LA MESA DE LOS TRES REYES Y PETRECHEMA DESDE LINZA

Posted by : Vaig a Peu viernes, 9 de agosto de 2013

La mesa de los Tres Reyes (en euskera Hiru Erregeen Mahaia, en aragonés Meseta d'os Tres Reis, en gascón Tabla d'eths Tros Rouyes, en francés Table des Trois Rois) es una montaña situada en la cordillera de los Pirineos y el Macizo de Larra. Su cumbre, con una altitud de 2.448 metros, se encuentra situada en la intersección de la frontera de Francia con España; la línea limítrofe entre la Comunidad Foral de Navarra y la provincia de Huesca en la comunidad autónoma de Aragón. De ahí su denominación, ya que fue la confluencia de los antiguos reinos de Navarra, Aragón y el Vizcondado de Bearne (Francia). Según cuenta la leyenda, los reyes de estos tres estados medievales podrían citarse arriba en torno a una mesa de piedra -que es lo que parece esta montaña- y discutir sus asuntos cara a cara, sentados cada uno en su propio territorio. Aquí radica el interés de este monte, que aunque no tiene mojones clavados en tierra, resulta en sí mismo un enorme hito fronterizo de 2.448 metros. En el caso de Navarra es el punto más elevado de la comunidad y también es el punto más elevado de Euskal Herria, y en la cima se encuentra una estatua de San Francisco Javier (patrono de Navarra) y una reproducción del Castillo de Javier. La ascensión a la Mesa de los Tres Reyes se efectuaba tradicionalmente, entre los antiguos montañeros navarros, desde el Rincón de Belagua, a través del barranco Artaparreta. Sin embargo, hoy en día, con la disponibilidad de vehículos particulares, se impone claramente la ruta desde el Plano de la Casa o Rincón de Linza. Así se da la paradoja que la ascensión más representativa de Navarra transcurre, casi en su totalidad, por terreno aragonés. Porque hasta que no llegamos al collado de la Mesa, no tocamos territorio foral. No tiene importancia. Al fin y al cabo los navarros casi consideran como una extensión propia el territorio de Zuriza, a través del cual se desenvuelve la ascensión.

09/08/2013 1ª JORNADA

CÓMO LLEGAR: Al refugio de Linza (1.340 m.) se puede llegar tomando la A-176 por Echo y Ansó, desde la N-240 por Berdún-Biniés, o desde el Valle del Roncal, en Navarra, por Zuriza.

ITINERARIO: REFUGIO DE LINZA / ESTACIÓN DE ESQUÍ DE FONDO / CAMINO DE FRANCIA / COLLADO DE LINZA / HOYA DE LA SOLANA / PORTILLO DE LARRA / MESA DE LOS TRES REYES / COLLADO DE LINZA / PETRECHEMA / COLLADO DE LINZA / REFUGIO DE LINZA.

COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, LOURDES, PATRO, CHÚS Y NIEVES.

LA RUTA: Hemos desayunado a las siete y comenzamos a calzarnos las botas. Hay bullicio en el refugio, de aquí parten muchas rutas además de la nuestra, Senda de Camille, Alanos, Peñaforca, Acherito, Gamueta y otras. Alrededor de las ocho llega el resto del grupo. Ultimamos los preparativos y partimos.

Iniciamos cruzando el puente con barandas de madera sobre un arroyo, dejando el refugio a nuestra izquierda. Hace un día espléndido para caminar, ausencia de aire y parece que el sol no apretará mucho. Vamos en leve ascenso por la herbosa pradera de la estación de esquí de fondo.

El cómodo sendero sigue elevándonos por las verdes lomas; por detrás dejamos de ver el refugio de Linza y en la inmensa y verde pradera contrastan los azules lirios formando un bucólico paisaje.

En la umbría superamos un enclave rocoso en el que aún quedan los restos de un pequeño nevero, lo hacemos por la derecha para evitar patearlo y continuar elevándonos en la prolongación del sendero.

Poco a poco, loma tras loma, nos vamos acercando al Collado de Linza 1.935 m. donde un poste de madera así lo reivindica. Desde este punto tenemos a la izquierda la primera vista de nuestro objetivo, la Mesa de los Tres Reyes y por la derecha, tras la loma, vemos el Petrechema. También es el punto que el sendero se bifurca para las dos ascensiones. Hacemos una pequeña parada técnica para observar el hermoso paisaje.

Dejamos de subir y el sendero desciende un poco para entrar en la Hoya de la Solana, donde describe una gran curva a la izquierda y nos sitúa por arriba de una caseta metálica de ganado o refugio de pastores que dejamos a la derecha.

