- Back to Home »
- Alicante , Marina Baixa , Rutas »
- AITANA INVERNAL EN OTOÑO
Posted by : Vaig a Peu
sábado, 16 de noviembre de 2013
“Es indudable que
Aitana ha padecido conmociones violentas, y aun hoy conserva monumentos y
efectos de ellas. Vense espaciosas cavernas que empiezan en la
superficie de la esplanada y siguen por las entrañas del monte sin haber podido
jamás calcular su profundidad: en una de ellas arrojé un canto de diez o doce
libras, que tropezando con las desordenadas peñas aquel abismo, resonó largo
tiempo hasta que la distancia, debilitando gradualmente el ruido, impidió se
oyese…” Se refería Antonio J. Cavanilles botánico y naturalista del siglo
XVIII en su viaje por el reino de Valencia a las Simas de Partagat, fracturas de origen geológico, que
constituyen uno de los atractivos de la Sierra de Aitana. En el libro Por las
Cumbres de la Comunidad Valenciana, Rafael Cebrián Gimeno la describe así: Aitana,
la sierra y su cumbre, constituyen el techo montañoso de Alicante. Su pesada
cúpula puede verse desde otras muchas montañas, algunas muy remotas, siempre
destacada en el horizonte de sierras sin fin. Significativa en el paisaje, no
sólo por su altura, 1.558 m, sino también por su importancia entre el conjunto
de cautivadoras montañas que configuran el núcleo orográfico alicantino de
la Marina Baixa, una franja de dislocados e impresionantes
montes alzados entre las depresiones intremontanas de Alcoi y Cocentaina y las
orillas del mar. Las grandes líneas estructurales del pre-bético están aquí
violentadas por la fuerza y movilidad tectónica que se refleja en las formas
juveniles prevalentes de las dentadas sierras y altos pasos que acunan el
delicioso Valle de
Guadalest.
CÓMO LLEGAR: Por la
Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN
SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia, Polop, Guadalest y Benifato. Antes de
entrar al pueblo girar a la derecha por una estrecha carreterita que va a la
Font de Partagat.
ITINERARIO: PISTA DE
BENIFATO A LA FONT DE PARTAGAT / FONT DE PARTAGAT / FONT DE L’ANOUER / FONT DE
FORATA /PAS DE LA RABOSA / SIMES DE PARTAGAT / PENYA ALTA / ALT DE TAGARINA /
PORT DE TAGARINA / CLOT DELS TEIXOS /
FONT DE PARTAGAT / PISTA A BENIFATO.
COMPONENTES: VICENTE,
JULIÁN, PATRO Y SANTI.
LA RUTA: Hoy no tocaba Aitana, sino la Penya Migjorn y La Martina; pero al salir del túnel de San Juan para dirigirnos hacia Xixona, vimos la blanca estampa del Puig Campana y Aitana nevados. Paramos unos segundos y tomamos la decisión: A Aitana a pisar nieve. Sabemos que puede haber muchas posibilidades de lluvia y nieve, pero siempre llevamos material en el coche.
Acordamos subir por Benifato hacia la Font de Partagat. Durante el camino una lluvia poco persistente nos acompaña pero al ir tomando altura comienza a solidificarse y hace volar copos. La pista se empina y se pinta de blanco, a medida que avanzamos tiene cada vez más espesor. En una revuelta con pendiente el coche hace un extraño y nos detenemos a ponerle las cadenas. Apenas quedan quinientos metros para la fuente.
Coche nuevo, cadenas nuevas, conductores de secano. Esta habilidad no la tenemos muy desarrollada. Hoy las decisiones son unánimes y rápidas. Marcha atrás retrocedemos hasta la curva anterior, damos la vuelta y encontramos espacio para aparcar otros quinientos metros más abajo.
Nos colocamos las botas y todo el material de abrigo que encontramos. Siguen cayendo copos cuando iniciamos carretera arriba. Desde la Serrella, oscuras nubes no presagian nada bueno, pero al mismo tiempo desde el mar llega más claridad. Patro y Santi con capelina, Julián y yo con cortavientos. Formamos un cuarteto multicolor.
Para no embarrarnos seguimos por la carretera y no tomamos los atajos del PR. El ambiente es frío y el paisaje un espectáculo. A medida que avanzamos aumenta el espesor de la nieve, el contraste con los altos paredones es precioso. Una nube cubre la parte alta de la sierra.
La Font de Partagat parece sacada de una postal alpina. Sus tres caños manan agua fresca que corre por el canalillo de desagüe. El entorno acumula más de cinco centímetros de espesor y el cielo nos da un respiro, parece que deja de caer nieve.
Nos elevamos por el camino dejando la Font a la derecha. Hay una casita de aperos que tiene un bancal de almendros, ahora sin hojas, pero cargaditos de pura nieve blanca que contrasta con los negros nubarrones que vienen desde otras sierras.
