A LA FORADÁ Y TODAS SUS CUMBRES HASTA EL CASTELL DE BENISSILI, VALL DE GALLINERA.

Posted by : Vaig a Peu sábado, 10 de mayo de 2025

El castillo de Alcalá o de Benissili está situado a la entrada del Valle que viene del interior, a 784,7 metros de altura, dominando así este paso natural. El nombre que le ha dado la historia es el de castillo de Alcalá, y como tal aparece en los documentos de la época, pero actualmente es más conocido con el nombre de castillo de Benissili ya que es la población más próxima a la fortaleza. La función histórica del castillo era la de vigilar y defender la entrada al Valle desde el interior. Este castillo sigue las pautas normales del castillo musulmán, con albacara (patio grande) y celoquia (ciudadela) pero destaca la gran extensión, la complejidad estructural y las defensas naturales que presenta. Era residencia de al-Azraq durante su primera sublevación (1247-1258) como así se desprende de la Crónica o libro de los feits de Jaume I, c 376: “E en l’altre día, oida la missa, anam-nos-en a Alcalá, e no ens hi gosá esperar, e mudá’s a Gallinera. E nos anam a Alcalá, car allí tenia son alberg major que en altre llogar”. El castillo podría remontarse al siglo XI prolongándose hasta el XVI, es decir, se trata de un yacimiento pos califal o como máximo fundado en los últimos años del califato. La primera noticia escrita data de 1245, con la firma del Tratado del Pouet , entre el rey Jaime I y al-Azraq, por el cual este último cede al cristianismo a los castillos de Pop y Tárbena, retiene para sí los de Alcalá y Perpuxent, y se compromete a entregar dentro de tres años los de Gallinera, Margarida, Xeroles y Castells. El 1 de junio de 1258, el castillo es tomado por el rey Jaime I. También quedó constancia de esto en la Crónica de Jaume I, c.376: “E no volem dir totes les coses que hi foren fetes, car seria allongament del llibre: mas al vuité día cobram Alcalá, e Gallinera, E setze castells que al-Azraq ens avía emblats e tolts”. Unos días antes, el 26 de mayo, ante la inminencia de la toma del castillo, Jaime I hace donación a Gil Eiximenis del castillo de Alcalá y el de Margarida con sus alquerías y fortificaciones, pero no a perpetuidad. En 1261 el castillo vuelve a estar en manos del rey, quien lo cede a diferentes personajes para cubrir sus deudas. Entre 1261 y 1263 retienen el castillo los hijos de eximir de Foces hasta cobrarse lo que el rey les debe. De 1267 a 1271 se embarga a favor de Pedro Ferrando, hijo natural de Jaime I. En 1271 tendrá la alcaldía Pedro Roiç de Corella. En abril de 1273 se entrega a Berenguer de Latera, por deudas al rey, y por la misma causa, tres meses después, el 19 de julio, a Pedro Diego Muñoz. En 1275, se embarga a favor de Mateo de Montreal, quien tiene la alcaidía hasta 1277. Entre 1278 y 1282, tras el fin de la sublevación y pacificación de los mudéjares, el nuevo rey Pedro III el Grande (I de Valencia) encomienda la custodia del castillo a Rodrigo Jiménez de Luna. En 1283, lo vuelve a tener Mateu de Montreal, por otra deuda al rey. En 1286 las rentas del castillo son para Jaume de Mansó y en 1287 son, de nuevo, para Pere Ferrando. El 27 de agosto de 1288 el castillo de Alcalá deja de pertenecer a los reyes de Aragón por la donación que efectúa Alfonso III a un Rosellón, Bernat Guillem, de Vilafranca de Conflent, del castillo en recompensa por las pérdidas que había tenido en la guerra contra Francia de 1282/85. Esta donación termina con la situación de realeza para el distrito del castillo de Alcalá que pasa a ser un señorío feudal.

CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de pasar los túneles del Barranc de la Batalla, salida nº 802, en la rotonda por la CV-700 dirección Benimarfull, pasar Planes seguir hasta tomar por la izquierda dirección Vall de Gallinera, poco antes de girar por la CV-714 hacia Benissili, girar a la derecha por camino asfaltado y aparcar.

COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y TOMÁS.

ITINERARIO: APARCAMIENTO / PANEL INFO. / GIRO DCHA. / SEGUIR RECTO / LLAVADOR D’ALPATRÓ / IGLESIA / DERECHA / FONT VELLA / FONT DE L’ORENGA Y BALSA / ALGARROBO MONUMENTAL / VISTAS AL PENYAL GROS / VISTAS A ALPATRÓ, BENISSILI Y LA CARROTJA / DCHA. ESCALONES-SENDA / PAN ORAMICAS VALL DE GALLINERA / SENDA MORISCA / POSTE INFO. / IZQ. IDA +VUELTA / COVA OBRADA DEL MORO / CORRAL / DCHA. A LA FORADÁ / LA FORADÁ / VISTAS A ALPATRÓ / DCHA. IDA Y VUELDA / PENYAL GROS / TOSSAL DELS QUARTESOS / COLLADO / TOSSAL CREU DE LES MORTERES / DCHA. BAJAR / FONT DE JOAN PELLICER / CASTELL DE BENISSILI / CASA DEL ALEMAN /POU DE CALÇ / APARCAMIENTO.

LA RUTA: La Vall de Gallinera es tierra de moriscos, por lo tanto, afectada por su expulsión en 1609 y repoblada por familias mallorquinas. Enamorarse de la Vall de Gallinera es fácil, solo hay que venir en primavera por cualquiera de sus ocho núcleos de población, y un sinfín de rincones por visitar.

Hoy haremos algunas variaciones cambiando el sentido de la ruta y comenzando desde un punto neutro antes de llegar a Benissili. Subiremos desde Alpatró, y después de La Foradá cumbrearemos todas las cimas que protegen el valle para descender por el Castell de Benissili.

Iniciamos desde un camino asfaltado que tiene un panel sobre el Castell. Caminamos un poco por la CV-700 para girar enseguida a la izquierda por la carretera a Benissili, que también dejaremos por un camino a la derecha.

Hace un día nublado y perfecto para caminar, donde resalta el verde intenso de las hierbas crecidas después de las lluvias. Al principio del valle se distinguen las poblaciones de Benissili y de Alpatró con las montañas de Pego al fondo.

Las miradas a la montaña son todas para una torre encaramada del Castell de Benissili, y en algunos bancales lucen las rojas cerezas. En un cruce seguimos recto y no entraremos en Benissili, también dejaremos por la derecha la población Llombai, que apenas se ve.

Este camino enlaza con la CV-714 que nos dirige hacia Alpatró. La nueva posición nos deja ver a golpe de zum lienzos y murallas que están reconstruyendo. En el valle nuevos bancales de cerezos que ya han sido recolectados.

Entramos en la población de Alpatró por el Llavador, grande y cuidado sigue manando agua. Callejeamos para ir a la iglesia y en las fachadas de muchas casas cuelgan preciosas manualidades y versos ensalzando las cerezas.

Pasamos por la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción y su elevada torre del campanario. Bajamos por la siguiente calle que es toda una expresión y ensalzamiento al valle y al pueblo, con paneles y murales pintados del no a las guerras.

Con miradas a La Foradá salimos del pueblo por un camino a la izquierda, que luego dejamos por un sendero a la derecha subiendo un escalón. Caminamos junto a un alto muro de piedra seca y entre abundante vegetación.

Termina el sendero al llegar a la Font Vella, con una alargada pileta abrevadero, su caño ha sido desviado por una tubería dejando caer el agua. A su lado queda el antiguo lavadero de losas inclinadas. Por unas escaleras subimos a la CV-700.

Cruzamos la carretera y seguimos por el camino asfaltado de enfrente, que comienza a elevarse con rampas asequibles en dirección a la sierra. Dejamos atrás el pueblo de Alpatró y tenemos nuevas vistas de La Foradá por detrás.

En una curva entramos a ver la Font de l’Orenga y su balsa. Es un bonito y húmedo rincón con un banco. Por un breve caño entre musgo mana un leve chorrito de agua que también abastece la balsa que está a rebosar.

