Posted by : Vaig a Peu sábado, 23 de febrero de 2019

El pantano de Tibi es el más antiguo de España en uso. Se construyó con el fin de almacenar las aguas de un río muy curioso, que nace en la Sierra de Onil. En su curso alto, este río recibe el nombre de río Verd; a partir del pantano es cuando se llama propiamente río Monnegre, ya que el cauce atraviesa un manto de calizas triásicas negras, presentando las aguas esa coloración como reflejo del lecho por el que discurre; y al llegar a la Huerta de Alicante y hasta su desembocadura en Campello, recibe el nombre de río Seco debido a su falta de agua, provocado por el aprovechamiento íntegro para los cultivos. Pero, hagamos un poco de historia. En el año 1580, los 336 hectolitros de hora y media de duración en que había sido dividido el caudal del Río Monnegre llegaron a ser insuficientes para la agricultura alicantina. Para remediar esta situación, la ciudad construyó a sus expensas un embalse entre los años 1580 y 1594. Fue levantado en el término municipal de Tibi, entre los cerros del Mos del Bou y la Cresta. Las obras siguieron el diseño elaborado por los arquitectos Jorge Fratin, Juan Bautista y Cristóbal Antonelli; en forma de pirámide invertida, con una mampostería interior de cal y canto, y un revestimiento exterior de sillares de piedra tallada. Con una altura media de unos 42 metros. La anchura del dique es de 9 metros en la base y 59 metros en la coronación y su espesor es de 33 metros en la base y 20 metros en la parte superior. La contrata del pantano fue adjudicada a los maestros Joan Torres, Gaspar Vicent y Gaspar Córdoba, quienes en 1594 habían alzado la pared hasta los 196 palmos. El coste total de la obra ascendió a 58.000 libras valencianas. Por este motivo la ciudad de Alicante quedó fuertemente endeudada, otorgando Felipe II en 1596 el beneficio de los diezmos obtenidos de las tierras novales regadas con el agua del pantano. La construcción de la presa modificó radicalmente el sistema de riegos imperante hasta la fecha. Así, el caudal correspondiente al fluir natural del río siguió perteneciendo a los descendientes de los primitivos propietarios y pasó a denominarse “agua vieja”. El agua embalsada en el pantano fue igualmente fraccionada en 336 hectolitros de la Huerta a razón de un minuto por tahúlla de tierra poseída. Esta agua era distribuida por medio de 11 acequias. Estas acequias atravesaban toda la Huerta Alicantina y se regían por un estricto cómputo horario, controlado por relojes de arena. A poco de finalizar las obras del pantano, la pared sufrió desperfecto en el año 1601 que lo mantuvo inactivo durante 3 años, viéndose obligada la ciudad a afrontar un nuevo gasto de 30.000 ducados. La presa funcionó con  normalidad hasta 1697, fecha en que padeció una nueva rotura como consecuencia de un sabotaje que la dejó inservible durante más de 40 años. Desde entonces la normalidad impera en su funcionamiento.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 A-7hacia Albacete, salida por la A-7 en dirección Benidorm/Valencia, salida en la nº 691 San Vicente del Raspeig/Alcoy. Dirección Alcoy por la A-7 y salir en la nº 482 dirección AGOST y la gasolinera de la Xau, a los pies del Maigmó. Aparcar en la pineda o junto el restaurante.
COMPONENTES:VIENTE Y PEPE.
ITINERARIO:RESTAURANTE MAIGMÓ / CRUCE DE REGRESO / SENDA / DCHA. /  RIU VERD / BANCAL-SENDA / ASF. SENDA DE LA VACA / IZQ. / DCHA. PISTA / DCHA. CAMINO / ARRIBA SIN SENDA / CORDAL / MIRADOR / PEÑA DE LA MOLETA / BAJADA / COLLADO DE LA ALCORNIA / CV-819 / MIRADOR BC. DE LES SALINES / CASA SILIM-DCHA. / PUENTE / ESCALONES / PRESA / CASETA / ESCALONES–SENDA / IZQDA. / DADENA / RECTO / PANORÁMICA / RESTAURANTE MAIGMÓ.

LA RUTA:Esta es la ruta más visitada de mi Blog con más de once mil entradas. Hoy la vamos a repetir porque Pepe no la conocía, y también por rectificar un pequeño error que había en el otro Track, del cual di buena explicación. 


