sábado, 14 de julio de 2012
En la franja litoral comprendida entre Moraira y Dénia hay numerosas cuevas horadadas por el mar y el viento, calas abruptas y grutas litorales como ésta, donde fluye un rio subterráneo de más de 15 km de longitud, solo apto para submarinistas expertos.
COMO LLEGAR: Autopista AP-7 dirección Valencia, salida 63 BENISA/TEULADA/GATA DE GORGOS, circular durante 3 km por la N-332, en una rotonda salir por la CV-740 durante 6 km hasta El Poble Nou de Benitatxell, tomar dirección Urbanización Cumbres del Sol, aparcar en la pequeña rotonda con pinos donde hay una carretera que sube a la Urbanización. La Cala del Moraig está 500 m. más abajo, pero la ruta empieza aquí. Si solo se va a la Cala, a la Cova dels Arcs y a la Falla, se puede aparcar mucho más cerca a un lado de la carretera, si se madruga.
ITINERARIO: APARCAMIENTO
SOBRE LA CALA DEL MORAIG / SENDA DE LOS ACANTILADOS / COVA DE LES MORRETES /
COVA DEL TI DOMINGO L’ALBIAR / COVA DE PEPET DEL MORRET / COVA DEL TI TONI EL
SENYALAT / PUNTA L’ALDERÁ / COVA DEL MORRO DE BOU / CALA LLEBEIG / BARRANC DE
LA VIUDA / CALLE DE LA IZQUIERDA JUNTO AL BARRANCO HASTA CRUCE CON CARRETERA URB.
CUMBRES DEL SOL / CAMINO DE TIERRA HASTA CORRAL DE GANADO BRAVO / SENDA POR LA
DERECHA HASTA CARRETERA / MIRADOR DEL MONTGÓ / APARCAMIENTO / COVA DELS ARCS
/ MIRADOR DE LA COVA / ITINERARI FALLA DEL RIU BLANC / CHIRINGUITO CALA DEL MORAIG / APARCAMIENTO.
LA RUTA: Frente a la rotonda del aparcamiento, a la izquierda de la carretera que sube a los chalets más elevados de la Urb. Cumbres del Sol y a los pies del Puig de la Llorença (445 m.) está el panel informativo de la ruta SL-50, bajo unos pinos, y que puede pasar desapercibido perfectamente.
A unos 100 m. carretera arriba, a la izquierda tenemos un poste con unas paletas que nos indican el inicio de la senda, que salvado un acentuado desnivel nos eleva rápidamente, situándonos entre un bosquecillo de pinos cerca de los acantilados frente al mar.
La senda llanea y comenzamos a tener buenas vistas al mar. Resultan impresionantes las paredes de los acantilados, verticales pero tremendamente erosionadas, la acción del agua y el aire es importante.
De momento el día no está muy luminoso, lo que le confiere un color gris indefinido al mar. A esta altura de la Cala solo distinguimos la entrada a la Cova dels Arcs y más adelante el Morro Falquí, portentosa muralla al mar y que por desgracia ya han colonizado los chalets.
Algunos huecos y formas en las paredes son sorprendentes y dan rienda suelta a la imaginación popular, unos dicen ver el perfil de una cara y yo veo una gárgola de representación demoniaca como las que hay en la catedral de Notre Dame.
Llegamos a la primera de las cuevas, Cova de les Morretes. Hay varias en la zona que iremos describiendo. Son construcciones rudimentarias que utilizaban los agricultores, pescadores y los contrabandistas. A esta se accede por unas escaleras de piedra, tiene un muro como recinto y aprovecha una cavidad en la pared tapiándola.
A la derecha de la misma hay otra bonita oquedad no tapiada. Desde aquí podemos distinguir restos de los antiguos cultivos, higueras, algarrobos y chumberas; el espacio cultivado en los tramos más anchos no supera los cuatro o cinco metros.
