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- EL HIERRO, LA SEPTIMA ISLA CANARIA.
Era la última isla del Archipiélago Canario que nos quedaba por recorrer. No es fácil llegar a El Hierro desde Alicante, no hay vuelos directos y, si como a nosotros, os gusta planear el viaje por libre, hay que darle muchas vueltas para enlazar los vuelos y trasbordos con tiempo suficiente para no tener que agobiarnos. A la ida fue Alicante Lanzarote, Lanzarote Tenerife y Tenerife El Hierro, y para el regreso, algo más corto, El Hierro Lanzarote y Lanzarote Alicante. En tiempos del Covi-19 confirmamos los vuelos una vez completadas las pautas de vacunación y archivando el certificado digital en el móvil, que solo nos solicitaron al llegar a tierras Canarias en Lanzarote.
Para el alojamiento nos decidimos por el municipio de Frontera, en un apartamento dentro de una finca rural a pocos kilómetros del pueblo de Frontera. Siempre nos ha gustado comprar en las tiendas locales y prepararnos el desayuno con productos autóctonos antes de salir, comer y cenar lo hacemos fuera.
También teníamos reservado el alquiler de un vehículo que recogemos en el aeropuerto nada más aterrizar. Es muy recomendable este punto, puesto que es indispensable para moverse por la isla con tranquilidad y sin prisas, no depender de horarios ni de guaguas.
La isla es muy montañosa y para trasladarnos a los otros municipios, visitar los miradores o hacer senderismo tenemos que superar fuertes desniveles, por eso hay que tomárselo con mucha calma y disfrutar del paisaje. Las carreteras de montaña están bien cuidadas y se circula entre 30 y 60 km hora, por lo que aquí los trayectos no se miden por distancias si no por el tiempo de llegada.
Hemos traído varios tracks de rutas grabados en el GPS para intentar hacer las más esenciales, hay mucha variedad y están bien marcadas. En los recorridos apenas nos hemos cruzado con gente excepto en las que están a nivel del mar atravesado las coladas de lava de malpaís, muy bien delimitadas y de una espectacularidad abrumadora en terreno volcánico.
En la ruta de el Sabinar además de la zona pastoril de la isla veremos vetustos ejemplares aplastados contra el suelo por la acción e ímpetu de los vientos que impide su desarrollo vertical, imprimiendo personalidad y gran belleza a esta masa forestal que es el símbolo de la isla.
Punto y aparte es la ruta de La Llanía en la zona superior de la isla, con un notable reducto de bosque de laurisilva. Un impresionante ambiente húmedo donde el agua ha sido siempre un problema por su enorme escasez. Sin este recurso natural, la vida es difícil, y en la isla de El Hierro siempre escaseó hasta límites inimaginables.
El Garoé era un espécimen de árbol realmente excepcional, un til (Ocotea foetens) del que no existía en ningún otro ejemplar en la isla. Lo que hacia especial a El Garoé era su capacidad de captar agua de las nieblas, lo hacia, y aún lo hace, debido a que los vientos Alisios, de componente noroeste, afectan de forma constante a las Islas Canarias, predominantemente durante el verano. Cuando el aire asciende y se encuentra con las montañas, éste se condensa dando lugar a las nubes que forman lo que se conoce como “Mar de nubes”, el cual, al entrar en contacto con las montañas y los árboles, producen ligeras lloviznas y la denominada “lluvia horizontal”.
En el municipio de Valverde, emplazada en las faldas del Macizo de Ajorce, se encuentra una réplica del verdadero Gaoré o Árbol Santo (til), el cual fue derribado por un huracán en el año 1610. Ante este desastre, los habitantes de la isla enviaron una carta al rey de España con la esperanza de que les proporcionara ayuda. Desafortunadamente, como en ella hablaban de un “árbol sagrado”, nadie les tomó en serio porque se pensaban que se trataba de una superstición.
En la zona de El Golfo en Frontera es normal ver a deportistas del parapente flotando en el aire al atardecer. Es un deporte que ha arraigado fuertemente en la isla, estos primeros aventureros pudieron volar sobre las laderas y grandes acantilados durante horas, se puede despegar desde cualquier cima y tomar altura utilizando las corrientes térmicas y las brisas de las laderas, pudiendo realizar grandes distancias durante horas, para luego aterrizar suavemente en el lugar elegido.
Otra de las grandes diferencias con las demás islas es casi la total ausencia de playas propiamente dichas, pero si hay bonitos y recónditos lugares con pequeñas extensiones de arena de color blanca, negra o rojiza siempre de origen volcánico.
A cambio tiene los Charcos, especie de piscinas naturales acondicionadas para el baño aprovechando la costa volcánica y las lenguas de lava que se adentran en el mar. Los más famosos de ellos suelen estar muy concurridos y en lugares extraordinarios.
Y por último, al sur de la isla en La Restinga, está situada la Reserva Marina del Mar de las Calmas de gran interés científico. La belleza de los paisajes terrestres del municipio de la Frontera es para muchos superada por la belleza de los fondos marinos del sur de la isla. La antesala de este maravilloso mundo submarino es el pueblo de pescadores de La Restinga. En su muelle se mecen plácidamente las barcas de aquellos que tienen en el mar su principal modo de vida y de aquellos otros que simplemente se hacen al Atlántico para disfrutar de los paisajes de la costa acantilada herreña y de los tesoros sumergidos en sus aguas. En sus calles se suceden los restaurantes en los que poder disfrutar de deliciosos platos de pescado fresco y múltiples centros de submarinismo que invitan a conocer un mundo mágico tan sólo apreciable debajo del agua.
A partir de mañana os iremos relatando las diversas rutas y recorridos por El Hierro, una isla pacífica y diferente con una naturaleza latente y abrupta, tan viva que e1 10 de octubre de 2011 comenzó la erupción del Mar de las Calmas a unos cinco kilómetros del puerto de La Restinga, tras casi 40 años sin episodios de este tipo en Canarias.