Posted by : Vaig a Peu sábado, 8 de octubre de 2016

La cueva del Parpalló se encuentra situada dentro del Paraje Natural Municipal Parpalló-Borrell, espacio natural protegido de 560 ha. localizado en el término municipal de Gandia, el cual fue declarado por el Consell de la Generalitat Valenciana como Espacio Natural Protegido. Está catalogada como Bien de Interés Cultural y, desde el año 2008, está en proceso de revisión por la UNESCO para ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad. Está a unos 400 m. sobre el nivel de la mar en la vertiente sur del Mondúver, macizo montañoso del periodo cretáceo. En la cueva de Parpalló se ha encontrado el mayor conjunto de arte mueble prehistórico de Europa. Su cronología abarca todo el Paleolítico Superior. Lo componen más de 6.000 plaquetas de piedra caliza con representaciones simbólicas y de animales. Es por tanto uno de los más importantes tesoros arqueológicos de  la Península Ibérica, y la convierte en uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del continente. En el Museo de Prehistoria de Valencia y en el Museo Arqueológico de Gandía (MAGa) se encuentran expuestas algunas de las mejores plaquetas de la cueva.  La entrada de la cueva se presenta como una gran grieta de 15 metros de alto por 4 de ancho.Toma su nombre de un ave que solía habitar cerca de la cueva. En castellano se le conoce como avión (Riparia, riparia).  El yacimiento fue descubierto por Joan Vilanova i Piera en unas prospecciones en 1872. Poco después publicó parte del material descubierto. Después de esta noticia, la cueva fue visitada por algunos aficionados e investigadores, como el naturalista Eduard Boscà o el Padre Leandro Calvo, que también recogieron algunos materiales arqueológicos. En 1913 Henri Breuil prospectó la cueva y encontró, aparte de piezas de sílex, la primera plaqueta grabada, que él interpretó como una cabeza de lince pero que probablemente sea la parte posterior de otro animal.  El religioso francés mantenía buenos contactos con la prehistoria valenciana lo que le llevó en 1913 a visitar las cuevas del Parpalló y Meravelles(Gandia). En 1928 Lluís Pericot visita la cueva por recomendación de Breuil y de P. Bosch Gimpera y, un año después, empieza las excavaciones bajo el patrocinio del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia, que duran de 1929 a 1931. Durante estas tres campañas de excavación, Pericot recoge y estudia todo el material prehistórico así como las 6.000 plaquetas grabadas que constituyen el conjunto de arte amueblo más importante de Europa. El material excavado por Pericot ha sido revisado y estudiado posteriormente en numerosas ocasiones y ha servido para varias tesis doctorales, dando como resultado una secuencia cronológica sin interrupción de la prehistoria mediterránea peninsular de 15.000 años.
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida por la nº 691 en la rotonda elevada Universidad/San Vicente del Raspeig, tomar dirección Alcoy, una vez pasados los túneles de la Font Roja, continuar hasta la salida nº 425 ALBAIDA/GANDIA/ATZENETA. Tomar la N-340/CV-615, continuar dirección Gandía hasta conectar con la CV-675 que nos llevará a nuestro destino, el Centro de Interpretación Parpalló Borrell, a la derecha poco antes de legar a La Drova.

COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO: CENTRO INTERPRETACIÓN / FONT DEL PARPALLÓ / SENDA/ COLL DE LA RAFELA / CIM DEL MONDÚVER / ATAJO / CARTELES PR / PUNTAL FONT NOVA / CIM DE LA PENYALBA / VARIANTE COVA MALLADETES / COLL DE LA PENYALBA / ALT DE LES ÁLIGUES / COVA MALLADETES / BARX / CENTRO DE INTERPRETACIÓN.

LA RUTA: Ruta que teníamos aplazada desde el incendio de marzo de 2013 en Barx, dejando que la sierra se regenere pero nada vuelve a ser igual, los incendios lo arrasan todo. La primera vez que hollamos el Mondúver fue en 2011 desde Xeresa, hoy lo haremos desde La Drova. añadiendo la emblemática Penyalba.

