Posted by : Vaig a Peu lunes, 14 de junio de 2021

La filosofía y conformidad del sabinar actual viene dada por la edad y por la acción de los vientos que, con ímpetu y constancia, soplan de noreste a suroeste. La fuerza del viento impide el desarrollo vertical y obliga a la  sabina a aplastarse contra el suelo, extendiendo todas sus ramificaciones en la misma dirección del viento como método de defensa contra éste. Este hecho imprime personalidad y gran belleza a esta masa forestal, convirtiéndola en única en el país y muestra curiosa de los montes canarios. En la regeneración natural del sabinar juega un papel importante el cuervo (Corvus Corax). Las semillas son comidas por el ave y los jugos gástricos ablandándolas y limpiándolas ayudan a la germinación, siendo repartidas por todo el territorio insular en el deambular de este córvido. En El Hierro la sabina se halla asentada principalmente por el oeste y el suroeste, en la zona conocida como La Dehesa. La podemos encontrar presente en toda la isla, siendo más escasa en la parte noreste. La sabina se distribuye entre los 1000 m de altitud; si bien se encuentra más representada entre los 400-700 m. el sabinar de El Hierro, después de sufrir una fuerte regresión histórica, se encuentra en franco progreso. Los casos más ilustrativos de regeneración se encuentran en las tierras privatizadas del “Cres” y el incipiente sabinar de La Fuente Rodrigo. Ello está motivado por la desaparición de la actividad pastoril de estos dos parajes. La desaparición histórica del sabinar se debe a la acción del hombre, Antes de la Conquista, los bimbaches ya utilizaban la madera de la sabina para la fabricación de armas y aperos, así como para extraer tablones funerarios. En las épocas posteriores, la agricultura, el intenso pastoreo, los asentamientos humanos, la construcción de viviendas y los incendios forestales diezmaron el bosque de sabina de esta isla.
CÓMO LLEGAR: Desde Frontera hacia Tigaday por la HI-50, en los Llanillos tomar la HI-551 hasta el cruce de Sabinosa donde seguiremos por la HI-500 hasta el Pastor, donde giraremos a la izquierda por la HI-506 hasta la ermita de la Virgen de los Reyes. Poco antes hay espacio para aparcar.

COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.

ITINERARIO: PARKING / ERMITA NTRA. SRA. DE LOS REYES / EL CARACOL / CUEVA DE LA VIRGEN / LA DEHESA / AL SABINAR / LA GRAN SABINA / SABINAS / MIRADOR DE LOS BASCOS / PINAR / ESCALONES / DESVÍO AL SABINAR / CRUCE BALIZADO / PIEDRA DE LOS REGIDORES / PARKING.


LA RUTA:  Hoy nos decidimos a visitar la gran Sabina, símbolo de la isla de El Hierro. Elegimos un Track circular que parte desde la ermita de Nuestra Señora de los Reyes. Subiremos casi mil metros de desnivel por estrechas carreteras bien cuidadas.

 



Arriba, antes de llegar, hacemos una pequeña parada para olvidar las curvas en el Mirador del Lomo Negro, observando el geositio del campo de lavas que se extiende a los pies del cono de piroclastos basálticos que cubre parte de la plataforma costera.

 



Desde esta posición privilegiada también observamos en la costa el Faro de Orchila, junto al gran cráter del volcán que también visitaremos al término de la excursión. Llegamos al parking que se encuentra a poca distancia de la ermita.

 



Iniciamos en dirección a la ermita pasando por delante de una extraña construcción circular con puertas movibles. El recinto vallado por muros de la ermita está rodeado de gallardos ejemplares de pino. 

 



En el Parque Natural de La Dehesa se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de los Reyes la patrona de la isla, consuelo y veneración del pueblo herreño. Sus paredes blancas entre la arboleda, sus aljibes para el que venga sediento, las cuevas que rodean su estancia y la bruma que pasa hacen de este un lugar mágico. 

 



La historia cuenta que la Virgen de los Reyes abasteció milagrosamente de agua de lluvia a los habitantes herreños en una de las peores épocas de sequía vividas en la isla. Desde entonces, cada cuatro años y en su honor, se celebra la Bajada de la Virgen de los Reyes, fiesta popular por excelencia de la isla.

