Posted by : Vaig a Peu miércoles, 11 de junio de 2014

Situados en el valle superior del Restonica, a pocos kilómetros de Corte , los lagos glaciares Melo y Capitello se encuentran entre los más conocidos y populares de toda Córcega.  El Lac de Melo, en corso Lavu di Melu, está a 1711 metros de altitud, tiene 20 metros de profundidad y permanece unos seis meses congelado  dando luz al río Restonica, afluente del Tavignano. Posicionado en la parte alta, a 1911 metros de altitud, el Lac de Capitello, en lengua corsa Lavu di Capitellu, por su tamaño, 5,5 hectáreas, ocupa el cuarto lugar y sus 42 metros lo hacen el más profundo de la isla, permaneciendo unos ocho meses congelado, sus aguas también fluyen al río Restonica y al Tavignano. Ningún otro lago natural de montaña está rodeado de altas torres rocosas de más de 2.230 metros de altura y de neveros, incluso en verano, creando un entorno espectacular y alpino, por ello es considerado el más bello de Córcega. El inicio de la caminata está actualmente un poco antes de las Majadas de Grotelle, debido a que una riada destrozó parte del anterior parking. Atención: durante la temporada alta, el aparcamiento es vigilado y de pago, 5€ por vehículo. Desde el Camping Tuani el paso del ganado ovino y el tráfico están restringidos Pese a ser un entorno protegido desde 1966, la afluencia de gente no parece afectarle.

CÓMO LLEGAR: Desde Corte por la carretera D623 del Valle de Restonica hasta el aparcamiento. Son 5 € para todo el día.
ITINERARIO: PARKING / MAJADAS DE GROTELLE / MAJADAS DE MELO / CADENAS Y ESCALERAS METÁLICAS / LAC DE MELO / CASA DE LA ADMINISTRACIÓN / POINTE DES SEPT LACS Y CAPU A I SORBI / LAC DE CAPITELLO / REGRESO A LA INVERSA.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.

LA RUTA: La ciudadela de Corte, en el corazón de Córcega, es sin duda el punto neurálgico y alma de la isla. Antigua capital de la Córcega independiente, Corte encierra con particular intensidad la imprenta de las grandes luchas y batallas que forman parte de la historia de la isla. Corte fue construida en una estrecha colina en la confluencia del Restonica y el Tavignano, protegida por el entorno natural del pico Rotondo, la cresta del monte Galghello y las fronteras montañosas de la Castagniccia. Su fortificación fue obra del virrey de Aragón, Vincentello de Istria, en 1419. Nuestro rey, por aquel entonces en conflicto con Génova, le ofreció una flota de 400 galeras para sacar al invasor. Bonifacio resistió, pero el resto de la isla cayó en sus manos.

Ayer tarde cuando llegamos, después de instalarnos en nuestro apartamento nos fuimos a conocer Corte. Callejeamos y subimos a la ciudadela, compramos frutas y productos corsos para nuestra mochila: pan, queso y charcutería. Todo un arsenal para nuestras excursiones. Luego cenamos en una de las tranquilas terrazas, nos gusta la comida corsa. La gente es amable y nos desenvolvemos bien con el francés, al saber que somos españoles se esfuerzan en hablarnos.

Hemos desayunado en la cafetería de los apartamentos y poco después de las 08:30 estamos iniciando la ruta. Hay bastantes coches en el aparcamiento al ser una de las rutas más bonitas de la isla vienen de todas partes. Digamos que tiene dos niveles, hasta el primer lago es muy asequible y hasta el segundo lago llega poca gente.

Seguimos el asfalto hasta su fin, donde continua por camino de tierra junto al tumultuoso río Restonica en el que vemos restos de un puente destruido por alguna riada.  Por lo cual sigue elevándonos por esta ladera, salvamos un arroyo y nos conduce a un sendero entre altos pinos.

El valle se va abriendo y volvemos junto al curso del río, teniendo siempre al fondo los grandes picos nevados. Amplias chorreras de agua bajan por las laderas, en nuestro lado, una de ellas forma una gran cascada pero los rayos del sol me impiden enfocar la cámara.


Entramos en el Parc Naturel Regional de la Corse y tenemos otra gran cascada escalonada; este entorno protegido se asemeja mucho a cualquier ruta en los escondidos valles pirenaicos. El sendero serpentea antes de acercarnos a las Majadas de Grotelle que ya tenemos enfrente.

El entorno es rabiosamente bello, la primavera y el espléndido día soleado todavía lo resaltan más. Los agrestes picos con neveros en sus laderas los tenemos mucho más cerca, cruzamos otro arroyo y pasamos por una casa de pastores antes de vadear el río Restonica por su lugar más estrecho.

Cuando se agudice el deshielo será más difícil vadearlo. Salimos algo más arriba de las Majadas y un camino nos asciende hasta una caseta de madera donde venden artículos de montaña y te puedes tomar un refresco. Hay restos de una antigua carretera destruida.


Por la derecha, el sendero nos asciende entre enormes ejemplares de pino y unos paneles con datos de la ruta y del valle. Atravesamos chorreras y arroyos de esta ladera y tenemos hermosas perspectivas del valle hacia atrás y hacia arriba, que vuelve de nuevo a abrirse.

Al arribar a las Majadas de Melo se nota que es una ruta muy concurrida al menos hasta el primer lago. Una de las cabañas de pastores ha sido convertida en un snack-bar con terraza y sombrillas. Puedes tomarte desde una cerveza, un menú corso o comprar queso y charcutería elaborada por los pastores.


