Posted by : Vaig a Peu sábado, 7 de marzo de 2015

En la parte umbrosa del Barranc de la Canal, en el término municipal de Beniardá, y en una cota superior a la de la Font del Cantal, entre los 1.060 y los 1.150 metros, se localizan tres pozos de nieve que tienen una morfología muy similar a los “clots” de neu de la sierra Aitana. Son pozos rudimentarios con paredes ligeramente ataludadas, basadas en piedras de dimensiones regulares y grandes. Estos pozos de nieve, que aprovechan los peñascos para ahorrar un esfuerzo en la edificación, probablemente no conocieron nunca una cúpula de obra; la nieve introducida durante el invierno se cubría con paja, lonas, vegetación y muy posiblemente  era la primera nieve de la sierra que se transportaba para vender. En las áreas de montaña del norte de la provincia de Alicante, pastores y ganados han sido siempre una parte familiar del paisaje, su peso y su presencia en la economía y en la sociedad de los pueblos montañeros ha sido significativa. En todos los pueblos había pastores y ganados de cabras blancas y ovejas, y la mayoría de las casas tenían una o dos cabras negras para la leche. Muchos ganados eran mantenidos a lo largo del año dentro del término del pueblo donde residía el pastor; la trashumancia, de corto recorrido hacia las zonas costeras vecinas donde pasaban los meses de invierno, era practicada por un número reducido de rebaños. La presencia de los pastores en las montañas nos ha dejado una huella muy constatable: estructuras para guardar el rebaño, abrevaderos y caminos ganaderos constituyen el conjunto fundamental de los lugares etnográficos relacionados con el pastoreo tradicional en la montaña. En los términos de Fageca y Famorca se ha descrito tres tipos de construcciones relacionadas con rediles para guardar los rebaños: los corrales, los cesters y los esbardals. Tanto los cesters (cercos de piedra seca que aprovechan la umbría en un cortado de peña) como los esbardals (rodales de piedra seca sin cubierta) eran utilizados solamente durante los meses de calor, es decir, a partir de mayo, mientras que los corrales, que tienen una complejidad estructural mayor, solían ser más de otoño a invierno. Uno de los aspectos más interesantes asociados a los lugares de resguardo del rebaño, es la producción de estiércol. Los cesters y los esbardals, pero especialmente los corrales, eran construidos frecuentemente con esta intención y funcionaban con áreas de producción de estiércol, un estiércol que era vital para mantener la productividad de las tierras, a menudo muy explotadas.
CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia, Polop, Benimantell y Beniardá. Continuar por la carretera que rodea el Pantano de Guadalets hasta el cruce balizado por un poste con paletas de los PR-CV 18 y 19. Continuar subiendo hasta que se acaba el asfalto, se puede aparcar en los huecos de las curvas o a la izquierda, sin bloquear la salida.
ITINERARIO: INICIO / DERECHA, SUBIDA LIBRE / CASTELLET DE SERRELLA / SENDA PR-CV 146 / BARRANC DE LA CANAL / COLLADO 1 / NEVERO 1 / NEVERO 2 / COLLADO DE LA CANAL / SUBIDA LOMA / MALLADA DEL LLOP / SEGUIR POR LA CRESTA / BAJADA EN DIAGONAL / FONT DEL CANTAL / CORRAL EN RUINAS / RECUPERAR SENDA / PLA DEL BLANCONC / INICIO.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO Y SANTI.

LA RUTA: El tiempo está cambiando, se acercan los preciosos días primaverales y hoy ha sido uno de ellos, que ha puesto colofón a esta encantadora ruta, quizás una de las mejores panorámicas montañeras de la provincia. La hemos realizado varias veces pero siempre con variaciones, las de hoy: El inicio, el Castellet y la cresta de la Canal.

Iniciamos por la pista de tierra de los PR-CV 18-19-46, que en esta parte está cubierta y, sobre todo en las curvas, por una capa de cemento que la protege en las lluvias dado su fuerte desnivel. Hacia el valle de Guadalest las vistas lo acaparan todo, arriba la sierra de Aitana y por debajo las aguas del Pantano de Guadalest.

Entre las revueltas con duras pendientes, vamos teniendo preciosas miradas, y en una de ellas, la primera visión del Barranc de la Canal. Aproximadamente a 1,2 km de subida por la pista, cerca de un camino por la izquierda, dejamos la pista y seguimos ascendiendo sin senda, virando a la derecha.

Tomamos dirección a las paredes de la base del Castellet y pegados a ellas seguimos subiendo por la derecha hasta una barrera de rocas por la que pasamos al otro lado, atajando y conectando con el camino del Castellet. Por la pista habríamos llegado al mismo sitio, pero no es lo mismo.


En todo lo alto, ya tenemos a la vista los restos de lienzos de muralla del Castellet de Serrella. Por el PR-CV 149 que viene de Castell de Castells, hacemos una fácil subida junto a una vigorosa hiedra hasta el gran aljibe. Desde esta altura tenemos una enorme panorámica al Barranc de la Canal.

Es uno de los castillos mayores citados en el Pacto de la Jovada que pertenecía al valí de La Vall d'Alcalá, al-Azraq. En 1254 fue conquistado por Jaime I, en 1290 tomó posesión del lugar Bernat de Sarriá, y después pasó a manos de la Orden de Calatrava, constituyéndose la Encomienda de Castell de Castells. El decreto de expulsión provocó levantamientos y revueltas, hasta que fueron sofocadas en la Batalla del Pla de Petracos. El castillo debió quedar abandonado tras la Reconquista.


El emplazamiento del Castellet de Serrella es único. Encaramado en la apretada cima de este cerro puntiagudo, a 1051 m. de altitud, domina visualmente todo el valle y sus alrededores. Desde su espolón oeste contemplamos maravillados, la gran brecha que surca el Barranc de la Canal. Espectacular.