A esta altura ya hay pocos cerezos, dominan más los olivos y pasamos por un algarrobo de monumental tronco. El camino se va erizando más, las panorámicas siguen siendo para La Foradá, y ahora aparece en escena la agreste cara norte del Penyal Gros.

Las rampas se encrespan y se tornan más exigentes, a cambio las miradas se ensanchan a ambos lados del valle, vemos el pueblo de la Carrotja a nuestros pies y al final del valle, reinando en su montículo distinguimos Benirrama.

El asfalto termina bajo las peñas de La Foradá, donde hay unos escalones de piedra que acaban con dos pivotes metálicos que impiden el paso a bicicletas y conectan con un sendero. Las vistas a la Vall de Gallinera llegan hasta el Xilibre o Miserá (756 m.) en Pego.

Un puro sendero de montaña nos lleva rodeando las faldas de La Foradá hasta enlazar con la balizada Senda Morisca que sube desde Benissivá y nos eleva moderadamente por la izquierda. A nuestras espaldas ya vemos nítidamente el gran agujero en la montaña.

La última parte de la Senda Morisca es más inclinada y hay que ir sorteando grandes piedras. Una estaca de madera nos indica seguir a la Cova Obrada del Moro. Gran panorámica al valle con los cuatro últimos pueblos, Benissivá y Benitaia que parecen unidos, Benialí y Benirrama.

En la parte alta del farallón rocoso vemos la cara exterior obrada de la cueva. Llegamos a un punto en que el sendero se bifurca, continuamos por la izquierda el tramo de ida y vuelta a la Cova que se encuentra en el interior de un corral de ganado.

La Cova Obrada del Moro (663 m.) Tiene la entrada por un pequeño corral sin techo, era una oquedad natural abierta al valle que fue tapiada para el refugio y cobijo del ganado en épocas de lluvia. Consta de una amplia sala y suelo irregular. Por uno de sus agujeros vemos La Foradá.

Regresamos por el mismo sendero y en la bifurcación seguimos por la izquierda, con una bonita estampa de la Penya Foradá completa con Alpatró a sus pies. Pasamos por un pequeño corral sin techo y el cruce de senderos balizado que lleva a la Vall d’Alcalá.

Giramos a la derecha en dirección a La Foradá con vistas a la cara este del Penyal Gros reverdecido por la primavera. Vemos las yermas terrazas y bancales desarbolados por los continuos incendios en la zona, y en el fondo del valle, Alcalá de la Jovada.

Comienza la subida a la Penya por un sendero lateral que hace varias lazadas con bonitas imágenes a la Vall d’Alcalá protegido por las montañas de Alfaro, y a la Vall de Gallinera, que la bruma y las nubes encapotan.

La Foradá (738 m.) Lugar emblemático para todos los pueblos del valle por el acontecimiento del alineamiento solar, que sucede dos veces al año, el día 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, y el 9 de marzo. En esos días los rayos del sol que pasan por el agujero de la montaña iluminan los restos del antiguo convento franciscano del valle, y que fue construido allí por tal motivo.

Siempre es un regocijo visitar este fenómeno geológico, lugar simbólico donde los halla. Tras la sesión fotográfica por ambas caras de la sierra, repetimos sendero lateral y antes de bajar seguimos de frente, al principio algo confuso por los múltiples incendios.

Bordeamos el lomo de la sierra cerca del precipicio haciéndose más patente el sendero, que pasa a estar amojonado. La próxima meta es el Penyal Gros, con grandes miradas a la Vall d’Alcalá y por detrás vemos los lomos superados.

En una de las ventanas de las crestas vemos en el fondo del valle la población de Alpatró, y por detrás ya se distingue el agujero de La Foradá por la parte trasera. Hacemos un giro a la derecha por un empinado sendero para atacar la cima.

Vértice Geodésico del Penyal Gros (854 m.) extensas miradas a ambos lados del valle que la bruma y las nubes van cercando, el cordal de lomas y cumbres que nos quedan por superar, que en primavera cubre un tenue verdor ante la ausencia total de arbolado.

Bajamos por el otro lado hasta conectar con el sendero de subida y seguir luego por la derecha. Los trazos son muy visibles. Es un descenso suave para volver a remontar lomas. Atrás va quedando el Penyal Gros.

