RUTA CIRCULAR POR LOS ORONES, SIERRA DE LA MADERA Y EL BARRANCO DE BARBÁSENA.

Posted by : Vaig a Peu martes, 25 de agosto de 2020

Los Orones es un pequeño paraje de sierras en el término municipal de Crevillente lindando con el término de Aspe, municipios ambos de la provincia de Alicante. El terreno está compuesto por conglomerados, areniscas y algo de margas perteneciente al mioceno superior. Todo el lugar es de repoblación de pino carrasco y algún eucalipto roturado en las zonas planas y abancalado en las laderas. Encontramos ejemplares de pinos de buen porte en las umbrías y de menor altura en el resto. Escasos olivos y algarrobos cierran la lista de árboles de la zona. Por contra, abunda el romero, el oxicedro, el bayón, el espino negro, las coscoja, la efedra y la albaida, entre otros arbustos y algunos de porte casi arbóreo como algún que otro lentisco. Podemos observar en el lugar una reciente repoblación de arbustos autóctonos más adecuada que la anterior así como carteles que nos advierten de su protección. La Sierra de la Madera pertenece al término de Aspe y se alza sobre la base de los Orones de forma suave por el sur y abrupta por el norte hasta una altura de 499 m y compuesta de calizas zoogenias. Debido a la escasa vegetación en la parte superior y al tipo de calizas, el aspecto es como de un pedregal. El arbolado en la parte superior es escaso. Encontramos pinos aislados y contadas carrascas. Coscojas, oxicedros y romeros dominan el paisaje vegetal. El Barranco de Barbassena nace en estos contornos y en el tramo por donde discurre la ruta es aún bastante abierto. Geológicamente pertenece a la misma unidad que Los Orones y la vegetación que observamos está muy influenciada por el hombre como olivos, almendros y algarrobos sin que veamos bancales ya que la fuerza del agua ha roto algunos muros. En el mismo lecho del barranco podemos ver abundantes pinos, lentiscos, espinos negros y baladres. (Pepe-Toni)

CÓMO LLEGAR: Por la N-340 dirección Murcia, en la última rotonda antes de entrar a Crevillente, tomar dirección ASPE/NOVELDA POR LA N-325 seguir durante varios km hasta la antigua Venta de l’Alt, a la izquierda frente al camino que sube a las antenas del Monte Castro. En el caserío o en el camino de inicio hay espacio para aparcar.

COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO: VENTA DE L’ALT / CARTEL AVISO COTO DE CAZA / BARRERA VEHÍCULOS / MIRADOR CASTELL VELL / MIRADOR AL MIRJÁ VINALOPÓ / SENDA / CARRASCAS / BAJADA AL COLLADO / COLLADO /VIVEROS / INICIO SENDA / GIRO IZQ. / DESCENSO / PISTA / BAJADA BCO. DE BARBÁSENA / DOBLE PUENTE CARRETERA / ROCAS GRANDES / BCO. DE BARBÁSENA / SALIDA BARRANCO / PISTA CEMENTO / VENTA DE L’ALT.

LA RUTA: Esta es una zona cercana que no habíamos pateado hasta hoy. Una ruta sencilla para seguir recuperando físico, con suaves desniveles y un recorrido final por el barranc de Barbásena hasta los pies del Monte Castro.

Iniciamos desde la antigua Venta de l’Alt, frente al camino de acceso a las antenas del repetidor de TVE en el Monte Castro. Lo bueno de madrugar es poder asistir desde pequeños oteros a preciosos amaneceres en la costa.

Tomamos el camino de tierra por la derecha de caserío en suave ascenso, donde vemos carteles de aviso de que estamos en un coto de caza vedado ahora. Algunos ejemplares de eucalipto flanquean el camino, por detrás comienza la salida del sol.

Poco después atravesamos una barrera para vehículos, el camino se inclina más y en nuestras miradas hacia atrás se atisba el humedal de El Fondo y las antenas del Monte Castro, por donde comienza el amanecer.

Avanzamos tranquilamente observando en paisaje novedoso para nosotros con la sierra de Crevillente, las lomas de los Orones, la sierra de la Madera, y también vistas más lejanas al Maigmó por un lado y a la sierra de Callosa envuelta en la bruma matutina.

Estamos atentos, mirando hacia el mar, porque el sol está apunto de emerger sobre la línea del horizonte y nos detenemos a realizar preciosas fotografías de colores incandescentes del momento culminante y del Tabayá (400 m.) que parece asistir al acto.

Culminamos unas rampas y llegamos a un rincón donde enlaza un sendero que viene desde els Pontets en Crevillente, formando el Mirador del Castell Vell, singular montaña en las cercanías del Pantano de Crevillente.

Viene un largo recorrido siempre en ascenso paulatino donde el camino hace diversas curvas tomando dirección hacia la sierra de la Madera, mientras con largas miradas vamos dejando atrás Crevillente, su pantano y El Hondo.

Después de una pronunciada curva a la izquierda, sobre un montículo tenemos el Mirador al Mitjá Vinalopó, desde el que contemplamos la mitad sur del valle, con las canteras y el Hondón de los Frailes al pie de la sierra d’Algaiat.

Bajamos del montículo y por la izquierda veremos una senda que se adentra por la sierra muy cerca de los cortados con preciosas vistas. Pasaremos junto a unas carrascas que será el punto más elevado de hoy (495 m.).

Seguimos el sendero que pierde algo altura virando a la derecha. Veremos un gran mojón que nos indica el desvío de bajada por la izquierda junto a unas peñas. Por buena senda en diagonal descendemos hasta un cruce de caminos.

En el collado giramos a la derecha por un sendero rápido y bien trazado que nos deja en un espacioso vivero, sobre todo de grandes olivos, granados y otros frutales. También hay un pequeño chalet con palmeras y pinos recién plantados.

Continuamos por el camino sin desviarnos, cruzando un carril asfaltado. De nuevo subimos hacia otra loma hasta que el camino gira a la izquierda junto a una valla, donde por la derecha veremos otro sendero.

Proseguimos hasta que hace un giro a la izquierda y poco después comienza a descender, prologándose hasta que conecta con un camino de tierra que seguiremos en dirección al barranco principal donde se bifurca.

Cogemos el ramal de la izquierda por el cual descenderemos al cauce del barranc de Barbásena, donde veremos discurrir una senda, girando a la izquierda para seguir por la derecha en sentido descendente de barranco.

En esta zona el barranco es poco profundo, de laderas bajas y su lecho muy transitable, hay huellas de ciclistas. Más adelante cruzaremos por debajo de la carretera N-325 por medio de dos puentes que nos dejan franco el camino.

El curso continua muy definido, en ocasiones cuando se enmaraña y obstruye tiene sendas laterales que sin salir del cauce prosiguen paralelas. Pasamos por unas curiosas peñas de grandes dimensiones quizás caídas en algún desprendimiento.

Por regla general no hay mucha vegetación en el cauce, matorral y algún esporádico pico, hasta que comienza a estrecharse y entra en una pequeña pineda donde hay un camino de cemento que cruza el lecho, lo tomamos en ascenso por la derecha.

Emprendemos con calma la fuerte subida, que una vez terminada la pendiente se vuelve de tierra ofreciéndonos buenas vistas. Una cadena cierra el paso a vehículos y nos deja frente a la Venta de l’Alt cerrando esta agradable ruta.