 



Continuamos camino hacia El Caracol y la Cueva de la Virgen. Dicen que en 1546 un barco que se dirigía hacia América no podía salir del mar de las Calmas y navegaba en círculo hasta que se le agotaron los alimentos. Tuvieron que acercarse a tierra a pedir comida y los pastores de El Hierro los proveyeron de víveres.

 



A cambio y como agradecimiento, los marineros le entregaron a los pastores lo "único de valor que guardaban en el barco", una imagen de la Virgen María. A partir de este momento, una suave brisa comenzó a soplar en el mar de las Calmas y el barco pudo alejarse rumbo al Nuevo Mundo. 

 










Los pastores custodiaron a la Virgen a la que denominaron "de los Reyes" en honor al día de su llegada a la isla. La talla se depositó en el Caracol, en la cueva que llamaron a partir de ese momento "Cueva de La Virgen". Allí la veneraban y le ofrecían sus presentes, de esta manera, se convirtió en la protectora y patrona de La Dehesa, de los ganados y posteriormente de toda la isla.

 



Poco a poco vamos entrando en la Dehesa, tierra destinada al pastoreo y que en El Hierro es comunal. En el camino encontramos un paso con rodillos metálicos en el suelo para que el ganado no salga y algunos abrevaderos. 



Es un largo camino con vistas al mar salpicado de pequeñas sabinas achaparradas. Luego nos flanquean otras mucho más espigadas de largo ramaje incontrolado y poco podadas ya que su madera está protegida administrativamente.



A la sombra de estos árboles aparecen algunos ejemplares de ganado vacuno, el resto está disperso en la llanura de la Dehesa. En un cruce balizado giramos a la izquierda hacia El Sabinar. Las antiguas paletas de madera están repletas de líquenes.

 



Tras algunos muros de piedra vallados aparecen los primeros ejemplares de sabinas recostadas, inclinadas por la fuerza de los vientos, y grandes rodales de sabinas rastreras que apenas toman altura del suelo.

 



Entramos en un pequeño rellano donde se adivina la proximidad de la gran Sabina protegida con muretes de piedra y paneles descriptivos. En las otras lomas se ven otros ejemplares de desnudos y retorcidos troncos.

 



Es impresionante contemplar esta sabina con su aspecto maltratado por los vientos pero que  desprende vigor y fortaleza pese a parecer humillada. Es como una corredora de fondo con su melena suelta al aire.

 



La fuerza de los vientos alisios y la dureza de este árbol han logrado esculpir uno de los monumentos vegetales más asombrosos del mundo. Retorcida y desgarrada, su recio tronco de madera incorruptible permanece erecto mientras que la copa ha caído al suelo vencida por el tiempo y los vendavales. 

 




Sus ramas se hunden directamente en el suelo como si fueran raíces empeñadas en impedir que los vientos constantes de componente noroeste arranquen el árbol. Actualmente esta especie está protegida por diversas leyes canarias. 

 


El uso de su madera está sujeto a autorización administrativa, ya que es muy apreciada por los artesanos. Es un árbol muy querido por los herreños, y por ello lo podemos encontrar plantado en muchas de sus fincas privadas y es utilizado como árbol ornamental en lugares públicos.

 











No solamente es un árbol, la sabina es el símbolo vegetal de la isla, aprobado por el Parlamento de Canarias. Además aparece representada en el cuerpo central  del escudo del Ayuntamiento de La Frontera.

 



Proseguimos camino. Cerca hay otras sabinas tan resistentes como ella aunque no tengan su vistosidad, e incluso tocones, resecos troncos que se mantienen en pie formando figuras, éste parece un corcel galopando.

 



Nos dirigimos hacia el Mirador de los Bascos por un sendero que se inclina suavemente dejándonos ver el mar al tiempo que nos acompañan pequeños núcleos de sabinas rastreras y otras que comienzan a levantarse.

 



El Mirador de Bascos a 670 m. de altitud está en el extremo norte de la isla de El Hierro, en la Dehesa. Desde el Mirador de Bascos se puede ver la magnitud de el Valle del Golfo, un emplazamiento elevado y ubicado dentro de la Reserva de la Biosfera de la Unesco, donde poder divisar el pueblo de Sabinosa y la imponente mole del volcán Taganasoga detrás.

