Posted by : Vaig a Peu sábado, 18 de abril de 2015

De la Torre o Castillo de Bérnia quedan pocos restos hoy en día. Se encuentra en una ubicación de difícil acceso, en un sitio estrecho y alargado fácilmente defendible y con unas vistas inmejorables al punto geodésico que marca la cima de la sierra a 1.129 m. de altura. Giovanni Batista Antonelli antes de construir el Fuerte de Bérnia redactó un informe sobre la relatione de la montagna, o sera di Bérnia que decía: “Y es tan estrecho en la cima que es el punto más alto donde están los vestigios de una torre y una casa antigua, que es conocida como el Castillo, todo el resto es impracticable y ningún hombre puede pasar de un lado hacia el otro, ni subir al castillo, si no es con grandísima dificultad”. "En el castillo tenían veinte o treinta hombres para guardarlo y para descubrir el país, lugar donde veinte hombres bastaban contra cuatro mil, ya que la subida era altísima y por peña loncha, en la que muchas veces no hay donde poner medio pie y cogerse con las puntas de los dedos de la mano." La primera referencia del Castillo es del año 1263, en un documento de Jaume I. En el siglo XIII se tomaron medidas después de la sublevación de al-Azraq. La guarnición del Castillo pasó de 8 a 17 hombres, hecho que no evitó que la fortaleza fuera tomada por los sarracenos. Aparece también en 1302 una orden para reparar la Torre de Bérnia, y en 1323 hay un aviso ante las probables incursiones de los granadinos. En el año 1359 el rey mandó la destrucción de ciertos castillos entre los cuales figuraba el de Bérnia. Las estructuras ahora visibles corresponden a basamentos de diversos muros que en conjunto se inscriben en una planta de forma rectangular de unos 44 m. de longitud (en sentido este/oeste) y unos 8,5 m. de amplitud (en sentido norte/sur). Este espacio presenta en la parte de poniente una gran torca de forma más o menos circular, excavada en la roca calcárea. Tiene una profundidad que llega hasta los 3 m. en el lado del oeste y 2 m. en la banda de levante. Este hoyo, en gran parte artificial, quizás lo deberíamos considerar como la cantera del Castillo. En los alrededores del castillo hay abundantes restos de cerámica, y entre el Fuerte y el Castillo de Bérnia están también los restos de un asentamiento andalusí, conocido como el Raval.
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 dirección Valencia, salida en la nº 64 ALTEA / CALPE. Continuar por la CV-755 Callosa-Fuentes del Algar. En Altea la Vella, girar a la derecha para subir a la urbanización y campo de golf de DON CAYO. Subir hasta la parte más alta, calle Alhambra de Granada, aparcar cerca de unos depósitos de agua, a 100 metros se inicia la senda, hay una flecha roja.
ITINERARIO: DEPÓSITOS DE AGUA / INICIO SENDA / ENTRE PINOS / PINO Y CASETA BORJA / DEJAR SENDA PR / PAREDES / SOBRE LA FINESTRA / SOBRE L’ARC / DESTREPE A SENDA DEL FORAT / SUBIDA A LA COVA DE L’ARC / REGRESO A LA SENDA DEL FORAT / FORAT / CARA SUR / SENDA A LA IZQ. / TORRENTERAS / PINADA / FONT DE ROSTOLL / FINAL SENDA / DEPÓSITOS DE AGUA.
COMPONENTES: VICENTE, SANTI Y RICARDO.

LA RUTA: La sierra de Bérnia, es esa infranqueable muralla que durante siglos nos ha defendido de piratas y moriscos, que no deja de sorprendernos al descubrir nuevos y maravillosos rincones. Seguimos indagando por la punta Este de la sierra, pero en su cara sur. El punto de partida también es nuevo, así como el regreso por la senda del Forat.

Situados en la parte alta de la urbanización en las laderas de la sierra, al menos la crisis ha parado la construcción de chalets, tenemos bonitas panorámicas a la costa, con Altea, el Albir y Sierra Helada. Iniciamos siguiendo las marcas del PR, sendero que ha sido remozado recientemente y que solo era conocido por algunos montañeros de la zona.


En el primer tramo es donde más trabajos han realizado acondicionando la senda, que entre rampas y zigzags nos lleva por las antiguas y yertas terrazas abancaladas en dirección a les Penyes Roges, pétrea muralla que salvamos por la derecha. Por el oeste las grandes cimas: Puig Campana, Ponoig, Sanxet, Cabal, Penyó Roc…


Metidos en la umbría a estas horas, superamos un fuerte desnivel que nos hace aliviarnos de alguna prenda. A medida que ganamos altura se amplían las panorámicas; posicionados sobre les Penyes Roges vemos como asoman las primeras crestas de Bérnia y se extienden las vistas al litoral, algo brumoso.


