Posted by : Vaig a Peu sábado, 9 de marzo de 2019

Además de las singularidades, geográficas, geomorfológicas y paisajísticas que hacen del Montgó un entorno inigualable, desde el punto de vista geológico este relieve presenta un especial interés. El Montgó cuenta con un registro sedimentario completo de los materiales que se depositaron durante la transgresión que tuvo lugar hace unos 96 millones de años (Albiense superior-Cenomaniense), y que representa el mayor ascenso del nivel del mar de la historia de la Tierra, registrado a escala global, y que sumergió la mayor parte de la Península Ibérica bajo las aguas marinas. La Sierra del Montgó se localiza en las Zonas Externas de la Cordillera Bética, y más concretamente en el Prebético. El Montgó es un relieve carbonatado formado por rocas principalmente de edad Cretácica (entre el Albiense –hace 105 millones de años- y el Maastrichtiense –hace 65 millones de años), que se depositaron en diversos ambientes marinos. La mayor parte del relieve está constituido por rocas de edad Cenomaniense-Turoniense (aproximadamente entre 100 y 88 millones de años). No obstante, en la parte más elevada afloran calizas y margas desde el Cretácico terminal hasta el Eoceno (35 millones de años). La sierra del Montgó está formada por una potente sucesión de calizas de edad cretácica, que se inicia con calizas grises ricas en fósiles de corales y rudistas (bivalvos extintos que presentaban valvas asimétricas), depositadas en ambientes marinos muy poco profundos. Sobre éstas sigue una unidad de calizas arenosas y margas con abundantes orbitolinas (organismos marinos unicelulares que construyen una concha con forma de sombrero chino y se incluyen dentro de los foraminíferos bentónicos), que dan paso hacia arriba, y también hacia el sureste, a calizas blancas con calcisferas y foraminíferos planctónicos, depositados en ambientes marinos sensiblemente más profundos. Estas calizas blancas de aspecto masivo, forman los grandes acantilados verticales, tanto de la vertiente noreste que cae al mar, como de la sudoeste, que conforma las espectaculares paredes verticales que caracterizan esta sierra. La sucesión termina con calizas bien estratificadas del Cretácico superior. La estructura del Montgó corresponde a un sinclinal suave con flancos en los que el buzamiento no supera los 20º. Morfológicamente, representa un relieve invertido en el que los estratos se muestran horizontales o subhorizontales desde las depresiones circundantes. El rasgo geológico más destacable es la transición entre las calizas con orbitolinas y las calizas blancas, que es el registro en este lugar de la gran transgresión del Cenomaniense.
CÓMO LLEGAR:Por la AP-7 dirección Valencia. Salida en la nº 62 ONDARA/DÉNIA/XÁBIA, continuar por la N-332 hacia Xábia, en la rotonda dirección Jesús Pobre, atravesar el pueblo hasta el Stop con la carretera Dénia-Xábia, seguir por la derecha y en unos metros girar a la izquierda, hay carteles y señales de la ruta del Montgó. Hay aparcamiento a ambos lados de la pista asfaltada y antes de llegar a la cadena.
COMPONENTES:VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO:INICIO / CADENA / DESV. DCHA. / IZQUIERDA / BARRANC L’HEDRA / SUBIR DCHA. / DCHA. / DESV. A LA CREU / CREU DE DÉNIA / CRESTAS / CRESTEO / RUINAS / SENDA BAJADA ENLACE PR / PINO Y CUEVA / CIM DEL MONTGÓ / IZQDA. / SENDA OFICIAL / VISTA BC. L’HEDRA / VISTA PENYA DEL ÁGUILA / ENLACE SENDERO JESÚS POBRE / MIRADOR / COVA AMPLA / DESV. BINIMARQUIA / DEPÓSITO DE AGUA / CADENA / FINAL.

LA RUTA:En menos de un año volvemos al Montgó, esta vez desde Jesús Pobre, pero con una variante importante, la subida por el Barranc de l’Hedra, la cual desconocíamos y ha sido una agradable sorpresa.


Iniciamos desde el pequeño aparcamiento en Els Mitjans y por la pista asfaltada llegar hasta la cadena que cierra el paso a vehículos por el camino empedrado que sube a la Cova Ampla. Hace un día despejado y espectacular.


Tomamos el camino pasando por un panel interpretativo de la ruta hasta la cima, que pocas cosas tiene en común con nuestro trazado, ya que a pocos metros por la derecha, junto a un poste con paletas, dejamos el camino por un sendero.











Al comenzar el sendero hay que estar muy atentos porque enseguida tenemos que girar a la izquierda, por un sendero menos pateado, en dirección primero al Este, para ir virando hacia el Norte, rumbo a la descarnada pared de la Penya de l’Águila.












La estrecha senda se torna más visible al abrirse paso entre la abundante vegetación de pinar de poco porte y matorral alto, remontando una pequeña loma e ir girando para introducirnos en el estrecho cauce del Barranc de l’Hedra.


Entramos en la umbría constante al pasar a estar encajonados en un angosto cauce entre los paredones de la Penya de l’Águila por la izquierda y el Campanar por la derecha, que es un puntal del Tossal de les Mentires. 


Comenzamos a elevarnos casi siempre pegados a las faldas del Campanar, muy rocoso en su parte alta. Las miradas hacia atrás, se iluminan en la llanura del valle. El primer tramo es bastante tranquilo y asequible.


Luego a medida que el barranco se estrecha el hilo del cauce se torna pedregoso,  aumenta la vegetación de matorral y palmito, haciendo el paso más trabado y siempre en ascenso. El sol ilumina la parte alta de laPenya de l’Águila.












