Posted by : Vaig a Peu sábado, 28 de abril de 2018

La sierra del Bèrnia es  línea divisoria natural de las comarcas alicantinas de la Mariana Baixa con la Marina Alta, cuenta con una extensión aproximada de 11 quilómetros con una ligera orientación de Nor-oeste a Sur-este y con una superficie aproximada de 1900 Ha. Comparte el territorio con los municipios de Callosa D’en Sarrià, Altea, Calp, Benissa y Xaló. Su punto más elevado Cim del Bèrnia situado a 1128 metros sobre el nivel del mar y  situado dentro del término municipal de Xaló. Posiblemente estemos hablando de una de las montañas de la provincia de Alicante con mayores características alpinas. Presencia de abundante roca calcárea con grandes zonas de paredes verticales de considerable altura, rodeada de grandes pedregales, y con fuertes desniveles. Su ligera orientación de Nor-oeste a Sur-este como hemos apuntado anteriormente está presidida por una estrecha cresta en todo su recorrido que hace imprescindible la utilización en algunos tramos  de técnicas de escalada para recorrerla. Montaña muy agreste que incluso para efectuar sus recorridos más clásicos y normales, nos obliga a efectuar pequeños pasos de segundo grado de dificultad, ayudándonos con las manos para progresar con seguridad. Pasos que no se aconsejan para los que padezcan de vértigo, ya que si estos, no representa gran dificultad técnica, sí que tendremos visibilidad vertical y de altura. En la actualidad, los pasos más utilizados en las rutas normales, se encuentran equipados con cuerdas fijas y  cadenas que han favorecido muy mucho a la seguridad de los montañeros que se acercan a su cumbre. El Bèrnia sin duda alguna, es una montaña que no deja indiferentes a los montañeros, su belleza y su aspecto agreste, la hacen única y como no, es un auténtico placer contemplar las espectaculares vistas existentes desde sus alturas. El Forat, pasadizo subterráneo singular y sorprendente, que comunica la vertiente norte de la sierra con la vertiente sur, con una longitud aproximada de unos 20 metros y con una altura variable, llegando en algunos puntos a los 90 cmts, lo que obliga a gatear al visitante, no perdiendo en ningún momento  la luz exterior. Este paso traviesa la estrecha cresta del Bèrnia, que se podría calificar como extraordinario ya que al efectuarlo, cambiamos completamente de paisaje.
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 dirección Valencia, salida en la nº 64 ALTEA / CALPE. Continuar por la CV-755 Callosa-Fuentes del Algar. En Altea la Vella, girar a la derecha para subir a la urbanización y campo de golf de DON CAYO. Subir hasta la parte más alta, calle Alhambra de Granada, aparcar cerca de unos depósitos de agua, a 100 metros se inicia la senda, hay una flecha roja.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: INICIO / PANORÁMICAS / DERECHA / PINO DE BORJA / CASA DE BORJA / CAMINO DE LA FINESTRA / DEJAR PR / PAREDES / DESVÍO A LA FINESTRA / FINESTRA / DENTRO DE LA FINESTRA /  SOBRE EL ARC / BAJADA HACIA LA SENDA DEL FORAT / FRENTE A LA COVA DEL ARC / SENDA DEL FORAT /  GRAN TEIX / FORAT CARA NORTE / FORAT SUR / DESVÍO PINTURAS-ERMITA / PINTURAS RUPESTRES / PEDRERA / RASTROS DE SENDA / ERMITA DEL VICARI / PR-CV 436 / FONT DE ROSTOLL / PINEDA / FINAL.

LA RUTA: Volvemos de nuevo a la Finestra y a la Cova de l’Arc en la sierra de Bérnia, pero haremos alguna variante, que esta vez consiste en que al salir del Forat visitaremos las pinturas rupestres y la ermita del Vicari.

La sierra de Bérnia, es esa infranqueable muralla que durante siglos nos ha defendido de piratas y moriscos, y no deja de sorprendernos al descubrir nuevos y maravillosos rincones. Indagamos la punta Este de la sierra, pero en su cara sur.

Hoy para sorpresa nuestra tenemos un extenso mar de nubes. Metidos entre la umbría y la bruma, al fondo vemos como el Puig Campana, Ponoig, Sanxet, Cabal, Penyó Roc y Aitana sobre salen por encima del manto blanco.


Situados en la parte alta de la urbanización en las laderas de la sierra, al menos la crisis ha parado la construcción de chalets. Iniciamos siguiendo las marcas del PR, sendero que ha sido remozado recientemente.


Enseguida entroncamos con el Camí de la Cova de la Serp, que han balizado con una pequeña peana descriptiva. Toma su nombre del abrigo en la pared en el que se intuye la forma de una serpiente. Comunicaba Altea la Vella con Pinos.


