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- RUTA CIRCULAR A LA SERRA DEL MIGDÍA DESDE TORMOS
Posted by : Vaig a Peu
sábado, 10 de diciembre de 2016
Tormos es un municipio de la Comunidad Valenciana. Está situado en el noreste de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta, al pie del monte Resingles (Sierra del Mediodía) y cercano al río Girona. Cuenta con 312 habitantes (INE 2015). Tormos está en la carretera que comunica la Marina Alta con la Marina Baja por el interior, lo que hace fácil el acceso a la localidad. Desde la Autovía A-7 hay que salir en Ondara y tomar la carretera que cruza Beniarbeig y Ráfol de Almunia. Situado a los pies de la Sierra de Resingles, entre el mar y la montaña, se eleva el pueblo. Desde su zona más alta se puede admirar la espectacular vista que nos brinda el mar Mediterráneo, el Parque Natural del Montgó, el valle que lo preside y las montañas que lo circundan. Ubicado a escasos kilómetros de la playa, goza de un clima templado. Limita con los términos municipales de Benidoleig, Benimeli, Orba, Pego, Ráfol de Almunia, Sagra y Sanet y Negrals. En el término municipal del pueblo de Tormos hay restos pictóricos de la época neolítica, así como de poblados de la edad del cobre y de al menos dos yacimientos romanos de época bajo imperial. El nombre del pueblo de Tormos, aparece mencionado por primera vez en un documento medieval de 1276 y en el año 1290 es descrito como una alquería musulmana que fue donada de por vida a Jaume de Linars. Desde el punto de vista filológico Tormos conecta con un elemento de substrato prerromano, el vocablo TŬRMO- de la raíz indoeuropea TUR- : 'peñasco', 'elevación rocosa suelta', 'protuberancia' 'masa', 'bulto', 'hinchazón'. Se trata de un topónimo fundamentado en un vocablo de origen prerromano (celto-indoeuropeo), pero no necesariamente de un topónimo prerromano. Pudo surgir con posterioridad al advenimiento del latín vulgar (desde el siglo VIII) y probablemente no sea anterior a la época visigótica (siglos V al VIII). El nombre ha sido interpretado como mozárabe en razón de la falta de apócope de la -o final, que debiera haber desaparecido. Ahora bien, no ha de entenderse que el topónimo nació en época mozárabe (siglos VII al XIII) pues los mozárabes no harían sino mantener viva e inalterable una voz procedente de otros tiempos. Las circunstancias topográficas del nombre de este pueblo alicantino no pueden ser más pertinentes pues se encuentra al pie de una montaña salpicada por peñascos.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección Valencia, salida nº 62 ONDARA/JAVEA/DENIA, hacia Ondara, por la CV-731 hacia BENIARBEIG/BENIDOLEIG/ORBA. Atravesar Orba y por la derecha tomar la CV-715 para llegar a Tormos. Aparcar en el cementerio.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: CEMENTERIO / COSTERA MOLATA / BAJADA A SAGRA/ RACONS DE LA DONA / POZO / SUBIDA A CRESTA / HITO COLLADO / EL CAVALL / CRESTA / BAJADA / COLLADO / SENDA / SENDITA / COLMENAS / DESV. DCHA. / CAMINO IZQDA. / VALLA / BCO. DE HOMS / RUINAS / CIMA / PUNTAL DEL MORRUT / POU / SESTER / RUINA / SALIDA BCO. / ABRIGO / EN SENDA / CEMENTERIO.
LA RUTA: Cuatro años después volvemos a Tormos. Vamos a hacer algo distinto a partir del Cavall, llegando al Barranc de Oms y regresando por el Barranc de la Palla. El día esta algo brumoso y las nubes bajas lo han mojado todo. Tenemos dudas en el inicio del Track y al final decidimos empezar por el PR-CV 58.1
Subimos por la derecha del cementerio entre los cipreses y las nuevas hornacinas del Vía Crucis, la viejas han quedado abandonadas un poco más arriba. Enseguida tenemos vistas a la poderosa mole del Montgó que se despereza entre la bruma, en la otra parte, las afiladas puntas de la Serra de Segária.
Pasamos entre grandes rocas de antiguos desprendimientos, por una clara senda flanqueada de abundante matorral donde proliferan los palmitos, en pronunciado ascenso entre rampas y escalones por la Costera de la Molata, en la ladera de la Serra de Resingles. El hermoso paisaje sigue abriéndose al valle.
