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ALT DEL GOVERNADOR, FAR DE L’ALBIR Y LA SENDA DE LA MINA DE OCRE A LA CALA DE LA MINA, SERRA GELADA.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 hacia Benidorm, salida en la nº 65 BENIDORM (LEVANTE) CALLOSA D’ENSARRIÁ, enlazar con la N-332 y por la izquierda continuar hasta la Playa de l’Albir y la entrada al Parc Natural de la Serra Gelada.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: PARC NATURAL / OTERO / ALT DEL GOVERNADOR / MIRADOR DEL FAR / CAMÍ DEL FAR / MIRADOR / TÚNEL / SENDA DE LA CALA / SENDA DE LA MINA / MIRADOR DE YERBENES / AL ALJIBE / ALJIBE / FAR D’ALBIR / MINAS DE OCRE / SENDERO A LA CALA / CALA DE LA MINA / PARC NATURAL.
LA RUTA: Seguimos entrenando desniveles y el Alt del Governador tiene una buena subida a la que hemos añadido el Far d’Albir y la bajada y subida a las calas, hemos desechado la subida a la Boca de la Ballena, quedando una pequeña ruta muy entretenida.
Iniciamos desde el punto de Información del Parc Natural. Amanece un bonito día despejado que nos permite contemplar el Puig Campana, el Ponoig y en el mar el Penyal d’Ifach. Enseguida tomamos el desvío balizado de la derecha hacia el Alt del Governador
El sendero muy bien delimitado, se encrespa entre la pineda de la cara norte de Serra Gelada que está siendo afectada por barrenillo. La altura ganada nos comienza a dar preciosas panorámicas al mar con Altea, y el Bérnia.
Debido a la plaga, se han talado muchos ejemplares de pino, y alguien ha tenido la buena idea de dejar delgados tocones de sus troncos y un manitas de la motosierra los ha recortado en forma de corazones y flechas direccionales.
Es una fuerte subida en un corto tramo aliviada por rampas y lazadas bajo la protectora sombra de los pinos. En los cambios de rasante y pequeños rellanos tomamos aliento contemplando el Puig Campana, Ponoig, y monte Cabal.
A medida que subimos crece la amplitud de las vistas, en el mar abarcamos toda la bahía desde l’Albir al Morro de Toix, con el puerto de Altea y multitud de escondidas calas, y en las montañas el paisaje llega de Finestrat a Callosa.
Junto a un poste informativo hacemos un giro a la izquierda aliviando la subida y en el siguiente rellano, marcado por un gran mojón de piedras, el paisaje vuelve a inundarnos y nos muestra ya las antenas del Alt del Governador.
Tras la subida de un lomo vamos virando a la derecha, en una especie de diagonal que surca la ladera con sendero pedregoso, y hacia abajo, de Este a oeste, vistas más elevadas al paisaje copado por las numerosas urbanizaciones.
En el último tramo se acentúa el desnivel con rampas más cortas y empinadas, pero ya tenemos muy cerca el complejo de antenas y artilugios de comunicación. Nuevas miradas al mar y al Bérnia, y al oeste Benidorm y la costa hasta el cabo de Santa Pola.
Alcanzamos unas barandas de madera y la carretera de servicio, que cruzamos, para continuar subiendo por la loma, con inigualables vistas al mar, las crestas de Serra Gelada, y las inevitables antenas que afean la cumbre.
Alt del Governador (438 m.) el vértice geodésico se encuentra junto a la valla que encierra las antenas, al borde del acantilado. Ante tan poco espacio resulta difícil hacernos la foto juntos, pero llega otro senderista que lo resuelve.
Por el borde del acantilado y pegados a la valla metálica pasamos al otro lado para posicionarnos sobre unas rocas en un bonito mirador al Far de l’Albir, recordando una espectacular subida que hicimos desde el faro bordeando los acantilados.
Retornamos al vértice y a la carretera de servicio, deshaciendo camino por el mismo sendero de subida. La bajada rápida y ágil, nos cruzamos con mucha gente que sube a estas horas, algunos hacen este recorrido todos los días.
Finalizamos en las escaleras y barandas de madera que conectan con el Camí Vell del Far que seguimos por la derecha, junto al Área Recreativa que siguen perfeccionando con techados, mesas, bancos y espacios para gente con movilidad reducida, así como, paneles descriptivos del paisaje.
Llegamos al primer mirador por un pasillo con barandas, entre la frondosidad de los pinos tenemos nuevas vistas al mar, ahora más nubosas, con la muralla montañosa del Bérnia, y como no, las inconfundibles moles del Ponoig y del Puig Campana.
El camino transcurre abriéndose paso por la ladera montañosa con un denso pinar sobre todo en las umbrías, entre algunas curvas y suaves bajadas para volver a remontar al tiempo que el ramaje nos permite miradas de Altea a los pies del Bérnia.
No subimos al segundo mirador situado arriba, a la izquierda del corto túnel excavado en la sierra por el que salimos a la solana con miradas abiertas al Penyal d’Ifach, al Far de l’Albir y a una piscifactoría en pleno Mediterráneo.
