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Posted by : Vaig a Peu
sábado, 9 de noviembre de 2013
Es una de las torres
defensivas de costa construidas por Felipe II entre 1.556 a 1.598, en el litoral del término de
Cartagena, a saber: Azohía, Portmán, Cabo de Palos, Estacio y Encañizada, hoy
en día, solo se conserva la de Azohía llamada de Santa Elena. Torre de defensa de costa, construida en los finales
del Siglo XVI, a 22 km de Cartagena, en la Punta de la Azohía, para dar resguardo
a los pescadores de la zona y que sirviera de atalaya que avisara de la
presencia de piratas en sus costas. Se accede a ella, partiendo de dicho lugar
por una pista militar de piedras y tierra apisonada, de 2,80 m. de anchura, con
una pendiente media aproximada de un 10%, que permite, con muchas precauciones
la circulación de vehículos ligeros (con dificultades para el cruce de subida y
bajada), pero de fácil acceso peatonal. Está construida sobre una planta
arquitectónica hexagonal con dos cuerpos. El primero, a ras del suelo, macizado
con tierra compactada, es un tronco de pirámide hexagonal. Sus caras exteriores
ataluzadas hasta el encuentro, forman la escarpa de la torre y aloja bajo su
suelo, un aljibe que recoge el agua de lluvia de la plataforma superior. El
segundo cuerpo, con forma de prisma hexagonal de lados verticales, descansa
sobre el primero, consta de dos estancias superpuestas, unidas con la explanada
superior mediante una ceñida escalera de caracol. A la estancia más baja se
pasa por una puerta de acceso orientada a Levante, elevada sobre el nivel del
suelo unos 4,50 metros, como es característico en este tipo de edificación. Su técnica de construcción es a base de sillares
y mampuestos. Construida con muros y bóvedas "a
prueba". Las bóvedas están formadas con lajas de piedra, recibidas con
mortero de cal y relleno sus vanos de tierra. Desde su cota de 70 metros, se domina una amplia zona del Mar y
especialmente la Ensenada de Azohía (Mazarrón). Es la fortificación mejor
tratada por la administración estatal (Regional). Recientemente ha sido
totalmente restaurada y solo se usa para ser visitada por el turismo. La
restauración se realizó según proyecto del Arquitecto Jefe de la Sección de
Restauración y Conservación de la Consejería de Cultura, Educación y Turismo de
la Región de Murcia, firmado en Marzo de 1.989. Es muy visitada, especialmente
durante el verano. Por su posición topográfica es una buena referencia para los
navegantes. Es propiedad del Patrimonio del Estado. Está considerada como Bien de Interés Cultural (BIC),
con expediente incoado, B.O.R.M. 22 Enero de 1.987. En la primera mitad
del siglo XIX, queda desafectada para la defensa de costas, y fue entregada al
Cuerpo de Carabineros en 18 de Abril de 1.851 con arreglo a las reales Ordenes
de 31 de Agosto y 01 de Octubre de 1.849, desde cuya época continuó a cargo del
expresado Cuerpo, el cual no la utilizaba ya en 1.870, por el estado de ruina
en que se hallaba, alojándose el destacamento que guarnece el puesto en una
casilla que se construyó en sus inmediaciones.
CÓMO LLEGAR: Por la
Autovía E-15 hasta Murcia, continuar por la A-30 dirección Cartagena. Tomar la
salida nº 180 E-15/La Manga/Almería/Santa Ana/Los Dolores, seguir por la
izquierda AP-7 dirección La Manga/Alicante/Vera/Almería/A-30 Cartagena, girar
por la derecha dirección La Manga/Alicante/Vera/Almería y por la derecha AP-7
dirección La Manga/Alicante. Tomar la salida nº 815 Cartagena Oeste. En la
rotonda tomar salida 1 por la N-332. En molinos Morfagones continuar por la
E-20, hasta tomar la E-22 y continuar por la E-16 hasta la Azohía. Aparcar
cerca del varadero.
