Posted by : Vaig a Peu lunes, 3 de septiembre de 2018

Flåm es un pueblo del municipio de Aurland, en la provincia de Sogn og Fjordane, Noruega. Está situado al final del fiordo Aurlandsfjord, que es a su vez un brazo del Sognefjord. Cuenta con una población de unos 350 habitantes.
El fiordo Sognefjord se extiende desde la costa, justo al norte de Bergen, hasta las majestuosas montañas del Parque Nacional Jotunheimen y hasta el hielo azulado del Parque Nacional Jostedalsbreen. El fiordo Sognefjorden alcanza su máxima profundidad a los 1 300 metros bajo el nivel del mar, mientras que las montañas a lo largo del fiordo se elevan a más de 1 700 metros de altitud. Su brazo más estrecho y conocido es Nærøyfjorden, que tiene 250 metros de ancho en su parte más estrecha. En 2005, el fiordo Nærøyfjorden entró a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y también ha sido calificado por la Sociedad National Geographic como patrimonio natural de primer orden, junto al fiordo Geirangerfjord. Sognefjord está en proceso de ser certificado como Destino Sostenible, una distinción de calidad que se otorga a aquellos destinos que trabajan de manera continuada para reducir el impacto medioambiental del turismo. Además de ofrecer a sus visitantes la mejor experiencia posible, Sognefjord se esfuerza por salvaguardar sus activos naturales y culturales, promover lazos sociales y ser viable desde el punto de vista económico. Gobierno local e industria turística cooperan estrechamente para garantizar que la zona del fiordo Sognefjord es un lugar excelente en el que vivir y también que visitar. Otros brazos pintorescos, y muy conocidos del fiordo, son los fiordos de Lusterfjord, Fjærlandsfjord y Finnafjord. Estos fiordos muestran a menudo un color verde esmeralda, debido al agua proveniente del deshielo de los glaciares. Los casi 300.000 habitantes viven juntos en pequeños e idílicos pueblos ubicados a lo largo de los fiordos y valles. Skjolden es el pueblo más interior y allí viven 200 personas.

Ayer después del kayak, tomamos rumbo hacia Vos para pernoctar en unas bonitas cabañas en la ladera de la montaña. Aquí se mantiene la antigua costumbre de cubrir los tejados con corteza de abedul y tierra, para aislarlas del frío.

Después del desayuno cargamos la furgo con todo el equipaje para pernoctar en otras cabañas en la zona de Hoven. Hace un día estupendo y tenemos un espléndido paisaje ante nuestros ojos que ayer no vimos.


Llegamos pronto al pueblo de Flåm situado al final del Aurlandsfjord que es un brazo del Sognefjord, el Fiordo de los Sueños, con un calado de 1.300 metros de profundidad, por lo que es una parada casi obligaría para los grandes cruceros.











Uno de ellos está hoy atracado en el puerto y tenemos la suerte de que los viajeros ya han partido hacia sus excursiones programadas y todo está en calma, sin aglomeraciones. Tendremos unas horas libres antes de nuestra actividad.


Opcionalmente podemos hacer un trayecto con el famoso tren de Flåm, alguna corta ruta de senderismo o pasear. El grupo se divide y nosotros decidimos visitar los alrededores. Y más tarde cruzamos el bonito puente sobre el río.

Nos han dicho que paralelo a la carretera y al río hay un camino que pasa cerca de las casas de campo para ver los torrentes como se deslizan por la ladera de las montañas, luego da la vuelta regresando al pueblo por arriba.


Dentro de las vallas vemos ganado vacuno que pace tranquilamente cerca de la granjas. El apretado bosque llega hasta la parte alta de las montañas, donde observamos una cascada en lo alto cuyo torrente desemboca en el río.












Situada a media altura de la ladera se precipita cerca de unas preciosas casas de madera, todas de distinto diseño y construcción, pintadas de diferentes colores. Nos adelanta un rojo tren turístico  casi vacío.


Cruzamos el río por un puente que nos traslada a la otra ladera de regreso al pueblo. Esta zona es de casas particulares con un pequeño espacio de jardín. Cerca del puerto vemos un nutrido aparcamiento de bicicletas de alquiler.

Nos acercamos hasta los Sami shop montados en el interior de unos tipis indios donde exponen todos sus productos artesanos. Volvemos al puerto con la imagen del majestuoso crucero, es difícil imaginárselo en un ambiente tan montañoso.












Todos somos puntuales en la llegada al punto de reunión en el puerto, vamos a realizar un paseo en lancha por el Sognefjord, el Fiordo de los Sueños. Para ello nos proveen unos trajes especiales con salvavidas para el frío y el agua.


También incluyen un gorro de lana y unas enormes gafas de ventisca que nos protegerán del aire y las salpicaduras del agua. Embarcamos en la ligera lancha pilotada por una joven guía noruega que solo habla inglés.


Ana nuestra guía, nos va traduciendo al español y al italiano. Primero salimos del brazo del fiordo Aurlandsfjord, para pronto entrar en el cauce del fiordo principal, Sognefjord, el Fiordo de los Sueños, donde haremos el trayecto.

El fiordo Sognefjord es el fiordo más largo y profundo de Noruega, y el segundo del mundo después del Scoresby Sund de Groenlandia, penetra 204 km en la península escandinava con una profundidad máxima de 1.300 metros.


Su brazo más estrecho con 250 metros de distancia mínima entre laderas, es el fiordo Nærøyfjord, que en el año 2005 entró a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO como patrimonio natural de primer orden.