Descendemos y marchamos por la izquierda con el PR-CV-146 cuyo trazado veíamos desde arriba. Zigzaguea por la loma en dirección a la ladera derecha del Barranc, y a Castell de Castells, que vemos en el fondo del otro valle. Cerca de un redil de ganado dejamos el camino por una senda que bordea la pared.

La senda busca el mejor paso para descendernos en diagonal, uniéndose al sendero que viene desde Famorca y remonta hasta la Mallada del Llop. Las vistas siguen siendo impresionantes desde el cauce el barranco; sus portentosas paredes calizas, de altura considerable, flanquean todo el recorrido.


Se nota que se acerca la primavera, las aliagas que invaden gran parte del lecho, colorean de amarillo intenso el paisaje. Comienza un pausado recorrido en continua pendiente moderada por la parte derecha y soleada del Barranc. Enfrente, dejamos atrás dos de los tres pozos de nieve que hay en el cauce.

Antes de alcanzar el collado la senda discurre cerca de las paredes calizas, donde varias hiedras las motean de verde enérgico y se aferran a ellas trepándolas verticalmente. Por detrás, la Penya del Castellet toma toda su plenitud con dimensiones colosales. El día está radiante.


Alcanzado el primer collado, no seguimos el sendero habitual que nos bajaría para subir de nuevo al siguiente collado. Por la izquierda, sin sendero, solo siguiendo algunas trazas, remontamos en diagonal la loma de pequeñas piedras contenidas por el abundante matorral de cojín de monja.


Una vez en la cuerda de la sierra, las vistas comienzan a ser grandiosas. El Montgó (752 m.) emerge entre la bruma del mar, pero si nos fijamos, distinguimos la isla de Ibiza; el valle de Guadalets a nuestros pies, y enfrente el solitario, a estas horas, punto geodésico de nuestra cima de hoy.


La Mallá del Llop (1.360 m.) tercera altitud del macizo de la Serrella. Magnifico otero; quizás las mejores vistas montañeras de la provincia. La Sierra de Aitana al norte, al sur la de Alfaro, al oeste el Pla de la Casa y al este Guadalets con su embalse. Almorzamos contemplando el gran espectáculo.

Iniciamos el regreso. Hoy optamos por crestear un tramo de La Canal por su margen derecha. Ya lo intentamos otra vez pero comenzó a llover y tuvimos que desistir. Hoy hace un día maravilloso. Tomamos de nuevo la cuerda de la sierra y por la derecha nos dirigimos a la primera de las crestas.

Desde esta altura el fondo del Barranc de la Canal es sorprendente y enlaza con la Penya del Castellet que hace de tapón. En la otra vertiente, y hacia arriba, la apretada masa de la pineda del Barranc del Monesillo hasta la Serrella. Desde la cumbre un grupo de extranjeros parece seguirnos.


El tránsito por las crestas es bastante factible y guiados por mojones vamos progresando, solo en algunos enclaves rocosos tenemos que apoyar las manos para salvarlos por uno de los lados. El otro grupo ha desistido y toma el camino normal. Las vistas lo acaparan todo. Patro y Santi aprovechan para recolectar salvia.

Llegados a un gran peñón que habría que salvar, hay mojones para ello, nuestro Track indica la bajada, puesto que  nuestro destino es el Pla del Blanconc, y no el Barranc de la Mata. Comenzamos a descender en diagonal hasta llegar al cauce del Barranc muy cerca de uno de los pozos de  nieve.

Ninguno de los tres pozos tiene cúpula y están deteriorados. Nuestro sendero discurre ahora pegado a las paredes de la derecha según en sentido de la marcha, metidos en la umbría  no es tan definido como el de subida; luego, volvemos al centro del cauce en la Font del Cantal, con una larga pileta de uralita y sin agua.


El entorno es más silvestre, menos pateado y con vestigios de antiguos incendios. Alcanzamos las ruinas de un viejo corral, situado a los pies de una gran roca caliza que tiene una enorme oquedad poco profunda producida por la erosión y el desprendimiento de grandes bloques. Preciosas vistas al embalse de Guadalets.

Delante de la Penya del Castellet, hay otra peña perforada en su parte alta por un singular agujero en forma de ojo de aguja. Continuamos por la izquierda entre restos de terrazas abancaladas, siguiendo unos puntos rojos poco definidos y conectando con un camino que nos deja en un lugar idílico.


El Pla del Blanconc, es otro antiguo corral en ruinas, pero en un emplazamiento estratégico y con unas vistas asombrosas; a la entrada del Barranc de la Canal con una visión completa de la enorme brecha que lo atraviesa. Por detrás la Penya del Castellet, y por delante, Aitana, el embalse y el valle de Guadalets hasta el mar.

Proseguimos el camino por la izquierda, que subiendo un poco nos adentra en un bosquete de pinos donde tenemos las últimas vistas al embalse  y a la situación del Pla del Blanconc; el reverso de la peña agujereada es totalmente diferente, con tres impresionantes paredes verticales terminadas en punta roma.

El camino serpentea acercándose a la base de la Penya del Castellet y enganchamos con la subida de esta mañana, saliendo a la pista de tierra. Solo nos queda descender las fuertes rampas hasta el coche. Extraordinaria ruta la que hemos realizado, con unas vistas encomiables, os la recomiendo.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,150 KM.
TIEMPO: 05:25 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.360 M. (La Mallada del Llop)
ALTURA MÍNIMA: 601 M. (Aparcamiento)
DESNIVEL POSITIVO: 1.201 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.201 M.
DIFICULTAD: ALTA.

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