Iniciamos por la pista asfaltada que va al pantano, dejando atrás la mole del Cantal del Pixador por la que se asoma el Maigmó. Pasamos junto a la valla de una gran finca de escalonados bancales de olivos con muretes de piedra, y en el otro lado almendros en flor.


Al terminar las fincas llegamos a un cruce, debemos continuar de frente, por la derecha será el regreso. Todavía por carretera vemos asomarse en el horizonte a la Penya Migdía. Tomamos un camino a la derecha con mucha vegetación  que nos lleva por la vertiente izquierda del Barranco Ronesa.


En la otra vertiente vemos la magnifica ubicación del Hotel Finca Ronesa, y otras fincas particulares en la poblada pineda. La Penya Migdía va creciendo ante nuestros ojos y por detrás nos vamos alejando de un cambiante Maigmó.



El camino se ha convertido en senda y arribamos a la Costa Ronesa que nos descenderá hasta el lecho del Riu Verd. Aquí hay que estar atentos porque hay profusión de sendas. Tenemos que bajar por la derecha. La senda nos llevará con facilidad al cauce del río.


En el cauce no hay que hacer caso de las señales de PR, cruzaremos por donde mejor se pueda y nos permita el caudal. Seguiremos de frente hacia un bancal de olivos y en dirección a una estrecha senda que se ve en la otra ladera.











Por esta nueva senda abandonamos el cauce del Riu Verd y nos asciende cómodamente hasta alcanzar la vertiente del estrecho Barranc del Baladre, que recorremos hasta llegar a una pista asfaltada que seguimos por la derecha. Por detrás tenemos vistas del penacho del Maigmó.


Caminamos unos cientos de metros por asfalto, donde tenemos una bonita vista de un corral abandonado y un pequeño otero coronado por una minúscula fortaleza. Al frente la Penya Migdía toma posesión del paisaje.


Llegamos a un cruce con otra pista asfaltada, a la derecha hay un letrero que dice “Senda de la Vaca” y otro de la nueva pista llamada “Ancornia” enfrente tenemos la Moleta, en forma de media cuña y repleta de pinos.


Continuamos unos cincuenta metros por la izquierda de la nueva pista asfaltada para tomar enseguida un camino de tierra a la derecha, que asciende a un pequeño collado a mitad de la cuña de la Moleta, donde tenemos las últimas vistas al Maigmó y al Ventós.


Seguimos subiendo a media altura hasta que vemos otro camino menos rodado a la derecha. Lo tomamos, pero en pocos metros lo dejamos por la derecha y seguimos el Track sin senda,  subiendo un repecho casi despejado por libre.


Es un corto tramo bastante asequible hasta alcanzar la cuerda de la sierra, la seguimos por la izquierda, avanzando junto al precipicio por trazos evidentes en la rocosa cresta y con vistas a la Penya Migdía, Tibi, Maigmó y Ventós.


Entre sendero por pinos y subiendo las rocas, accedemos a una cota más elevada que forma un pequeño mirador en un rellano despejado, donde ya atisbamos un recodo de la cola del Pantano y sus aguas, además del paisaje montañoso.


Atravesamos un pequeño bosquete de delgadas carrascas para salir a un recodo con una ancha  plataforma pétrea. En un lado, un cúmulo de piedras marca la cumbre de La Moleta (759 m.), la mayor altura de hoy.


Esta atalaya es un balcón al Pantano de Tibi y sus verdes aguas. Distinguimos desde la cola hasta la presa, encajonada entre la Cresta y el Mos del Bou. Ha valido la pena subir hasta aquí. El paisaje se abre hasta el Cabeçó d’Or.


La bajada la marca la cuerda de la sierra en descenso, rocosa y pedregosa en la que tenemos que prestar atención, al tiempo que admiramos el espectacular entorno con las aguas cada vez más cercanas y dejando arriba las montañas.

Alcanzado el Collado de la Alcornia, tenemos que tomar una escondida senda a la izquierda que desemboca en un camino junto a unos cipreses y una vieja casa, y éste, en la carretera CV-819 que seguimos por la derecha.