Hace un buen día y parece que el calor remitirá un poco, sin embargo, una bruma de nubes bajas invade el valle y aumenta el grado de humedad. Iniciamos pasando por delante del Centro de Interpretación que permanece cerrado. La mole del Mondúver coronada por su nido de antenas es muy visible.


Pasa algún grupo de ciclistas al enfilar el camino de tierra. Seguimos en suave ascenso con variada información de la zona del Parpalló en diversos paneles. El sol y la bruma nos dejan ver los puntiagudos picos de la otra vertiente. Hacemos un corto desvío a la Font del Parpalló pero está canalizada.


Volvemos a la pista principal y otros paneles nos indican que estamos al pie de la Cova del Parpalló situada en un peñón rocoso algo más elevado y vallada. Este abrigo natural presenta tres accesos en el interior. Se piensa que en la antigüedad la cavidad era de proporciones mucho mayores. Se halla excavada en calizas del período turonense-senonense.


Proseguimos con vistas a los agrestes peñones del Mondúver y a los picos de la otra vertiente donde las nubes parecen disiparse. A la izquierda encontramos una diminuta boca de cueva en la que podemos ver signos y restos de estalagmitas que fueron saqueadas rompiéndolas desde su base.


Siguen sorprendiéndonos los farallones rocosos de la sierra en los que ahora descubrimos en su parte alta, la entrada de una gran cueva cuya oquedad tiene salida al otro lado por donde le entra la luz. Siempre nos han atraído las cuevas y nos entran ganas de subir a verla, pero desconocemos el trazado de la ruta.



Llegamos a un punto que marcamos como senda, dejando la pista de tierra para comenzar a subir por la izquierda hasta el Coll de la Rafela, a los pies de la Peña Negra y entrando en la otra vertiente. Se atisban los estragos del último incendio, apenas han quedado pequeños grupos de pinos como islas solitarias.


En la otra vertiente tenemos vistas al mar, que es un decir, puesto que la bruma lo invade todo y las vistas son indefinidas. El sendero nos dirige hacia la parte alta de los peñones, vamos dejando atrás el espolón de la Peña Negra. Es un recorrido en ondulado ascenso que resulta muy agradable.


Enfilamos la cresta por su parte interna asomándonos de vez en cuando al otro lado, ganando afilados peñones, que mirando atrás, la bruma que se levanta al golpear las paredes les da un toque misterioso y agreste. Rodeamos el último de ellos con fuerte desnivel y apoyando las manos.


Nada más dar la vuelta tenemos la primera imagen cercana de del nido de antenas de la cima. Aunque todavía nos queda subir por su lomo y transitar todo el cordal. Un corredor nos pide un apósito pero no podemos ayudarle. Lo difícil de esta cima es encontrar el punto geodésico entre tanto artilugio.

Cumbre del Mondúver (841 m.) imposible hacer la foto sin que salga alguna antena. Estéticamente es una de las cimas más feas que he subido, no me vale lo del precio del progreso. No deseamos almorzar aquí, además de que es pronto todavía, miramos la Penyalba, nuestro próximo objetivo.

Para no bajar por la pista asfaltada, encontramos un sendero algo difuso al principio y con piedra suelta entre abundante vegetación de matorral bajo. Luego se define mejor y nos permite atajar dos grandes curvas de la carretera hasta llegar a una especie de collado donde hay un poste con paletas informativas de las variantes del PR-CV 51.


Desde aquí tenemos una percepción clara de que para llegar a la Penyalba hay por delante dos cumbre más. Al mirar hacia atrás, el cono del Mondúver parece salir de la bruma y en el mar se aclaran un poco las vistas, aunque en los barrancos cercanos las miradas son muy nítidas.

Es un trayecto muy afectado por el incendio del 2013, el matorral ha brotado pero la tierra está descarnada. De todas formas resulta muy entretenido transitar por él, la primera parte por la cresta entre las regeneradas coscojas incomodan y luego unos metros más abajo por donde sobrepasamos el primer montículo.

