AITANA CON NIEVE DESDE EL POUET D’ALEMANY.

Posted by : Vaig a Peu domingo, 21 de marzo de 2021

La sierra de Aitana pertenece al conjunto estructural de la Cordillera Bética en su extremo más oriental. Caracterizada por un relieve extremadamente accidentado y fuertes pendientes, sus laderas de tipo cantil-talud, junto a su proximidad al mar hacen de esta sierra un lugar de fuertes contrastes y de preciosas vistas. Lo abrupto de su orografía, con sus vértices puntiagudos y verticales paredes junto al buen clima que suele padecer durante todo el año, hacen de esta sierra un lugar ideal para ascender en cualquier época, en el paisaje de la sierra predomina abrumadoramente el roquedal, sobre todo en los niveles superiores de la vertiente septentrional. Es precisamente en esta vertiente donde se encuentran las alturas principales: aparte del pico que da nombre a la sierra (Aitana 1.558 m), son destacables la Penya Alta (1.505 m), la Penyó Mulero (1.308) y el Alt del Carrascal (1.341 m). Actualmente, un total de nueve pueblos se sitúan en las inmediaciones de la sierra: Alcolecha y Penáguila, al noroeste; al norte, y en el Valle de Guadalest, se encuentran Confrides, Abdet, Benifato, Beniardá, Benimantell y Guadalest, finalmente, en el límite sur de la sierra, aparece Sella. Todos estos municipios se encuentran en las comarcas del Condado de Cocentaina y la Marina Baja.

CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 dirección Valencia, salida nº 66 VILLAJOYOSA. En la rotonda tomar la CV-770 dirección SELLA/ORXETA/RELLEU. En Sella, cruzar el pueblo, y seguir por la misma carretera dirección Port de Tudons durante unos 5 Km, donde tomaremos el camino asfaltado que sale por la derecha. Seguiremos ascendiendo durante unos 6 Km hasta que termine el asfalto junto a la Fuente y Pouet d’Alemany. Hay sitio para aparcar.

COMPONENTES: VICENTE Y SANTI.

ITINERARIO: POUET D’ALEMANY / DESVÍO AL DIVINO / CAMINO DE TAGARINA-VISTAS / PORT DE TAGARINA IZQ. / ALT DE TAGARINA / PENYA ALTA / PANORÁMICAS / SIMAS DE PARTAGAT-IZQ. / VISTAS ALBARRANC DE PARTAGAT / CIMA DE AITANA / BAJAR CAMPO A TRAVÉS / BARRANC DE PARTAGAT-DCHA. / LECHO DEL BARRANC / IZQ. SALIDA DEL BARRANC / VISTAS AL BARRANC DEL CARRASCAL / PASSET DEL CARRASCAL / CIRCO DEL CARRASCAL / ALMENDROS-CAMINO IZQ. / CARRETERA-IZQ. / VISTAS AL BARRANCO / PANORÁMICAS DE LA BAJADA / POUET D’ALEMANY.

LA RUTA: Hoy hemos vuelto a repetir la ruta a Aitana desde el Pouet d’Alenay y la bajada por el Barranc del Carrascal. Pensábamos añadirle la subida al Divino pero la hemos dejado por la cantidad de nieve y pensando en el esfuerzo de la bajada.

Debido a las fuertes rachas de viento anunciadas la hemos pospuesto hasta hoy, y la verdad es que hemos gozado de un día perfecto, la nieve ha aguantado en las cotas altas llegando a los 40 centímetros de espesor y tipo primavera.

Iniciamos desde el Pouet d’Alemany siguiendo el ancho y embarrado camino del azagador de la Penya de Sella, en suave y constante ascenso; con la gran mole de Aitana a nuestra izquierda, de la que nos separa el Barranc de Tagarina.

Este barranco nos acompañará en la primera parte de este recorrido formando un estrecho y apartado valle con numerosas masías, casi todas restauradas y habitadas. Por nuestra derecha irá apareciendo el Morro de les Creus (1.113 m.)

