Posted by : Vaig a Peu sábado, 19 de mayo de 2018

La Batalla de Acentejo fue una batalla que se produjo durante la conquista de Tenerife, en el  Barranco de Acentejo en el año 1494, aunque su fecha no puede atribuirse con exactitud, se estima que pudo haber ocurrido en mayo. Esta batalla también se conoce como La Matanza de Acentejo, la cual da lugar al nombre del  municipio homónimo en el norte de Tenerife, el cual, a su entrada, tiene un mural conmemorativo de éste episodio. Es considerada como uno de los episodios más importantes de la Historia de Canarias, especialmente, por ser la principal derrota del ejército castellano durante la Conquista de Canarias en el siglo XV. Tras la conquista de la isla de La Palma en 1493, quedaron todas las islas del archipiélago bajo mando castellano, a excepción de la isla de Tenerife, que seguía controlada por los guanches. Las tropas castellanas se internaron en Tenerife para poder tener el control de todas las islas, pero se encontraron con una resistencia mayor de lo esperado. La contienda enfrentó por una parte, a los aborígenes de la isla de Tenerife, capitaneados por el Mence y de Taoro, Bencomo, asistido por su hermano Chimenchia, y por otra parte, al ejército castellano, en el cual también se integraron aborígenes de la propia isla (Menciyato de Güímar) como de otras (Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria), capitaneados por Alonso Fernández de Lugo. El ejército castellano desde el campamento se adentró en el territorio de Taoro se apoderó de animales que pastaban por la zona y, confiándose al no encontrar presencia de los guanches, emprendieron el camino de regreso. Por otra parte el ejercito aborigen los vigilaba y seguía por el monte para esperar la oportunidad de hacerles una emboscada, lo que se produjo en el barranco de Acentejo. Éste era un lugar de monte, con una cuesta hacia arriba con presencia de matorrales y arbustos, presentando una desventaja táctica a los jinetes castellanos, y, al mismo tiempo, una ventaja a los aborígenes de Tenerife, ya que eran oriundos de esta zona. El desenlace de la batalla se salvó como una victoria de los aborígenes tinerfeños, utilizando como armas principalmente las pedradas y los bastonazos, frente a un ejército castellano tecnológicamente superior, obligando a los soldados castellanos supervivientes a retirarse a su campamento en Añazo (actualmente en  Santa Cruz de Tenerife). Se dice que el pueblo de La Esperanza tiene ese nombre debido a la esperanza de salvación de los castellanos tras la huida de la batalla, al divisar desde esa zona montañosa el campamento en la costa. El propio Alonso Fernández de Lugo salió malherido, pero pudo salvar su vida gracias a la ayuda de Pedro Benítez el Tuerto.
CÓMO LLEGAR: Por la TF-312 para enlazar con TF-5 seguir hasta la salida nº 19 hacia Tacoronte. Seguir por la calle de las Higueras hasta conectar con la TF-226, seguir hasta la Esperanza, girar a la derecha por la calle del Roquillo y luego a la izquierda por el Camino de Juan Fernández, hasta el lugar de aparcamiento.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / PISTA EL RAYO / CRUZ DE FLORES / DESVÍO IZQ. / PLAZA DE LA PAZ / DERECHA / GIRO DCHA.  / GIRO IZQ. / DCHA. / DESVÍO DCHA. / DESVÍO IZQDA. / DESVÍO DERECHA / CRUZ DE FUNE Y DCHA. / SEGUIR DE FRENTE / A LA DCHA. / DE FRENTE / PARKING.



LA RUTA: Llegamos el jueves por la noche a Tenerife y ayer dedicamos el día a posesionarnos en el hotel, alquilar el coche a partir de hoy, bajar a recordar viejos tiempos en el Puerto de la Cruz, y preparar la ruta de hoy.

No queremos forzar mucho la rodilla de Susi y hemos elegido una ruta cercana y con poco desnivel. Toda ella transcurre por pistas forestales muy cuidadas entre abundante vegetación con un buen grado de humedad.


Iniciamos tomando la pista del Rayo por la izquierda. Toda la ruta está balizada por postes con paletas informativas y carteles de madera, y está acondicionada para vehículos, motos, ciclistas, caballos y senderistas.

Pese a ser sábado, no hemos visto coches ni caballos, solo algunos ciclistas y otra pareja de caminantes. Hemos realizado una tranquila ruta en un día brumoso. Al principio ha sido cuando con más gente nos hemos cruzado.