Algún repecho más y nos despedimos de las vistas de las grandes sierras y de la costa, entramos en la pineda donde el sendero se estrecha y es de tierra. Seguimos avanzando sin dejar de subir hasta un punto donde se bifurca. Por la izquierda un “aspa” del PR nos indica no seguir y por la derecha continúan las marcas del PR.


En este punto cerraremos el círculo al regreso. Curioseamos un poco por la pileta de la seca Font de Rostoll y continuamos por la derecha. A poca distancia tenemos un enorme ejemplar de pino y a unos metros la Caseta Borja, cerrada y todavía en pie, aunque sus bancales parecen abandonados.

Proseguimos por detrás de la caseta y enseguida se abren nuevas vistas al mar con la parte alta del Morro de Toix y por delante la gran muralla montañosa. Tenemos que estar atentos a un Waypoint marcado en el Track del GPS, en donde tenemos que dejar el PR, y por la izquierda seguir una incipiente senda hacia las paredes.

Una vez en ellas, avanzamos para entrar a media altura en una especie de pequeño circo de altos paredones. Para atravesarlo,  la senda traza una irregular línea diagonal hacia un destacado pivote, arriba a la izquierda, junto a unos pinos. La senda es intermitente y discontinúa por la falta de tierra en las rocas.


Casi llegando al final, la senda parece irse a la izquierda, pero tenemos que rectificar acercándonos más a los peñascos, y subir por una abolladura en la pared roja, especie de abrigo, fácil de superar apoyando las  manos. Por detrás, al final de la barrera montañosa, emerge el Penyal de Ifach.


Superado el escollo, y sobre terreno plano junto al gran pivote, tardamos un poco en darnos cuenta dónde estamos situados. Solo cuando nos asomamos a los abismos lo entendemos. Estamos arriba de la Cova de l’Arc, y en la base del pivote es donde está la cueva oblicua, pero además, un poco más a la izquierda, hay una Ventana cuadrada impresionante.








La Ventana nos ha descolocado un poco y nos tiene boquiabiertos. Este es un gran secreto que no sé si podremos guardar. Quizás, sería mejor situarnos primero sobre el arco de la Cova de l’Arc y  luego la Ventana, pero ésta nos tiene embrujados por su envergadura y gran novedad.









Siempre que no se tenga vértigo es fácil situarse sobre el Arco de la Ventana, sobretodo dejarnos de tonterías y mantener la prudencia. Por la derecha con una sencilla trepada apoyando las manos estaremos sobre ella. El resto es buscar un buen ángulo y turnarnos en las sesiones fotográficas.


Antes de seguir, damos el último vistazo a un trocito de costa, con las calas de Moraira y el Penyal asomándose por encima de la Oltá. Para situarnos sobre el arco de la Cova de l’Arc, tenemos que introducirnos dentro de la Ventana. Desde su base inferior vemos un arco dentro de otro.


Ahora tenemos que hacer un destrepe sencillo, hay muchos puntos de agarre y apoyos, que nos dejan en la base del gran arco y parte superior de la Cova de l’Arc, desde su cúpula sin techo miramos a través del arco. Realmente es impactante estar en este lugar, no dejamos de asombrarnos.


La nueva sesión de fotos corresponde al gran arco. Situarnos sobre él es mucho más factible, consiste en dar unos pasos sobre su parte más ancha y apoyarnos en las rocas. Como siempre, mucha prudencia. A estas horas el sol da de lleno en el arco y desvirtúa la foto, corregimos buscando otros ángulos.


Volvemos para contemplar la Ventana desde este lado, y la alargada cueva en la base del pivote. Tomamos unas frutas y barritas antes de proseguir la marcha, ahora ya, por la cara norte. Por la derecha pegados a las paredes empezamos a bajar, no hay senda pero es muy intuitivo, pequeños escalones y apoyo de manos.

Pronto comenzamos a tener extraordinarias vistas de las crestas de Bernia por su cara norte. Su agreste fisonomía es de una belleza embaucadora. El sendero reemplaza a las rocas, y virando a la izquierda vamos a unirnos a la senda que sube a la Cova de l’Arc, sin bajar mucho y cerca de las paredes, para evitar la torrentera central.