ITINERARIO: LA AZHOÍA /
TORRE DE SANTA ELENA / LADERA DE LA PANADERA / ZIGZAG / RAMBLA / CALA CERRADA /
RAMBLA ENTRE PINOS / 450 M. DE CARRETERA / SENDA POR LA LADERA DE LA PICADERA /
CENTRO EMISOR DE ISLA PLANA / TORRE DE SANTA ELENA / LA AZOHÍA.
COMPONENTES: VICENTE Y
PATRO.
LA RUTA: Iniciamos desde el varadero tomando como referencia las señales rojas y blancas del GR-92 para conectar con la pista asfaltada que sube hacia la Torre de Santa Elena. Desde el nivel del mar el Cabezo de la Panadera (373 m.) parece un murallón infranqueable.
A medida que tomamos altura se amplían las vistas a la bahía en una mañana tranquila, con algunas nubes planas que flotan en el cielo. En los acantilados costeros los pescadores se afanan cambiando el cebo de sus cañas.
El torreón defensivo está cerrado a estas horas y nos acercamos a las instalaciones de la derecha, con un bonito mirador al mar. Desde su base, seguimos las marcas del GR-92 por la derecha y comenzamos a tomar altura entre las lomas.
El sendero sortea varios farallones rocosos ganando altura con agradables vistas al mar. La vegetación es escasa, compuesta por matorral de solano, el esparto es la que más predomina, seguida por el romero, tomillo y lavanda que a estas alturas del otoño amarillean en un paisaje escabroso y quebrado.
Salimos a la otra vertiente y alcanzamos una especie de collado donde tenemos unas vistas maravillosas al mar, sin vegetación pero maravillosas. Montes peñascosos que se adentran en el mar formando un sinuoso litoral abrupto de calas y rincones escondidos.
Caminamos un tramo casi en horizontal para ir bajando un poco, dejar el GR-92 por la derecha y conectar con un sendero militar de mampostería que con un espectacular y medido zigzag nos va descendiendo hacia unas antiguas y ruinosas instalaciones militares de costa.
Hay que estar atentos puesto que antes de llegar a las instalaciones, salimos del zigzag por la izquierda a otro sendero sin balizar, que en moderado descenso nos va guiando entre las lomas y acercándonos hacia el litoral.
Atravesamos algunas ramblas que bajan desde lo alto de la montaña y que en esta parte final acumulan vegetación sobre todo de palmitos, al conservar algo de humedad, ya que sirven como drenaje de las aguas de lluvia que van a parar al mar.
En una de ellas, un trozo de mar y la punta de un mástil delatan que estamos llegando a una cala. Así es, comenzamos a bajar con cuidado la vertical torrentera que termina en la playa. El llegar, viendo un velero atracado en ella, lo hace más bucólico. Estamos en Cala Cerrada.
Vemos apenas una media luna de playa y una porción de mar que se adentra en la tierra, rodeado por dos puntas rocosas que la cierran. Es como un abrazo inacabado que la hace quedar protegida de vientos y mareas. Es realmente pequeña, suficiente para extasiarse. Un hombre con neopreno, trae un cabo para amarrar el velero a las rocas.
Hacemos planes para venir una primavera a acampar y pasar una noche de pesca con caña. Salimos de la minúscula ensenada por la playa. Por la derecha vemos la otra parte de un mar abierto y en calma con un litoral rocoso.
Por la derecha de un farallón rocoso que forma la vertiente de otra rambla vamos tomando altura y alejándonos de la cala y el mar. El sendero se define más y andamos paralelos al litoral, en dirección a una vaguada umbrosa, y si no estamos soñando, hacia una pequeña pineda.
Mirando atrás, a medida que ganamos altura, vemos un cabezo rocoso donde nace uno de los brazos, poco después atisbamos parte de la Cala Cerrada y un trozo de mástil del velero. Por delante, la vaguada y los pinos se hacen realidad.
