PENYA DE LA ZAFRA DESDE EL COLLADO DE VICTORIANO.

Posted by : Vaig a Peu miércoles, 6 de marzo de 2019

La Serra de les Pedrisses está situada en la parte sur del término municipal de Monóver, en la Comarca del Medio Vinalopó, formando un pequeño núcleo montañoso con las sierras de la Taja, del Reclot y l’Algaiat. Se trata de una sierra cubierta de una importante masa forestal, lo que la hace muy agradable de recorrer. De esta mediana sierra, el punto geográfico más sobresaliente es la Penya de la Zafra (845 m.), un prominente peñón aislado en la parte Oeste de la sierra que a modo de atalaya se alza vigilante ante el amplio valle del Mañá; aunque su máxima altura es el Alt de la Zafra (852 m.). Su población más cercana es la Pedanía de La Romaneta, que también es término municipal de Monóver.

CÓMO LLEGAR:Por la CV-84 dirección Aspe, antes de entrar en la población girar a la izquierda por la CV-846, seguir durante 8 km, en la rotonda salir por la CV-840, cerca de La Romana, en la rotonda salir por la derecha en la CV 834 dirección Monóvar, en la nueva rotonda salir dirección Monóvar por la CV-83, para poco después por la derecha coger el camino de tierra que nos llevará al Collado Victoriano.

COMPONENTES:VICENTE, JUANJO, TONI ALMELA, PEPE COVES, JUANITO, PACO VERDÚ, MANOLO PERAL, CERVERA, TELE, CERVERETA, ASENSIO Y DIEGO.

ITINERARIO:COLLADO VICTORIANO / DCHA. SENDA / PENYA DE LA ZAFRA / DESCENSO / SENDERO / COLLADO / VISTAS DE LA PENYA / SENDERO DCHA. / CASA DE LA PENYA / CUEVA ERMITA / CAMINO REGRESO / ENLACE GR-7 / COLLADO VICTORIANO.

LA RUTA:Nueva ruta con mis amigos veteranos. Hoy nos vamos a la Serra de les Pedrisses, para subir a la preciosa Penya de la Zafra, un característico peñón calcáreo visible desde muchos puntos de los alrededores.

Para hacerlo más asequible y divertido iniciamos desde el Collado de Victoriano, junto a las casas y corrales dedicados al ganado lanar. Tenemos un día brumoso y algo fresco, una nube baja acorta la visibilidad.

Tomamos el camino que girando a la izquierda nos acerca a las faldas de la sierra para caminar un tramo casi en línea recta hasta ver por la derecha los mojones que marcan el inicio de la senda de subida entre los pinos.

Comienza un precioso sendero que con suave desnivel busca el mejor paso entre la masa forestal de pinar con abundante matorral de esparto y romero. La altura nos confiere grandes vistas sesgadas por la bruma.

El sendero discurre por la izquierda de la sierra, que forma como una cuña o rampa que termina con un frontal rocoso y calcáreo. Descendemos pequeñas vaguadas para remontar hacia las siguientes lomas más elevadas.

Siempre queda un hueco lateral por el que seguir mirando el horizonte cada vez más taponado por la bruma que está formando un bonito mar de nubes por el que vemos sobresalir algunos de los picos más cercanos.

De ser un día claro tendríamos panorámicas hasta el mar. Desde la siguiente loma ya tenemos miradas laterales a la rocosa muela del peñal, y al pequeño valle inundado por nubes blancas con textura de algodón.

En el último tramo para llegar a la cima lo pinos ralean y dejan de estar apretados, en el suelo rocoso de la muela escasea la tierra. El sendero se bifurca para llegar a cada una de las planicies. Nosotros seguimos por la izquierda.

Penya de la Zafra (845 m.) dividida en dos planicies pétreas fáciles de transitar pero en las que tenemos que extremar las precauciones al acercarnos a los verticales cortados. Con las primeras fotos no son conscientes de nuestra ubicación.