El sendero se empina al llegar a las grandes rocas cerca de las paredes y nos vamos alejando del cauce del río. Vemos una cruz de granito recordando a alguien fallecido. Ponemos las manos para superar un gran escalón y llegamos a la zona equipada con cadenas.

Hemos preferido hacer esta variante, aunque es algo más dura, por no cruzar un largo nevero en la otra vertiente. Tras el paso de las cadenas en un canalón rocoso, vienen dos escaleras metálicas con pasamanos, que salvan dos pasos muy aéreos junto al desagüe del lago.

Se intuye que el lago está cerca y el sendero se pone vertical, escalonado entre rocas, donde avanzamos pausadamente rampa tras rampa. Las paredes nevadas se dejan ver y nubes algodonosas aparecen en el cielo al llegar al nivel del lago.


Lago de Melo (1.711 m.) El entorno es espectacular, rodeado por un pequeño circo de montañas nevadas que se reflejan en sus aguas, haciendo que no sepamos cuando terminan unas y cuando empiezan otras. La primera sensación es sublime: silencio total. 

Hay alguna gente esparcida por sus orillas pero no se oye una voz. Todos contemplan ceremoniosos el paisaje. Hacemos fotos y tomamos unos hidratos de carbono. Cerca, una pareja fotografía a unos grajos que se disputan las migajas caídas. Todo está muy limpio.

Por la orilla derecha buscamos las marcas amarillas que señalan el sendero al segundo lago. Comenzamos a elevarnos con rapidez y enseguida tenemos hacia atrás,  vistas completas del Lago de Melo y hacia adelante las imponentes agujas de Pointe de Sept Lacs y Capu a i Sorbi. Dejamos abajo la Casa de la Administración del Parque.


En los alrededores hay algunas vacas pastando. El sendero se pega a las paredes de la sierra y se vuelve pedregoso. Transitamos paralelos al turbulento arroyo que baja del desagüe del lago. Superado el primer tramo, las vistas son tremendas.


El segundo tramo es mucho más vertical y pedregoso, pero todo es armarse de paciencia y paso tras paso lo vamos consiguiendo. Las vistas lo inundan todo. Lo más peliagudo es tener que cruzar el arroyo, no es muy ancho pero viene con mucha fuerza, preferimos mojar las botas y pisar seguro antes que arriesgar.

La impermeabilización de las botas funciona y repele el agua. Las dos agujas impresionan cada vez más, estamos al pie de ellas y cruzamos el primer nevero. La huella está hecha y la nieve no muy dura, por lo que hincando los talones se pasa bien.

El segundo nevero es más largo y con más pendiente, por lo que intentamos acortarlo saliendo a las rocas para más seguridad. El resto son pequeños trozos sin complicación. A esta altitud aumentan las nubes y su color  se oscurece amenazante.


Lago de Capitello (1.930 m.) La visión es totalmente distinta, no hay vegetación y está metido en su cubeta glacial con una profundidad de 42 m. Sus aguas están congeladas y debido, a las nubes su color va desde el azul y verde oscuro, al blanco y sonrosado. Su belleza es agreste.

Hay poca gente, aquí suben menos que al de Melo debido a los neveros. Decidimos almorzar sobre las rocas. Enseguida aparecen los grajos que sin  reparo se acercan a comer en la misma mano. Tenemos que terminar algo apresurados porque las nubes se van compactando y amenazan lluvia.


Iniciamos el regreso con precaución pero sin pausa. Esquivamos los neveros pequeños y en los grandes elegimos las diagonales con menos pendiente, clavando tacón y bastones. Desde esta parte es más fácil vadear el arroyo y pronto estamos a la altura de la Casa de la Administración.

Caen algunas gotas y se oyen truenos en la parte de arriba. Desde el lago de Melo, alcanzamos las escaleras y tenemos suerte de comenzar a bajarlas antes que un nutrido grupo de más de 20 personas forme un atasco. No entendemos como todavía siguen subiendo. Vemos el nevero que están  cruzando en la otra variante y el desnivel es terrible.

Ahora podemos acelerar el paso al tiempo vemos y oímos los relámpagos, rayos y truenos a nuestras espaldas. Cerca de las Majadas de Melo, donde está el snack-bar, la lluvia arrecia y decidimos cobijarnos en una de las cabañas de pastores. Estamos unas diez personas, bastante justos, a oscuras entre los enseres de la cabaña. El dueño no dice nada, si quieres te vende una lata de cerveza, un queso o una pieza de charcutería de las que cuelgan del techo.

Esperamos un buen rato a que amaine y somos los primeros en salir, protegemos las mochilas y nos enfundamos los gorros de lluvia. Las cascadas caen inmensas. Una vez vadeado el río Restonica el sendero es fácil de desandar, aunque no deja de llover con poca intensidad, pero los petardazos en las cimas son sonoros.

En el aparcamiento, donde todavía quedan muchos coches,  nos da una tregua para cambiarnos, pero en los 15 km. de tortuosa carretera hasta Corte, la tormenta descarga con toda su intensidad. A la entrada de Corte, la lluvia cesa y las nubes desaparecen. En nuestro apartamento nos duchamos y descansamos, poniéndonos al día en las redes. Luego buscamos otra terracita para cenar en una noche estrellada.
RECORRIDO: LINEAL (IDA Y VUELTA)
AGUA EN RUTA: SI.
DISTANCIA: 10,830 KM.
TIEMPO: 04:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.930 M. (Lac de Capitello)
ALTURA MÍNIMA: 1.260 M. (Aparcamiento)
DESNIVEL POSITIVO: 625 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 615 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

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