Posted by : Vaig a Peu lunes, 9 de marzo de 2015

Sierras blanquecinas y calizas de abruptas formaciones se contraponen con montes alomados de colores rojizos en el Parque Natural Sierra de las Nieves, un espacio ubicado al este de la ciudad de Ronda (Málaga). Con una extensión de 23.163 ha, fue declarado parque natural el 28 de julio de 1989 y en 1995 su designación como Reserva de la Biosfera. Abarca los municipios de El Burgo, Istan, Monda, Parauta, Ronda, Tolox y Yunquera.

Los montañeros tienen en este Parque una cita con el Pico Torrecilla, de 1.919 metros de altitud, mientras que los amantes de la espeleología prefieren simas y pozos naturales como la del GESM con 1.101 metros de profundidad. Tanto en superficie como en el mundo subterráneo se suceden caprichosas formaciones kársticas originadas por la erosión y posterior precipitación de las calizas. En las cotas más bajas, las peridotitas tiñen de rojo el paisaje. Se trata de unas rocas mucho más impermeables que las calizas y con una especial composición que favorece la aparición de interesantes especies de flora.  
El nombre del Parque desvela la presencia de nieve en sus altas cumbres, que antiguamente se mantenía durante todo el año. Los lugareños la almacenaban en los neveros y aprovechando las noches la bajaban mediante mulas, distribuyéndose por pueblos y ciudades. 

Su riqueza botánica es impresionante, pues acoge hasta 1.500 tipos de plantas, 19 de ellas exclusivas del ámbito rondeño. Principal protagonista es el pinsapo, un abeto mediterráneo, reliquia botánica que tiene sus únicos reductos en estas sierras y su entorno -monumental natural de La Escalereta-. Comparte escenario altitudinal con bosquetes de quejigo en los montes de Tolox y con el tejo en reductos muy concretos y singulares -Cañada de las Carnicerías y Meseta de Tolox. En las cotas superiores el monte se clarea y da paso a arbustos espinosos y almohadillados que soportan los rigores del invierno: enebros, sabinas rastreras, piorno azul, cerezo rastrero y carrasquilla, propios de latitudes mucho más septentrionales.

En cotas bajas aparece la encina que alterna en zonas más húmedas con alcornoque y un matorral formado por aladierno, aulaga, enebro de miera, majuelo, jara blanca, endrino, agracejo y pendejo. También destaca la presencia de pino, manchas de algarrobos y castaños, y cornicabra, con una de las mejores poblaciones de Andalucía.

Aunque es la cabra montés el emblema faunístico del espacio protegido, quizá sea la avifauna la de mayor interés pues acoge hasta 120 especies, con amplia representación de rapaces, tanto diurnas como nocturnas. Durante los movimientos migratorios se pueden observar grandes bandadas de abejero europeo y milano negro, y cuenta con otras aves, tanto vinculadas a bosques, como a roquedos o a lechos fluviales. Es de subrayar la presencia de invertebrados, como el cangrejo rojo autóctono o la araña negra de Los Alcornocales (la mayor del continente Europeo), un importante elenco de murciélagos, una subespecie de salamandra exclusiva de las Sierras de Cádiz y Málaga y algunos peces restringidos tan solo a los cursos fluviales de este espacio: cacho de Málaga (río Guadalevín) y el pez fraile (río Verde).


Este precioso paraje ha sido el destino de  nuestro último viaje. Hace algo más de un mes, en una de nuestras visitas a Madrid, compramos en la Tienda Verde, el mapa del Parque Natural para preparar nuestras rutas. Nos gusta hacerlo con tiempo, para encontrar alojamiento cercano a los puntos de acceso al Parque. Teníamos un bono regalo de una escapada rural de dos noches con cena y desayuno, que se adaptaba a la perfección en el pueblo de El Burgo, en el Hotel la Casa Grande del El Burgo, magnifico alojamiento regentado por Noelia, una catalana de ascendencia andaluza que nos atendió de maravilla.

En un principio habíamos reservado las cuatro noches en el mismo sitio, pero estudiando detenidamente las posibles rutas que teníamos seleccionadas, los desplazamientos a la zona de Ronda, más los accesos a los puntos de inicio de las rutas, resultaban largos, ya que se trata de carreteras y caminos de alta montaña. Tampoco queríamos pernoctar en Ronda, pero encontramos la solución salomónica: Hotel Sierra Hidalga. A 2 km de Ronda, en la carretera A-397 a San Pedro de Alcántara, donde entre los km 13 y 14 está el acceso al Parque Natural. Pulcro hotelito para que al regreso de las rutas, duchados y descansados, pasear y cenar en Ronda.

El tiempo en estos días ha sido maravilloso, llegamos con algunas prendas de inverno y acabamos haciendo las rutas en camiseta y pantalón corto. Pese a ello, la mayoría de los recorridos discurren por las umbrías, entre los majestuosos bosques de pinsapos que nos han dejado con la boca abierta, monumentales abetos en el sur. Vale la pena venir a verlos. Iremos colgando en el Blog las cuatro rutas realizadas.


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