Posted by : Vaig a Peu sábado, 17 de octubre de 2015

El Castillo de Castell de Castells se localiza en lo alto de una solitaria peña, llamada Penya del Castellet, al sur de la población de Castell de Castells, municipio de la comarca alicantina de la Marina Alta. Castell de Castells es uno de los enclaves más montañosos y agrestes de la provincia de Alicante, estando acunado por las formidables sierras de Serrella y Alfaro. El origen de esta población se remonta a finales del siglo XII con la creación de una alquería islámica que se conoció como La Alcudia, formando parte de los dominios del caudillo islámico Al-Azraq. Posteriormente, fue fundada la fortaleza árabe en sus cercanías para salvaguarda de la alquería, siendo una de las importantes de la zona por la estratégica situación de la misma. En el año 1.254 fueron conquistadas la alquería y la fortaleza por las tropas del rey Jaime I el Conquistador, pasando a poder de la corona de Aragón. Posteriormente, Juan II otorgó la titularidad de estos territorios a Bernat d´En Sarriá, noble señor de las tierras de Callosa d´En Sarriá, y más tarde, se adscribiría a los territorios de la Orden de Calatrava. La orden de expulsión de los moriscos en el año 1.609 provocó en esta localidad uno de los episodios más sangrientos, cuando los sublevados presentaron batalla a las tropas cristianas en el paraje llamado Plá de Petracos, muy cerca de la localidad, y fueron completamente aniquilados. Ello provocó el total abandono de la fortaleza, ya que, posteriormente, la población fue repoblada con cristianos de procedencia mallorquina, al igual que otras poblaciones de la zona que también quedaron abandonadas por la partida de los moriscos, pero no así la fortaleza, que con el paso de los siglos ha quedado en estado ruinoso. Tras la expulsión de los moriscos de Castell de Castells, el castillo quedó a su suerte, presentando un lamentable estado en la actualidad. Se observan muy pocos restos de su construcción, que en su casi totalidad fue realizada en mampostería sobre la base del peñón donde está ubicado, adaptándose a su nivel en muchos de sus puntos. La fortaleza tenía unas considerables dimensiones, a juzgar por los restos actuales. Quedan algunos lienzos de sus murallas, así como de alguna de sus torres, de planta cuadrada. En una de ellas, se puede ver el pozo que probablemente servía como aljibe islámica, para el servicio de la fortaleza, con la recogida del agua de lluvia. Dado su estado y el difícil acceso al mismo, no se ha realizado tipo alguno de reconstrucción, estando en la actualidad tal y como hace siglos. Es un castillo que está condenado a su desaparición, a no ser que las autoridades decidan hacer algún tipo de acción para evitarlo.
CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’ENSARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia, Polop y Guadalest. Carretera hacia Callosa d’Ensarriá, en unos 2 km girar a la izquierda, a la Presa del Pantano de Guadalest, cruzarla y continuar por la carretera que rodea el pantano hasta el cruce balizado por un poste con paletas de los PR-CV 18 y 19. Continuar subiendo hasta que se acaba el asfalto, se puede aparcar en los huecos de las curvas o a la izquierda, sin bloquear la salida.
COMPONENTES: VICENTE, PATRO Y PEPE.
ITINERARIO: APARCAMIENTO / DESVÍO IZQ. / COLLADO / PINADA / CRUCE A LA TRONCA / FUERTE SUBIDA / GRUPITO DE PINOS / CANALETA / ALT DE TRONCA / PEÑA DE ENFRENTE / BAJADA A PISTA / DEJAR PISTA / HACIA LA CRESTA / CORRAL DEL RATLLAT / CRESTEO / PASITO / CRESTEO 1 / CASTELLET / ALJIBE / PORTET DE CASTELLS / APARCAMIENTO.

LA RUTA: Hace poco descubrí un Track de efegeeme que ascendía a la Tronca y la cresta del Castellet. ¿A la Tronca? Me puse a indagar en los mapas y resulta que la Tronca es una pequeña formación rocosa situada a la entrada el Barranc de la Canal. Hay una buena visión de ella bajando de la Mallá del Llop en la ladera izquierda del barranco, junto a un corral derruido. Uno de sus pivotes está agujereado en su parte alta.

