Posted by : Vaig a Peu
miércoles, 13 de septiembre de 2017
Hoy tenemos por delante un día intenso y espectacular al meternos de lleno en el Parque Nacional de Vatnajökull, haremos actividades en el lago glaciar de Jokulsarlon, un trekking por el mismo glaciar Vatnajökull, la playa de los diamantes y la cascada Svartifoss.
No hay fotos preliminares. Hemos madrugado más y tras el desayuno cargamos la furgo y en marcha. A los pocos kilómetros paramos en la carretera ante las sorprendentes vistas al glaciar Vatnajökull que tenemos enfrente.
La masa de hielo acumulada es enorme, con un espesor y altura que desde la distancia es imposible calcular. Sus lenguas blancas descienden desde las oscuras montañas volcánicas y ocupan varios valles. Es grandioso.
Poco después llegamos al parking. Mientras Patri confirma nuestro turno vemos uno de los vehículos anfibio que hacen el recorrido con ruedas para moverse por la playa y como una lancha por el lago glaciar Jokulsarlon.
Nos acercamos a las orillas del lago, la visión es impresionante y bucólica, al mismo tiempo que su contemplación nos infunde un sentimiento de paz y relajación. Unas aguas en calma pobladas de icebergs mayormente blancos y de color turquesa.
Solamente las cabecitas de las focas dejan una corta estela en su desplazamiento. Tras la barrera de los icebergs podemos distinguir el Breiðamerkurjökull, una lengua del glaciar Vatnajökull que vemos a lo lejos.
Paseamos por las lomas obteniendo miradas más elevadas, donde vemos apostados en los mejores lugares fotógrafos con su cámaras y trípodes, quizás estén esperando el desprendimiento de un nuevo iceberg.
El primer grupo de anfibios ya están en el agua, los siguientes somos nosotros. También hay desplazamientos en lanchas zodiac para grupos más reducidos pero que suelen acercarse mucho más a la lengua del glaciar.
En una zona menos profunda del lago repleta de icebergs de pequeño tamaño se arremolinan bandadas de charranes árticos, como del tamaño de una paloma, posándose en el hielo o zambulléndose en el agua.
Llega nuestro turno para el paseo con anfibio por el lago. Tenemos que colocarnos un vistoso chaleco salvavidas y poco a poco el vehículo se introduce en el agua y navega. Las vistas desde el interior son preciosas.
Podemos acercarnos a las grandes esculturas de hielo y rodearlas. Los icebergs de tonos turquesa son excepcionales. Debemos tener en cuenta que solo la décima parte de los bloques de hielo sobresale del agua, el resto permanece sumergido.
El lago glaciar de Jokulsarlon es uno de los lagos más particulares de Europa. Situado entre el mar y el glaciar de Vatnajökull, el lago apareció entre 1934 y 1935 como embalse acuático resultado del deshielo de dicho glaciar.
Hoy el lago cubre una extensión de 18 km2 y alcanza en algunos puntos los 260 metros de profundidad. A pesar de ser tan conocido no es el único de Islandia. Muy cerca se encuentran dos lagos más, el de Fjallsárlón y el de Breiðárlón.
El glaciar de Vatnajokull es inmenso, el segundo más grande de toda Europa, una de sus lenguas la de Breiðamerkurjökull, es la que alimenta el lago con los bloques de hielo que se dislocan del grueso del glaciar.
Mezclados con la arena volcánica negra la gama de colores producidos por el hielo puro va del azul turquesa y el blanco pálido al negro de la lava. No es raro encontrar zonas de amarillo debido al azufre emitido por los volcanes o de la ceniza de las erupciones.
El glaciar de Vatnajokull ha cambiado en su estructura y tamaño a lo largo de los siglos. En la época de la llegada de los primeros pobladores de Islandia el glaciar se encontraba, al parecer, unos veinte kilómetros al norte.
Mucho más extenso en la época de la pequeña glaciación, el glaciar recula a partir de 1900 y en torno a 1934 crea el lago de Jokulsarlon. El progresivo calentamiento del planeta ha hecho que el crecimiento del lago sea intenso. En 1975 ocupaba una superficie de 8 km2 y hoy llega a los 19km2.
El glaciar se eleva hasta los 900 metros, vista espectacular desde las orillas del lago. Los bloques de hielo que acaban en el lago pueden llegar a los 30 metros de lado lo que los hace imponentes. Los fotógrafos disfrutarán de mil clichés excelentes siempre que su cámara no se congele.
Los cambios de clima a nivel global hacen que la retirada del glaciar se acelere y no se sabe muy bien cual será el futuro del lago, aunque los geógrafos y geólogos afirman que puede convertirse en un fiordo. Llegamos a tierra firme.
Nuestros pasos nos llevan ahora a la Playa de los Diamantes, realmente muy curiosa. Se trata de una playa de fina arena negra mezclada con guijarros a la que las olas del mar van arrastrando trozos de hielo, como si fueran diamantes.
