AL BENICADELL, RUTA CIRCULAR PER LA OMBRÍA DESDE EL PORT D’ALBAIDA.

Posted by : Vaig a Peu sábado, 21 de noviembre de 2020

Las ruinas del Castellet, accesibles desde Otos por el sendero de la montaña (SL-CV-10), están ubicadas en la colina de Carbonera (630 m.), un puntal de la vertiente norte del Benicadell que se encuentra en medio de los términos municipales de Otos y Beniatjar. La observación directa de los cimientos, los muros y el aljibe de Carbonera permite discernir la solidez del doble recinto amurallado que protegía la torre gruesa central. El yacimiento arqueológico ocupa un rectángulo de más de 35.00 m2 (unos 100x40 m.). cuenta la fortaleza con nueve torres o bastiones perimetrales en el recinto mural superior. El recinto inferior no era una muralla propiamente dicha, sino una barbacana defensiva, innovada posiblemente en tiempos de los almohades (siglo XII). Tenemos que pensar que, a lo largo de unos cuantos siglos de uso, el recinto debió sufrir diferentes modificaciones estructurales, pendientes hoy en día de ser estudiadas. El mayor de los aljibes mide 11x2,70 metros de planta; el otro, 7x2 metros. El uso primitivo de la fortaleza, a falta de estudios arqueológicos que lo confirmen, debió ser en el siglo XI el de reforzar la frontera del reino de taifas de Valencia-Xátiva con el de Mujàhid de Denia. Después pasó por aquí el Cid(siglo XI); combatieron por el control de la sierra Jaime I y al-Azraq (siglo XII); la fortaleza fue conservada por la Corona; cedida a los Bellvís, señores de la Umbría del Benicadell y futuros marqueses de Bèlgida; arruinada a propósito por Pere IV, por temor a la invasión de moros de Granada, y dejada de la mano de Dios, definitivamente, en la segunda mitad del siglo XIV. Crónicas latinas del siglo XII hacen mención de dos turres inexpugnabiles que flanqueaban el campamento o “bastida” castellana de Peña Cadiella o Penacadell: el castillo de Rugat y el de Carbonera. La denominación de “torre” aplicada al castillo de Otos la volvemos a encontrar en la documentación feudal del siglo XV, cuando la fortaleza estaba ya abandonada.

CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nº 691 rotonda de San Vicente del Raspeig, dirección Alcoy por la A-7. Después de los túneles de la Font Roja, salida en la nº 429 CAMBIO DE SENTIDO/VÍA DE SERVICIO. Después de la rotonda seguir hasta el parking.

COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y SANTI.

ITINERARIO: PORT D’ALBAIDA / BARRANC DE FONTANARS / FONTANARS D’ALBAIDA / CAVA SAN MIGUEL / CORRAL DE DIEGO / TORRE ELÉCTRICA / L’ESCALÓ / COLLADO / A LA CAVA / CAVA DEL BENICADELL / ALT DE BENICADELL / LA CAPELLA / BAJADA / SEGUIR POR IZQDA. / SEGUIR RECTO / SENDA AL CASTELL / CASTELL DE CARBONERA / SEGUIR POR PISTA / POR LA PISTA / ZONA DE CUEVAS / BARRERA / MIRADOR / FONT FREDA / CREU DE LA FONT FREDA-IZQ. / RUINES CORRAL / NEVERA DE DIEGO / FONTANARS / BARRANC DE FONTANARS / PORT D’ALBAIDA.

LA RUTA: Años hacía que no subíamos al Benicadell desde el Port d’Albaida. Últimamente nos habíamos cebado con las subidas por el Regall desde distintos puntos. La variante de hoy será hacerla circular volviendo por las pistas de la umbría.

Iniciamos desde el parking del Port d’Albaida, muy concurrido a estas horas. Tomamos el precioso sendero de mampostería que recorre en suave ascenso el Barranc de Fontanars que finaliza en el puente sobre la carretera nacional.

Hace una mañana fresca y despejada para caminar. El sendero se ciñe al trazo del sinuoso barranco que esquiva las numerosas lomas, en las que algunos pinos han resurgido después de tantos incendios sufridos.