Llega un momento que el barranco se obstruye por completo al unirse las dos laderas, formando una barrera rocosa de varias decenas de metros. Nos estábamos mentalizando para hacer alguna trepada, pero no es necesario.











Por la derecha, en la ladera de el Campanar vemos unos puntos amarillos que escalonadamente nos van guiado oblicuamente en ascenso por la ladera, es un tramo bastante sencillo que nos eleva sobre el cauce del barranco.


A medida que ganamos altura desde la umbría, se amplían las vistas a la soleada Penya de l’Águila y al valle que se acrecienta en profundidad. Es un ascenso lento pero muy recompensado por las grandes panorámicas.


Casi culminando el ascenso al Capanar y entre una comba en el lomo de la Penya de l’Águila, tenemos una espectacular vista al mar, con la curva que hace el Golfo de Valencia, desde Dénia hasta Oliva y Gandía.


Seguimos en ascenso tras pasar el Campanar donde se suaviza un poco la subida en dirección al Tossal de les Mentires, pero antes de llegar a su parte más elevada conectaremos con el sendero principal que viene de la Cova Ampla.


Se trata de una senda muy definida pero tremendamente incomoda debido al lapiaz, quebrado y pulido que dificulta un avance rápido. La elevación nos da miradas lejanas a la Oltá, el Bérnia, el Puig Campana, Segaria y el mar.


A la izquierda, marcada con pintura roja tenemos la bifurcación para subir a la Creu de Dénia. Más adelante hay otra subida pero es preferible coger ésta. El desnivel de la loma no es muy fuerte y enseguida estamos arriba.


La Creu de Dénia (690 m.), la delgada cruz de hierro se mantiene sujeta por tres cables de acero y con preciosas vistas al lomo del Montgó, el mar y Dénia. En vez de bajar, proseguimos hacia delante por toda la cresta de la sierra.


No es un transito difícil y tampoco hay un sendero marcado. Existe la misma incomodidad que por el sendero de abajo, hay que ir sorteando el molesto lapiaz y buscar las partes de la cresta menos expuestas al vacío.


Vemos quedarse la Creu de Dénia atrás, y por delante el objetivo es una rocosa muela que rodeamos por la derecha. En su parte alta están los restos en piedra seca de lo que debió ser un redil para el ganado.


Comenzamos a bajar de la muela haciendo una pequeña comba hasta conectar con el sendero oficial que en un principio traíamos. Volvemos a tener vistas sobre el recorrido de la cresta y al Penyal de Ifach y el Bérnia.


En la subida pasamos por la cueva y el magnifico ejemplar de pino, el único que queda en esta parte. En la zona alta vuelven a impresionarnos las vistas a la cresta por un lado y a la lengua de tierra del Cap de Sant Antoni metiéndose en el mar.


Proseguimos subiendo y ampliándose las panorámicas a la costa y a un precioso mar color turquesa. Empezamos la prolongada y suave subida por la última de las lomas al cercano vértice geodésico de la cima. 


La Creu de Xávia (752 m.) Todavía tengo recuerdos de la antigua cruz de madera junto a un pequeño hoyo donde nos protegíamos de los fríos vientos, y un día, porque sí, desapareció. Las miradas al mar son grandiosas.


Almorzamos con vistas al mar, a la proa de barco que forma el Cap de Sant Antoni y a Xávia; también distinguimos la Torre Vigía del Gerro, muy cercana a la Cova Tallada, y en el otro lado al interior, y a las grandes montañas.


Emprendemos el regreso, pero esta vez, por el sendero oficial, sin subir a la cresta. Llegados al último enlace, seguimos bajando por la izquierda, prestando atención al incomodo lapiaz, sorteando rocas y palmitos.


El sendero nos conduce por debajo de la loma de la Creu de Dénia, y mirando hacia atrás, la gran mole pétrea del morro del Montgó. Por delante todo lo acapara la Penya de l’Águila, la Segaria y la curva en el mar del Golfo de Valencia.


Pasamos por el punto de conexión de la subida de esta mañana, y poco después, la profunda brecha del Barranc de l’Hedra completa. Alcanzamos otro de los solitarios pinos que se han salvado de los muchos incendios.


Haciendo un recodo derecha-izquierda, el sendero nos muestra grandiosas vistas sobre Dénia, Les Rotes, el puerto y la bahía con un intenso mar azul. Llegamos al cruce de bajada por el Racó del Bou y la Cova de l’Aigua.


Nosotros tenemos que seguir recto, en dirección a Jesús Pobre. El camino comienza a adentrarse sobre el lomo de Penya de l’Águila, en una vaguada se torna sendero y comienza a remontar hacia la Muralla Ibérica.


Dejamos la Muralla atrás para volver a descender un poco en dirección a un roquedo desde el que tenemos nuevas perspectivas a Dénia, a sierra de Segaria, ahora muy cercana, y lateralmente a la Penya de l’Águila.












Marchamos otro tramo y el camino hace un cerrado giro a la izquierda en descenso, y al terminar la revuelta, por la izquierda tenemos la entrada a la Cova Ampla, con varias bocas y parece que niveles distintos.


A poca distancia por la derecha hay un poste con paletas informativas que marca el sendero al Coll de Pous. Esta ruta que llega al Poblado ïbero de Benimaquia, ampliando la ruta o para plantearse otra distinta.


La bajada por el camino es fuerte y pedregosa hasta que se une a la parte pavimentada donde hay un depósito de agua contra incendios. Las vistas se adueñan del paisaje y por la calzada cerramos la ruta en Els Mitjans.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:10,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:00 HORAS
ALTURA MÁXIMA:752 M. (CIM del Montgó)
ALTURA MÍNIMA:125 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO:818 M.
DESNIVEL NEGATIVO:828 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

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