En el primer tramo es donde más trabajos han realizado acondicionando la senda, que entre rampas y zigzags nos lleva por las antiguas y yermas terrazas abancaladas en dirección a les Penyes Roges, pétrea muralla que salvamos por la derecha.


Dentro de la umbría vamos superando un fuerte desnivel, pero en la altura ganada las nubes tapan las miradas al mar; posicionados sobre les Penyes Roges vemos asomarse las primeras crestas de Bérnia y quedamos por encina del mar de nubes.


Es un lindo espectáculo que aunque nos acorta las panorámicas, al ser tan esporádico nos hace vivir la ruta de otra manera. Por encima reluce el sol y en la línea del horizonte vemos como fluctúan las densas nubes blancas.


En una subida tan directa la distancia a las paredes se reduce con rapidez y alcanzamos la franja de pinar de la cara sur. Sí, efectivamente, el Bérnia tiene una pineda de ejemplares de buen porte en su frontal sur.


A la sombra de los pinos el sendero se estrecha y es de tierra, avanzamos sin dejar de subir; entre los resquicios miramos las nubes. Llegamos a una bifurcación, a la izquierda un “aspa” del PR indica no seguir y por la derecha continúan las marcas del PR.


En este punto cerraremos el círculo al regreso. Subimos unas rocas y a poca distancia tenemos un enorme ejemplar de pino y a unos metros la Caseta de Borja, cerrada y todavía en pie, aunque sus bancales parecen abandonados.

Proseguimos por detrás de la caseta, esta vez no tenemos las vistas al mar y al Morro de Toix, pero es igual de bucólico, el extendido manto de nubes lo acapara todo, solo alguna punta montañosa sale a la superficie.


Caminamos por el último trecho de pinar donde esquivamos un gran ejemplar caído que cruza el sendero. Salimos muy cerca de las paredes para en un momento dado, ver Waypoint, dejar el PR girando a la izquierda.


Una incipiente senda se dirige hacia las paredes, una vez cerca de ellas, no dejamos de mirar el blanco manto de merengue que forma el mar de nubes. Avanzamos para entrar a media altura en una especie de pequeño circo de altos paredones.


Para atravesarlo,  la senda traza una irregular línea diagonal hacia un destacado pivote, arriba a la izquierda, junto a unos pinos. La senda es intermitente y discontinúa por la falta de tierra sobre las rocas, apenas hay hitos.


Casi llegando al final, la senda parece irse a la izquierda, pero tenemos que rectificar Pegándonos más a los peñascos, y subir por una  diagonal escalonada  junto a la pared roja, especie de abrigo, fácil de superar apoyando las  manos.


La referencia es el pino que hay arriba. Llegando a la parte alta y mirando hacia atrás vemos entre la bruma la sombra del Penyal de Ifach que se perfila desvanecido en el mar; por delante el enorme pivote rocoso.










Superado el escollo y situados en un diminuto collado antes de seguir, nos asomamos a la otra vertiente. Es impresionante ver como el manto de nubes rodeando el Bérnia, entra desde el mar y se derrama sobre los montículos del valle.










Nos dirigimos hacia el gran farallón, la primera vez tardamos en darnos cuenta dónde estábamos situados hasta que nos asomamos al abismo. Estamos arriba de la Cova de l’Arc, y a la izquierda, hay una ventana rectangular impresionante: la Finestra.










La Finestra ha descolocado un poco a Pepe y lo tiene boquiabierto. Este es otro de los grandes secretos de Bérnia que no sé si podremos guardar. Es extraordinaria la cantidad de atractivos que tiene esta pequeña sierra a todos los niveles.


La envergadura de la Finestra nos tiene embrujados, y siempre que no se tenga vértigo es fácil situarse a un lado del Arco de la Finestra. Sobre todo hay que dejar las tonterías a un lado y mantener la prudencia.











Por la derecha con una sencilla trepada apoyando las manos estaremos sobre ella. El resto es buscar un buen ángulo y turnarnos en las sesiones fotográficas. Desde arriba vemos avanzar la densa masa nubosa.










Ahora para situarnos sobre el arco de la Cova de l’Arc, tenemos que introducirnos por dentro de la Finestra. Desde su base inferior vemos un arco dentro de otro. Hacemos un destrepe sencillo, tenemos muchos puntos de agarre y apoyo.


Situados en la base de la Finestra la traspasamos por la derecha contemplando su cuadrado arco para llegar a la base del gran arco y parte superior de la Cova de l’Arc. Desde su cúpula sin techo miramos a través del enorme arco.










Pegados a la derecha nos acercamos a la parte de arriba del gran arco. Realmente es impactante estar en este lugar, no dejamos de asombrarnos. Situarnos sobre él es mucho más factible, consiste en dar unos pasos sobre su parte más ancha y apoyarnos en las rocas.













Como siempre, tener mucha prudencia a la hora de sesión fotográfica, no tiene sentido arriesgar. Cambiando de ángulo podemos coger parte de la gran cueva de forma cónica que surca la base del gran pivote.