A media subida entre los pinos, se amplían las vistas marítimas hasta Mazarrón y Cabo Cope, ya en lo alto, otra panorámica de postal a Cala Cerrada y al litoral sur. Alcanzamos la carretera que llega a los Castillitos en Cabo Tiñoso.
Al otro lado de la carretera buscamos un lugar para el almuerzo. Hay una construcción derruida mirando al mar. Tenemos ante nuestros ojos toda la accidentada costa que forma la bahía desde Cabo Tiñoso hasta Cartagena, con sus instalaciones militares y portuarias.
Luego volvemos a la carretera, a unos cuatrocientos metros de donde salimos por primera vez, para dejarla por la izquierda y coger el GR-92. Nosotros nos equivocamos, salimos un poco antes y tuvimos que subir y bajar una loma hasta conectar con el sendero.
El GR nos conduce a media altura por las laderas del Pico de la Picadera (405 m.), cerca de roqueros con abundante matorral de esparto; tenemos suntuosas vistas al horizonte desde estas alturas, con las serpenteantes ramblas que se retuercen hasta llegar al mar.
Llegamos a la pista asfaltada que da servicio al Centro Emisor Isla Plana y que dejamos en unos metros siguiendo el GR, ahora por las laderas del Cabezo de la Panadera, atravesándolo lateralmente. Cerca de sus antenas nos llama la atención un todoterreno despeñado, quizás a propósito después de haber sido robado.
Proseguimos hasta un collado entre las dos vertientes. Desde esta atalaya tenemos las últimas miradas a Cala Cerrada, casi escondida en abrupto litoral. Por el otro lado un amplía vista a la bahía entre la Azohía y Mazarrón. Hay diversas sendas pero todas llevan al mismo sitio.
Ahora tenemos que seguir el sendero deshaciendo el fuerte desnivel que hay hasta llegar a la Torre de Santa Elena, siempre con la vista puesta en el mar. Por la pista llegamos a la población y callejeamos hasta el coche. Ha sido una ruta marinera excepcional. Muy recomendable.
LA RUTA: Iniciamos desde el varadero tomando como referencia las señales rojas y blancas del GR-92 para conectar con la pista asfaltada que sube hacia la Torre de Santa Elena. Desde el nivel del mar el Cabezo de la Panadera (373 m.) parece un murallón infranqueable.
A medida que tomamos altura se amplían las vistas a la bahía en una mañana tranquila, con algunas nubes planas que flotan en el cielo. En los acantilados costeros los pescadores se afanan cambiando el cebo de sus cañas.
El torreón defensivo está cerrado a estas horas y nos acercamos a las instalaciones de la derecha, con un bonito mirador al mar. Desde su base, seguimos las marcas del GR-92 por la derecha y comenzamos a tomar altura entre las lomas.
El sendero sortea varios farallones rocosos ganando altura con agradables vistas al mar. La vegetación es escasa, compuesta por matorral de solano, el esparto es la que más predomina, seguida por el romero, tomillo y lavanda que a estas alturas del otoño amarillean en un paisaje escabroso y quebrado.
Salimos a la otra vertiente y alcanzamos una especie de collado donde tenemos unas vistas maravillosas al mar, sin vegetación pero maravillosas. Montes peñascosos que se adentran en el mar formando un sinuoso litoral abrupto de calas y rincones escondidos.
Caminamos un tramo casi en horizontal para ir bajando un poco, dejar el GR-92 por la derecha y conectar con un sendero militar de mampostería que con un espectacular y medido zigzag nos va descendiendo hacia unas antiguas y ruinosas instalaciones militares de costa.
Hay que estar atentos puesto que antes de llegar a las instalaciones, salimos del zigzag por la izquierda a otro sendero sin balizar, que en moderado descenso nos va guiando entre las lomas y acercándonos hacia el litoral.
Atravesamos algunas ramblas que bajan desde lo alto de la montaña y que en esta parte final acumulan vegetación sobre todo de palmitos, al conservar algo de humedad, ya que sirven como drenaje de las aguas de lluvia que van a parar al mar.
