El Caro es un animal
mitológico valenciano, presente en las tradiciones de muchos de sus
pueblos y que todavía se recuerda en Bérnia. Es como un búho real,
pero tiene ojos de persona. La tradición lo describe como un animal
fantástico mitad pájaro, mitad hombre. Sabe volar y luce una barba
muy poblada. Son muchos los que han oído el Caro, que silbaba a las
cabras porque lo había castigado nuestro señor. Cuando cantaba el
Caro es que estaba en las Peñas de Bérnia. Todo comenzó hace
muchos, muchos años, cuando vivía en nuestras montañas un pastor
solitario y desconfiado llamado Caro. Un día se encontró con un
caminante perdido, cansado y hambriento, que desesperado, le pidió
ayuda. Él le prometió que le cocinaría el cabrito más tierno de
su rebaño, pero a la hora de escoger qué cabrito sacrificaba, se lo
volvió a pensar. Su gran tacañería pudo más que él. Cuando le
sirvió la comida el forastero desconfió, y mirando al plato, le
dijo: Si eres cabrit pega un belit, si eres gat bota del plat. (Si
eres cabrito da un balido, si eres gato salta del plato). De repente
la comida saltó del plato, y se fue recomponiendo formando de nuevo
la figura de un gato que huyó corriendo. El desconocido, furioso, le
lanzó una maldición que en Bérnia todavía se recuerda: Caro
eres i Caro serás, peró a les cabres no arreplegarás. (Caro
eres y Caro serás, pero a las cabras no recogerás). El Caro huyó
cagado de miedo y empezaron a salirle plumas por todo el cuerpo,
garras y finalmente un pico muy largo y feo. Por si eso fuera poco,
el ganado, despavorido como estaba, se le escampó ante su
impotencia. Por eso desde aquel día el Caro vaga por nuestras
montañas detrás de su rebaño perdido y silva a la cabras
extraviadas por ver si vuelven. De aquel forastero con poderes
mágicos, hay quien dice que era un brujo, y otros aseguran que fue
castigo de Dios. Eso sí, todos saben que la maldición le durará
para siempre y el Caro, ese pastor medio búho, o ese búho medio
pastor, esta condenado a seguir buscando su rebaño hasta el día en
que se acabe el mundo. (Traducido de Fem Camí)
CÓMO
LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta
Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ,
por la CV-70 hacia La Nucía y Polop, y por la CV-715 a Callosa d’En
Sarriá, continuar por la pista de los invernaderos hasta Les Basses
d'Onaer.
COMPONENTES:
VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:
BASSES DE ONAER / PENYA FRARE / LLOMA LA PERA / DEVÍO A LA COVA /
COVA EL CARO / MORRO BLANC / MORRO BLAU / FOIA PLANA / BARRANC DE LA
FONT MAJOR / DESVÍO AL PAS DEL XIC / FORAT DEL XIC / FORAT ALT /
PENYA ALTA / FONT DELS TEIXOS / IZQUIERDA / BARRANC NEGRE / DESVÍO
COVA / BASSES DE ONAER.
LA
RUTA: Recién llegados de los Picos
de Europa retomamos nuestras rutas buscando nuevos senderos en
nuestras montañas. A la Xortá creía haberla hoyado por todos los
costados, pero un buen Track de Toni Cama, gran
conocedor de la zona, me ha demostrado que no.
Iniciamos desde les
Basses de Onaer. Hace un día gris y nublado con algo de aire, el
terreno está húmedo por las recientes lluvias, pero perfecto para
caminar. El Bérnia hace acto de presencia. Por la pista, con
desconchado asfalto y luego de tierra, hasta conectar con la Senda
del Correguer.
Enseguida tenemos a la
vista nuestra primera referencia, el tieso monolito de la Penya Frare
que va cambiando de fisonomía a medida que avanzamos. La senda linda
con el Barranc de les Pomaretes y comienza una encajonada subida de
cerradas curvas y rampas a modo de una escalera de caracol.
La subida se apacigua
en un gran rellano donde vemos asomarse al Bérnia en forma de
afilado colmillo. En la otra vertiente, tenemos una vista poco nítida
hacia el mar, desde Callosa a Sierra Helada con Benidorm y el
Albir a cada lado y, por delante el Morro Blanc y la Cova el Caro.
Avanzamos por la loma
cerca de la Foia Roja con sus antiguas terrazas de bancales de piedra
seca, donde vemos su ruinoso corral abandonado, cruzamos su camino, y
la senda continúa unos metros más a la izquierda. No podemos dejar
de girar la cabeza hacia el Bérnia con su mutante silueta.
