La Rambla Salada de Albatera es un cauce que corta la sierra de
Crevillente en dirección norte-sur. En ella hay depósitos de sal formados por
precipitación al evaporarse el agua en los periodos secos. La filtración del
agua de lluvia a través de las fracturas existentes en las rocas, da lugar a
aguas subterráneas que disuelven y arrastran la sal existente en los materiales
de base impermeables saliendo al exterior mediante surgencias de agua salada
que vierten a la rambla. El agua salada circula por la rambla oxidando
materiales y aportando sal a la misma, sal que precipita en periodos secos a lo
largo del cauce y que marca los niveles de máximo caudal. La presencia de sal
impide el uso agrícola y la potabilidad de estas aguas naturales, por lo que
los habitantes de la zona tuvieron que ingeniar sistemas para evitar que el
agua dulce aportada desde la cabecera de la cuenca se mezclara con el agua
salada de las surgencias existentes más abajo. Como curiosidad hidrogeológica
destacan las surgencias de agua con abundante sal que manan en los contactos de
los materiales permeables (calizas, dolomías y areniscas) con los impermeables
(arcillas abigarradas, yesos y sales del trias keuper). La filtración del agua
de lluvia a través de las fracturas existentes en las rocas suprayacentes, da
lugar a aguas subterráneas que disuelven y arrastran la sal existente en los
materiales de base impermeables saliendo al exterior mediante surgencias de agua
salada que vierten a la rambla. El agua salada circula por la rambla oxidando
materiales y aportando sal a la misma, sal que precipita en periodos secos a lo
largo del cauce y que marca los niveles de máximo caudal. La presencia de sal
impide el uso agrícola y la potabilidad de estas aguas naturales, por lo que
los habitantes de la zona tuvieron que ingeniar sistemas para evitar que el
agua dulce aportada desde la cabecera de la cuenca se mezclara con el agua salada
de las surgencias existentes más abajo. Hacia la cabecera encontramos dolomías
negras triásicas en forma de peldaños “ Barrón Negro” así como pozos
artificiales profundos excavados en roca para depurar el agua y la posterior
derivación de la misma a través de acueductos hacia zonas de uso agrícola.
CÓMO LLEGAR: Por la E-15 dirección Murcia. Salida nº 731
ALBATERA/SAN ISIDRO. En Albatera seguir por la CV-873 dirección Hondón de los
Frailes. A los 4,5 km. aproximadamente girar a la izquierda por la carretera de
servicio del Trasvase Tajo-Segura. Continuar durante unos 2 km. hasta ver el
portón del canal, a la izquierda hay un cartel de “Carretera de la Sal”, girar
a la derecha cruzando el canal. Continuar hasta el aparcamiento donde hay un
panel de la Consellería de Medio Ambiente.
COMPONENTES: VICENTE, ANTONIO SOLER, PACO VERDÚ, ANTONIO
BOIX, JUAN, LOPERA, VICENTE CERVERA, PEPE CERVERA.
ITINERARIO: PANEL INICIO / DERECHA / IZQUIERDA / CANAL / BAJADA RAMBLA / RAMBLA SALADA / CONGLOMERADOS / LAGOS / ACUEDUCTO-1 / ACUEDUCTO-2 / DEPOSITOS
DE SAL / BARRÓN NEGRO / DESVÍO REGRESO / LES FINESTRES / CAMÍ DEL FONDÓ DELS
FRARES / PANEL INICIO.
LA RUTA: En el Blog ya tenemos colgada la ruta
circular completa en 2013, ascendiendo por la ferrata de la poza grande y
salvando las otras más pequeñas por el cauce del barranco. Como no todo el
mundo puede hacer ese recorrido, proponemos hacer una circular más corta y de
nivel bajo, llegando hasta el Barrón Negro.
Hoy me acompaña un grupo de amigos veteranos con poca experiencia montañera. Iniciamos por el camino de la izquierda del
aparcamiento junto al panel de la Consellería o lo que queda de él. Todo el
recorrido está marcado como PR y una vez en La Rambla o Los Lagos es casi
imposible salirse de él.
Han labrado y vallado los terrenos colindantes
con el camino y la zona del aparcamiento se ha reducido considerablemente. Dejamos
atrás la mole del Monte Alto y durante unos dos kilómetros aproximadamente el
camino discurre junto al barranco del Ajuero; en la otra vertiente vemos “los
cuchillos”, la bonita formación rocosa de las crestas.
El camino hace un giro a la derecha junto a
un bancal de olivos, para poco después remontar una pequeña cuesta y seguir por
la izquierda. Poco a poco el camino se estrecha convirtiéndose en sendero, con buenas vistas a la Sierra del
Cantón, al Agudo con su peculiar silueta y a las cercanas lomas plantadas de
cítricos.
Tenemos los primeros indicios del Canal de la
Rambla Salada, actualmente en desuso y que sirvió para el conducir el agua de regadío. Por medio de
este canal salvamos pequeños cursos de ramblas que bajan desde la sierra y más
adelante pasaremos por la canal de dos altos acueductos que cruzan barrancos.
Es un tramo entretenido que nos hace formar
en fila india para pasar por el curso de la acequia, utilizándola como sendero
en los trechos que no está derruida, mientras, contemplamos los “cuchillos”,
afilados como dientes de sierra y las oquedades y recovecos que la erosión ha
formado en la piedra caliza.
Una estaca de madera con marcas del PR nos
indica el descenso por la izquierda hacia la zona de Los Lagos. Esta es una
variante del recorrido que nos lleva al lecho de la Rambla Salada. Hay que
tomar precauciones en la bajada, ya que es muy
inclinada y pedregosa.