Antes de comenzar a descender miramos hacia arriba dando las últimas ojeadas a la cuadrada ventana. También vemos atado a una gran roca un largo cabo de cuerda que baja a la Cova de l’Arc, yo no aconsejaría bajar por ahí.


Junto a las paredes de la derecha comenzamos a descender, al principio no hay senda pero es muy intuitivo, pequeños escalones y apoyo de manos reforzados por algún hito. Contemplamos el gran pivote y el mar de nubes.


Pronto comenzamos a tener extraordinarias vistas laterales de las crestas de Bernia por su cara norte. Su agreste fisonomía es de una belleza embaucadora. El sendero reemplaza a las rocas, y viramos a la izquierda.


Decidimos no subir a la Cova de l’Arc, por lo que enlazamos con la senda que atraviesa la torrentera central y que viene desde el Collado de Altea. Poco a poco nos situamos frente a la cueva con una panorámica de este bello rincón.


Con la mágica visión de las crestas del Bérnia avanzamos hacia nuestro próximo objetivo, el Forat. A media altura y casi en horizontal, el sendero nos pasea por debajo de las paredes manteniendo toda nuestra atención.

Pronto, buscando la humedad de las rocosas crestas veremos en un rincón un precioso ejemplar de tejo,  y sobre él una oquedad o abrigo junto a una elevada hiedra, en donde según la leyenda está recluida la Reina Mora.


Proseguimos por este tramo de belleza singular, los escarpados dientes de sierra de las crestas le confieren un aspecto agreste, y al contrario que en la mayoría de montañas, en ésta, su cara norte carece de masa pinar.


Alcanzamos ceñida boca del Forat, angosto túnel excavado por el que se pasa de la cara norte a la sur. Corto trayecto que tenemos que atravesar agachados y arrastrándonos por la estrecha galería, a veces es mejor quitarnos la mochila.


Luego se ensancha y recuperamos la verticalidad, el contraste desde la penumbra de la  cavidad a la luz del día, es apoteósico. Majestuoso mirador al Mediterráneo pese al mar de nubes. Decidimos almorzar en una de las grandes rocas.


El mar de nubes comienza a deshacerse segregando nubes de algodón haciendo que las altas montañas sean más visibles. La primavera llena de flores las paredes de la gran boca sur del Forat. Emprendemos el regreso.


Para la variante de hoy tomamos el PR-CV 7 por la derecha en dirección al Fort de Bérnia, que en su primer tramo transita junto a las paredes, más rugosas y abruptas que en la cara norte, en la solana la planta reina es el palmito.


Más adelante llegamos al poste balizado del desvío por la derecha, que en unos doscientos metros y un desnivel aceptable, nos sitúa ante las rejas que protegen el abrigo de pinturas rupestres de la Penya de l’Ermita del Vicari.











Este pequeño abrigo fue elegido como soporte hace más de 5000 años, por los grupos humanos prehistóricos para realizar algunas de sus pinturas rupestres. También acostumbraban a sus muertos en estas cuevas, pero ésta no fue utilizada a tal fin.


El enclave consta de tres conjuntos de representaciones características del Arte Esquemático, un tipo de arte propio de sociedades neolíticas, es decir agricultoras y ganaderas. Cuesta un poco distinguirlas, pero es un patrimonio a defender de los vándalos.


Regresamos al sendero principal para seguir bajando por la izquierda, hacia la Ermita del Vicari. No hay un sendero claro y en la torrentera se pierde toda huella. Hay que ir virando a la izquierda evitando los matorrales.


Resulta algo confuso, pero se trata de llegar a la pista de tierra que hay más abajo. Una vez en ella, seguir por la izquierda, enseguida veremos las ruinas de la pequeña Ermita del Vicari. Volvemos al camino cerca de una casita de campo.


El camino está marcado como PR-CV 436 que viene de la Font del Garroferet y es el mismo que hemos utilizado esta mañana para llegar hasta la Caseta de Borja. Entramos en la parte baja del mar de nubes y la bruma lo invade todo.










Poco después llegamos al cruce balizado de la Font del Rostoll, seca a estas alturas de la primavera, la casa del mismo nombre está escondida entre las deterioradas terrazas abancaladas. Aquí se cierra el círculo de la ruta.


Comenzamos a bajar por el Camí de la Serp repitiendo sendero, al deshacerse el mar de nubes tenemos un ambiente brumoso, casi invernal pero sin frío. Cerramos esta preciosa ruta por los rincones más espectaculares de Bérnia.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO. (La Font de Rostroll está seca)
DISTANCIA: 8,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 886 M. (Arriba de la Finestra)
ALTURA MÍNIMA: 363 M. (Inicio)
DESNIVEL POSITIVO: 675 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 675 M.
DIFICULTAD: ALTA. (Por el paso por la Finestra y la bajada a la Ermita del Vicari)


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