Siempre me han llamado la atención estos fenómenos producidos por la erosión, la Foradá, la Penya Forata, l’Homenet y otros tantos que hay en nuestras montañas de piedra caliza. Pero lo de la Cresta de la Penya del Castellet, por desconocimiento me causa respeto. Me encanta crestear pero dentro de los límites del senderismo.

Iniciamos cuesta arriba por la pista de tierra de los PR-CV 18, 19 y 46. Hace una buena temperatura pero el día no está limpio, hay nubes que se van deshilachando y todo está mojado a su paso. En la primera curva ya aparece el piso de cemento que lo protege en las lluvias dado su fuerte desnivel.

Vamos teniendo las primeras vistas brumosas a las laderas de Aitana y al valle de Guadalest, con sus pequeños pueblos diseminados que comienzan a despertar bajo el tibio sol matutino que les alumbra. Dan pena las visiones parciales del Pantano de Guadalest, hace años que no lo veíamos tan vacío y mermado de agua.


En el otro lado, desde la umbría y entre los pinos  disfrutamos de las primeras panorámicas del Barranc de la Canal en todo su esplendor. Poco más adelante, en otra curva, aparece vertical e imponente la Penya del Castellet, su cara más agreste coronada por el Castellet, del que divisamos algún lienzo de sus murallas.

Bajo la misma Penya del Castellet nos desviamos a la izquierda dejando la pista y adentrándonos por un camino de tierra que hace varios lazos entre los derruidos muretes de piedra seca de antiguos y yermos bancales, hasta situarnos en un pequeño collado con nuevas miradas.

Entramos en una corta pero agradable pineda desde la que admiramos al completo el Pantano de Guadalest todavía brumoso y una extensa vista al Barranc de la Canal, que poco después se amplía con la primera visión de la Tronca, que desde esta posición parece un ondulado visillo a medio recoger.

Terminada la pineda el camino se dirige al Pla del Blancoc pero antes de llegar a su desvío, lo dejamos por la derecha, subiendo por unos deshechos y empinados márgenes, guiados por esporádicos mojones entre palmitos y abundante matorral bajo. Hacia abajo vemos las ruinas del corral de Blancoc.


La Tronca lo acapara todo y su fisonomía va cambiando a medida nos vamos acercando. Entre los lienzos de su amurallado frontal ya distinguimos el curioso agujero que la atraviesa. Debemos virar a la derecha para afrontarla lateralmente. Sobre el valle de Guadalest, una estrecha y alargada nube queda flotando


El desnivel sigue encrespándose entre pequeñas pedreras y el perfil de la Troca se transforma a cada momento. Tomamos como referencia un grupito de pinos que hay en el lateral de la sierra, pero sin atacarlos directamente, seguiremos separados por la derecha, cerca de unos roquedos que son más firmes.


Luego, hacemos una diagonal por encima de los pinos para acercarnos a una muesca o ventana al final de la sierra. Sorprendemos a un rebaño de ovejas que se disgregan para reunirse más abajo. Tenemos la última mirada lateral de la alargada nube a media altura de la sierra de Aitana.


Desde este escalón rocoso que separa dos de las cumbres, nos asomamos al vacío para obtener una vista aérea del Barranc de la Canal coronado por una nube. De Frente tenemos el pueblo de Castell de Castells, una deficiente estampa de la Penya del Castellet entre la bruma y el sol, y a sus pies del Corral del Ratllat.


Atacamos el Escalón por la izquierda, hay muchos agarres pero tenemos que ser precavidos, las rocas están húmedas. Sin elevarnos mucho, vamos girando por la izquierda unos metros hasta encarar una pequeña y escalonada canaleta inclinada que facilita su ascenso con múltiples apoyos.


Una vez arriba se transita perfectamente hacia un diminuto rellano y alguna decena de metros de cresta. Alt de Tronca (981 m.). Es una lástima que las nubes se estén enganchando en las cumbres próximas, cubriendo la mayor parte del paisaje. Al tener tampoco espacio, hacemos la foto oficial y regresamos.