Alcanzamos la cima del Tossal dels Quartesos (856 m.) apenas marcado por un pequeño cúmulo de piedras. Las vistas son para Alcalá de la Jovada y a las próximas lomas pintadas de amarillo. En un lateral logramos encuadrar con el zum el Castell de Benissili.

Ahora toca descender para volver a subir. Es una bajada alegre en la que nos cruzamos con gente que viene en sentido contrario. Mirando hacia atrás vemos las dos grandes lomas que ya hemos rebasado, y por delante, el trazado es muy claro surcando las siguientes.

Llegamos a un collado balizado, donde se une el sendero que viene desde Alcalá de la Jovada, nosotros seguimos de frente hacia el Xapolar y el Castell. En el fondo del valle volvemos a tener vistas a la población de Alpatró.

Empieza una alargada y distendida subida hacia nuestro próximo objetivo. En las redondeadas y peladas lomas, seguimos sin ver un solo árbol, pero resultan atractivas con el verdor de pequeñas matas que contrastan con un manto de flores amarillas.

En alguna vaguada logramos ampliar algunas vistas del Castell de Benissili, distinguiendo por el color muros que han restaurado. La siguiente y suave loma no es necesario cumbrearla, el sendero aprovecha una barranquera que la separa de otra y la atraviesa lateralmente.

En la zona alta, vemos las que hemos superado hasta ahora, y lo próximo es una especie de cresta rocosa que nos une con la siguiente loma. La cresta es fácil de superar, pero al final hay un escalón que se sube apoyando las manos para continuar.

El resto hasta la siguiente cima es terreno duro, pero con poca inclinación. La cruz se va haciendo grande al acercarnos. De pronto el tiempo cambia y vienen nubes bajas que lo van cubriendo todo, quedamos envueltos en una especie de niebla.

Tossal de la Creu de les Morteres (911 m.), es nuestra última cima de hoy y la más elevada. Con una cruz de tamaño medio marcando la cumbre, apenas nos da tiempo de hacernos una foto rápida. La nube baja lo cubre todo y nos perdemos las vistas a la Vall d’Alcalá.

Iniciamos el descenso por el sendero que es visible, aunque no vemos nada del paisaje. Llegamos a un cruce balizado y desistimos de acercarnos al Xarpolar (845 m.) con los restos del poblado íbero al no haber visibilidad. Giramos a la derecha hacia el Castell.

La nube se queda arriba y ya vemos gran parte del paisaje. Es una bajada bastante inclinada entre las antiguas terrazas abancaladas que arrasadas por los incendios no queda un solo árbol solo el verde intenso del matorral y la cada vez más cercana penya del Castell.

ntes llegamos a la Font de Joan Pellicer, etnobotánico valenciano. En un murete de piedra seca mana un modesto chorro que alimenta una pequeña balsa. Siempre he intentado encontrar sin éxito, la piedra donde dicen que hay escritos unos versos de Lao-Tsé.

El resto de la bajada se apacigua llegando el Castell que abordamos por detrás, pero tenemos que retroceder al estar los andamios de las obras de restauración que lo cercan todo. Ignoramos si la restauración sigue activa o está paralizada.

Castell d’Alcalá o de Benissili (784 m.) Encaramado entre los riscos dominaba todo el valle. Era de una gran extensión y complicada estructura. De origen musulmán fue la residencia de al-Azraq, jefe morisco sublevado. Tomado por el rey Jaime I fue pasando de mano en mano hasta ser un señorío feudal.

Descendemos por delante, y a un lado del castillo vemos una pequeña construcción que nada tiene que ver con el entorno, la casa del nazi de Llombai. Que huyendo de todos se construyó ese refugio, quizás porque siempre podía vigilar quien se acercaba.

La bajada se precipita por un zigzag de rampas cortas donde nos detenemos para comprobar la eficacia defensiva de las murallas del Castell que lo hacían inexpugnable. También vemos los restos de Forn de Calç.

Poco a poco el descenso se amortigua al llegar a los primeros bancales, luego conectamos con el camino asfaltado que nos lleva a cerrar esta preciosa ruta, que recomendamos para gente preparada, que nadie desestime los desniveles.