La erosión ha originado una especie de visera en la pared del acantilado por la que cruzamos. Mirando hacia atrás vemos asomarse la Punta de Moraira, después el Cabo de San Antonio con su faro y a nuestros pies la Falla del Riu Blanc.
Nos acercamos a la Cova del Ti Domingo de l’Abiar que además de la oquedad aprovecha una gran roca caída para su construcción en piedra seca, el rectangular marco de la puerta se mantiene intacto.
Tras de un pequeño tramo donde abundan los algarrobos tenemos la Cova de Pepet del Morret, que accedemos por tres peldaños de piedra a la sombra de un algarrobo. Para continuar debemos de agacharnos y pasar por debajo de unas grandes rocas desprendidas del acantilado.
Al salir tenemos una preciosa vista del Cap D’Or y la torre de Guaita despuntando enfrente, se intuye la cercanía de la próxima cala. La senda va torciendo a la derecha y las paredes erosionadas imponen su agreste contraste.
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Aquí la senda se
bifurca, por la derecha llega hasta la Cova del Ti Toni el Senyalat o continuamos
por los acantilados. Elevándose un poco en la Punta de l’Alderá, extremo
izquierdo la Cala de Llebeig y en la misma base del Morro del Bou. En este
lugar hay un agujero en la roca por donde el mar, cuando arrecia el temporal,
proyecta agua y aire. Recibe el nombre del Bufit del Bou , porque desde lejos
se oye como el resoplar de un toro.
Unos pasos más y tenemos a nuestros pies la Cala Llebeig. De tamaño mucho más reducida que la Cala del Moraig, pero igual de encantadora y a la que solo se puede acceder a pie desde el Barranc de la Viuda.
En nuestro vertical descenso hasta llegar a la Cala, pasamos por la Cova del Morro del Bou en dirección al barranco. Vemos varias cuevas construidas por los vecinos de Benitatxell que en agosto vienen a remojar el esparto, a pescar y a darse los tres baños anuales recomendados por una tradición secular.
Hay también una
caseta de vigilancia de costas que ocupaban primero los Carabineros y después
la Guardia Civil, con el objeto de evitar el contrabando. Los laudes y los
balandros, cargados de tabaco y telas, se acercaban a los lugares más escarpados
de la costa donde les esperaban hombres y bestias de carga a fin de conducir
los fardos acantilado arriba para su posterior distribución.
Actualmente está todo muy cuidado y limpio; hay alguna pequeña embarcación que utilizan para la pesca. Hoy la mar está en calma y apetece darse un baño en sus tranquilas aguas.
Lo ideal de esta ruta sería después del baño, emprender el regreso hacia la Cala del Moraig, visitar la Cueva dels Arcs y la Falla, buen baño y cervecita en el chiringuito. Pero nosotros somos de otra pasta y nuestra intención es hacerla circular. Unas veces se convierten en rutas maravillosas y otras no tanto.
Siguiendo las indicaciones del poste con paletas orientativas nos adentramos por la marcada senda del estrecho Barranc de la Viuda, que enseguida nos sorprende con su exuberante vegetación entre pinos.
En el rocoso lecho en ascenso, es fácil avanzar, y nos vamos elevando hasta llegar a unas casas de campo donde parras silvestres acampan a sus anchas. Salimos a las urbanizaciones de chalets y a la calle Canario, donde hay carteles del inicio de esta ruta en esta zona.
Seguimos por las
calles de los chalets, tomando siempre la de la derecha, la más cercana al barranco.
En leve ascenso ésta enlaza más arriba con la carretera que sube a las
urbanizaciones de la sierra. Al llegar a ella, la cruzamos y enfrente tenemos
una pista de tierra entre bancales que termina en una finca de ganado bravo.
Es curioso ver tan cerca del mar corrales de toros bravos. El dueño, muy amable, nos indica que a la derecha nace una seda, la cual a media altura rodea la sierra y enlaza con la carretera que llega a la Cala. Vamos cerrando el círculo.