En el cruce balizado tomamos dirección Tudons por la derecha. El regreso lo haremos por la izquierda desde el Port de Tagarina. Seguimos abriendo huella por el sendero cada vez con más espesor. La visibilidad es buena, se ven algunas marcas y el sendero parece claro.
Nuestra intuición y conocimiento del sendero ayudan en la progresión por un paisaje invernal inmaculado, que cerca de una zona de abetos se vuelve navideño, de postal bucólica y ñoña, que tanto añoramos por estas tierras de secano.
Entramos en el área del Sender Botánic del Passet de la Rabosa. Esta franja de terreno ha sido reforestada y abunda la vegetación de coscoja y matorral bajo. También coincide algún regajo constante de agua que el sendero salva elevándose con pequeñas rampas. En un momento dado, el sendero desaparece, con el peso de la nieve cede el matorral y lo esconde.
Damos varias vueltas hundiéndonos en la nieve hasta que caemos en la cuenta que llevamos GPS, sin track, pero grabando la ruta, y por tanto con mapa. Ampliamos, vemos la senda y salimos del atolladero. Esta es una cosa útil de estos trastos.
Ahora nos sentimos más seguros y avanzamos en pos de una especie de collado frente la Penyó Rapel (1.209 m.) con su impresionante pared con una caída vertical en un cortado extraordinario. Enfrente tenemos la Aixortá y el Morro Blau. Parece que el tiempo se está arreglando, en el cielo se abren algunos claros azules.
Seguimos abriendo brecha en la nieve impoluta con moderado ascenso. Llegamos a la Font de l’Anouer con su pequeña balsa congelada, con un color gris feo, reflejo de las oscuras nubes. El nogal esta nevado pero con hojas, atrapado entre dos estaciones.
Un chaval más joven que venía siguiendo nuestras huellas nos adelanta, ahora seguiremos las suyas. En el paisaje irrumpen las bolas y las antenas de la cumbre. En un corto esfuerzo superamos dos rampas y llegamos a la Font de Forata (1.400 m.) es la fuente con mayor altitud de la provincia. La nieve la cubre por completo y apenas se distingue su escalonado abrevadero.
Después de tomar unos hidratos de carbono proseguimos por el Sender Botánic en dirección al Pas de la Rabosa con apenas desnivel. Tenemos fabulosas vistas de la Penya Forata, espectacular y emblemático agujero natural que distingue a esta sierra. Decidimos no subir porque puede haber hielo.
Afrontamos el Pas de la Rabosa. Es un estrecho paso entre dos rocas, una rendija vertical, en la que cabe una persona ajustada con mochila. Situado en lo alto de un talud de grandes rocas caídas, está marcado y desde el último derrumbe es más fácil pasarlo, pero con nieve y hielo hay que extremar las precauciones.
Una vez superado el paso la vista es maravillosa, impresiona ver las Simas de Partagat con nieve. Estas simas o avencs, se han formado por hundimientos de la montaña debido a la fracturación de fallas longitudinales. Este lugar es el más interesante de la ruta de hoy, donde se puede apreciar la gran fractura cárstica, aunque todo el conjunto de la sierra se encuentra intensamente fracturado: el flanco septentrional de Aitana, y con este la principal línea de cumbres, corresponde a una potente falla longitudinal que corta el anticlinal de este a oeste, mientras que otras fracturas importantes cortan la cordillera por sus límites norte-occidental y sur-oriental.
El pequeño prado está con más de 25 centímetros de nieve y decidimos utilizar nuestra cueva-refugio para comer. Pródigos en previsiones damos cuenta de ellas regadas con buen vino, chocolate, pastas, café y té. Bien protegidos, el tiempo corre deprisa y para cuando salimos, el sol luce en todo lo alto y hay gente por los alrededores.
Comenzamos a superar el corto desnivel que hay hasta llegar a la cuerda de la sierra para contemplar la otra vertiente e iniciar el regreso. Desde esta posición tenemos una amplia panorámica del manto blanco que cubre la montaña, solamente interrumpido por las simas, a modo de heridas zigzagueantes.
En la otra vertiente las vistas son sensacionales, por la derecha el largo y accidentado litoral de costa. En el centro la majestuosa mole del Puig Campana con apenas nieve, y a la izquierda, otra sublime imagen, la suntuosa cresta de Bérnia que acaba metiéndose en el mar junto al Penyal de Ifach.
Caminamos por el filo de la sierra saciándonos de preciosas vistas y en dirección a Penya Alta (1.505 m.) y segunda elevación de esta montaña. Nos vamos asomando a los mareantes cortados que parecen menos abismales con la capa de nieve.