Nos extraña ver una zona del camino donde han sido talados enormes ejemplares de pino, con troncos de más de 60 centímetros de diámetro y alturas que llegarían a los 20 metros. Oímos ruidos de motosierras.

Vemos gente que está cortando los troncos más pequeños y cargándolos en sus vehículos. Al preguntar nos aclaran que han talado los pinos que no son canarios por riesgo de incendios y los sustituyen por plantones de esta variedad.

El pino canario tiene la característica de ser resistente al fuego, debido al grosor de su corteza y a la capacidad de florecer del tronco, que vuelve a rebrotar incluso cuando ha perdido todas sus hojas, por eso sobrevive a incendios moderados.











Pasamos por una zona donde predominan los eucaliptos, con ejemplares extremadamente delgados y de alturas superiores a los quince metros. Pero el paisaje vuelve a cambiar raleando la vegetación invadida por la bruma.

Por la izquierda vemos un precioso rincón donde hay una pequeña cruz revestida de flores y sobre una madera varias figuritas aparentemente religiosas, jarros y macetas con flores. No sabemos si aquí también celebran las cruces de mayo.


La bruma acorta las miradas del cambiante paisaje donde aparecen los helechos con esporádicos y espigados eucaliptos, y una barrera de pino canario. Hacemos un desvío a la izquierda pero sin dejar la pista el Rayo.











Nos llama la atención un altísimo ejemplar de pino canario con ramaje por todo el tronco pero de poca envergadura. Cerca, quedan apilados los troncos talados de pino no canario cortados en piezas de tres metros para su aprovechamiento maderero.


Seguimos rodeando una loma entre florido matorral alto y espesura de arbustos. Pasamos por la zona de las Helecheras, señalada por un cartel de madera y, más tarde entramos en el término municipal de Tacoronte.


Alcanzamos el cruce de caminos de la Plaza de la Paz de El Sauzal, y Fuente Fría. Curioso nombre el primero para un camino. Torna a cambiar el paisaje, hay mucha humedad con restos de barro y alta arboleda a ambos lados.


Dejamos atrás el cruce con un sendero PR balizado que se adentra en el bosque. Nosotros continuamos por la embarrada pista, que forma un estrecho pasillo entre la exuberante arboleda donde destaca un raro pino de colgante ramaje.


En un corto tramo hacemos dos giros a la derecha, iniciando el regreso por la parte de arriba, en camino casi paralelo al que traíamos. Entramos en el término municipal de La Matanza por ancho camino de tierra.


Los arbustos son abundantes y con delgados troncos parecidos a la laurisilva, el entorno vuelve ser más húmedo y cerca de un enorme tocón, debió ser un árbol grandioso, volvemos a girar a la derecha por la pista de los Covachos.


Al no llegar a estar embarrada, se hace muy cómodo el caminar por la nueva pista, con un largo y hermoso pasillo de tupida vegetación. El musgo comienza a invadir algunas rocas y pomos de flores culminan varios arbustos.


A los pies de la arboleda vuelven los helechos, y poco después, un precioso tramo de matorral bajo de diversas variedades en plena floración, dejando amplias manchas de colores amarillos, azules, blancos y distintos tonos de verde.  


Otro giro a la izquierda nos mete en la pista de la Fuente Fría, donde hay un cruce a la pista de Las Crucitas. Entramos y salimos de pasillos de arboleda, y entre helechos volvemos a adentrarnos en el término municipal de Tacoronte.


Llegamos a una zona con numerosos desvíos y cruces de pistas, todos ellos balizados, pero para los visitantes es imprescindible el manejo del GPS. Varios giros a la derecha y uno a la izquierda nos llevan a tomar el sendero PR-TF 25.


Caminar por el sendero todavía es más agradable que por la pista; se adentra entre la retorcida arboleda hasta la Cruz de Fune, una diminuta ermita en un florido rincón bajo un acebo, donde llega una romería en el mes de mayo.


Proseguimos por la derecha, aunque está un poco confuso por un cruce de senderos. Entramos en la zona de deforestación, donde están siendo talados los grandes pinos que no son canarios, los troncos y ramajes están desordenados.


Seguimos de frente y luego a la derecha entre los restos del pinar derribado hasta cerrar la ruta en el aparcamiento. Recorrido muy agradable por caminos rurales entre variada vegetación. Imprescindible el GPS.
RECORRIDO: CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 11,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.178 M.
ALTURA MÍNIMA: 1.015 M.
DESNIVEL POSITIVO: 218 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 237 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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