Posted by : Vaig a Peu sábado, 27 de febrero de 2016

Sacarest es un diminuto valle situado a unos 10 km. al  norte de Finestrat, una escondida reserva ecológica entre los barrancos del Arc, del Xarquer y Riu Atxero. Rodeado de bellas zonas montañosas como la cara norte del Puig Campana, la Serra dels Castellets, el Ponoig, Penyó Cabal, la Cresta del Carrascal o el Penyó Roc, apartadas del progreso e inmersas en el silencio y la tranquilidad. En sus inmediaciones se encuentra el Mas de Sacarest, antigua masía flanqueada por unos gigantescos pinos mirando a las caras norte del Puig Campana y la Serra dels Castellets; de propiedad privada, por donde hasta hace poco tiempo te podías cruzar con Pepito el pastor y charlar un rato. Pero sus dueños lo han vendido a unos holandeses que la han restaurado con una soleada galería y casitas de madera en su entorno; instalando un centro de retiro internacional, destinado a personas que deseen explorar y profundizar en las prácticas de la meditación y el yoga, Sadhita y Sudaka. Abierto a todos los niveles de experiencia. También en las cercanías lleva varios años instalada Guhyaloka comunidad budista Triratna, el Reino Secreto centro internacional de retiro, lugar para descansar y relajarse en la vida sencilla, en soledad o en compañía. Consta de varias casitas aisladas a lo largo del viejo camino al Collado de Sanxet y del Barranco Xarquer. Los monjes se dedican al trabajo y la meditación en sus fincas donde cultivan almendros, olivos y vid. En las mañanas el silencio es roto por la actividad agraria producido por tractores. Sus miembros nos ruegan respetar su silencio.
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 dirección Valencia, salida en la nún 66 Villayoyosa, tomar la CV-759 hasta Finestrat, continuar hasta el Área Recreativa Font del Molí. Una vez en la fuente continuamos la carreterita asfaltada, con las marcas blancas y amarillas PR-CV 12 y 13, llegaremos a un cruce donde encontramos la carretera que nos regresa al pueblo y otra que continua a derecha hacia el collado de Sacarest. En pocos metros encontraremos un pequeño tramo sin asfaltar, que  seguiremos con el coche hasta llegar a la barrera y puerta de acceso a la finca.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO Y PEPE.
ITINERARIO: BARRERA DE SACAREST / MAS DE SACAREST / ATENCIÓN SENDA / IZQUIERDA / CRUCE IZQ. / DESVÍO IZQ. / COLL DE LES BASSES / FONT DEL MORER / SENDA / MAS SANXET DE BAIX / PAS DEL GOLERÓ / COLLADO / INICIO SUBIDA / PENYÓ ROC / SENDA REGRESO / PASO DE BAJADA / MAS DE PAPATXÍ / SENDA IZQ. / MAS DE LA CARRASCA / CRUCE / BAJADA A SACAREST / MAS DE SACAREST / BARRERA DE SACAREST.

LA RUTA: Nos hemos enamorado de la zona. También ha sido por las previsiones meteorológicas, más frío y fuertes rachas de viento, el invierno ha llegado tarde. Elegimos la bonita trepada al Penyó Roc, pero esta vez desde la barrera del Mas de Sacarest. A poca distancia de donde iniciamos hace unas semanas els Castellets.


Dejamos el coche en un espacio del camino a unos 300 metros de la barrera. Iniciamos. El día está gris y plomizo, con poca previsión de lluvia pero con fuertes rachas de aire que ya se hace notar. Las primeras vistas son a las últimas crestas dels Castellets que sobresalen por encima de las copas de los pinos.


Traspasamos la barrera de Sacarest que corta el paso a vehículos, y comienza un tramo asfaltado que se inclina tomando altura, lo que nos permite ampliar el campo de visión, aparecen la cara norte del Puig Campana con el Portell o tajo de Roldán dominando el pequeño valle del Riu Atxero, con una prolongada mirada a la cresta dels Castellets.

Alcanzamos el Collado de Sacarest, donde termina la cresta dels Castellets con el altivo pivote de la Penya de la Xata (819 m.). Proseguimos por la derecha ya sin asfalto, perdiendo altura para bajar y salvar, remontando con una larga lazada una de las ramblas que viene desde el Barranc del Xarquer.