Al tomar altura el camino hace una curva cerrada que nos permite tener una extensa visión del diminuto y encajonado valle, la portentosa ladera de Aitana y el Morro Carlos que comienza a emerger quedándose atrás.

Arriba en la curva, llegamos a una bifurcación, el azagador se va por la derecha y nosotros continuamos subiendo por la izquierda. Las vistas con el tibio sol, son estupendas, y de pronto, por la derecha, irrumpe en el paisaje la grandiosa figura del Puig Campana (1.409 m.), con su muesca en forma de ventana.

Es una visión nítida y en la perspectiva, el Penyó Divino (1.119 m.) nos parece de mayor altura. En su loma distinguimos la torre del Colomer junto al Mas de Patarana. Dejamos atrás el desvío de ida y vuelta al Divino.

Para sortear un barranco el camino comienza a bajar suavemente y a la derecha vemos una pequeña cruz adornada con sufridas flores de plástico, que marca el lugar donde murió una persona haciendo lo que más le gustaba, suponemos que sería senderismo.

El camino termina de bajar al fondo del barranco y hace un largo zigzag para volver a subir con vistas al Puig Campana y al litoral marino. Existe un pequeño atajo marcado en el mapa que ahorra bajada, pero con la nieve no lo encontramos.

Tenemos por delante el camino franco con suave desnivel hasta el Port de Tagarina que la nieve hace encantador, y mirando hacia atrás, la mole del Puig Campana sigue creciendo con poca nieve en su cara norte.

Port de Tagarina (1.256 m.). Estamos en una encrucijada de senderos y un esplendido mirador a ambas vertientes, la que acabamos de recorrer y la que da al valle de Guadalest, delimitado por las barreras montañosas de Aixortá, Mallada del Llop, Pla de la Casa y la Serrella.

Si seguimos de frente bajaremos a la Font de Partagat y Benifato, por la derecha subiríamos al Penyó Mulero (1.308 m.), y por la izquierda, es nuestra senda con destino a la cima de Aitana. Tenemos hacia arriba un fuerte y pedregoso repecho hasta alcanzar la cuerda de la sierra.

Con paciencia, poco a poco, vamos superando el fuerte desnivel. La nieve ha taponado los huecos y sujetado las piedras haciendo más llevadera la subida. La altura nos da grandes perspectivas del Penyó Mulero.

En los descansillos aprovechamos para tomar aliento y seguir escrutando el paisaje nevado con Guadalest y l’Aixorta y sobre el Penyó Mulero, aunque algo brumoso, el Bérnia y el Penyal d’Ifach en el mar.

Alcanzada la cuerda de la sierra que marca la depresión y el abismo, las panorámicas son sublimes al Puig Campana, al Penyó Divino, la sierra de Orxeta, el pantano de Amadorio y por supuesto el litoral marino.

La senda discurre muy cerca de los cortados y siempre en ascenso, en las asomadas a los precipicios hay que tomar precauciones por las pequeñas placas de hielo. Alcanzamos la primera altitud, Alt de Tagarina (1.434 m.).

Bajamos un poco para volver a remontar hacia una altura mayor. La senda se patea bien siguiendo las huellas y en los tramos de mayor espesor aprovechamos los huecos de las anteriores. Es nieve polvo que no moja.

Llegamos a la segunda altura de sierra, Penya Alta (1.505 m.) sin asomarnos a los cortados, hay algo de hielo entre las carrascas. El paisaje nevado llena el horizonte hasta las cumbres de la Serrella y el Montcabrer.

Al bajar de Penya Alta vemos lateralmente las paredes con hielo incrustado, la nieve y los fuertes vientos de estos días han pintado de blanco las rocas. Hoy, la suave brisa nos trae grandes nubes de algodón desde el mar.

Nos vamos acercando a la zona del Pas de la Rabosa y de Forata, con el final de las Simas de Partagat, con sus preciosos altibajos. Por encima de las redondeadas lomas distinguimos los artilugios militares de la cima.