Pese a las lluvias tiene muy poco aporte de
agua por lo que es fácil transitar por su parte rocosa o por el lecho de aluvión
donde encontramos diversas rocas (dolomías) de distintos colores, negras o
verdes oxidadas como el bronce. El cauce es sinuoso y cerrado, tan solo hay que
evitar el hilo de agua saltando de un lado a otro.
Entramos en una zona de grandes rocas
desgastadas por ancestrales cursos de agua en lluvias torrenciales y por las que
ahora apenas fluye un chorrillo intermitente. Llegamos a otra área de enormes
bloques de conglomerados, con sedimentos y posos de antiguos aluviones que
durante millones de años se han ido formando.
El cauce lo cierra un enorme paredón con
una hendidura por la que cae una diminuta cascada a una pequeña poza. El agua de
la lluvia nos impide pasar por ella y por el “estret” donde hay unos agarres y
pasamanos que ayudan a superar este paso. No queda más remedio que desandar el
cauce y volver a subir arriba.
De nuevo en la senda del PR proseguimos por
la Canal y enseguida tenemos el primer gran acueducto, este es de dos ojos y
construido en mampostería. Si no se tiene vértigo es sencillo de pasar aprovechando
el cauce de la canaleta, y como siempre, tomando todas las precauciones.
En la otra vertiente remontamos hasta
situarnos sobre la loma. Por la derecha tenemos una bonita mirada a la sierra
que forma gran peineta erosionada. Recorremos un tramo de loma hasta que el
sendero termina. Ahora tenemos que bajar por la derecha, donde vemos al fondo
del barranco el siguiente acueducto.
Este es algo más largo y construido con los
mismos materiales pero con tres ojos, y en cuyos pilares podemos ver las
grietas que el paso del tiempo ha ocasionado en su estructura. Las recomendaciones
son las mismas que en el anterior, en
fila india y mucha precaución en su tránsito.
Sobre esta vertiente tenemos la gran peineta
rocosa y la canaleta nos conduce pegados a las paredes donde vemos unos cables
de acero sujetados a modo de ferrata para subir a lo alto de los cuchillos.
Mirando hacia abajo podemos ver a la perfección, en el fondo del cauce, la
pequeña poza y las paredes que nos cerraban el paso.
Continuamos un poco más pero el deterioro de
la canaleta se hace incomodo y es preferible bajar al lecho de la Rambla
Salada. El cauce no es tan limpio como en los Lagos, es un enorme pedregal
donde se han acumulado los peñascos caídos desde la montaña y entre ellos
proliferan pequeñas piedras en tonos oscuros.
Poco más a la derecha, y a unos metros de
altura, encontramos el primer nacimiento de sal, parece una pequeña cascada de
nieve, pero al acercarte compruebas que su blanco es más puro y su textura es
pétrea. El agua acumulada en las lluvias y retenida en estratos
impermeables de la sierra, surge con suavidad hasta el lecho de la rambla.
Hay menos sal acumulada que otras veces,
quizás sea debido a las recientes lluvias que han arrastrado y disuelto los
sedimentos de sal. Seguimos avanzando por el cauce esquivando las grandes rocas
y el hilillo de agua, el cauce se despeja y entramos en una especie de sinuoso desfiladero
surcado por el arroyo.
Arribamos al Barrón Negro, dolomía triásica
de color negro, que ha sido tallada y excavada por el hombre con la finalidad
de quitarle fuerza a las avenidas y poder encauzar las aguas con menos bríos a
los pozos de sedimentación. Hay que prestar atención puesto que existe un pozo
de sedimentación a la izquierda.
Tras las fotos de rigor volvemos hacia atrás.
Subiendo el Barrón la ruta podría continuar durante algo más de un kilómetro
por el desfiladero hasta llegar a la gran poza donde hay que salvar los 15
metro de vía ferrata. Regresamos hasta la variante al Corral de las Vacas que
está a la derecha, pero nosotros saldremos del cauce por la izquierda.
Comienza un camino que se reafirma a los
pocos metros, y que nos va elevando por la loma. Al fondo podemos ver en el
desfiladero el Barrón Negro y arriba las grandes montañas. El camino va girando
a la derecha hasta que salimos a una gran planicie donde vemos la parte alta y
trasera de la gran peineta rocosa.
Dejamos el camino y atravesamos la planicie
en dirección a las crestas que en esta parte reciben el nombre de Les
Finestres, debido a la gran cantidad de agujeros y oquedades que tienen. Por esta
cara norte es muy fácil su acceso ya que no hay ninguna sensación de riesgo.
Llegados a ellas, vamos bajando paralelamente.
Cerca del final, nos separamos de la cresta
para conectar con el Camí del Fondó dels Frares, que termina de rodear la
cresta junto al Barranco del Ajuero, bajándonos hacia el punto donde hemos aparcado los coches. Ruta circular muy
asequible en la que visitamos un paraje muy singular de nuestra provincia.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 10,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:35 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 360 M. (Les Finestres)
ALTURA MÍNIMA: 180 M. (Lagos)
DESNIVEL POSITIVO: 245 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 245 M.
DIFICULTAD: BAJA.
LA RUTA: En el Blog ya tenemos colgada la ruta
circular completa en 2013, ascendiendo por la ferrata de la poza grande y
salvando las otras más pequeñas por el cauce del barranco. Como no todo el
mundo puede hacer ese recorrido, proponemos hacer una circular más corta y de
nivel bajo, llegando hasta el Barrón Negro.