 



Hay días en los que se aprecia el perfil de La Palma. Un balcón circular de roca volcánica y protegido por unas cancelas, antiguamente utilizadas para el pastoreo. Toda la zona alrededor del mirador está compuesta por una naturaleza peculiar y también dibujada por el viento: árboles inclinados, rocas cubiertas de liquen y sabinas retorcidas.

 



En la actualidad está cerrado y resulta peligroso estar en él. Ha habido algunos derrumbes en la cornisa y será imposible su reparación según nos han comentado en la Oficina de Turismo, quizás lo cambien de lugar.

 



Hacemos un giro a la derecha siguiendo las paletas informativas de madera que los húmedos vientos cubren de líquenes, pasando a una zona de pinar esparcido entre prados donde volvemos a ver reses pastando.

 



Comienza una suave subida y el sendero queda encajonado entre muretes de piedra seca y alguna alambrada de espino. En el ascenso hay una zona provista de escalones de piedra, es la abundante materia prima.

 



Esta es la subcomarca de El Cres repartida a los vecinos de Sabinosa ante la escasez de tierras agrícolas de este pueblo. De esta época, son las actuales paredes que se aprecian delimitando las propiedades privadas de cada uno.

 



En la parte alta, antes de llegar al cruce balizado con paletas que desciende al pueblo de Sabinosa, podemos asomarnos al acantilado a mirar el pueblo y la impactante curva que describe el litoral de El Golfo.

 



Obviamos el cruce a Sabinosa y seguimos ahora en leve descenso atravesando los floridos prados delimitados con muretes mientras una nube baja se desliza. Llegamos a otro cruce balizado por el que seguimos recto.

 



Atravesamos una bonita zona de paleras y plantas endémicas de la isla hasta llegar a una cancela metálica que cierra el paso a la salida del ganado por lo que hay que volver a pasar el cerrojo una vez traspasada.



Piedra de los Regidores, situada a escasos cien metros del santuario, en esta piedra es dejada la virgen por las autoridades que la recogen del santuario al iniciar la Bajada. Dado que los antiguos mandatarios eran denominados regidores, así sigue llamándose la piedra. Aquí la recoge el pueblo de Sabinosa, el primero en portar la Virgen en la Bajada.

 


Continuamos un tramo de ancho camino para luego por la derecha descender por la parte trasera de la ermita y llegar al parking donde cerramos esta bonita ruta cargada de tradiciones y con el recuerdo de la gran Sabina.

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-del-sabinar-desde-la-ermita-de-la-virgen-de-los-reyes-y-el-faro-de-orchilla-isla-de-el-hierro-87413802




RECORRIDO: CIRCULAR

AGUA POTABLE EN RUTA: NO.

DISTANCIA: 10 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:45 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 867 M. (En el desvío al Sabinar)

ALTURA MÍNIMA: 575 M. (En el desvío al Mirador de los Bascos)

DESNIVEL POSITIVO: 437 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 444 M.

DIFICULTAD: MODERADA.

 


Dado que estamos en la zona decidimos bajar hasta el Faro de Orchilla con el coche. Llegar al inhóspito emplazamiento requiere de una buena dosis de paciencia para recorrer las infinitas curvas de la serpenteante Hi-503. 

 








Aunque bien merece la pena por disfrutar de un paisaje que desprende una fuerza visual abrumadora y que está cargado de misticismo por las leyendas que se han contado en esos tiempos cuando se creía que la Tierra era plana. O, ya en tiempos más modernos, por la cantidad de historias de los marineros que iban y venían de tierras americanas. Sea por uno u otro motivo, el faro de Orchilla y sus alrededores transmiten esa magia inherente a los lugares fronterizos.

 


Pero el faro no es el único rincón especial de esta parte de El Hierro. Apenas un kilómetro antes de llegar a la guía marinera, da comienzo un sencillo sendero de 1.4 kilómetros (ida), bien señalizado pero desprovisto de sombra. Conduce al monumento que homenajea esos años en los que, en este lugar, se estableció el Meridiano Cero.

 


Sí, en efecto. Desde 1634 -año en el que lo establecieron los franceses- hasta el siglo XIX, cuando Inglaterra lo definió en Greenwich, el Meridiano 0, la línea imaginaria por la que se regían los mapas cartográficos, las variaciones horarias y la navegación mundial, pasaba por El Hierro.

 

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