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Posted by : Vaig a Peu
miércoles, 6 de abril de 2016
Un
viaje añorado con un destino fijo, Machu Picchu por el Qhapaq Ñan, el Gran Camino
Inca. A mi padre, además de trabajar le gustaba leer, su único vicio eran los
libros de antropología y las antiguas culturas entre otros. Así que pronto pude
hojear y leer libros de Howard Carter sobre
Tutankamón, y de Hiram Birgham sobre Machu Picchu. No tardaron en convertirse en
sueños. He leído y he visto todo cuanto ha caído en mis manos sobre este tema;
he sentido admiración por las personas que lograron llegar, y tuve ansiedad
cuando el senderismo pasó a formar parte de mi idiosincrasia. Pero lo sueños dejan
de serlo cuando se cumplen, y ese momento ha llegado.
En
febrero del año pasado visitamos FITUR y fuimos los primeros en ser atendidos
en el pabellón de Perú, la sonrisa de la azafata era inmaculada. Conseguimos
abundante información que unida a la obtenida en algunos foros nos permitió
comenzar a consultar agencias para organizar nuestro viaje. Tuvimos que esperar
hasta este año puesto que las reservas para el Camino Inca no se pueden hacer
de un año para otro. De diciembre a
marzo es verano y temporada de grandes lluvias, en febrero el camino
está cerrado por mantenimiento y empieza la nueva temporada. Comenzamos
desechando las de viajes de aventuras, competentes y organizadas para
cualquiera de las modalidades del Camino Inca o la tremenda Cordillera Blanca,
pero después queríamos conocer Perú a nuestro aire. En las grandes agencias
todo está catalogado, salirse de un paquete y picotear en otro resultaba
complicado. Al final nos fuimos decantando por una agencia local, Viajes
Amorós, dirigida por David, una persona joven que además había estado en Perú.
Nunca hojeamos un catálogo, los teníamos todos, y el viaje se organizó entorno
al Camino Inca, una vez confirmada la reserva.
El
Camino Inca es la única excursión en la zona de Cuzco que no puede hacerse por
libre; es obligatorio reservarla a través de un operador autorizado. Solo se
permite el acceso diario al trayecto a 500 personas, incluidos guías y
porteadores. Es necesario proporcionar el número del pasaporte y enseñarlo en
los controles a lo largo del camino. Si se tiene un nuevo pasaporte y se ha
solicitado un permiso con el antiguo quizá surjan problemas. Los permisos no
pueden transferirse, no se permiten cambios de nombre.
Es
obligatorio llevar saco de dormir, muy recomendable botas de montaña y los
bastones. Indispensable la capa de lluvia. Nosotros para no cargar el resto del
viaje con los sacos y los bastones ocupando un espacio importante del equipaje,
decidimos alquilarlos.
Tras
cinco variaciones al presupuesto inicial, no había problema en sugerencias o
cambios al tener línea directa con el operador de Perú, cerramos el viaje con
17 días contando la ida y la vuelta; pernoctando en hoteles de categoría media
pero muy céntricos, no es necesario pagar más cuando se está tampoco tiempo en
ellos. El operador del Camino Inca fue Xtreme Tourbulencia, con su guía Ronald,
un portento en conocimiento Inca, y el principal operador del viaje con alguna
subcontrata ha sido PTS PERÚ, con un servicio muy respetable. De puntualidad
exquisita, en todos los destinos había alguien esperándonos, no teniendo
que arrastrar ninguna maleta. Buenos guías con grupos muy reducidos y en muchos
casos exclusivos para nosotros. Este ha sido nuestro viaje: