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- LA XORTÁ POR LA ALMEDIA, DESDE CALLOSA D’EN SARRIÁ
Posted by : Vaig a Peu
sábado, 16 de enero de 2016
Se
han descubierto yacimientos pertenecientes a los periodos Neolítico (5.000
a.C), Calcolítico, edad del Bronce, épocas ibérica y romana. Estos
asentamientos sirvieron de base para el establecimiento de alquerías musulmanas
en diferentes partidas del término municipal. El origen de Callosa (cuyo
significado probable es "tierra dura, seca" en latín) es una antigua
alquería musulmana que, tras la reconquista cristiana hecha por el rey Jaume I de
Aragón en
el s. XIII, fue adquirida en propiedad por el Almirante Bernat de
Sarrià en 1290, durante el reinado de Alfonso I de Valencia y
III de Aragón, convirtiéndose así en su primer señor feudal. De ahí que a
partir de entonces la ciudad pasara a denominarse Callosa d´en
Sarrià (" Callosa del Señor Sarrià ", en
valenciano) y se convirtiera en el centro del señorío, que llegó a abarcar gran
parte de la actual comarca de la Marina Baja. Desde entonces fue adquirida por
diferentes familias nobles, entre las cuales podríamos destacar las de Sarrià
(1290-1335), Corona de Aragón (1335-1445), Bou (1445-1560), Moncada (1560-1767)
y el Conde de Orgaz (1767). En la actualidad, el título nobiliario del pueblo
pertenece a la familia Crespí de Valldaura. La ciudad conserva en su casco
antiguo parte de su estructura urbana medieval, delimitada por la línea de
murallas de la Callosa intramuros, que se puede cruzar todavía hoy por una de
sus puertas originales: el Portal. A lo largo de esta línea se tiene la imagen
más tradicional de Callosa con los restos de las murallas (s. XIV) y del
Castillo (± 1395 - s. XVIII), declarados Bien de Interés Cultural desde el año
2005.
CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) /
CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucía y Polop, y por la CV-715 a
Callosa d’En Sarriá, buscar el carrer Fonteta o la Oficina de Turismo,
suele haber aparcamiento.
COMPONENTES: VICENTE Y PATRO.
ITINERARIO: OFICINA DE TURISMO / CALVARIO /
ANTENAS / ALMEDIA / CRUCE SENDA / GIRO DCHA. / COVA CALENTA / TERRAZAS / PISTA
DCHA. / MORRO BLANC / MORRO BLAU / ATAJO / COLLADO / PENYA ALTA / FONT DELS
TEIXOS / CAMINO DCHA. / BARRANCO IZDA. / BARRANC DEL NEGRE / CRUZAR CAUCE /
VISTA BARRANC / PISTA FOIA ROJA / BARRANC DE LES POMERETES / PISTA DCHA. / CAMÍ
DEL BARRANC FORT / EMBALSES / OFICINA DE TURISMO.
LA RUTA: Nueva subida a la Xortá inédita para nosotros. Desde Callosa d’en Sarriá la capital del níspero. El pueblo amanece tranquilo y en sus calles todavía no hay actividad; su inmejorable situación nos brinda lindas vistas al mar y a las abruptas montañas que la rodean.
Iniciamos buscando la subida al Calvari que se inicia en una calle adyacente, paseamos por los estrechos callejones del arrabal subiendo hasta la parte más alta del pueblo que ya nos permite tener vistas al mar y a los tejados de sus casas, en donde sobresale la mediterránea cúpula de la iglesia de San Juan Bautista.
El caminito de cemento entre altos cipreses termina en una ancha explanada con algunas estaciones del Vía Crucis, formando un espectacular mirador desde el que oteamos el Ponoig, un poco del Puig Campana, Penyó Cabal, Penyó Roc y las estribaciones de Aitana; en el otro lado una buena estampa del Bérnia y el pueblo a nuestros pies.
Por detrás de la estación 14, la que tiene puerta, comienza un sendero que poco después conecta con la pista de las antenas, llegados al nido metálico, subimos hasta la base de la torre de cemento y por el sendero que se inicia comenzamos a subir. Las vistas se amplían hasta Sierra Helada y el mar, con un majestuoso Bérnia.
El día es despejado pero con fuerte viento, y por el cordal de la Almedia nos hostiga a rachas. Pasamos por una especie de pozo o cueva a ras del suelo, apenas una piqueta metálica parece indicar algo, pero es un peligro para aquellos que desconozcan su existencia. Además del Bérnia aparece en escena el Morro Blanc.
La subida es una sucesión de lomas con un fuerte desnivel pero en las que se adquiere altura con relativa facilidad. La elevación da alas a nuestros ojos, las panorámicas crecen por todos lados; el valle de Guadalets surge enorme, flanqueado por la Sierra de Aitana y la Serrella, con el Embalse al fondo.
Un gran hito de piedras marca la cima de la Almedia (681 m.) Pese a su poca altitud este altozano domina todo el valle a la perfección. El frontal lo ocupa la gran mole de la Xortá, con el Morro Blanc y el Morro Blau con su caseta de Vigilancia Forestal. La presa del Embalse ya es visible, y Bérnia, que va cambiando constantemente.
El sendero prosigue un tramo por la ancha loma casi sin perder altura, teniendo enfrente la gran brecha del Barranc d’Onaer que nace a los pies del Morro Blanc; después comienza a perder altura haciendo rampas y zigzags, escorándose a la izquierda sin bajar demasiado para llegar al Collado de Almedia.
Tenemos nuevas vistas al Bérnia y Aitana, comprobando la redondeada loma por la que hemos descendido. Entramos en un espeso bosque de pinar por el que cruzamos el incipiente cauce del Barranc d’Onaer, enlazando con un PR, para poco después dejarlo y seguir por otro sendero a la derecha.
Comenzamos a subir por la ladera del Morro Blanc siguiendo unos hitos y antes de que empiecen a ralear los pinos, hay un corto desvío a la derecha que nos lleva a la Cova Calenta, con techo bajo y de reducidas dimensiones, está situada dentro de las ruinas de un viejo corral de ganado escondido entre la vegetación.
Proseguimos por la izquierda del corral para poco después entrar en la zona de las terrazas, antiguos bancales tapiados con muretes de piedra seca por los moriscos y que tras su expulsión prácticamente nadie volvió a trabajar. Las miradas son grandiosas a todo el valle y al omnipresente Bérnia.
Es un incomodo tránsito superar los escalonados bancales invadidos por vegetación anárquica y con esporádicos hitos de piedras. Aparentemente tomamos dirección hacia la Caseta de Vigilancia Forestal del Morro Blau, para luego, una vez concluidas las terrazas, ir virando hacia la derecha.
Ahora en claro rumbo al Morro Blanc, rastros de sendas trazan una especie de diagonal hacia un bosquete de pinos en una pequeña vaguada, donde conectamos con la pista del Morro Blau. La seguimos por la derecha unos metros para dejarla, también a la derecha, y subir al promontorio.
Morro Blanc (1.081 m.), extraordinario mirador al Mediterráneo. Sierra Helada, Callosa a los pies de la Almedia, el Bérnia, Tárbena arropada por la Sierra del Ferrer, el Montgó y las sombras montañosas de Ibiza en el horizonte. Por detrás, los pivotes que nos quedan por subir: Morro Blau y Penya Alta.
Con la mirada puesta en las dos próximas cumbres, y soportando los embates del frío viento, deshacemos el sendero hasta la pista y la continuamos por la izquierda entre los pinos. Enseguida encaramos la Caseta de Vigilancia Forestal, donde vemos gente en la parte de la solana.
Morro Blau (1.121 m.) Seguimos admirando el mar. Hay dos forestales oteando con prismáticos y preguntan si hemos visto algún arruí, ya que suelen estar por nuestra zona de subida, pero no hemos tenido esa suerte. Hacemos las fotos de rigor y proseguimos por la pista de tierra.
Atravesamos la llanura de la Foia Plana con fuertes ráfagas de aire, para más tarde en una curva cerrada, dejar el camino y atajar bajando en línea recta, y surcar los abandonados bancales para enlazar con un sendero que nos lleva hasta el collado de la cima y la abrupta subida entre bosquetes de carrascas.
Cumbre de la Penya Alta (1.219 m.) Preciosas vistas al entorno montañoso. Barranc de la Canal, la Serrella, Aitana, Puig Campana, Ponoig, el mar, Bérnia, la Serra del Ferrer… En la cresta estamos demasiado expuestos al viento y buscamos un lugar más resguardado para nuestro merecido almuerzo.
Con nuevo vigor emprendemos la bajada hasta el collado, pero ahora continuamos bajando por la izquierda, con las marcas del PR, entrando en la umbría para llegar a la Font dels Teixos y su bucólico refugio. En el cruce balizado con paletas informativas, tomamos el camino de la derecha.
Seguimos la pista como si volviéramos al Morro Blau, con la maravillosa vista del Bérnia y el mar. Al dar la vuelta vemos de nuevo la Caseta de Vigilancia Forestal y tomamos el primer cruce a la izquierda, tras dos revueltas, volvemos a tomar el siguiente cruce por la izquierda, como referencia tendremos el chasis destrozado de un coche.
Entramos en el cauce del Barranc Negre, por su estrecha vertiente izquierda poblada de pinos jóvenes, y que poco a poco se va abriendo permitiéndonos contemplar sus enormes paredones, teniendo como fondo primero a la Serra del Ferrer y luego, a medida que va girando se centra de nuevo en el Bérnia.
Es un descenso alegre y sin trabas por el que van desfilando las verticales paredes. Hacia atrás comprobamos el desnivel descendido. El cauce vuelve a estrecharse y tenemos que cruzar a la otra vertiente, donde vemos una carrasca de buen tamaño arraigada en lo alto de la muralla rocosa.
El lecho del Barranc Negre empieza a ensancharse y nos vamos saliendo de él, dejamos de perder altura y por la ladera, antes de comenzar a subir una loma, tenemos un punto donde contemplar casi al completo la grandiosidad del Barranc. Superada la loma, el Bérnia lo vuelve a acaparar todo.
Nos adentramos en la Foia Roja, con sus antiguas terrazas de cultivo abandonadas, como su derruida casa cercana a la barrera de la Serra del Ferrer. El calor de estos días ha hecho florecer algunos almendros. Cruzamos el camino de la Foia Roja para conectar con otra senda que nos prosigue bajando.
Cambiamos de vertiente para rodear un montículo desde el que ya tenemos vistas a Callosa d’en Sarriá a los pies de la Almedia. Comienza una vertiginosa bajada por el Barranc de les Pomeretes, es un descenso encajonado entre el frondoso pinar, con cerradas curvas y rampas a modo de una escalera de caracol.
Al salir tenemos nuevas vistas al mar y a Sierra Helada, para poco después conectar con una pista por la derecha que nos sigue descendiendo con más suavidad. Tras una gran curva pasamos junto a dos enormes embalses, uno por cada lado, y en lazamos con otra pista asfaltada con miradas a un Bérnia distinto.
Este carretil da servicio a la mayoría de los invernaderos de nísperos de este sector, algunos están abiertos y haciendo trabajos de mantenimiento. Es curioso introducirse dentro de ellos. Observamos muchos ejemplares de aguacates en producción y varias zonas de naranjos, que nos distraen en este largo trecho de asfalto.
Último vistazo al cambiante Bérnia y las innumerables casas de campo antes de entrar a Callosa por la parte alta del pueblo y llegar a la Oficina de Turismo. Preciosa ruta en la que hemos superado un fuerte desnivel de algo más de 1.100 m., lo que nos ha permitido tener unas panorámicas excepcionales.
LA RUTA: Nueva subida a la Xortá inédita para nosotros. Desde Callosa d’en Sarriá la capital del níspero. El pueblo amanece tranquilo y en sus calles todavía no hay actividad; su inmejorable situación nos brinda lindas vistas al mar y a las abruptas montañas que la rodean.
Iniciamos buscando la subida al Calvari que se inicia en una calle adyacente, paseamos por los estrechos callejones del arrabal subiendo hasta la parte más alta del pueblo que ya nos permite tener vistas al mar y a los tejados de sus casas, en donde sobresale la mediterránea cúpula de la iglesia de San Juan Bautista.
El caminito de cemento entre altos cipreses termina en una ancha explanada con algunas estaciones del Vía Crucis, formando un espectacular mirador desde el que oteamos el Ponoig, un poco del Puig Campana, Penyó Cabal, Penyó Roc y las estribaciones de Aitana; en el otro lado una buena estampa del Bérnia y el pueblo a nuestros pies.
Por detrás de la estación 14, la que tiene puerta, comienza un sendero que poco después conecta con la pista de las antenas, llegados al nido metálico, subimos hasta la base de la torre de cemento y por el sendero que se inicia comenzamos a subir. Las vistas se amplían hasta Sierra Helada y el mar, con un majestuoso Bérnia.
El día es despejado pero con fuerte viento, y por el cordal de la Almedia nos hostiga a rachas. Pasamos por una especie de pozo o cueva a ras del suelo, apenas una piqueta metálica parece indicar algo, pero es un peligro para aquellos que desconozcan su existencia. Además del Bérnia aparece en escena el Morro Blanc.
La subida es una sucesión de lomas con un fuerte desnivel pero en las que se adquiere altura con relativa facilidad. La elevación da alas a nuestros ojos, las panorámicas crecen por todos lados; el valle de Guadalets surge enorme, flanqueado por la Sierra de Aitana y la Serrella, con el Embalse al fondo.
Un gran hito de piedras marca la cima de la Almedia (681 m.) Pese a su poca altitud este altozano domina todo el valle a la perfección. El frontal lo ocupa la gran mole de la Xortá, con el Morro Blanc y el Morro Blau con su caseta de Vigilancia Forestal. La presa del Embalse ya es visible, y Bérnia, que va cambiando constantemente.
El sendero prosigue un tramo por la ancha loma casi sin perder altura, teniendo enfrente la gran brecha del Barranc d’Onaer que nace a los pies del Morro Blanc; después comienza a perder altura haciendo rampas y zigzags, escorándose a la izquierda sin bajar demasiado para llegar al Collado de Almedia.
Tenemos nuevas vistas al Bérnia y Aitana, comprobando la redondeada loma por la que hemos descendido. Entramos en un espeso bosque de pinar por el que cruzamos el incipiente cauce del Barranc d’Onaer, enlazando con un PR, para poco después dejarlo y seguir por otro sendero a la derecha.
Comenzamos a subir por la ladera del Morro Blanc siguiendo unos hitos y antes de que empiecen a ralear los pinos, hay un corto desvío a la derecha que nos lleva a la Cova Calenta, con techo bajo y de reducidas dimensiones, está situada dentro de las ruinas de un viejo corral de ganado escondido entre la vegetación.
Proseguimos por la izquierda del corral para poco después entrar en la zona de las terrazas, antiguos bancales tapiados con muretes de piedra seca por los moriscos y que tras su expulsión prácticamente nadie volvió a trabajar. Las miradas son grandiosas a todo el valle y al omnipresente Bérnia.
Es un incomodo tránsito superar los escalonados bancales invadidos por vegetación anárquica y con esporádicos hitos de piedras. Aparentemente tomamos dirección hacia la Caseta de Vigilancia Forestal del Morro Blau, para luego, una vez concluidas las terrazas, ir virando hacia la derecha.
Ahora en claro rumbo al Morro Blanc, rastros de sendas trazan una especie de diagonal hacia un bosquete de pinos en una pequeña vaguada, donde conectamos con la pista del Morro Blau. La seguimos por la derecha unos metros para dejarla, también a la derecha, y subir al promontorio.
Morro Blanc (1.081 m.), extraordinario mirador al Mediterráneo. Sierra Helada, Callosa a los pies de la Almedia, el Bérnia, Tárbena arropada por la Sierra del Ferrer, el Montgó y las sombras montañosas de Ibiza en el horizonte. Por detrás, los pivotes que nos quedan por subir: Morro Blau y Penya Alta.
Con la mirada puesta en las dos próximas cumbres, y soportando los embates del frío viento, deshacemos el sendero hasta la pista y la continuamos por la izquierda entre los pinos. Enseguida encaramos la Caseta de Vigilancia Forestal, donde vemos gente en la parte de la solana.
Morro Blau (1.121 m.) Seguimos admirando el mar. Hay dos forestales oteando con prismáticos y preguntan si hemos visto algún arruí, ya que suelen estar por nuestra zona de subida, pero no hemos tenido esa suerte. Hacemos las fotos de rigor y proseguimos por la pista de tierra.