Son los restos de icebergs que a través de un canal son depositados en el mar y las olas los llevan a la orilla. Hoy los pedazos de hilo no son muy grandes y parecen diamantes, pero cuando hay resaca los trozos son espectaculares.
Es casi un ritual venir a ver esta playa que se ha convertido en una de las más visitadas de Islandia. Fotógrafos profesionales suelen venir al amanecer y en la puesta de sol, algunos arriesgan su equipo metiéndose con botas de agua en el mar.
Cruzamos la carretera para volver a la laguna glaciar, su parte más escondida y en la que podemos observar un gran atasco de icebergs. Pero lo más espectacular de esta zona es que está muy cerca de la lengua glaciar Breiðamerkurjökull.
Con un poco de zoom podemos ver el frontal de la lengua glaciar, los seracs y las estrías en la lengua glaciar. En esta zona solo operan con lanchas zodiac que logran acercarse al fascinante frontal donde se desgajan los icebergs.
De nuevo en la furgo nos vamos a realizar el trekking por el glaciar Vatnajökull. De camino vamos observando la parte alta del glaciar que llega al Hvannadalshnjúkur, que con sus 2.110 m es la cumbre más alta de Islandia.
Dejamos la carretera por un largo camino de tierra que nos deja en el aparcamiento situado entre dos pequeñas lagunas, mientras esperamos a otro grupo con el que ya hemos coincido otras veces y al monitor, hacemos fotos de los alrededores.
Comienzan los preparativos, elegir el casco con una redecilla de plástico como protector higiénico, colocarnos el arnés y graduar la talla de los crampones que llevaremos en las manos hasta que nos los coloquemos cerca del glaciar.
La lengua glaciar por la que vamos a caminar es la de Svínafellsjökull. En tanto nos acercamos hacia el inicio hacemos fotos a los reflejos de una charca y tenemos las primeras miradas a la lengua glaciar por la que parece imposible que se pueda caminar.
Por el camino de tierra vemos parte del glaciar más lisa, más pateable, en la que otros grupos van a comenzar o han terminado el trekking. A la vista tenemos un hielo negro y sucio, mezclado con gran cantidad de ceniza.
El monitor y las guías nos ayudan a terminar de colocarnos los crampones, para la mayoría de gente esta es la primera vez y es primordial que estén bien sujetos. Aunque haremos cosas sencillas la seguridad es muy importante.
También debemos llevar puestos los guantes, son primordiales en caso de una caída. Últimas fotos al sobrecogedor contorno. Vemos un grupo que nos precede e impresiona el tamaño descomunal de los seracs.
Estando en marcha no debemos hacer fotos, solo cuando nos detengamos, bien expresamente o para escuchar los comentarios del monitor. Gran parte de la negrura de la lengua glaciar proviene de erupciones antiguas, pero sobretodo del famoso volcán Eyjafjallajökull.
Sigue haciendo un gran día soleado, lo que hace que se refleje en el duro hielo. La parte ennegrecida, que es la mayor superficie, redondeada y sin aristas por el deshielo, asemeja a enormes rocas de oscuro granito.
En las paradas saciamos nuestras curiosidades ampliando las explicaciones del monitor. Se calcula que en la actualidad los hielos que llegan a la punta de la lengua glaciar suelen tener una antigüedad de unos trescientos años.
Aunque aparentemente no se intuye peligro puesto que caminamos sobre trazos de sendas pisadas durante el día con los crampones, y estos se adhieren bien al hielo, en las subidas hay que prestar mayor atención.
Comparada con la inmensa masa de hielo del glaciar, la zona que estamos recorriendo nosotros y otros grupos es ínfima y apenas hay desniveles. Las grietas que vemos surcar el hielo apenas están abiertas por lo que el riesgo está controlado.
Llegamos al fin de nuestro recorrido y el monitor dice que hay que celebrarlo. Con su piolet desgaja un trozo de hielo, saca unos vasitos de plástico de la mochila y una botella de Martini bianco. Brindamos con hielo de más de 300 años.
Comenzamos a retornar por las mismas huellas de nuestros crampones. Por regla general y por seguridad ningún grupo se cruza en el glaciar con otro grupo. Siempre es más fácil controlar a 15 personas que a 30.
Al salir de la lengua glaciar nos quitamos los crampones y los entregamos al llegar al aparcamiento de la laguna, junto con el arnés y el casco. Ha sido una agradable experiencia sentirte tan pequeño en la inmensidad del hielo.
ITINERARIO: LAGUNA / COLOCAR CRAMPONES / GLACIAR / BRINDIS / LAGUNA.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
DISTANCIA: 2,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 01:45 HORAS
DESNIVEL POSITIVO: 60 M.
DIFICULTAD:
BAJA.
Subimos a la furgo en dirección al Centro de Interpretación del Parque Nacional que se encuentra en Skaftafell, donde también hacemos un trekking a la Cascada Svartifoss y al mirador de Sjónarnípa sobre la lengua glaciar Skaftafellsjökull.
Iniciamos desde el mismo Centro de Interpretación pasando por una zona recreativa con mesas y la zona de acampada, donde el ancho sendero comienza a empinarse. El piso está protegido por unas rejillas de plástico hundidas en el suelo.
