehistórica en este lugar. Actualmente solo se conservan las piedras que formaron la entrada. La función de los talayots no es del todo clara: mientras que algunos historiadores piensan que se trataba de viviendas, otros opinan que eran lugares de reunión, o bien, puestos de carácter social y ritual relacionados con la posesión de la tierra.
La diversidad de ambientes de la zona permite la existencia de una fauna muy variada. Entre los mamíferos destaca la marta, la gineta y la comadreja. Son abundantes las aves como la paloma torcaz, el tordo, el petirrojo, el reyezuelo listado, el herrerillo común, el pinzón vulgar y el verderón común. Sobrevolando la zona, podremos ver o escuchar el cernícalo, el halcón peregrino, el águila calzada y el estornino.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 5,2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 1:22 HORAS
DESNIVEL POSITIVO: 72 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 138 M.
DIFICULTAD: BAJA
Seguimos hacia Alcúdia, pueblo entre murallas. La antigua capital tiene una situación estratégica, que ya desde época romana fue apreciada y reconocida, la exponía también a los peligros de estar cerca de la costa. Por este motivo el rey Jaume II diseñó un sistema de protección: la muralla, para defender la población local y construir un lugar seguro al noreste de la isla en caso de ataque exterior.
La construcción se inicia en el siglo XIII (1298) y no concluye hasta mediados del siglo XIV (1360). A lo largo del siglo XVI se realizaron nuevos trazados de murallas y se añadieron baluartes a las antiguas, aunque la muralla renacentista tuvo que ser derrumbada debido a un plan de saneamiento de la ciudad.
Uno de los atractivos de la muralla medieval son sus puertas de acceso. Originariamente eran tres, la Porta des Moll o de Xara, la Porta de Mallorca o de Sant Sebastià y la Porta de la Vila Roja. En el paseo por las altas murallas obtenemos grandes panorámicas.
No podemos dejar de fotografiarnos junto a la puerta de Mallorca (las dos torres unidas por el gran portal de arco) o la Porta des Moll, que no está unida a las murallas y que nos muestra el rastrillo o la verja levadiza original.
Después de comer nos marchamos hacia el Puerto de Pollensa para desviarnos hacia el Mirador de Sa Creueta o Colomer, 5 km de estrecha carretera con multitud de curvas. Situado en una roca vertical de más de 200 metros de altura que permite unas espléndidas vistas.
Poco antes de llegar nos detenemos en dos plataformas rocosas donde no hay protección y sin acercarnos a los acantilados, tenemos vistas espectaculares a todo el Cap de Formentor que se adentra en el mar y el Far de Formentor al final.
En el otro lomo, con una posición distinta y más encajonada las miradas son diferentes a una escabrosa cala que se forma entre los dos salientes y a la Atalaya de Albercuix. También nos acompañan algunas cabras de pelo rojizo que pastan en este lado.
Llegamos al amplio aparcamiento para buses y coches donde nos recibe un monumento a Antonio Parietti Coll, que ideó el mirador. El ingeniero también diseñó los 18 kilómetros de carretera hasta el faro.
Las escaleras labradas en la roca nos guían por este espacio de vistas espectaculares hasta el final, donde un par de pequeñas explanadas circulares nos permiten las mejores vistas, con la isla del Colomer al fondo.
Esta vez, aunque hay nubes, la visibilidad es buena y el aire no vapulea pero hay que abrigarse. El flujo de gente es constante, son visitas programadas y el día es el que toca. Nos abrigamos bien y comenzamos un recorrido espectacular junto a un precipicio escalofriante.
Está prohibido salirse del serpenteante pasillo de cemento que tiene barandas metálicas, y en los rellanos, muretes de piedra que nos protegen del abismo. Las fotos al perfil de la roca son impactantes. Dudamos en dirigirnos a la Atalaya de Albercuix, situada a 390 m. de altura pero desistimos.
Hoy está cortada la carretera a Cap Formentor y el Far de Formentor para vehículos, se puede ir a pie pero sería una paliza, no lo teníamos programado y ahora vamos de turismo. Lo sentimos por nuestros amigos que no podrán verlo.
Aunque no se puede visitar, han habilitado las casas de los fareros como cafetería, donde se puede tomar un refrigerio. No sabemos si ahora estará cerrado. La vez anterior, con la bruma, las panorámicas se acortaron mucho.
El Far, comenzó a construirse en 1857, según proyecto de Emili Pou, inaugurándose el 30 de abril de 1863. El abrupto terreno hizo de éste uno de los faros de más difícil construcción. El primer combustible utilizado fue aceite de oliva, luego parafina de Escocia y finalmente petróleo.