Posted by : Vaig a Peu sábado, 20 de julio de 2019

En el monte del Mascarat, por donde se abre el paso de Altea a Calpe o viceversa, dicen los relatos orales que vivió un temido bandolero cuya máscara dio nombre al lugar, aunque, según algunos historiadores, el término no viene sino de maka-as, palabra íbera que significa «piedra cortada». Tan pronto vino como pareció irse el malhechor, encontrándose, al poco de su «marcha» y en la montaña en la que solía ejercer su oficio de delincuente, el cadáver de un hombre irreconocible por la lepra. Unos se aventuraron a decir que se trataba de «El Mascarat», a quien anteriormente ya habían querido identificar con un joven desaparecido del pueblo cercano. Pero la versión más osada de la leyenda dice que: Hace muchos años, en el barranco del Mascarat, había un peñasco cuya configuración, similar a la de un trono, generó una chocante leyenda. Las sucesivas aperturas de túneles y caminos entre Calpe y Altea acabaron con la añeja roca, pero la fantástica historia que explicaba su origen merece unas líneas. Algunos habitantes de la Marina, decían antaño que Judas Iscariote, en vez de ahorcarse después de entregar a Cristo, quiso redimir su pecado, intentando devolver a los conspiradores los treinta denarios de plata que cobró a cambio del Maestro, opción más misericorde y noble, al parecer que la del suicidio impuesto por las crónicas. Según esa tesis, el apóstol traidor, después de abandonar Jerusalén, embarcó desde Haifa hacia Dios sabe donde, quizás rumbo a Roma, añado yo, porque al respecto no ofrece detalles la leyenda. En al mar, un fortísimo viento que azotó la nave durante varios días fue a estamparla contra la costa de Denia. Sin embargo, el maltrecho náufrago, vencido el desencanto, aún tuvo redaños para recorrer andando el litoral alicantino, eso sí, con la bolsa de monedas al cuello, la firme resolución de devolverlas y la remota esperanza de que en Cartagena otro barco lo transportase al puerto deseado. Cuando atravesaba el Mascarat, Judas, exhausto a causa de tantos trajines físicos y morales, divisó una gran peña lisa donde sentarse a descansar. Desde allí, el bellísimo paisaje tendido a sus pies antojósele el remedio ideal para un alma atribulada como la suya. Frente a su infinitud, fatigas y remordimientos amainaron poco a poco, drenados por lágrimas y suspiros expiatorios. Pero el peso de la culpa era tan horrendo que, al levantarse para proseguir el viaje, en la piedra quedó testimonio tangible de ese descargo: las huellas de su espalda, del culo, de los brazos… Imposible suceso, extravagante, conmovedor. (José Soler Carnicer, Leyendas Valencianas)
CÓMO LLEGAR:Por la AP-7 dirección Calpe, salida en la nº 64 ALTEA/CALPE. Seguir por la N-332 dirección Calpe/Valencia para más tarde girar a la derecha para tomar la calle Chambele y luego girar a la izquierda por la calle Currica que tras pasar por el puerto de Campomanes nos dejará en la Cala del Mascarat, en el barranc Salat.
COMPONENTES:VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO:INICIO / BARRANC SALAT / CALA MASCARAT /  ESCALERAS / MIRADOR ACANTILADOS / PUENTE / IZQ. BAJAR BARRANCO / CANYÓ DEL MASCARAT / FINAL DEL CANYÓ DEL MASCARAT/ REGRESO POR EL MISMO RECORRIDO.

LA RUTA:Volvemos al Canyó del Mascarat, cuna de escaladores, es donde el Bernia se precipita antes de llegar al mar en el Morro de Toix. Debido al bochorno veraniego hoy solo llegaremos hasta el fondo del cañón, ida y vuelta.


La Cala del Mascarat está muy tranquila a estas horas. Iniciamos desde el cauce del barranc Salat que desemboca en la misma cala, al principio es un ancho camino entre muros y chalets con miradas al Castellet y el Morro de Toix.












Muy pronto el barranco se va estrechando entre un lecho de aluvión, cantos rodados y una vegetación  exuberante  que nos tapona el paso. Intentamos acceder por los laterales y resulta imposible. Desistimos retrocediendo a la cala.


La humedad del barranco y el poco uso de este acceso hará que se pierda. Por la izquierda de la cala y junto al chiringuito, hay una rampa y escalones que nos elevan hasta la urbanización de chalets para caminar por aceras y asfalto.