Atravesamos la llanura de la Foia Plana con fuertes ráfagas de aire, para más tarde en una curva cerrada, dejar el camino y atajar bajando en línea recta, y surcar los abandonados bancales para enlazar con un sendero que nos lleva hasta el collado de la cima y la abrupta subida entre bosquetes de carrascas.
Cumbre de la Penya Alta (1.219 m.) Preciosas vistas al entorno montañoso. Barranc de la Canal, la Serrella, Aitana, Puig Campana, Ponoig, el mar, Bérnia, la Serra del Ferrer… En la cresta estamos demasiado expuestos al viento y buscamos un lugar más resguardado para nuestro merecido almuerzo.
Con nuevo vigor emprendemos la bajada hasta el collado, pero ahora continuamos bajando por la izquierda, con las marcas del PR, entrando en la umbría para llegar a la Font dels Teixos y su bucólico refugio. En el cruce balizado con paletas informativas, tomamos el camino de la derecha.
Seguimos la pista como si volviéramos al Morro Blau, con la maravillosa vista del Bérnia y el mar. Al dar la vuelta vemos de nuevo la Caseta de Vigilancia Forestal y tomamos el primer cruce a la izquierda, tras dos revueltas, volvemos a tomar el siguiente cruce por la izquierda, como referencia tendremos el chasis destrozado de un coche.
Entramos en el cauce del Barranc Negre, por su estrecha vertiente izquierda poblada de pinos jóvenes, y que poco a poco se va abriendo permitiéndonos contemplar sus enormes paredones, teniendo como fondo primero a la Serra del Ferrer y luego, a medida que va girando se centra de nuevo en el Bérnia.
Es un descenso alegre y sin trabas por el que van desfilando las verticales paredes. Hacia atrás comprobamos el desnivel descendido. El cauce vuelve a estrecharse y tenemos que cruzar a la otra vertiente, donde vemos una carrasca de buen tamaño arraigada en lo alto de la muralla rocosa.
El lecho del Barranc Negre empieza a ensancharse y nos vamos saliendo de él, dejamos de perder altura y por la ladera, antes de comenzar a subir una loma, tenemos un punto donde contemplar casi al completo la grandiosidad del Barranc. Superada la loma, el Bérnia lo vuelve a acaparar todo.
Nos adentramos en la Foia Roja, con sus antiguas terrazas de cultivo abandonadas, como su derruida casa cercana a la barrera de la Serra del Ferrer. El calor de estos días ha hecho florecer algunos almendros. Cruzamos el camino de la Foia Roja para conectar con otra senda que nos prosigue bajando.
Cambiamos de vertiente para rodear un montículo desde el que ya tenemos vistas a Callosa d’en Sarriá a los pies de la Almedia. Comienza una vertiginosa bajada por el Barranc de les Pomeretes, es un descenso encajonado entre el frondoso pinar, con cerradas curvas y rampas a modo de una escalera de caracol.
Al salir tenemos nuevas vistas al mar y a Sierra Helada, para poco después conectar con una pista por la derecha que nos sigue descendiendo con más suavidad. Tras una gran curva pasamos junto a dos enormes embalses, uno por cada lado, y en lazamos con otra pista asfaltada con miradas a un Bérnia distinto.
Este carretil da servicio a la mayoría de los invernaderos de nísperos de este sector, algunos están abiertos y haciendo trabajos de mantenimiento. Es curioso introducirse dentro de ellos. Observamos muchos ejemplares de aguacates en producción y varias zonas de naranjos, que nos distraen en este largo trecho de asfalto.
Último vistazo al cambiante Bérnia y las innumerables casas de campo antes de entrar a Callosa por la parte alta del pueblo y llegar a la Oficina de Turismo. Preciosa ruta en la que hemos superado un fuerte desnivel de algo más de 1.100 m., lo que nos ha permitido tener unas panorámicas excepcionales.
AGUA EN RUTA: SI. (Font dels Teixos)
DISTANCIA: 18,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.219 M. (Penya Alta)
ALTURA MÍNIMA: 245 M.
DESNIVEL POSITIVO: 1.158 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.158 M.
DIFICULTAD: MODERADA.