Entramos de lleno en la umbría, la humedad lo invade todo, la senda se pega al resguardo de las paredes. Dejamos a la derecha las paletas de madera que marcan el desvío al pueblo de Sagra. Desde esta altura volvemos a tener una bella estampa del Montgó con una masa nubosa enganchada en su cresta.
Llegamos als Racons de la Dona, el grado de humedad hace que esta zona sea de exuberante vegetación, las paredes forman pequeños abrigos y se llenan de hiedra y plantas trepadoras. Desde la umbría seguimos viendo las afiladas puntas de la Serra de Segária a nuestras espaldas.
Cerca de este sector suelen haber pequeñas surgencias de agua, que sin llegar a ser una fuente, los pastores han aprovechado de siempre, tienen un pozo sin brocal, una pileta de cemento y desde hace unos años la cubeta metálica de una bañera, que llenan y aprovechan para abrevar al ganado.
Poco después el Track nos indica el comienzo de la subida a la cresta, dejamos el PR por la izquierda. No hay senda, solo rastros de animales, pero debemos seguir subiendo por la pineda atravesando los abandonados bancales y buscando los muretes de piedra más accesibles, algunos de ellos parecen verdaderas murallas.
Los rastros de senda se hacen más evidentes y seguimos unas marcas verdes en forma de círculo. Por el buen sendero que corrobora algún hito, dejamos atrás los bancales y comienza una fuerte subida entre las rocas hasta que coronamos un diminuto collado con una pequeña vaguada herbosa entre los dos farallones.
Proseguimos por la derecha comenzando a subir entre las rocas. A poca distancia nos acompaña Roberto https://www.instagram.com/rozaca4/ joven montañero de Dénia. Vamos por el cordal eligiendo el paso más idóneo, derecha o izquierda, a caballo por la mojada roca o descendiendo un poco para evitar pasos más aéreos en la resbaladiza piedra lapiaz.
Hemos plegado los bastones y procuramos atacar las rocas por la parte de la solana, ya que en la umbría están mojadas. Despacio y sin tensión avanzamos de joroba en joroba prestando mucha atención, asegurando los apoyos y agarres. No es una cresta difícil pero si incomoda por las grietas del lapiaz.
Pausadamente vamos superando giba tras giba hasta que divisamos el vértice geodésico en una de ellas. Bajamos un poco para salvar el último escollo rocoso y remontar hasta la cima, donde hay dos pequeños acebuches en la cara de la umbría. El sol parece estar ganando la batalla a las nubes.
Cima del Cavall (708 m.) Espectacular atalaya. Las nubes acortan las panorámicas a las cumbres del norte de Alicante y sur de Valencia: Montcabrer, Benicadell, la Foradá, la Safor, el Mondúver y el mar; también nos perdemos Aitana, la Serrella, Cocoll y la espléndida visión del Montgó, hoy completamente difuminado, y al sur el Cavall Verd.
Emprendemos el descenso siguiendo por el cordal de la sierra, al principio abrupto por el desnivel a deshacer entre las rocas mojadas, para luego ir apaciguándose y convertirse en un sendero casi agradable entre el lapiaz. Alcanzamos el collado de la Mallada Rosa frente al Puntal del Morrut.
Seguimos la senda de la derecha, quedando a muy pocos metros de la senda de regreso por el Barranc de la Palla. Comenzamos a rodear a media altura el Tossal de la Catxutxa, por una estrecha senda perdedora que nos sube cerca de un bosquete de carrascas, un corral y la referencia de un grupo de colmenas.
Esquivamos las colmenas y llegamos a una pista asfaltada que seguimos por la izquierda. Pronto pierde el asfalto al pasar por un corral abandonado, es un tramo insulso hasta que nos desviamos por otro camino de tierra a la izquierda, donde hay un cartel informativo del Barranc dels Oms. Paramos a almorzar.
Volvemos a cruzarnos con Rober el chaval de Dénia, su ruta es distinta y está regresando. Pasamos junto a antiguos campos de almendros, un abrevadero y un pozo, subimos por una fuerte rampa y se convierte en sendero, seguimos por la derecha hasta una cerca de espinos, donde comienza a descender hacia la cabecera del barranco.