Por la izquierda de la carretera caminamos en ascenso por un arcén habilitado para ello, hasta llegar a un mirador con barandas de madera donde se puede observa el Montgó y el resto de costa. Hoy es un mal día para las panorámicas, unas brumosas nubes lo cubren todo.
Continuamos por la carretera, ahora en descenso, hasta el aparcamiento donde dejamos los palos, no necesarios en la visita a la Cueva y la Falla. Desde la carretera hacemos fotos a la preciosa Cala del Moraig, muy animada a estas horas. Los aparcamiento laterales hasta la Cala está abarrotados.
Una vez en suelo
llano, a la derecha tenemos el panel informativo. La Falla del Riu Blanc es una
fractura que hundió en el mar las rocas se la Serra de la Llorença provocando
un gran escalón: los acantilados que se extienden desde la Punta de Moraira
hasta la Cala del Moraig. El desplazamiento de la Falla es de algo más de 400 m
y se puede calcular porque las rocas de edad Eoceno que hay en el Puig de la
Llorença, a 440 m de altitud sobre el nivel del mar, también se encuentran
cortadas y hundidas en la Cova dels Arcs, a nivel del mar actual.
El corto recorrido, delimitado por protectoras barandas de madera, nos eleva rápidamente y nos sitúa a un nivel superior desde donde podemos observar la gran fractura. La roca como una gigantesca laja de forma puntiaguda hacia el cielo, es grandiosa y en la profundidad vemos agitarse las aguas del Riu Blanc. Es el mayor cauce subterráneo de la península, apenas se han explorado unos dos km de sus amplias galerías, pero han fallecido varios buceadores.
Descendemos y entramos en el habitáculo de la Cova del Arcs, comunicada con el caudal submarino del Riu Blanc desde la “sala dels inmersionistes” que es un pozo desfondado, al nivel del mar, se puede acceder con gran facilidad al mar abierto, a través de unas salas inferiores de amplias dimensiones.
Es mucho más pequeña que la Cova Tallada pero tiene una gran similitud con sus arcadas al mar por donde entra la claridad haciendo preciosos contrastes y bucólicas vistas al Morro Falquí. En días de fuerte oleaje es peligroso permanecer dentro.
Al salir, por unas escaleritas ascendemos al techo de la cueva, las vistas son
espectaculares y podemos asomarnos al interior de la cueva. En una repisa
mirando al mar, alguien ha depositado una piedra en forma de corazón con una
inscripción en inglés, recordando al padre fallecido, al que echan mucho de
menos y siempre llevaran en sus corazones. Bonito lugar para recordar una vida.
Y por fin, la Cala del Moraig o mejor dicho su chiringuito. Dos merecidas y bien ganadas cervezas, después de esta geológica ruta entre los acantilados más hermosos de todo el litoral alicantino
CIRCULAR: SI.
AGUA EN RUTA:
NO. En la Cala Moraig hay dos chiringuitos.
DISTANCIA:
12,300 KM.
TIEMPO: 03:56
HORAS.
ALTURA MÁXIMA:
90 M.
ALTURA MÍNIMA:
0 (Nivel del mar)
DESNIVEL
POSITIVO: 111 M.
DESNIVEL
NEGATIVO: 116 M.
DIFICULTAD:
BAJA.
Muy buena ruta. Me la apunto para hacerla
ResponderEliminarSaludos
Fantastica red de fotos y guia. Felicidades me ha encantado. Me apunto y os recordaré añl caminar. GRACIAS
ResponderEliminarUna de las mejores maneras de disfrutar de toda esta zona con tiempo, relajadamente, un poco cada día, es viviendo aquí. Esta zona de Alicante y la Costa Blanca es una zona que atrae a mucha gente en los meses de verano, pero el resto del año los habitantes de aquí la disfrutamos enormemente. Así que lo mejor es hablar con una inmobiliaria Moraira para encontrar tu nuevo hogar en esta zona. Y ya estaría, a disfrutar de Moraira y alrededores. Playa, montaña y buena comida.
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