Llegados al segundo hay dos versiones según indican unas antiguas paletas de madera, por la cresta apoyando las manos y con alguna trepadita, o caminado unos metros por debajo. Elegimos la segunda opción por ser más rápida y en ésta sí coronamos el Puntal de la Font Nova (739 m.)

Brumosas pero buenas vistas a la Valldigna, con Tavernes y Simat como poblaciones más importantes. Cuenta la historia que Jaime II que volvía de tierras murcianas al pasar le dijo a su capellán Vall digna per a un monestir de la vostra religió, a lo cual éste le respondió Vall digna, y el rey le concedió las tierras.


Cada vez tenemos más cerca la Penyalba con su poderosa pared frontal. Alcanzamos otra bifurcación balizada del Sendero PR-CV 51. La subida a la cima es de ida y vuelta a este punto por donde continuaremos luego. Ahora tenemos que atacar el poderoso y rocoso frontal de la sierra.








Es muy asequible y cuando llegamos a su base creemos que hay que trepar por una especie de canaleta, pero es mucho más simple. El sendero comienza a rodear por la derecha la enorme muela y siguiendo las marcas se sube fácilmente. En el último tramo, algo inclinado, hay dos cuerdas de escalada que sirven de apoyo.

Cumbre del Penyalba (772 m.) marcada por una paleta informativa de madera y en el otro lado por un buzón metálico que representa un refugio de montaña del CETV. Con preciosas vistas cada vez más limpias damos cuenta de nuestro almuerzo. Luego deshacemos sendero hasta la bifurcación.

En la bifurcación, ahora bajamos por la izquierda. El nuevo ramal desciende oblicuamente casi en el mismo sentido que habíamos venido, salvando un inclinado tramo de ladera. Llegamos a otra intersección balizada con paletas de madera que seguimos por la izquierda, hacia la Cova de les Malladetes.

El sendero comienza a rodear las faldas del Penyalba a media altura; con la bruma despejada tenemos buenas vistas hacia el valle y observamos los daños causados por el incendio, apenas quedan cuatro pinos esparcidos. Desde el Coll del Penyalba, tras un titubeo, subimos al Alt de les Áligues.

Desde el alto hay una bajada inclinada hasta un roquedo, donde entre arbustos vemos la entrada a la Cova de les Malladetes. Cerrada por una puerta metálica, pensamos que hoy no vamos a poder ver ninguna cueva pero al rodearla por su valla observamos un gran agujero en la tela metálica.








Pasamos a su interior con mucho cuidado porque hay marcadas zonas con hilos de excavaciones actuales y en un rincón vemos algunas herramientas, hacemos varias fotos en sus cavidades y salimos. Los abundantes hallazgos encontrados de este yacimiento se conservan en los museos Gandía y Valencia.

El descenso prosigue con miradas a la Valldigna, observando Simat y su Monestir de Santa María de la Valldigna, que ya hemos visitado alguna vez cuando hicimos las rutas de los Monasterios. Mirando hacia arriba se pueden constatar los daños del incendio al no haber ningún árbol, solo el matorral se ha regenerado.

Unas paletas informativas nos dirigen hacia Barx girando a la izquierda. Marchamos por un terraplén paralelo a la carretera y entramos en la población cruzando por sus calles, muy tranquilas a estas horas, para salir por el Oeste para conectar con un camino ancho con marcas de GR.


Marchamos varios kilómetros por el camino paralelos a la carretera, pasando por antiguas naves ganaderas ahora en desuso. Desfilando con vistas nítidas frente a la gran pared del Penyalba y luego del Mondúver, cerrando el círculo de la ruta en el Centro de Interpretación. Preciosa ruta la disfrutada hoy.

RECORRIDO: CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA: 16 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:30 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 841 M. (El Modúver)

ALTURA MÍNIMA: 380 M. (Centro de Interpretación)

DESNIVEL POSITIVO: 840 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 840 M.

DIFICULTAD: MODERADA-ALTA


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