Barranc de Oms. Dos farallones forman el estrechamiento inicial del barranco que inexplicablemente ha permanecido inadvertido durante años, pese a su ubicación, sus dimensiones y su incuestionable interés deportivo. Nos encontramos ante el descenso de mayor envergadura y desnivel de la cuenca del Río Girona.
La gorga situada en su zona intermedia es realmente fantástica. Concentra 5 rápeles y 2 marmitas trampa, todos ellos situados de forma consecutiva. La formación del cauce y los pulidos de la roca son excepcionales, un pequeño trocito del Barranc de l’Inferm que dejamos para los profesionales.
Por el centro del cauce, entre rastros de sendas, nos vamos dirigiendo hacia las ruinas del corral que hay más arriba, lo pasamos por la izquierda y decidimos subir el primer puntal, vamos lanzados y no resulta difícil. Puntal sin nombre (711 m.) apenas tiene un mojón de piedras.
Descendemos y rastros de senda unen la distancia hacia el otro puntal. Con forma de mole rocosa tiene un sester tapiado en un lateral. Hay buenos agarres y nos plantamos en la cima del Puntal del Morrut (747 m.) que es nuestra mayor elevación de hoy. Un revoltijo de nubes nos impide las panorámicas.
El descenso por la derecha es más simple y nuevos rastros nos llevan hacia la pineda, evitando los cruces de sendas y girando a la derecha, a pocos metros de donde hemos pasado esta mañana. Llegamos a la cabecera del Barranc de la Palla. Tenemos nubladas vistas al mar y al Montgó, coronado por nubes.
El sendero se hace visible y con fuerte desnivel. Todo está mojado y hay que extremar las precauciones, no es que haya un gran peligro pero tenemos que evitar caídas y resbalones. La vegetación es abundante sobretodo en palmitos. Admiramos las puntiagudas crestas sobre nosotros, y enfrente una nube se derrama sobre la Serra de Migdía.
En la parte media hay tramos más estables aprovechados por los pastores para recoger agua en pozos y abrevaderos. Pasamos junto a una higuera ancestral, salvaje, sin poda desde hace muchos años. Nuevos sesters tapiados con piedra seca, aprovechando las oquedades de las paredes para resguardar el ganado.
El trazado se acerca al cauce y se precipita en su descenso, que ahora resulta más ralentizado y técnico. Las perneras de nuestros pantalones rebosan el agua de los matorrales. Con cuidado, las fuertes ramas de los palmitos nos ayudan a sujetarnos en las zonas más resbaladizas. Transitamos un trozo por el cauce seco del barranco.
Más tarde, salimos por la derecha, para volver poco después a él, y volver a salir por la izquierda, dejando el Barranc de la Palla cuando su cauce se ensancha y se precipita por la Costera de Moll. Comenzamos a subir y rodear la ladera, captando ahora sí, una imagen del atardecer sobre el Montgó.
El camino desciende para pasarnos por delante de unos abrigos, hermosas paredes rojizas donde destacan negras chorreras. Damos el último vistazo al Barranc de la Palla y al Morrut, y por debajo, la pineda y las instalaciones de la Costera de Moll, con el Cavall Verd al fondo entre nubes.
Ya tenemos a la vista el pueblo de Tormos, pero no es tan fácil llegar a él. La inclinada ladera es pedregosa y con restos de antiguos bancales de algarrobos. Hay que armarse de paciencia y seguir el trazado que con lazadas y revueltas nos irá acercando hasta el cementerio y sus antiguas hornacinas vacías y erráticas. Hermosa y dura ruta.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 07:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 747 M. (Puntal del Morrut)
ALTURA MÍNIMA: 125 M. (Cementerio)
DESNIVEL POSITIVO: 983 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 983 M.
DIFICULTAD: DICÍCIL.
Hola Vicente!
ResponderEliminarVeo que te has acordado de mí! Muchas gracias por nombrarme (me ha hecho ilusión ver la primera foto mía). Está explicado de maravilla, relatas extraordinariamente. Tengo muy presente tu blog para futuras rutas por la zona.
Fue un placer compartir, tanto contigo como con Pepe, una de las partes más duras, complicadas y bonitas de la ruta.
Saludos y felices fiestas montañeros!
A ver si el destino hace que nos volvamos a cruzar a por las montañas…