Las fracturas del paisaje son increíbles, hay rocas calizas con edades entre los 35 y 50 millones de años. Desde esta posición se consiguen las fotos más emblemáticas de Aitana. Llegamos al cruce de senderos y a un pequeño rellano herboso.

Nos asomamos a ver la depresión de las Simas de Partagat. Aunque estas fracturas abiertas por gravedad son muy comunes, sus dimensiones las convierten en un ejemplo interesante desde un punto de vista paisajístico y didáctico. Para comprender su origen, es necesario resaltar que estas calizas se apoyan sobre unas arcillas también de edad Eoceno.

Continuamos por el sendero hasta la “cima” de Aitana, un montón de piedras a 1.545 m. de altitud antes de llegar a la valla del recinto militar. Digamos que es el punto donde los montañeros decimos haber hecho cumbre. El verdadero Vértice Geodésico (1.558 m.) está dentro del vallado.

Almorzamos contemplando las bellas vistas del camino recorrido junto a la valla del recinto militar. En las antenas y la tela metálica ha quedado solidificada una bonita cencellada. Iniciamos el regreso campo a través.

Tenemos que descender hasta el fondo de la vaguada, al barranc de Partagat. Mirando al Puig Campana, y procurando no hundirnos mucho en la nieve. No hay sendero ni mojones, se trata de bajar buscando las mejores opciones hasta llegar al cauce del incipiente barranco.

Una vez en él, perdemos la visión de las antenas y comenzamos a recorrerlo. Es la primera vez que lo bajamos con nieve y tenemos suerte de que sea tipo primavera. El lecho se vuelve más profundo y crecen rocosas paredes laterales que angostan el paso.

Lo recorremos durante unos 400 metros procurando pegarnos al lado izquierdo. A esta altura veremos que al frente-derecha, unas grandes rocas cortan el descenso. En este punto saldremos del barranco por la izquierda.

Junto a un gran peñasco aparece el primer mojón de piedras y se abre un portalón que nos obsequia con la agradable visión del Barranco del Carrascal desde su cabecera, y de nuevo la silueta del Puig Campana.

El Racó del Carrascal es una pequeña burbuja dentro de esta enorme sierra. Altos paredones forman una muralla de 1.341 m. en su parte más elevada y con un fuerte desnivel termina en un estrecho embudo, en el Passet del Carrascal junto a un bancal de almendros que nos servirán de referencia.

Empezamos a bajar por la izquierda; esporádicos mojones nos van guiando sin precipitarnos en la bajada, haciéndolo lateralmente hacia la base de las paredes, junto a un pequeño pivote puntiagudo, y vigilando los pasos en la nieve.

Diagonalmente seguiremos descendiendo, es difícil evitar resbalones ya que la nieve cubre matorral y pedrera haciendo que nos hundamos en ella. Hay que seguir hasta situarnos frente al embudo por la izquierda.

Mirando hacia arriba las paredes son impresionantes. Por el nombre de este bello rincón, en sus mejores tiempos debió de estar poblado de carrascas, que ahora escasean arrasadas posiblemente por algún incendio. Pese al inclinado desnivel vamos avanzando con moderación.

A media bajada los mojones son más frecuentes y se agiliza el descenso. Poco a poco las paredes se van estrechando angostando el paso antes de entrar en el embudo. Mirando hacia arriba, los paredones forman un pequeño circo sin aparente fisura.

Entramos en el Passet del Carrascal que cierra la burbuja dejando aislado este escondido rincón, el barranco se estrangula y arribamos a los bancales de almendros que desde arriba nos parecían inalcanzables.

Por la izquierda del bancal nace un camino delimitado con vallas por el que proseguimos. El paisaje vuelve a ser familiar; enfrente y sobresaliendo de la pineda vemos la Penya de Sella. El camino de tierra hace varias revueltas entre fincas y casas de campo para terminar en la carretera.

El asfalto es tedioso, pero apenas son dos kilómetros en ascenso hasta el Pouet d’Alemany donde cerramos el círculo y la ruta. No le quitamos ojo a la ladera de Aitana, ahora que sabemos donde se ubica la entrada al Racó del Carrascal.