Posted by : Vaig a Peu viernes, 21 de octubre de 2022

El Camino Inglés nace en el medievo gracias a la posición estratégica de Ferrol y A Coruña como puertos de entrada a Galicia para los navíos procedentes de allende los mares. Hacinados entre mercancías no solo los marineros ingleses navegaban hacia la costa gallega; escoceses, irlandeses y otros muchos procedentes de los países escandinavos y los países bajos llegaban a puerto para posteriormente valerse por tierra de rutas y senderos trazados con el fin de mercadear, por lo que Santiago no era en un primer momento su único punto de mira. Fue a mediados del siglo XIV cuando en aprovechamiento de las corrientes comerciales de la época que hacían a los barcos británicos atracar en puertos gallegos la peregrinación comenzó a extenderse entre los navegantes, deseosos de conocimiento de santuarios cristianos más allá de los existentes en sus territorios. La denominación de Camino Inglés procede precisamente de la instauración como ruta de interés para los navegantes de las islas británicas. Los peregrinos cruzaban los mares mezclados entre las mercancías de sus barcos, embarcaciones que por lo general eran de poco calado y llegaban con facilidad a cualquier rincón, pero que al mismo tiempo suponían un riesgo importante durante la travesía. Ya en tierra, la ruta era tranquila y segura, lo que les permitía coronar Santiago en apenas unos días, suponiendo una ventaja frente a aquellos que se decantaban a elegir la ruta francesa, que en ese caso necesitaban semanas solamente para cruzar los pirineos y protegerse de los ladrones que poblaban los senderos. Los ingleses empleaban los principales puertos para embarcar rumbo a Galicia, así Bristol, Newcastle, Londres o Southampton se convirtieron en puertos emisores de la gran Inglaterra mientras que Galway o Dublín eran los elegidos por sus vecinos irlandeses. Los peregrinos que escogían el Camino Inglés tras arribar a la costa gallega encontraban protección en monasterios y hospitales como los regentados por la Orden Hospitalaria del Sancti Spiritus o la Orden Franciscana. Existen ya hechos documentados de peregrinaciones en el siglo XI con Cruzados y Templarios que se dirigían a Jerusalén y que durante su escala en las costas de A Coruña peregrinaron a Santiago para pedir al Apóstol protección en Tierra Santa. Este hecho se convirtió en algo tan habitual que caballeros procedentes de toda Europa atracaban sus navíos en costas gallegas para brindar la protección de sus almas frente a la tumba del Apóstol.

Santi tenía unos días libres y quería alejarse del mundanal ruido. Así que estuvimos dándole vueltas  a ver que Camino escogeríamos. En un principio nos decantamos por el Camino de San Salvador, de León a Oviedo, menos transitado y por los bosques del norte. Este será mi quinto Camino, el último fue el Camino Portugués de Oporto a Santiago en 2011. Los años no pasan en balde y por primera vez nos pensamos en contratar una de estas agencias que te lo preparan todo de acuerdo con tu planificación. Pero ninguna de ellas, y menos en estas fechas, tenía asistencia desarrollada para el Camino de San Salvador.

Al final nos decidimos por el Camino Inglés partiendo desde Ferrol, este Camino ha tomado auge y sí lo tienen programado. Nos decidimos por la agencia Pilgrim, alojamientos en Pensión/Hostal, habitación Twin (2 camas) y desayuno. También contratamos el transporte de equipaje, caminaríamos con una pequeña mochila con lo indispensable para cada etapa. Seguro de viaje y un traslado privado de A Coruña a Ferrol.



Por el menor importe del vuelo con facturación de una maleta grande, y ser vuelo directo, elegimos Alicante-Santiago ida y vuelta. El vuelo de ida era muy temprano y al llegar a Santiago cogimos un tren a A Coruña. En esta estación ya no hay Consigna para dejar el equipaje y tuvimos que hacerlo en la estación de autobuses que estaba muy cerca. Nos fuimos a pasear por el Mercado Central comprobando la calidad del pescado y marisco gallegos, y por los alrededores de la Plaza de María Pita nos quedamos a comer. Luego a las 16 horas nos vinieron a recoger en nuestro traslado privado y nos llevaron a Ferrol, al hotel Alda El Suizo donde teníamos la reserva.

 



Aprovechamos la tarde para conocer algo de Ferrol aunque pronto comenzó a llover. Nos acercamos al parque donde está la estatua de Concepción Arenal y a la dársena de Cuxeiras,  inicio de la primera etapa para situarnos, pese a que llevamos los Tracks de las rutas en el GPS, luego buscamos un buen sitio para tapear y pronto al hotel, a preparar la mochila y dejar el equipaje dispuesto para su traslado al siguiente punto de pernoctación.

 

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