Enseguida comenzamos a tener idílicas panorámicas del Mas de Sacarest con su emblemático y gigantesco pino; a la cara norte de la Penya de la Xata y als Castellets con su densa pineda. En el camino de llegada observamos plantones de nogales trasplantados hace poco y que tienen una tablilla de madera con el nombre de la persona que lo hizo.


Mas de Sacarest, situado en una posición privilegiada domina las imponentes vistas al Puig Campana y las crestas dels Castellets, en las que nos recreamos extasiados. No vemos a nadie, aunque hay algunos coches y una colección de antiguos todoterreno aparentemente en desuso. Sus tierras no parecen cultivadas.

Marchamos por la derecha para en un corto tramo girar bruscamente a la izquierda, subiendo por la ladera entre los pinos, siguiendo tenues rastros que se pierden. Se trata de conectar con otra pista de tierra que hay más arriba, también a la izquierda. Damos los últimos vistazos al Puig Campana y Castellets.

Sin dejar de subir avanzamos en dirección al Penyó Cabal (1.189 m.) donde vemos la Casa de la Carrasca, pero al cruzarnos con el camino que viene de ella, seguimos por la izquierda. Al regreso sí pasaremos por la casa. Poco después volvemos a tener otro desvío a la izquierda que nos dirige al Coll de les Basses.


En este exiguo colladito nos llaman la atención sus dos pivotes entre los que pasamos; una cresta afilada como un cuchillo, y un farallón puntiagudo. Es como una puerta que nos da entrada a los próximos valles, con los enormes paredones de la Penya de Sella y las verticales paredes negras del Penyó Diví (1.120 m.).

Descendemos lateralmente hacia el cauce del Barranc del Xarquer parcialmente abancalado en esta zona. En la otra vertiente, sin llegar a subir a la pista de tierra, continuamos por la derecha unas decenas de metros hasta llegar a la Font del Morer, que con la escasez de lluvias apenas resbala un poco de agua por uno de sus caños.

Deshacemos el sendero andado y subimos a la pista de tierra donde un panel de la comunidad budista Guhyaloka nos pide respeto al pasar por sus propiedades, pero nosotros tomaremos el sendero que sube por la ladera y que nos pasa por delante del desvencijado Mas del Sanxet de Baix o Mas del Goleró.

Desde la casa volvemos a tener a la vista la cara norte dels Castellets y una prologada mirada al diminuto valle de Sirventa. Si  nos fijamos en la barrera rocosa de enfrente podemos ver una muesca en forma de “V” hacia la que nos dirigimos, en ella está situado el conocido Pas del Goleró.

Comienzan a caer algunas gotas de aguanieve y pequeños copos que el aire revolotea. Desde la base del Pas del Goleró emprendemos la subida por sus rampas, que en un perfecto zigzag nos elevan con facilidad hasta lo alto de la Cresta del Carrascal, barrera natural que nos separa del Barranc del Arc.


El sendero nos transita por la derecha a media ladera en suave ascenso, pasando luego a ser camino que se va inclinando, dejándonos ver a lo lejos el Pas del Comptador a los pies de nuestra cumbre de hoy, el Penyó Roc. Antes alcanzamos un pequeño collado donde hay unas casas de labor con bancales en producción.


Sin dejar de caer diminutos copos de nieve que se deshacen al tocar el suelo, las nubes se recomponen y aprietan. Dejamos atrás el punto por donde más tarde iniciaremos el regreso. El Penyó Roc y el Malladar se hacen constantes en el horizonte de este precioso sendero, que se abre para dejarnos contemplar el fabuloso Barranc del Arc.

Muy cerca del Pas del Comptador enlazamos con la pista del PR-CV 9 que va a Benimantell, y tras dos curvas cerradas veremos unos mojones que marcan el inicio de la subida al Penyó Roc. Solo tenemos trazos y rastros de senda. Hay que ir a las paredes, hacia la izquierda, cerca de un grupito de carrascas.