La altura nos da grandiosas vistas a la costa y a las altas montañas, desde el Alt del Governador en serra Gelada, hasta el Puig Campana, Ponoig y Penyó Roc. Al asomarnos vemos la Punta del Mascarat  y otra pequeña cala oculta.












Avanzamos con la mirada puesta en la mole del Morro de Toix. Por la derecha se abre un pequeño jardín que da acceso a un amplio mirador con vistas al morro y a la escondida Cala del Racó del Corb a sus pies.


Más adelante, desde otro mirador obtendremos cercanas vistas a sus acantilados cortados a bisel en las proximidades de la Cova dels Coloms. Giramos a la izquierda, dejando atrás el Morro de Toix y las urbanizaciones de primera fila.

Bajamos un poco girando a la derecha por una acera que nos lleva a un puente sobre el barranc Salat, al que habríamos salido llegando por su cauce. Por la izquierda del puente buscamos la mejor manera de bajar al cauce del barranc del Mascarat.











Sorteamos unos grandes pinos hasta bajar al lecho del barranco, hay pocos trazos de sendero y avanzamos intuitivamente hacia el cañón. Tenemos vistas parciales al primero de los puentes y a los altos pivotes que forman el desfiladero.


En el cauce, de mediana anchura, vamos esquivando enormes peñascos y grandes bloques de piedras entre la persistente vegetación de matorral. El sendero se va matizando y algunos mojones indican el mejor paso.












No resulta difícil progresar pero hay que estar muy atentos. A medida que nos acercamos a los puentes, la estrecha garganta se angosta entre las verticales paredes que forman la alta hendidura que comienza a oprimirnos.












Tras pasar por un tramo sinuoso del pedregoso cauce encaramos casi en línea recta el paso por debajo del primer puente, que parece hacer de muro de contención para que no se unan las paredes del desfiladero.












El primer puente,  construido en sillería es de 1885 y actualmente está en desuso. Es de un solo ojo y de porte elegante. Una vez sobrepasado, las paredes vuelven a estrecharse formando un recodo pétreo y firme.












A partir de este puente el matorral y la vegetación van desapareciendo, dando paso a un entorno rocoso y duro donde se nota la opresión de las paredes que solo nos dejan sentir alivio mirando al cielo, al final de la rendija.











El segundo puente es de cemento y con doble carril en dos direcciones, corresponde a la carretera N-332 y fue construido en 1925. El cauce parece obstruirse entre las verticales paredes, pero siempre queda un resquicio por donde avanzar.











El tercer puente es metálico de 1915 y atravesado por la vía férrea del TRAM. Mirar hacia arriba impresiona, las paredes apenas están separadas por tan solo un metro y hay pedruscos a modo de cuña encajados que parecen evitar que se junten.












Queda el pedazo más bonito, de paso franco pero encajonado hasta un punto donde la rendija entre paredes está totalmente obstruida para el senderismo. Es un lugar algo místico que me recuerda a la Cova Santa  en el barranc de l’Infern.











Vamos regresando por el mismo sitio, observando el poder erosivo y abrasivo de las aguas en miles de años, también la solubilidad de las rocas calizas que han moldeado este impresionante desfiladero y sus paredes con más de cien metros de altura.











Nos recreamos  contemplando la espectacularidad de las rocas caídas desde las faldas del Bérnia, encajadas en lo alto por ser mas grandes que la distancia entre las paredes del desfiladero, y quizás, consiguiendo que no se unan.












Deleitándonos en pequeños detalles que observamos desde distintas perspectivas salimos del cañón. Merece la pena llegar hasta este punto del barranc del Mascarat. Con meteorología adversa y fuertes lluvias debemos de abstenernos.


De nuevo en el puente del barranc Salat proseguimos por la izquierda dejando el cauce y con vistas al Puig Campana, repitiendo el camino hasta llegar a la Ronda del Atardecer que nos llevará por la línea del mar.


Con el sol algo más alto las miradas siguen siendo prodigiosas a la Punta del Mascarat y serra Gelada. Al llegar al chiringuito reservamos mesa. Nos cambiamos, nos damos el merecido y tranquilo baño, luego a por las cervezas.
RECORRIDO:LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:6,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:02:00 HORAS.
DESNIVEL POSITIVO:139 M.
DESNIVEL NEGATIVO:125 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

Entradas Más Visitadas

Patrocinadores:

Retales Design. Con la tecnología de Blogger.

- Copyright © Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos -Metrominimalist- Template by Johanes Djogan - Blog Designed by Díez Pérez - Gráfico&Web -