Arribamos a un cruce de caminos balizado con un poste de madera con paletas que indican por la izquierda a Lescun y Belagua; de frente a la Mesa, y hacia atrás, a Linza y Zuriza. Comenzamos de nuevo a subir y vemos neveros en la parte alta de las lomas.

Se terminan las praderas herbosas y el paisaje se vuelve más hostil y pétreo, salpicado de vez en cuando por algunos ejemplares de pino negro donde nuestras únicas referencias son los hitos de piedras. Al fondo a los pies del Petrechema y en dirección al valle de Lescun vemos crecer un gran mar de nubes, que esperemos no se desvíe a nuestra zona, ya que el peligro en el ascenso aumentaría.

Entramos en la zona kárstica de Larra, dolinas, lapiaces, grietas, agujeros, simas y demás trampas pétreas, pero que guiados por los hitos vamos sorteando perfectamente. Hacemos otra parada para tomar hidratos de carbono, barritas y geles. Las vistas, con algunos neveros, son espléndidas.

Bajamos un poco hasta un gran hito de piedras junto a las laderas del Budoguía, donde comenzamos de nuevo a remontar. El sendero se hace más evidente pero siempre guiado por los hitos de piedras. Comenzamos a tener una vista frontal de la cima y por la derecha el grandioso mar de nubes con los picos emergiendo, sobre todo las imponentes Agujas d’Ansabére.

Nos vamos acercando a nuestro objetivo y para ello hemos de atravesar dos grandes palas de neveros residuales cercanos a la cumbre. La nieve no está helada y siguiendo la huella podemos cruzarlos con relativa facilidad. Desde la zona de los neveros las vistas son magníficas.

Volvemos a la senda herbosa para encarar la arista que en línea recta nos dirige en pronunciado ascenso al tramo final, pequeño laberinto rocoso en forma de chimenea que sin apenas apoyar las manos vamos ganando altura hasta la atestada cima.

Mesa de los Tres Reyes (2.448 m.) punto más elevado de la Comunidad Navarra. La pequeña estatua de San Francisco Javier y la reproducción en acero inoxidable del Castillo de Javier nos dan la bienvenida. Poco antes de la cumbre hay una pequeña placa de acero en honor a Iñaki Ochoa de Olza fallecido en el Annapurna el 23 de mayo de 2008.

Logramos hacernos un hueco entre la gran cantidad de gente, y comenzamos a preparar nuestro almuerzo contemplando unas maravillosas panorámicas. Tenemos al alcance de la mano el Petrechema con las Agujas d’Ansabére, la Paquiza de Linzola, Budogía, Puerto de Belagua, Orhi, Macizo de Larra, Auñamendi y a nuestros pies el Lac d’Lhurs y el valle de Lescun.

Abordamos el descenso y lo hacemos por el mismo camino de subida. Tenemos una espectacular vista de los Pirineos occidentales con la Tabla de la Mesa a nuestros pies. Bien alimentados y con nuevas fuerzas, la bajada es rápida y muy sencilla.

Alcanzamos la zona de los neveros y tras atravesarlos llegamos al gran hito de piedras en las laderas del Budogía. Hacia atrás vemos moverse gente en la cumbre, que ya nos parece muy lejana y tenemos las últimas vistas del mar de nubes y las Agujas d’Ansabére.

Remontamos hasta sector Kárstico y cruzamos el ralo bosque de pinar negro. Vuelve la senda herbosa y el verdor salpicado de lirios azules en las laderas. En la Hoya de la Solana, bajamos un poco hasta el refugio metálico, por si encontramos una senda clara que nos lleve al Petrechema. Al no hallarla regresamos a la senda principal.

Una vez en el Collado de Linza, Julián, Lourdes, Chús y Nieves deciden continuar hasta el Petrechema que serán unas dos horas más de caminata. Patro y yo resolvemos seguir para el Refugio. Hace dos años lo ascendí desde Lescun haciendo el circuito de La Senda de Camille, y mañana nos espera una dura jornada con la Peñaforca incluida.

Hacemos fotos al valle con las dos moles al fondo, en la Mesa todavía persiste el mar de nubes. Continuamos descendiendo el largo recorrido que nos queda por los verdes prados entre lomas salpicadas de florecillas amarillas hasta el Refugio de Linza.

Después de una agradable ducha, hacemos la colada de las prendas utilizadas hoy, dejamos preparadas las mochilas con todas las provisiones, y aparece Javier, el último componente navarro que se une a nosotros a partir de mañana. Más tarde regresa el resto del grupo y antes de la cena, saboreando una buena cerveza, repasamos en los mapas la próxima ruta.