Este sistema impide que el camino se deteriore y en las lluvias siga siendo transitable. Al principio hace varias rampas con las que ganamos altura fácilmente entre arbustos de matorral alto, dejándonos algunas vistas glaciares.
Después, por un puente de madera cruzamos un arroyo, y de nuevo otro tramo de rejilla, para luego superar una cuesta por medio de escalones con maderas, alcanzando miradas por encima de los arbustos a los picos glaciares.
Tenemos una vista fugaz a una catarata sin nombre, cuando el paisaje de los glaciares y los picos nevados comienzan a acaparar todo el horizonte. También vemos delante una cresta montañosa sin nieve y por detrás la gran llanura de desagüe.
Por nuestra izquierda como en un socavón comienza a vislumbrarse el frontal basáltico de la cascada Svartifoss y poco a poco al ir elevándonos vemos el cauce de río, y una primera vista lejana de la hermosa cascada.
Svartifoss, la cascada Negra. Es una cascada en el Parque Nacional Skaftafell en Islandia y una de sus atracciones más populares. Está rodeada por columnas basálticas negras, de origen volcánico, que le dan su nombre.
Las columnas hexagonales fueron formadas por un proceso de cristalización dentro de un flujo de lava al enfriarse de manera extremadamente lenta. Formaciones similares a ésta se encuentran en la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte y en la isla de Staffa en Escocia.
La base de esta cascada está repleta de rocas afiladas, que provienen del desprendimiento de nuevas secciones de columnas hexagonales, que suelen ser frecuente y más rápido de lo que el agua tarda de limar sus bordes.
La belleza y singularidad de estas columnas de basalto han inspirado a varios arquitectos islandeses, que han plasmado su grandiosidad en algunos edificios tan emblemáticos como la iglesia Hallgrímskirkja en Reykjavík y el Teatro Nacional.
Desde la base rocosa subimos para ir hasta el puente y luego seguimos subiendo hasta el mirador de la cascada, la mayoría de gente termina aquí y regresa por el mismo camino, pero nosotros seguimos por la derecha hacia el mirador de Sjónarnípa.
Es un buen sendero con poco desnivel que se abre paso entre el matorral bajo y en alguna zona inundada está protegido por pasarelas de madera. Tras cruzar un torrente hay un cruce balizado que seguiremos por la izquierda.
El desvío de la derecha llega hasta al parking. Mirando hacia atrás vemos que el resto del grupo nos ha seguido. Casi llegando al mirador empezamos a tener vistas a la lengua glaciar y a los meandros que forma su desagüe en la llanura.
En el mirador de Sjónarnípa no hay barandas o barreras que te protejan para observar la gran maravilla. Cada uno debe ser consciente del riesgo y encaramarse en la roca que crea más segura, el acantilado es terrible.
Dicho esto, las panorámicas que tenemos desde las rocas a la lengua glaciar Skaftafellsjökull son impactantes, de una naturaleza brutal pero inmensamente bella. Desde la altura vemos como un río de hielo se desliza entre las montañas.
A los pies de la lengua glaciar hay una laguna menor que la de esta mañana, pero que también tiene icebergs flotando en sus aguas y sirve de desagüe al glaciar, que luego por medio de canales naturales y meandros inunda la llanura.
Tal es el tamaño de este paisaje agreste y natural que se resulta imposible en una sola fotografía poder abarcar su grandeza. Nos movemos por todo el acantilado buscando los mejores ángulos para retener tanta belleza.
El viento helado hace mella en nuestros cuerpos y tenemos que regresar. Volvemos hacia un poste que indica el camino de regreso. Sin perder mucha altura el sendero surca la ladera de la montaña y nos permite vistas sesgadas al paisaje.
Después hace revueltas y el descenso se acelera. Poco a poco perdemos de vista el glaciar, la laguna de los icebergs y solo nos queda la gran llanura encharcada y como último objetivo el parking que cerrará nuestra ruta.
Por el camping llegamos al aparcamiento y a la furgo. De camino al nuevo albergue nos detenemos en la carretera, hoy es el día que más tarde hemos terminado, pero a cambio tenemos una increíble puesta de sol que se refleja en las aguas.
Llegamos tarde pero está enclavado en un paisaje montañoso precioso, donde una delgada cascada cae a pocos metros del albergue. Gran ducha, una buena cena y a descansar, mañana también tenemos un día muy activo.
ITINERARIO: PARKING / IZQUIERDA / MIRADOR Y CRUCE / SVARTIFOSS /
SEGUIR IZQUIERDA / MIRADOR DEL SJÒNARNÌPA / INICIO BAJADA / VISTAS / PARKING.
RECORRIDO: CIRCULAR.
DISTANCIA: 8,2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 02:20 HORAS,
ALTURA MÁXIMA: 351 M. (Mirador
de Sjónarnípa)
ALTURA MÍNIMA: 76 M. (Parking)
DESNIVEL POSITIVO: 327 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 336 M.
DIFICULTAD:
MODERADA.