Tras varias curvas cerradas alcanzamos la cota más elevada del barranco en la zona de Fortanars d’Albaida (650 m.), donde podemos vadearlo entre vegetación y un hilillo de agua que siempre mana. Este será el punto de regreso.

En la otra vertiente, el sendero se abre paso entre matorral blanqueado por la escarcha matutina y esporádicos pinos, en ligero ascenso entramos en la Ombría del Benicadell, y en la línea divisoria de las provincias de Valencia y Alicante.

Apenas tomamos altura y comenzamos a distinguir la raya que separa la umbría de la solana, donde el sol empieza a alumbrar los pueblos de la Vall d’Albaida dispersos en la llanura, mientras el sendero se aprieta entre la vegetación.

Después de un claro empezamos a ver la gran mole de la Cava de San Miguel o Nevera de Carcarxent, que aunque no tiene cúpula, los contrafuertes que la sostienen le otorgan un aspecto de muralla fortificada.

Pasamos a la otra vertiente donde se encuentra el Corral de Diego del que solo quedan sus cuatro paredes en pie. Un poste balizado en el cruce de caminos nos indica la dirección a seguir por un ancho camino de tierra.

Comenzamos a elevarnos levemente lo que nos permite buenas perspectivas por atrás con la sierra Mariola y Agres, y por delante, uno de los puntales del Benicadell y los pueblos del valle que despiertan entre la bruma.

El camino se torna sendero entre carrascas y sabinas, la humedad de la umbría ha mitigado los estragos de los incendios. Nos acercamos al gran puntal y en el valle vemos como la espesa bruma que cubre el pantano d’Albaidava cediendo.

Llegamos a una especie de collado o cortafuegos donde hay una torreta de tendido eléctrico de alta tensión y un sendero por la izquierda que baja hacia la umbría. El sendero prosigue surcando la ladera de la montaña.

En esta ladera quedan secuelas de antiguos incendios, la zona estaba poblada de espigados pinos que buscaban la luz del sol en la umbría y de los que quedaron muy pocos ejemplares. Atravesamos un tramo de pedrera.

La altura nos confiere largas vistas a todo el valle y cierta sensación de vacío en la alta ladera, he visto retroceder a gente con vértigo, el sendero se dirige en línea recta hacia un frontal rocoso que tapona el sendero.

En este punto el sendero gira a la derecha y con varias rampas cortas comienza a elevarse por l’Escaló para salvar la muralla rocosa. Este es otro lugar donde la gente poco habituada o con vértigo suele tener problemas.

Técnicamente es sencillo, y el sendero continúa por la parte alta. Llegamos al Collado balizado donde se une la variante que viene desde Gaianes por la solana. Buenas vistas a la otra vertiente con el Montcabrer y Muro envueltos en la bruma.

A continuación y con largas miradas a la Vall d’Albaida y su pantano donde las brumas se van disipando dejándonos ver sus aguas; tomamos un desvío balizado a la derecha que en unos minutos nos deja en la Nevera.

La Nevera del Benicadell es una de las estructuras mejor conservadas ya que mantiene intacta su redondeada cúpula y sus ventanas de acceso. Está situada en un amplio rellano con preciosas panorámicas.

Retornamos a la senda principal con generosas vistas al espolón de la cima y al bonito trazado del sendero para superarlo. Arribamos a otro cruce balizado que será la bajada al regreso de la subida a la cumbre.

Comienza la hermosa subida que en varias lazadas nos eleva con facilidad. Este tramo suele estar muy concurrido. Arribamos al minúsculo collado con las ruinas de la pequeña casa junto a una higuera, han tapado con una reja el agujero del pozo.

Por la izquierda iniciamos la subida por la cresta hasta el punto geodésico. El acceso es sencillo, si no tienes miedo puedes saltar de roca en roca o rodear por la izquierda con una simple trepada, manos en la roca. Pero el exceso de gente lo complica un poco formando un atasco.

Vértice geodésico del Benicadell (1.104 m.), pese a su escasa altura impresiona estar en su exigua base. La cresta marca la separación de las provincias admirando la Vall d’Albaida y el Valle del Serpis, ambas con su pantano respectivo.

Descendemos por el mismo sitio al collado y ahora por la izquierda, nos acercamos a La Capella para el almuerzo, con vistas a la cresta y al Pantano de Beniarrés, al tiempo que disfrutamos de el vuelo de varios buitres.

