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- EL VOLCÁN CORONA Y BAJADA AL CRÁTER, LANZAROTE.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: IGLESIA / DCHA. CAMINO / ZONA VINÍCOLA / CALDERA DEL VOLCÁN / CERRO SECUNDARIO / FONDO DE LA CALDERA / REGRESO.
LA RUTA: Hoy vamos a hacer nuestra primera ruta senderista y hemos elegido una ruta corta a uno de los volcanes más famosos de la zona norte de la isla, de él proceden las lavas que constituyen el Malpaís de la Corona.
Iniciamos desde la iglesia de San Francisco de Javier, de blanco inmaculado y rodeada de altas palmeras junto a la carretera por donde caminamos unas decenas de metros en dirección al pueblo de Ye por donde hemos venido.
Giramos a la derecha por un camino de tierra gris parda de acuerdo con el paisaje y los campos de lava. La imagen del cono volcánico acapara toda nuestra atención. Traspasamos una cadena que cierra el paso a vehículos.
Entramos de lleno en la zona vinícola que al igual que en la Geria pero en menor extensión, han sabido aprovechar y sacarle partido a tan singular terreno, coexistiendo de forma armónica con el agreste medio.
Dejamos atrás la cadena que impide el paso a vehículos siempre con la mirada al cono volcánico. Los bajos muros de piedra que protegen de los vientos los conos excavados donde están plantadas las vides forman un retorcido laberinto.
Las cepas han sido vendimiadas y sus hojas comienzan a dorarse con colores otoñales. Detrás de algunos muros vemos una gran cantidad de botellas de plástico rellenadas de agua que suponemos serán para aliviar algunas épocas de sequía.
Debe de haber más de un propietario puesto que algunas extensiones están cercadas y hay pequeñas variaciones en la manera de plantar las cepas, que en vez de círculos o semicírculos los muros forman alargados rectángulos.
Llegando a las laderas del volcán los recuadros y círculos de muros de piedra parecen abandonados, en su interior no hay cepas y han sido poblados por los líquenes, tan solo vemos algunas aulagas, veroles y paleras.
Una fina neblina que va condensándose viene desde el pueblo de Ye envolviendo poco a poco el cono del volcán Corona. Pasamos junto a una solitaria palmera que resiste todos los embates de los vientos alisios.
Nos elevamos para superar un lomo en la ladera junto a un largo muro de piedra y desde donde comenzamos a tener lejanas vistas todavía claras de la costa, con la extensión de Malpaís y Punta Mujeres.
El sendero se va encrespando al tiempo que gira hacia la derecha en dirección a otro muro de piedras en el que hay una abertura por la que sigue el camino con vistas más elevadas a la costa. La neblina humedece la ropa y la cara.
Hacemos un pequeño esfuerzo para alcanzar el borde del cráter del volcán de donde parece salir la bruma como si fuera el humo de una próxima erupción. Últimas miradas a la costa cada vez más brumosa.
Cráter del volcán Corona, no hay protección pero nos podemos asomar para ver el impresionante fondo de su caldera de unos 190 metros de profundidad con estriadas paredes rojizas que está siendo invadido por la niebla.
Imaginemos las tremendas erupciones, de él proceden las lavas que constituyen el Malpaís de La Corona y por su subsuelo discurre un extenso tubo volcánico de más de 6 kilómetros de longitud, que va desde el cono volcánico hasta el mar.
La bruma se condensa y nos sigue mojando. Nuestro Track continúa por la izquierda subiendo hacia el primer cerro para luego comenzar a rodear el cráter por arriba. La subida es asequible pero la niebla moja las rocas.
Seguimos hasta la parte alta del primer cerro pero luego desistimos continuar, las rocas mojadas no nos dan seguridad y retornamos. Desde esta altura vemos la gente que va llegando como pequeñas hormiguitas.
Al no ser lluvia decido bajar al fondo de la caldera, hay un pequeño paso por el que se puede acceder en diagonal hasta conectar con la acusada pendiente de piroclastos y lapillis de intenso color rojizo. Dos chicas jóvenes se unen al descenso.
El desnivel es temible pero la capa de lapillis es de buen espesor, lo que permite ir frenando con los talones. Me voy deteniendo para hacer fotos, es extraordinaria la sensación de estar bajando al fondo de la caldera.
En todas la paredes hasta el fondo del volcán hay piedras atrapadas o detenidas por el lapillis y debido a la humedad de los vientos alisios han sido invadidas por líquenes y musgos que tienen unos tonos pardos que contrastan.
La bruma llega hasta el fondo pero hay buena visibilidad y no te sientes agobiado. Nos turnamos para hacernos fotos y comenzamos la subida, que ahora como es lógico, hay que tener fuerza y habilidad para no retroceder.
Los bastones sirven de gran ayuda en la subida, el rojo lapillis hace que demos dos pasos y retrocedamos uno. La niebla se ha esfumado y en la caldera hay más luminosidad que aprovechamos para nuevas fotos.
Superada la tercera parte de la subida ya podemos buscar apoyos a derecha e izquierda en las piedras y rocas que no estén sueltas, y llegando al borde el cráter con las endurecidas coladas de lava. El interior de la caldera sigue cautivándome.
Arriba no queda rastro de bruma y aprovechamos para admirar todos los detalles del cráter y la caldera, debido a la hora desistimos de intentar subir y rodear ahora el perímetro de la gran boca del volcán.
Se ha quedado un cielo precioso que nos permiten extensas vistas desde Ye hasta la isla de La Graciosa, y en el otro lado, de Malpaís hasta Punta Mujeres con un pequeño islote flotando en un mar con fuerte oleaje.
El regreso es tranquilo admirando las panorámicas ahora muy nítidas a ambas vertientes, lo que nos permite comprobar las enormes extensiones de las coladas de lava, una utilizada como viñedos y la otra que llega al mar por Malpaís.
Después de los muros de piedra donde la producción ha sido abandonada conectaremos con el camino llano, mientras, no dejamos de mirar hacia atrás alejándonos de la preciosa imagen del cono del volcán Corona.
Con mayor luminosidad entramos de nuevo en el laberinto de muros de piedra de las cepas vendimiadas. Ahora nos damos cuenta de lo limpios y estéticos que están los espacios que acogen las vides.
Llegamos a la iglesia de San Francisco Javier donde cerramos esta bonita ruta, que aunque no hayamos podido rodear el cráter por la niebla nos ha aportado un halo de misterio.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 4,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 02:25 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 527 M. (Cerro)
ALTURA MÍNIMA: 370 M. (Ermita)
DESNIVEL POSITIVO: 255 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 267 M.
DIFICULTAD: MODERADA.