Superamos la siguiente
loma y antes de entrar en el Barranc Negre, buscamos por la izquierda
una incipiente senda perdedora que poco a poco se consolida. Al
frente nuestros dos próximos objetivos: el Morro Blanc y en una
inclinada peña adosada, la Cova el Caro.
Hasta ahora nunca
habíamos reparado en la cueva. La subida al Morro Blau desde la
Almeida está mucho más a la izquierda, fuera de ángulo y,
normalmente por el Barranc Negre siempre hemos bajado. Queda
registrada en nuestro disco duro y no la vamos a olvidar.
Llegar a ella no es
tan fácil. La peña es como una aleta dorsal en la mole de la
sierra. Emprendemos una fuerte subida por el lomo de la montaña en
dirección al Morro Blau, de camino obtenemos grandes panorámicas a
Tárbena protegida por la Serra del Ferrer.
Situados en el lomo y
casi a la misma altura de la cueva, iremos girando a la izquierda, la
senda es perdedora y hay que procurar no bajar demasiado ya que es un
terreno ondulado y peñascoso; bajaremos muy cerca de la entrada de
la cueva donde es más fácil remontar hasta ella.
Estamos ante una
colosal “Catedral de Roca”. Cova el Caro es un abrigo con una
bóveda espectacular, nada que envidiar a los ábsides de algunas
iglesias. Nos recreamos en su contemplación, es una sala alargada en
forma de cono, con una boca irregular y bellas miradas al Bernia.
Salimos por su
derecha, y con una sencilla trepada en unos pasos nos situamos arriba
de la cueva con vistas al Morro Blau y a Penya Alta, nuevos puntos de
referencia. Ahora pegados a la izquierda tenemos que bajar un poco
para hacer una trepada ligera por una canaleta algo inclinada.
Ubicados en un
aparente collado, trazaremos una especie de diagonal ascendente campo
a través, hasta alcanzar la pista de tierra. Caminamos unos metros
por ella para llegar al desvío del Morro Blanc, un corto sendero de
ida y vuelta. Al deshacerse las nubes las vistas se van ampliando.
Morro Blanc (1.084 m),
grandioso balcón al mar sobre la Marina Baixa a nuestros pies, con
las barreras de Puig Campana, Aitana y el Bérnia. Por detrás, la
Penya Alta y la garita de vigilancia del Morro Blau van creciendo.
Retornamos por el sendero hasta la pista.
Proseguimos el camino
que en dos curvas y una fuerte rampa nos sitúa en nuestra segunda
cima de hoy, el Morro Blau (1.125 m) con su vértice geodésico
junto a la garita de vigilancia para incendios que está cerrada. Es
punto de llegada para ciclistas que tienen buen acceso por sus anchos
caminos.
Marchamos por la pista
de tierra, por el clásico recorrido que va a la Penya Alta, pero al
llegar a la Foia Plana, en vez de cruzarla para comenzar a subir a la
cumbre, seguimos recto por el camino hasta coger una senda junto a un
corral muy derruido. Vamos paralelos a la sierra.
Sendita muy cómoda
por la que cruzamos el Barranc de la Font Major, continuando por ella
hasta casi el final de la cresta, donde empezamos a bajar a la
derecha para coger el desvío al Pass del Xic, que no cruzamos, sólo
llegamos hasta el Forat del Xic, donde nos hacemos unas fotos.
Retrocedemos un poco
para dirigir nuestros pasos hacia el primer lomo de la cresta. Para
nuestro gozo la fuerza del aire ha remitido. Una vez arriba su
redondeado perfil no tiene dificultad alguna y no es necesario
asomarse al precipicio. Tomamos como referencia un grupo de carrascas
a la derecha.
Bajamos un diente para
subir a otro más elevado, y una vez superado llegamos al Forat Alt,
una estrecha ventana natural por la que nos podemos asomar al abismo.
El Puig Campana comienza mostrarse. En este punto se puede seguir por
la derecha o encaramarnos a la cresta.
Nos decidimos por lo
segundo, siempre tenemos opción de bajar. La visión del cordal es
espectacular, con una gran comba en su parte central. Comienza un
entretenido tránsito donde extremamos las precauciones, el paisaje
que observamos a ambos lados es tremendo.
Hay pasos muy
sencillos pero otros son más osados y aéreos, cortas trepadas y
simples destripes que encaramos por la derecha, fuera del precipicio.
Algún atrevido paso lateral con numerosos agarres y apoyos para los
pies, y entre respiro y respiro, la inmensidad del paisaje.