Emprendemos el regreso deshaciendo camino hasta el collado por donde hemos subido, con grandes miradas a la Vall d’Albaida, y por la senda de subida enseguida llegamos al cruce balizado de esta mañana.

Ahora por la derecha comenzamos el descenso en dirección a la Casa de les Planisses. Metidos de nuevo en l’Ombría del Benicadell vamos admirando los gallardos y altos pinos que sobrevivieron a los últimos incendios.

Es un precioso descenso con largas lazadas, algunas de mampostería, que recorren la umbrosa ladera donde la vegetación de matorral, arbustos y carrascas se ha ido recuperando poco a poco gracias a la humedad de esta cara norte.

Aunque veamos el camino a nuestros pies la bajada es prolongada buscando el mejor paso. Ahora nos acerca a unos admirables frontales rocosos pintados de oscuro por las humedades, por donde las hiedras trepan buscando la luz.

Luego otras barreras rocosas menos artísticas que sostienen las altas crestas salpicadas de matorral, y su parte elevada, un franja de pinos supervivientes atestigua lo hermoso que fue este lugar antes del fuego.

El descenso se agiliza en el último tramo, llegando a una especie de zigzag sinuoso que unas barandas de madera protegen, hasta alcanzar la pista de tierra. Últimas miradas a la muralla rocosa y proseguimos por la izquierda.

Con los últimos vistazos, comienza una prolongada marcha por la pista de l’Ombría del Benicadell que con pocos desniveles se va ciñendo a los contornos de la montaña salvando algunas ramblas y torrenteras.

Dejamos atrás en su colina la Casa de les Planisses y nuestras miradas se centran en la Vall d’Albaida que queda a nuestros pies y llegan hasta el pantano y Beniatjar, el pequeño pueblo de donde también parten algunas rutas.

Obviamos una variante del sendero que por la derecha desciende hacia les Fontetes y Ráfol de Salem. Volvemos la cabeza para mirar las enormes paredes de la cresta por las que empieza a sobresalir el peñón de la cresta.

Más adelante, volvemos a tener por la derecha de un poste informativo del sendero que va al cerro donde están las exiguas ruinas del Castell de Carbonera y a la población de Otos, junto a una peana descriptiva.

Posteriormente de nuevo obviaremos dos cruces con senderos, hemos de seguir por la ancha pista entrando en una zona de frontales rocosos en los que observamos varias cárcavas y cuevas que parecen de gran tamaño.

Alcanzamos una barrera metálica que prohíbe el paso a vehículos y a poca distancia veremos sobre un montículo el Mirador de la Font Freda, al que se puede llegar por un sendero. Es un gran balcón a toda la Vall d’Albaida.

Enseguida viene por la derecha, bajo unos chopos, la Font Freda de Bélgida y su Área Recreativa. Emblemática por sus frescas aguas fue motivo de litigios, aunque ahora haya un letrero de “agua no apta para el consumo”.

En un corto trecho cuesta arriba arribamos a la Creu de la Font Freda, una pequeña cruz erigida sobre un cúmulo de rocas en recuerdo a alguien fallecido. Aquí la pista se bifurca y tomaremos el camino de la izquierda.

Última mirada al espolón del Benicadell y por camino carretero menos transitado cambiamos de vertiente para ir cerrando el círculo de la ruta. La vegetación cambia y nos acompañan redondeadas lomas.

Marchamos por la izquierda junto a las ruinas de la Caseta dels Nevaters, donde se cobijaban y guardaban sus herramientas. Por sus grandes dimensiones hace pesar que también servía como cuadra para los animales de carga.

A pocos metros de la caseta, pero a la derecha se encuentra la Nevera de Diego, mejor dicho, lo poco que queda de ella. Su pozo ha sido invadido por higueras silvestres y matorral. Está cercada dado el peligro de caída.

El camino sigue entre dos laderas con pinar regenerado después de los incendios y que luego forman un

estrecho pasillo que nos deja en la zona dels Fontanars d’Albaida con un pequeño reguero de agua y donde cerramos el círculo de la ruta.

Volvemos a entrar en el Barranc de Fontanars por su perfecta senda de mampostería que a media altura nos deposita en el Port d’Albaida, cerrando una bonita ruta por l’Ombría del Benicadell.