Entramos en una zona de coscoja y pequeñas carrascas donde la bajada se acentúa y es más pedregosa, pero como la nieve ha cubierto los huecos se hace con comodidad. La tarde ha quedado preciosa, con nubes desgajadas que entre sus huecos dejan ver un cielo turquesa.
En el tramo final cuesta abajo hasta llegar al Port de Tagarina, vemos por última vez el mar con el Penyal de Ifach y en la nueva vertiente tenemos la población de Guadalest y su castillo sobre los peñascos.
Por la ancha pista repleta de nieve vamos culminando el descenso, dejando atrás el pozo de nieve del Clot dels Teixos. Llegamos al Área Recreativa de la Font de Partagat. La pared negra que esta mañana cubrían las nubes, la vemos ahora con todo su esplendor.
En la Font hay algunas familias que han subido con niños a jugar con la nieve. Por la carretera que ya está transitable y cogiendo varios de los atajos del PR alcanzamos nuestro coche. Ha sido una preciosa excursión invernal inesperada, de esas para recordar. Pero que si no te arriesgas a venir te la pierdes.
LA RUTA: Hoy no tocaba Aitana, sino la Penya Migjorn y La Martina; pero al salir del túnel de San Juan para dirigirnos hacia Xixona, vimos la blanca estampa del Puig Campana y Aitana nevados. Paramos unos segundos y tomamos la decisión: A Aitana a pisar nieve. Sabemos que puede haber muchas posibilidades de lluvia y nieve, pero siempre llevamos material en el coche.
Acordamos subir por Benifato hacia la Font de Partagat. Durante el camino una lluvia poco persistente nos acompaña pero al ir tomando altura comienza a solidificarse y hace volar copos. La pista se empina y se pinta de blanco, a medida que avanzamos tiene cada vez más espesor. En una revuelta con pendiente el coche hace un extraño y nos detenemos a ponerle las cadenas. Apenas quedan quinientos metros para la fuente.
Coche nuevo, cadenas nuevas, conductores de secano. Esta habilidad no la tenemos muy desarrollada. Hoy las decisiones son unánimes y rápidas. Marcha atrás retrocedemos hasta la curva anterior, damos la vuelta y encontramos espacio para aparcar otros quinientos metros más abajo.
Nos colocamos las botas y todo el material de abrigo que encontramos. Siguen cayendo copos cuando iniciamos carretera arriba. Desde la Serrella, oscuras nubes no presagian nada bueno, pero al mismo tiempo desde el mar llega más claridad. Patro y Santi con capelina, Julián y yo con cortavientos. Formamos un cuarteto multicolor.
Para no embarrarnos seguimos por la carretera y no tomamos los atajos del PR. El ambiente es frío y el paisaje un espectáculo. A medida que avanzamos aumenta el espesor de la nieve, el contraste con los altos paredones es precioso. Una nube cubre la parte alta de la sierra.
La Font de Partagat parece sacada de una postal alpina. Sus tres caños manan agua fresca que corre por el canalillo de desagüe. El entorno acumula más de cinco centímetros de espesor y el cielo nos da un respiro, parece que deja de caer nieve.
Nos elevamos por el camino dejando la Font a la derecha. Hay una casita de aperos que tiene un bancal de almendros, ahora sin hojas, pero cargaditos de pura nieve blanca que contrasta con los negros nubarrones que vienen desde otras sierras.
En el cruce balizado tomamos dirección Tudons por la derecha. El regreso lo haremos por la izquierda desde el Port de Tagarina. Seguimos abriendo huella por el sendero cada vez con más espesor. La visibilidad es buena, se ven algunas marcas y el sendero parece claro.
Nuestra intuición y conocimiento del sendero ayudan en la progresión por un paisaje invernal inmaculado, que cerca de una zona de abetos se vuelve navideño, de postal bucólica y ñoña, que tanto añoramos por estas tierras de secano.
Entramos en el área del Sender Botánic del Passet de la Rabosa. Esta franja de terreno ha sido reforestada y abunda la vegetación de coscoja y matorral bajo. También coincide algún regajo constante de agua que el sendero salva elevándose con pequeñas rampas. En un momento dado, el sendero desaparece, con el peso de la nieve cede el matorral y lo esconde.
Damos varias vueltas hundiéndonos en la nieve hasta que caemos en la cuenta que llevamos GPS, sin track, pero grabando la ruta, y por tanto con mapa. Ampliamos, vemos la senda y salimos del atolladero. Esta es una cosa útil de estos trastos.
Ahora nos sentimos más seguros y avanzamos en pos de una especie de collado frente la Penyó Rapel (1.209 m.) con su impresionante pared con una caída vertical en un cortado extraordinario. Enfrente tenemos la Aixortá y el Morro Blau. Parece que el tiempo se está arreglando, en el cielo se abren algunos claros azules.