Me traslado a la otra plataforma para hacerles la foto de rigor, pero no consigo que se acerquen mucho al acantilado. El mar de nubes se está rompiendo y nos deja algunas vistas a las sierras de La taja, del Reclot y l’Algaiat.

Como máximo vemos la Serra de les Pedrisses y nos quedamos sin ver el Caballo, la Crestería del Frare, la Silla, el Cid y asomando por detrás el Maigmó. Fuera de la cima, tomamos un tentempié antes de iniciar el regreso.

Ahora viene lo bueno, la mayoría no sabe por donde tenemos que bajar. Entre las dos plataformas hay un amplio canalón que las separa, en el que hay algún pino y grandes rocas con un retorcido sendero que desciende.

Con pasos cortos y miradas incrédulas me van siguiendo por la escalonada brecha. La bajada es sencilla pero hay que estar muy atentos, tanto, que les digo que se fijen en los hermosos farallones y nadie levanta la cabeza.

Superado el primer tramo que es el mas vertical, luego todo es más distendido, y el frontal rocoso nos muestra sus desgastados perfiles y aristas carcomidas por la erosión. Poco a poco el desnivel se va apaciguando.

Hacemos un giro a la izquierda para introducirnos en una preciosa oquedad en la rocosa pared rojiza que parece un altar tallado en la piedra, un lugar de culto y sosiego. Nos reagrupamos para contemplarlo.

Prestamos atención a los detalles incrustados en las paredes, como cárcavas y los alveolos, pequeñas celdillas rocosas que asemejan panales, además de verticales grietas que rasgan la pared desde la cúpula hasta la base.

Bajamos un pequeño escalón para conectar con una difuminada senda, que luego se reafirma, y que cruza lateralmente la falda de la peña; todo ello, sin dejar de mirar hacia atrás, los riscos y rocas de la gran muela.

El sendero enlaza con otro más ancho que termina de descendernos hasta el del collado. Por la izquierda llegaríamos a la cima de les Pedrisses, y por la derecha seguimos adelante siempre con miradas a la Penya de la Zafra.

El nuevo sendero nos sigue descendiendo paralelo al frontal de la hermosa muela rojiza, observamos entre los pinos el conjunto de vericuetos y cárcavas que hacen perceptible desde cualquier lugar su singular silueta.

Poco después el sendero hace un zigzag en la bajada que nos sitúa frente a la peña, y nos deja ver el amplio canalón por donde hemos descendido, y que al mismo tiempo divide en dos la plataforma rocosa de la cima.

Dejamos el sendero principal, tomando un desvío a la derecha para seguir cerrando el círculo de la ruta, llegando a las inmediaciones de la cercada Casa de la Penya, donde comenzamos a tener vistas laterales de la muela.

En la visión por este lateral, se asemeja a la proa de un buque o a la cabeza de un reptil. Desde los bancales de almendros en flor verificamos nuevas cárcavas y oquedades que jalonan esta parte de la sierra.

Unos peldaños nos bajan al camino de entrada de la casa, pasando por delante de ella. A la derecha bajando un poco, hay una ermita-cueva que está cerrada. Tomamos un respiro con nuevas miradas a la roja Penya.

Volvemos al camino que nos pasa cerca del grupo de casas del Coll de la Zafra, donde enlazamos con la pista asfaltada de la Canyada Reial de Bilaire, dejando atrás, sobresaliendo de la pineda, el frontal de la Penya de la Zafra.

Conectamos y seguimos por la derecha el GR-7 que viene desde Elda, que en leve subida nos lleva a las Casas de Victoriano y al collado para cerrar esta bonita ruta. El ganado lanar está paciendo desperdicios de una cosecha de naranjas.

Ahora nos vamos a tierras cercanas a Aspe, donde el amigo Pepe Prieto tiene en dos grandes salas el mayor museo de recuerdos de nuestro Elche, cientos de fotos, camisetas y reportajes del equipo de todos los tiempos.

Después, una gloria de nuestro Elche, “el Pelao” Forneris, nos preparó un magnifico asado argentino de costillar de vacuno y chorizos criollos. Dando un espectacular colofón a este gran día.