Este tramo de unos dos kilómetros es el mas tedioso de la ruta, que sin embargo, al lindar con el Barranc de les Salines o de Silim nos ofrece ventanas a su cauce multicolor de arcillas y margas en tonos ocres, verdes y rojizos.


Arribamos a la Casa de Silim y su enorme balsa, antigua construcción de tres plantas hoy en ruinas y que dominaba todo el paraje. Poco antes de llegar a la casa, giramos a la derecha por un camino de tierra.


Tomamos dirección hacia las faldas de la sierra siguiendo su sinuoso contorno, pasamos por algunas construcciones y luego nos elevamos un poco por debajo de grandes farallones para tener una vista sesgada de la presa a ras de las aguas.


A la derecha, una puerta metálica abierta nos da entrada al camino de la presa bajo los puntiagudos roquedos. Nos desciende haciendo dos curvas cerradas y nos sitúa junto al puente antes de llegar a la presa.


Por la derecha cruzamos el puente en dirección a la antigua vivienda del encargado de la presa y la ermita, donde hay un escudo real tallado en piedra en el que está grabado el año 1786, época del reinado de Carlos IV.












Sobrepasada la casa hay una estrecha senda de cemento, medio excavada en la pared con baranda de cable metálico sujetado por piquetas que llega a la base de la presa, donde observamos el agujero de su aliviadero.


Desde esta posición podemos ver su reducido tamaño con una altura media de unos 42 metros. La anchura del dique es de 9 metros en la base y 59 metros en la coronación y su espesor es de 33 metros en la base y 20 metros en la parte superior.












Una vez en la base, se sube por una retorcida y vertical escalera de peldaños excavados en la roca caliza, protegida por una baranda metálica y cables. Si no se tiene vértigo, es sencillo de subir, pero siempre tomando precauciones.


Subimos a la parte alta del dique por el cerro de La Cresta, con una anchura de veinte metros, lo que da mucha seguridad para movernos. La visión del embalse a ras del agua es impresionante, pese a su reducido tamaño.


Sobre el dique, los 59 metros que separan a las paredes de La Cresta de las del Mos del Bou, nos dan una idea de lo pequeña que es y lo sobredimensionada que está su estructura para el caudal que contiene en la actualidad.


Ahora continuamos hacia el cerro del Mos del Bou, elevándonos hasta la caseta que hay derruida y visitando su interior. Para continuar obviamos el PR y por detrás de la caseta, entre los pinos y las rocas 
Veremos pasos y peldaños excavados.












Con unas vistas increíbles sobre la presa, las aguas del pantano y el abrupto cerro de La Cresta, nos van descendiendo paulatinamente por la ladera del embalse. No hay que tener prisa y disfrutar del momento.


Alcanzada la media altura de la ladera, en la umbría de la pineda el sendero nos sigue deslizando por la cola del Pantano, y entre el ramaje vamos recreándonos con vistas a la otra vertiente, es como el caudal de un gran río.












Tras el paso junto a un rocoso paredón el sendero desciende casi al nivel de las aguas para comenzar a separarnos de ellas girando a la izquierda, por un nuevo camino que nos eleva dando las últimas miradas al embalse.


Con suave desnivel recorremos el camino que al poco vuelve a darnos grandes imágenes del del Cantal del Pixador y el Maigmó sobre un campo de almendros. Alcanzamos la cadena que cierra el paso a vehículos en el Camí del Pantá.


Junto al cartel que avisa de las maldades del mejillón tigre, que por desgracia ha invadido el Pantano, cruzamos la pista asfaltada y seguimos de frente, por el ancho camino que nos llevara de regreso en un largo trayecto.


Casi siempre con leve subida, serpentea entre pinos y matas de esparto, dejando atrás la Penya Migdía y el Cabeçó d’Or para cerrar el círculo de la ruta en el cruce de esta mañana y deshaciendo camino hasta el aparcamiento en las faldas del Maigmó.

RECORRIDO:CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA:NO.
DISTANCIA:19 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:06:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:759 M. (Peña de la Moleta)
ALTURA MÍNIMA:367 M. (Riu Montnegre, debajo de la presa)
DESNIVEL POSITIVO:767 M
DESNIVEL NEGATIVO:775 M.
DIFICULTAD:ALTA. (Por la distancia y la bajada por detrás de la presa)

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