En ningún caso es
necesario material de escalada, pero se necesita experiencia
montañera y estar acostumbrado a estos itinerarios, prohibitivos
para gente con vértigo y escasa confianza. Siempre es mejor ir
acompañado. Ya divisamos el mojón de piedras de la cumbre.
Cima d'Aixortá, Penya
Alta (1.219 m) Las nubes nos han dejado un fotogénico paisaje. La
herida abierta del Barranc de la Canal, la Serrella, Aitana, el Puig
Campana, y la omnipresente Bérnia que apenas nos deja ver el
Montgó. El aire sopla y bajamos a comer al refugio.
Descendemos por PR
hasta el colladito y por la izquierda seguimos bajando. Siempre me
gusta contemplar la vertical grieta que se ve en la gran Penya Alta.
El idílico refugio está bien cuidado. Comemos en una de las mesas
que hay junto a la Font dels Teixos, hoy nos lo hemos ganado.
Seguimos la pista por
la derecha en dirección al Morro Blau dando la última mirada a la
Penya Alta. Obviamos el primer desvío a la derecha para poco después
dejar el camino por una senda a la izquierda que comienza a bajar
suavemente, la referencia es el chasis de un coche que nadie sabe
cómo llegó aquí.
Entramos en el cauce
del Barranc Negre, por su estrecha vertiente izquierda poblada de
pinos jóvenes, y que poco a poco se va abriendo, permitiéndonos
contemplar sus enormes paredones, teniendo como fondo a la Serra del
Ferrer y luego, a medida que va girando aparece de nuevo el Bérnia.
Es un descenso alegre
y sin trabas por el que van desfilando las verticales paredes. Hacia
atrás comprobamos el desnivel descendido. El cauce vuelve a
estrecharse y tenemos que cruzar a la otra vertiente, donde vemos una
carrasca de buen tamaño arraigada en lo alto de la muralla rocosa.
El lecho del Barranc
Negre empieza a ensancharse y vamos saliendo de él, dejamos de
perder altura y por la ladera, antes de comenzar a subir una loma,
tenemos un punto donde contemplar casi al completo la grandiosidad
del Barranc. Superada la loma, el Bérnia lo vuelve a acaparar todo.
Alcanzamos el punto
donde esta mañana nos hemos desviado hacia la Cova el Caro, que
ahora sí tenemos bien localizada, cerrando así el círculo de la
ruta, volvemos a repetir camino pasando cerca de la Foia Roja sus
bancales, su corral abandonado y llegar al collado.
Las vistas al mar y a
Callosa siguen siendo difuminadas. Emprendemos la vertiginosa bajada
por el Barranc de les Pomaretes, rodeando la Penya de l'Or por la
senda del Correguer y volviendo a mirar la Penya Frare, llegamos a
les Basses de Onaer. Fantástica ruta.
AGUA
EN RUTA: SI. (La Font dels Teixos)
DISTANCIA:
14,36 KM.
TIEMPO
EN MOVIMIENTO: 06:15 HORAS.
ALTURA
MÁXIMA: 1.219 M. (Penya Alta, La
Aixortá)
ALTURA
MÍNIMA: 425 M. (Les Basses de Onaer)
DESNIVEL
POSITIVO: 1.016 M.
DESNIVEL
NEGATIVO: 1.016 M.
DIFICULTAD:
DIFÍCIL.
Hola amigos!!, hace bien poco que he descubierto vuestro blog, y la verdad es que las cositas que he ido leyendo me han parecido muy interesantes, sobre todo de las montañas alicantinas, que me encantan, ya las, y aunque me quedan un poco apartadas, intento escaparme siempre que puedo. Aunque también he visto que ampliáis el abanico a otros rincones de la península. Tambien me encanta el diseño del blog, os habéis ganado un ferviente seguidor jejeje.
ResponderEliminarBonita y aventurera manera de hincarle el diente a l'Aixortà, quizás mi próximo objetivo en Alacant, tomo nota de esta variante, sobre todo de la parte de la cresta, que por cierto, ¿la veríais factible hacerla con un perro?, gracias por la respuesta de antemano. Un saludo desde Betxí (Castelló).
Hola Dani, gracias por tus comentarios.
EliminarTe encantará la ruta de l'Aixortá, es una manera diferente y dentro de los límites del senderismo. En cuanto al perro depende de lo acostumbrado que lo tengas, los pasos son factibles aunque hay que prestar mucha atención y siempre queda la opción B, patear la cresta por su base hasta la cima de la Penya Alta. Con Castellón nos pasa lo mismo que a tí, para una ruta de un día, pero tenemos algunas hechas. Solemos viajar expresamente para hacer rutas por la Península y de vez en cuando por el extranjero.
Un abrazo desde Elche.