Siguiendo los mojones atacamos la cueva de cara, su frontal es espectacular, destacando su poderoso arco de piedra que le da nombre y sobre el que hace un rato  nos hacíamos fotografías. Más a la derecha vemos la otra gran oquedad con forma de cono, en la base del gran farallón que teníamos arriba.



La Cova de l’Arc, situados en su base, su tamaño toma protagonismo. Tiene un escalón de unos ocho metros de altura que hay que salvar para llegar al primer rellano. El trepar no es difícil, pero ha sido equipada con cuerdas que ayudan a su acceso, dando más seguridad a la gente que quiera subir.







Tiene múltiples apoyos para los pies y en la cuerda nudos para que no resbale. El recinto es amplio pero inclinado, por lo que es preferible acercarse a las paredes. No tiene techo y su abertura junto con la boca de entrada forma el gran arco. Resulta relajante contemplar el paisaje desde dentro.

Hacemos las fotos de rigor y dada la incomodidad de la estancia, comenzamos paulatinamente el descenso, ayudándonos con las cuerdas y de espaldas al vacio como mandan los cánones, el destrepe resulta tan sencillo como la subida. Como es lógico, hablamos siempre de gente sin síntomas de vértigo.

De bajada, por la derecha y en diagonal, nos unimos al sendero que viene del Collado de Altea, es el mismo PR que hemos abandonado esta mañana. Dejamos atrás este hermoso rincón cerrado entre riscos y paredes, y con la mágica visión de las crestas del Bérnia avanzamos hacia el Forat.

A media altura y casi en horizontal, el sendero nos pasea junto a las paredes manteniendo nuestra atención, ya que junto a ellas hay un precioso ejemplar de tejo,  y sobre él una oquedad o abrigo junto a una elevada hiedra, en donde según la leyenda está recluida la Reina Mora.


Alcanzamos la peana informativa junto a la ceñida boca del Forat, angosto túnel excavado por el que pasamos de la cara norte a la sur. Resulta simpático el corto trayecto que tenemos que atravesar agachados y arrastrándonos por la estrecha galería, a veces es mejor quitarnos la mochila.


Luego se ensancha y recuperamos la verticalidad, el contraste desde la penumbra de la  cavidad a la luz del día, es apoteósico. Siempre hay gente en la gran boca de la cavidad sur, majestuoso mirador al Mediterráneo. Aunque hoy la bruma lo enmaraña. Decidimos almorzar en una de las grandes rocas.

Al pasar por el Forat el GPS se ha vuelto loco haciendo unos picos inauditos, de los que no hay que hacer caso. El Track de los senderos es correcto. Emprendemos el regreso, esta parte es nueva para nosotros. Por la izquierda de la gran cueva, mirando al mar,  buscar entre los palmitos, zarzas y carrascas, los trazos de una incipiente senda.

Es una senda perdedora por lo que hay que estar atentos al Track y algún esporádico punto rojo. En declive nos conduce cerca de las paredes, donde observamos la abertura natural de la gran cueva y la rigurosa verticalidad de las rocas, con furtivas miradas a la costa entre un mar de palmitos.

Poco a poco su trazo se va reafirmando y virando levemente a la derecha separándonos de la pétrea muralla. Entre la intrincada vegetación vemos un rebaño de cabras que pacen a sus anchas; los machos cabríos nos miran con recelo pero no rehúyen y nos mantienen la distancia.


Atravesamos una zona incomoda de torrentera con mucha piedra suelta, pero con maravillosas vistas a sierra Helada y al Morro de Toix. Dos mojones a modo de puerta nos ensamblan con una senda de suelo mucho más firme, que nos introduce en el bosque de pinos por un camino a la izquierda.

Pasamos junto a un corral abandonado siguiendo el ancho camino hacia el Este, que penetra en la finca donde está la Font de Rostoll, junto a una diminuta balsa pintada de azul celeste. Aquí se cierra el círculo de la ruta, y proseguimos por la derecha, tomando de nuevo el sendero marcado como PR.


Ahora es una gozada descender por esta senda, todo el horizonte lo acampara el mar y las altas montañas, de vez en cuando, miramos hacia atrás, la sierra está en primavera con las agrestes  crestas que hemos escrutado esta mañana. Como siempre, es mucho Bérnia. Hemos disfrutado de una grandiosa excursión.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO. (La Font de Rostoll está seca)
DISTANCIA: 8,8 KM.
TIEMPO: 04:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 907 M. (Sobre la Finestra)
ALTURA MÍNIMA: 375 M. (Depósitos de agua)
DESNIVEL POSITIVO: 553 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 553 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

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