El camino serpentea tomando un poco de altura y hacer en suave descenso un ancho recodo para evitar una barranquera que termina en la recogida Cala de la Mina, donde suelen fondear embarcaciones. Las vistas maravillan.
Desde los quitamiedos de cemento admiramos como varias embarcaciones de pesca regresan al puerto de Altea con su botín, y cobijados en la umbría volvemos a ver el edificio del Far de l’Albir junto a los restos de la Torre Bombarda.
El Faro se va acercando, y en otro recodo, pasamos por debajo de la Cova Boca de la Ballena, en forma de semicírculo, pero con poca profundidad, hay marcada con mojones una sendita para llegar a ella, que reusamos.
Viene un poste informativo que indica el sendero que desciende hasta la Cala de la Mina que veíamos desde arriba. Es una zona umbrosa con mucha humedad y vegetación exuberante y altos pinos que buscan la luz del sol, y que utilizaremos de subida al regreso.
A corta distancia, otro poste informativo nos indica el sendero que baja hacia la antigua mina de ocre rojo, que al regreso utilizaremos para conectar con la Cala de la Mina, y volver al Camí del Far por el otro sendero.
A continuación, viene el Mirador de Yérbenes que también rehusamos por haber subido en otras ocasiones. Tiene buenas panorámicas a los acantilados y al Mediterráneo. Muy cerca parte una ruta por la arista que llega al Alt del Governador.
Entramos en el recinto del Faro con enormes vistas a la cala de la mina, y a toda la bahía. El Faro lo tenemos encima, y a su izquierda quedan los restos de la base de la Torre Bombarda que entre los siglos XVI y XVIII se apostaban soldados que vigilaban la costa. Fue destruida durante la Guerra de la Independencia.
Antes de llegar al faro un cartel nos indica la bajada al Aljub del Far. Corto sendero que rodeando la ladera del barranco nos lleva al aljibe, situado en la parte baja para poder recoger la mayor cantidad posible de agua de lluvia. Seguramente se construyó en el siglo XVI para los soldados de la torre Bombarda. Posteriormente los fareros reutilizaron la cisterna y construyeron un nuevo brocal. El agua recogida se destinaba a consumo humano y al riego de un pequeño huerto.
Far de l’Albir. Construido el 30 de abril de 1863, la única forma posible de acceder era en burro o a pie, ya que el camino era difícil y traicionero. Originalmente el faro solía ser la casa de la persona encargada de velar por la seguridad de los barcos. La luz del faro era alimentada con aceite que había que traer en burro. Hoy en día, el faro está automatizado y alimentado por energía solar renovable.
En el exterior las miradas vuelven a ser imponentes a los acantilados y a la piscifactoría frente al Penyal de Ifach. Estas aguas acogen a una de las escasas poblaciones de delfín Mular (Turciops truncatus) de la península Ibérica.
Regresamos por el mismo camino hasta el poste informativo que indica la bajada a las Minas de Ocre. Es un sendero inclinado entre abundante vegetación y algunos pinos. Las primeras extracciones fueron realizadas por los fenicios, labor que continuaron posteriormente los romanos.
En época contemporánea, la mina de ocre volvió a explotarse a partir de los años 40 del siglo XX, manteniendo su actividad, escasa y artesanal, hasta finales de los 70. Su producción se destinaba a fábricas de colorantes y pigmentos.
Los restos conservados corresponden a la vivienda del capataz. La línea de pilares que bajan por el barranco servía de soporte a los railes de las vagonetas que llevaban el mineral hasta la orilla y en barcazas lo transportaban a un barco fondeado en la bahía.
En la parte baja nos ceñimos a la ladera izquierda por donde continúa subiendo el sendero rodeando la loma, dejándonos saborear preciosas postales casi a ras del mar que acaparan la Serra de Bérnia, Altea y el Penyal d’Ifach.
Poco a poco la minúscula Cala de la Mina va apareciendo ante nuestros ojos. Nada que envidiar a las playas tropicales. Sin arena, con entrada rocosa y aguas trasparentes resulta bucólica. Hay varias personas preparándose para el baño y diversas embarcaciones de recreo fondeadas, y gente que se lanza al agua.
Desde la misma cala el sendero prosigue, ahora en suave subida por la ladera con tramos escalonados. Se nota que en verano la gente lo utiliza para bajar a la cala. Al igual que en el de la Mina de Ocre, la abundante vegetación nos acompaña.
Enlazamos con el Camí del Far que seguimos por la derecha para cerrar la ruta. En algunas curvas vemos desde arriba los barcos fondeados en la cala y una gran panorámica montañosa donde se localiza el edificio del Far de l’Albir.
Pasamos en pequeño túnel admirando el resto de las calas y la playa de l’Albir. El flujo de gente es incesante hasta llegar a la entrada del Parc Natural donde concluimos esta bonita y sencilla ruta veraniega.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: SI. (En el Camí de Far hay una fuente)
DISTANCIA: 9,3 KMS.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 4 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 434 M. (Alt del Governador)
ALTURA MÍNIMA: 3 M. (Cala de la Mina)
DESNIVEL POSITIVO: 521 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 523 M.
DIFICULTAD: MODERADA.