El aguanieve arrecia y los copos se hacen más visibles. Escrutamos las rocas mojadas hasta localizar los puntos rojos que nos guiaran hasta la cumbre. Plegamos los bastones para comenzar a trepar, mejor sin guantes para izarnos entre las peñas que la nieve moja y aunque se vayan enfriando las manos.


Los puntos rojos son muy visibles y fáciles de seguir,  viene la entretenida y didáctica labor de tener controlado siempre, el siguiente punto rojo hacia dónde dirigirnos. La subida es muy vertical pero está  bien marcada. No hay que tener ninguna prisa y sí, mucho cuidado, asegurando bien los pies y las manos.


Al cambiar de arista quedamos expuestos a la fuerte ventisca con nieve. Nos quedan apenas cincuenta metros de desnivel y el regreso ha de ser por el mismo sitio. Evaluamos la situación y decidimos abortar la subida por el cambio meteorológico. Artículo 1º: La montaña siempre va a estar ahí.


Con mayor dosis de precaución y cuidado comenzamos a destrepar intentando asegurar cada paso, ahora si hay riesgo de resbalones.  Nos lo tomamos con mucha calma, invirtiendo el doble de tiempo que en la subida. Una vez en la pista la ventisca de nieve nos azota, hemos tomado una buena decisión.







Volvemos a coger el mismo sendero por el que hemos venido, transitando por debajo de la Cresta del Carrascal. Los copos de nieve vuelan de un lado a otro y comienzan a blanquear el paisaje. Del roce con la coscoja de la estrecha senda, la pernera de nuestros pantalones se va mojando. Tomamos por la izquierda el sendero de regreso.


Es una fuerte subida con rampas y zigzags entre un prieto bosquete de carrascas y matorral alto. En la parte alta predominan los pinos al llegar a una pequeña escotadura en la cresta, donde un sendero nos desliza por la otra vertiente hacia el Mas de Papatxí. Antes de llegar nos detenemos en otra casa y en un lateral almorzamos.


El tiempo está cambiando apenas caen unas gotas. Hacemos fotos a la preciosa casa de Papatxí y nos dirigimos de frente hacia el Penyó Cabal, levemente blanqueado por la nieve, para enlazar con la senda que viene del Salt. Proseguimos por la derecha entre abundante vegetación y bonitas vistas blanquecinas.


Tomamos otro sendero a la izquierda que luego se une al camino del Más de la Carrasca. El ambiente sigue húmedo y las panorámicas se ensanchan con la cresta del Cabal, el Penyó Diví y por detrás Aitana, moteada de nieve. Y de pronto, de nuevo la cara norte del Puig Campana con las laderas blanqueadas.

Arribados al punto más elevado, el sendero comienza a bajar hacia la Casa de la Carrasca ofreciéndonos diferentes miradas del profundo paisaje. El cielo deja de llorar y todo lo ocupa la frondosa pineda de la cara norte dels Castellets y la inmensidad del gigante Puig Campana.


Por una escotadura menor pasamos a la zona abancalada de la Casa de la Carrasca, actualmente en abandono. Caminamos cerca de su fuente y por delante de la enorme casona, cerrada y en aparente buen estado, a los pies de la cresta del Cabal. Continuamos bajando con impresionantes vistas.


Llegamos al cruce de esta mañana donde se cierra el círculo grande, y poco después al siguiente cruce, pero esta vez, seguimos bajando recto para en corto trayecto plantarnos en el Mas de Sacarest que sigue solitario y silencioso. Nos prolongamos hasta salvar la rambla que viene desde el Xarquer.

En el Collado de Sacarest cogemos el camino asfaltado con  miradas a las crestas dels Castellets, superamos la barrera y llegamos al coche. Pese a no haber culminado por pocos metros la cima del Penyó Roc, ha sido una buena decisión que nos ha permitido admirar estos encantadores paisajes tibiamente nevados.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI.
DISTANCIA: 18,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.109 M. (Penyó Roc)
ALTURA MÍNIMA: 534 M. Cadena de Sacarest)
DESNIVEL POSITIVO: 1.072 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.072 M.

DIFICULTAD: ALTA (La subida y bajada al Penyó Roc requiere estar habituado a pequeñas trepadas y destrepes, donde hay que estar constantemente usando las manos, siguiendo marcas y algún hito en las rocas.)

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