La bajada la efectuamos por el mismo sitio extremando las precauciones para no resbalar. En el escalón, continuamos de frente sin bajar hasta el otro peñasco, donde en una cómoda trepada subimos arriba, y tenemos una sencilla bajada entre las rocas a un sendero que conecta con la pista.

Espectaculares vistas hacia atrás, con una nublada Penya del Castellet  y la Tronca, que ha vuelto a cambiar de imagen, siendo ahora un compacto peñón desde esta posición; a sus pies vemos un pequeño aljibe cubierto por un brocal con bóveda de origen árabe. Alcanzamos la pista.


Dejamos atrás Castell de Castells, el Barranc de la Canal y la Tronca, disfrazada ahora de  doble loma rocosa, que nada tiene que ver con las agrestes imágenes anteriores. Nuestro próximo destino son las crestas de la Penya del Castellet, donde no termina de despejarse la bruma.

Casi enfrente del corral y la era del Ratllat, atajamos dejando el camino por una senda perdedora entre abundante matorral bajo. Se trata de pasar por los bancales de debajo del corral y remontar la ladera hasta encontrarnos con la cresta. No hay senda clara y es terreno invadido por las aliagas.


Nos subimos arriba de la cresta y comenzamos un bonito cresteo aéreo con apoyos y agarres muy buenos, pero que el paso de la nube ha dejado húmedos, por lo que extremamos la precaución. Al igual que en la Tronca estos pasos no son aptos para gente con vértigo, pero no precisan aseguramientos de escalada.


Encima de la crestería nos desenvolvemos perfectamente y avanzamos entre las rocas con prudencia. Las vistas son impactantes, sobre todo a la Canal que vuelve a estar a nuestras espaldas acaparando todo el protagonismo. El día parece arreglarse y las nubes se deshilachan.

Salvamos unos pasitos laterales por la izquierda y nos encaminamos a encarar una sencilla trepada a una cota más elevada, que buscando los apoyos adecuados superamos con sencillez. Nos escoramos por la izquierda donde ya tenemos a la vista el primer lienzo de las murallas.


Llegados a él lo pasamos por su interior y arribamos al rellano en el primer nivel del Castellet. Hacemos algunas fotos en una de sus cornisas y continuamos directamente a trepar por el resto de la cresta hasta el segundo nivel. Se puede hacer por sendero pero estamos crecidos, tampoco supone ningún peligro.


Penya del Castellet (1.051 m.), arrebatamos este bastión a los moriscos y nos preparamos para almorzar junto a sus ruinosas murallas y el segundo aljibe. Las panorámicas van mejorando con el día. Si no se toman medidas para su cuidado llegará un día en que caerán las pocas paredes que hay en pie y con ellas toda su historia.


Emprendemos el regreso. Aquí efegeeme proponía el descenso por la cara sur prestando mucha atención en tres puntos: junto al Castellet, una rampita con pendiente y aprovechar los apoyos junto a la hiedra. Nos confundimos al creer que la hiedra era la que hay junto al primer aljibe y una vez bajo decidimos dejarlo para otro día.

Descendemos, y al pasar junto a la hiedra, todavía dudamos si subir para hacer el destrepe. Llegamos a la pista y proseguimos por la derecha rodeando la peña y enseguida tenemos la perspectiva que marcaba la propuesta de bajada. Aprovechamos para fotografiar todas las hiedras que encontramos.


Alcanzamos el Portet de Castells y continuamos bajando por la pista, ahora con piso de cemento. Tenemos miradas más nítidas que esta mañana al Pantano de Guadalest, y a la Penya del Castellet que se va quedando arriba. Nos dejamos llevar hasta finalizar la ruta, que ha resultado muy entretenida y con unas vistas acollonants.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 9,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.051 M. (Penya del Castellet)
ALTURA MÍNIMA: 533 M.
DESNIVEL POSITIVO: 1.063 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.063 M.
DIFICULTAD: MODERADA (Si no se tiene vértigo)

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