En una de ellas, un trozo de mar y la punta de un mástil delatan que estamos llegando a una cala. Así es, comenzamos a bajar con cuidado la vertical torrentera que termina en la playa. El llegar, viendo un velero atracado en ella, lo hace más bucólico. Estamos en Cala Cerrada.
Vemos apenas una media luna de playa y una porción de mar que se adentra en la tierra, rodeado por dos puntas rocosas que la cierran. Es como un abrazo inacabado que la hace quedar protegida de vientos y mareas. Es realmente pequeña, suficiente para extasiarse. Un hombre con neopreno, trae un cabo para amarrar el velero a las rocas.
Hacemos planes para venir una primavera a acampar y pasar una noche de pesca con caña. Salimos de la minúscula ensenada por la playa. Por la derecha vemos la otra parte de un mar abierto y en calma con un litoral rocoso.
Por la derecha de un farallón rocoso que forma la vertiente de otra rambla vamos tomando altura y alejándonos de la cala y el mar. El sendero se define más y andamos paralelos al litoral, en dirección a una vaguada umbrosa, y si no estamos soñando, hacia una pequeña pineda.
Mirando atrás, a medida que ganamos altura, vemos un cabezo rocoso donde nace uno de los brazos, poco después atisbamos parte de la Cala Cerrada y un trozo de mástil del velero. Por delante, la vaguada y los pinos se hacen realidad.
A media subida entre los pinos, se amplían las vistas marítimas hasta Mazarrón y Cabo Cope, ya en lo alto, otra panorámica de postal a Cala Cerrada y al litoral sur. Alcanzamos la carretera que llega a los Castillitos en Cabo Tiñoso.
Al otro lado de la carretera buscamos un lugar para el almuerzo. Hay una construcción derruida mirando al mar. Tenemos ante nuestros ojos toda la accidentada costa que forma la bahía desde Cabo Tiñoso hasta Cartagena, con sus instalaciones militares y portuarias.
Luego volvemos a la carretera, a unos cuatrocientos metros de donde salimos por primera vez, para dejarla por la izquierda y coger el GR-92. Nosotros nos equivocamos, salimos un poco antes y tuvimos que subir y bajar una loma hasta conectar con el sendero.
El GR nos conduce a media altura por las laderas del Pico de la Picadera (405 m.), cerca de roqueros con abundante matorral de esparto; tenemos suntuosas vistas al horizonte desde estas alturas, con las serpenteantes ramblas que se retuercen hasta llegar al mar.
Llegamos a la pista asfaltada que da servicio al Centro Emisor Isla Plana y que dejamos en unos metros siguiendo el GR, ahora por las laderas del Cabezo de la Panadera, atravesándolo lateralmente. Cerca de sus antenas nos llama la atención un todoterreno despeñado, quizás a propósito después de haber sido robado.
Proseguimos hasta un collado entre las dos vertientes. Desde esta atalaya tenemos las últimas miradas a Cala Cerrada, casi escondida en abrupto litoral. Por el otro lado un amplía vista a la bahía entre la Azohía y Mazarrón. Hay diversas sendas pero todas llevan al mismo sitio.
Ahora tenemos que seguir el sendero deshaciendo el fuerte desnivel que hay hasta llegar a la Torre de Santa Elena, siempre con la vista puesta en el mar. Por la pista llegamos a la población y callejeamos hasta el coche. Ha sido una ruta marinera excepcional. Muy recomendable.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,680 KM.
TIEMPO: 04:39 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 338 M.
(Cabezo de la Panadera)
ALTURA MÍNIMA: 0 M.
(Nivel del Mar)
DESNIVEL POSITIVO: 710 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 713 M.
DIFICULTAD: MODERADA. Si no se es conocedor de la zona mejor
utilizar GPS. El trayecto discurre gran parte por el GR-92, el SL-MU2 y
senderos sin balizar. Hay que estar atentos en los cruces.