Podemos acercamos a una de sus laderas por donde se precipita un estruendoso torrente que proviene del deshielo de los glaciares hasta las aguas del fiordo, formando una larga y estrecha cascada de una gran vistosidad.


Nos cruzamos con algunas embarcaciones que recorren los fiordos, entre ellas un moderno catamarán de cuadrado diseño. Antiguamente en las laderas vivía alguna gente, pero con la dificultad de acceso han desistido.












Tenemos la suerte de avistar en una de las orillas una colonia de focas que descansan fuera del agua. Procuramos no acercarnos demasiado y parar el motor para no molestarlas mientras hacemos las fotografías.













Al dar la vuelta para regresar, distinguimos en una vertical ladera dos ovejas que pacen a sus anchas a una altura considerable. Normalmente pasan el verano sueltas y con la llegada del invierno son recogidas de nuevo.


En el regreso, a más velocidad, comprobamos la utilidad de los trajes y las gafas, que nos aíslan completamente del frío. Atracamos en el puerto y devolvemos todo el material. Subimos a la furgo para dirigirnos a Lærdal. 

Vamos a visitar la iglesia medieval de madera de Borgund. Primero nos detenemos en su centro de visitantes donde pedimos unas bebidas para tomarnos nuestro picnic. Luego por un camino asfaltado nos acercamos a la Stavkirke.












Se construyó entorno al año 1180 y es una de las iglesias de madera mejor conservadas de Noruega, siendo considerada la más auténtica de todas las que existen en la actualidad, que son alrededor de 30 edificios.

Es mencionada por primera vez en una fuente escrita de 1342. Las investigaciones científicas han utilizado la dendrocronología para datarla, y se ha descubierto que la madera fue cortada en los inviernos de 1180 y 1181. 

Con base en ello se establece que hacia el año 1200 el edificio estaba terminado. Siendo consagrada a San Andrés, fue utilizada como iglesia hasta 1868, cuando a su lado se construyó la nueva iglesia de Borgund. 










Fue comprada por la Sociedad para la Preservación de los Monumentos Antiguos en 1877 y desde entonces comenzó a ser utilizada con fines turísticos. Fue motivo de investigaciones arqueológicas en 1969 y 1986, encontrándose restos de edificios de madera.












La mayor parte de la construcción medieval de la iglesia se ha conservado. El templo consiste de nave, coro y ábside y está rodeada por una galería exterior (sval). Tanto la nave como el coro presentan una sala con techo elevado rodeada por un deambulatorio con techo más bajo. 

El techo del ábside es de forma cónica. Hay una torre central sobrepuesta al techo de la nave, compuesta de tres cuerpos. Una segunda torre, bastante pequeña, se halla sobre el techo del ábside. Así, la iglesia tiene su techo distribuido en un escalonamiento séxtuplo.

En sus entradas, la iglesia tiene proyecciones que forman piñones rematados en una cruz sobre el techo de la galería, así como en el techo del deambulatorio de la nave. La galería está semidescubierta, al no poseer puertas.










Los postes, tablones y soleras son originales, mientras que la torre de la nave, la torre del ábside y la galería exterior, aunque medievales, son posiblemente posteriores. Hay tres portales en la iglesia uno de ellos con arquivoltas. 











Una parte de las vigas de la armadura del techo fue cambiada en 1738, como se desprende de una inscripción en una viga. También buena parte de la decoración del techo fue cambiada, y sólo una cabeza de dragón es original.











El púlpito es del periodo entre 1550-1570 y el retablo de 1654. La pintura del retablo muestra una crucifixión en el centro, a cuyos flancos se sitúan la Virgen María y Juan el Bautista. En la parte del tímpano hay una pintura de una paloma sobre un fondo azul.

Con el fuerte olor a brea que desprenden las negras maderas de la iglesia dejamos el edificio rodeando el muro de piedra que encierra el pequeño cementerio de lápidas verticales y tumbas en el suelo. Subimos de nuevo a la furgo.

Tomamos la estrecha carretera de montaña poco concurrida hacia Aurland. Aquí no llegan los pasajeros de cruceros.  Disfrutamos de paisajes espectaculares con montañas en las que aún perdura la nieve. Ana nos propone parar a ver otra cascada.


En apenas quinientos metros de camino podemos ver como cae por un frontal rocoso hacia un vaguada donde el caudal del torrente ha formado una pequeña laguna.  Miquel-Ángelo y yo decidimos bajar para llegar a su base.













Por un sendero que rodea la laguna por la derecha y atravesar un cúmulo de rocas se llega fácilmente a su base. No es un gran caudal pero forma una bonita cortina que se precipita desde unos treinta metros de altura.

Proseguimos ruta hacia el Mirador de Stegastein donde hacemos otra parada. Este mirador de atrevido diseño parece un tobogán que se asoma al vacío sobre el Aurlandsfjord, donde tan solo un grueso cristal hace de barrera con el fiordo.


La plataforma del mirador se adentra unos treinta metros desde el lado de la montaña, habiendo obtenido varios premios por su espectacular arquitectura. Podemos ver el sinuoso cauce del fiordo como penetra tierra adentro.

Llegamos a nuestro destino de hoy, una serie de cabañas adosadas en la zona de Hovet, situadas junto al cauce de un rio. Una vez distribuidas bajamos todo el equipaje ya que pernoctaremos en ellas dos noches.


Es pronto todavía y mientras preparan la cena decidimos dar un paseo por un sendero que se adentra en el bosque junto al río donde vemos diversos hongos y setas. Tras la cena un poco de cháchara y a dormir.

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