Seguimos abriendo brecha en la nieve impoluta con moderado ascenso. Llegamos a la Font de l’Anouer con su pequeña balsa congelada, con un color gris feo, reflejo de las oscuras nubes. El nogal esta nevado pero con hojas, atrapado entre dos estaciones.
Un chaval más joven que venía siguiendo nuestras huellas nos adelanta, ahora seguiremos las suyas. En el paisaje irrumpen las bolas y las antenas de la cumbre. En un corto esfuerzo superamos dos rampas y llegamos a la Font de Forata (1.400 m.) es la fuente con mayor altitud de la provincia. La nieve la cubre por completo y apenas se distingue su escalonado abrevadero.
Después de tomar unos hidratos de carbono proseguimos por el Sender Botánic en dirección al Pas de la Rabosa con apenas desnivel. Tenemos fabulosas vistas de la Penya Forata, espectacular y emblemático agujero natural que distingue a esta sierra. Decidimos no subir porque puede haber hielo.
Afrontamos el Pas de la Rabosa. Es un estrecho paso entre dos rocas, una rendija vertical, en la que cabe una persona ajustada con mochila. Situado en lo alto de un talud de grandes rocas caídas, está marcado y desde el último derrumbe es más fácil pasarlo, pero con nieve y hielo hay que extremar las precauciones.
Una vez superado el paso la vista es maravillosa, impresiona ver las Simas de Partagat con nieve. Estas simas o avencs, se han formado por hundimientos de la montaña debido a la fracturación de fallas longitudinales. Este lugar es el más interesante de la ruta de hoy, donde se puede apreciar la gran fractura cárstica, aunque todo el conjunto de la sierra se encuentra intensamente fracturado: el flanco septentrional de Aitana, y con este la principal línea de cumbres, corresponde a una potente falla longitudinal que corta el anticlinal de este a oeste, mientras que otras fracturas importantes cortan la cordillera por sus límites norte-occidental y sur-oriental.
El pequeño prado está con más de 25 centímetros de nieve y decidimos utilizar nuestra cueva-refugio para comer. Pródigos en previsiones damos cuenta de ellas regadas con buen vino, chocolate, pastas, café y té. Bien protegidos, el tiempo corre deprisa y para cuando salimos, el sol luce en todo lo alto y hay gente por los alrededores.
Comenzamos a superar el corto desnivel que hay hasta llegar a la cuerda de la sierra para contemplar la otra vertiente e iniciar el regreso. Desde esta posición tenemos una amplia panorámica del manto blanco que cubre la montaña, solamente interrumpido por las simas, a modo de heridas zigzagueantes.
En la otra vertiente las vistas son sensacionales, por la derecha el largo y accidentado litoral de costa. En el centro la majestuosa mole del Puig Campana con apenas nieve, y a la izquierda, otra sublime imagen, la suntuosa cresta de Bérnia que acaba metiéndose en el mar junto al Penyal de Ifach.
Caminamos por el filo de la sierra saciándonos de preciosas vistas y en dirección a Penya Alta (1.505 m.) y segunda elevación de esta montaña. Nos vamos asomando a los mareantes cortados que parecen menos abismales con la capa de nieve.
Entramos en una zona de coscoja y pequeñas carrascas donde la bajada se acentúa y es más pedregosa, pero como la nieve ha cubierto los huecos se hace con comodidad. La tarde ha quedado preciosa, con nubes desgajadas que entre sus huecos dejan ver un cielo turquesa.
En el tramo final cuesta abajo hasta llegar al Port de Tagarina, vemos por última vez el mar con el Penyal de Ifach y en la nueva vertiente tenemos la población de Guadalest y su castillo sobre los peñascos.
Por la ancha pista repleta de nieve vamos culminando el descenso, dejando atrás el pozo de nieve del Clot dels Teixos. Llegamos al Área Recreativa de la Font de Partagat. La pared negra que esta mañana cubrían las nubes, la vemos ahora con todo su esplendor.
En la Font hay algunas familias que han subido con niños a jugar con la nieve. Por la carretera que ya está transitable y cogiendo varios de los atajos del PR alcanzamos nuestro coche. Ha sido una preciosa excursión invernal inesperada, de esas para recordar. Pero que si no te arriesgas a venir te la pierdes.
AGUA EN RUTA: SI. (Font
de Partagat, Font de l’Anouer y Font
Forata)
DISTANCIA: 13,680 KM.
TIEMPO: 05:50 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.505 M.
(Penya Alta)
ALTURA MÍNIMA: 870 M.
(Pista de Benifato a la Font de Partagat)
DESNIVEL POSITIVO: 827 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 842 M.
DIFICULTAD: ALTA Con nieve y por el
paso de la Rabosa, que en estas condiciones está resbaladizo y hay que extremar
las precauciones.