Posted by : Vaig a Peu viernes, 9 de octubre de 2015

La expulsión de los moriscos dejó despoblados gran parte de nuestros pueblos. En la Marina Alta la gran mayoría de las poblaciones era morisca. Las excepciones eran Teulada, Benissa, Calp, Dénia y Xábia, que eran cristianas, y Pego, Ondara y Murla donde había una población mixta. En los pueblos con mayoría cristiana ya desde la conquista de Jaume I en los siglos XIII-XIV, la población procedía mayoritariamente de la Cataluña Oriental. Después de la expulsión muchas de las alquerías no volvieron a repoblarse. Entre otras quedaron abandonadas, en Xaló, la de Benibrahim; en Alcalalí, los lugares de Mosquera y Beniatia; en Parcent, Vernissa y Alcanícia; en Murla, su Raval y en Castells, las alquerías de Vila y Aialt. Además del drama humano que supuso la expulsión, se abandonaron los campos, y los señores se quedaron sin mano de obra. Al  no trabajarse las tierras, no se pudo hacer frente a los pagos de los créditos o censos, acabando siendo fallidos tanto acreedores como deudores. El señorío necesitaba mano de obra que trabajara las tierras y les pagara tributos. Las autoridades estudiaron diferentes opciones, traer gente de lugares lejanos como Azores, Grecia, Baviera, Suiza, Lombardía o el Tirol, pero fueron desestimadas por ser poco viables. Finalmente la solución más factible fue traer pobladores de los territorios más cercanos: Cataluña, Aragón y las Islas Baleares. En las islas se había producido un boom demográfico por el cultivo de las nuevas tierras. Que después de unos primeros años de buenas cosechas, perdieron gran parte de su fertilidad. Unas tierras agotadas y poco productivas ya  no podían mantener a toda la población. Los señores valencianos colaboraron con las autoridades mallorquinas para traer a los nuevos pobladores, que aquí mejoraron sus condiciones de vida. Los recién llegados pasaban a ser propietarios de fincas que solían tener alrededor de 7 o 8 jornales (1 jornal son unas 6 fanegas de tierra). Con todo ello los señores valencianos continuaron controlando los aspectos económicos, políticos y jurídicos. La huella mallorquina es mucho más intensa en la Marina que en cualquier otro lugar del País Valenciá. En algunos casos los recién llegados de un lugar concreto tendían a establecerse en el mismo pueblo. Así se constata la presencia predominante de gente de Margalida en Xaló, La Vall d’Ebo o Castells; de Artá en la Vall de Laguar; de Pollensa en Beniardá; y nativos de la sierra de Tramontana, en la Vall de Gallinera. Llegaron sobretodo matrimonios jóvenes que cuando se establecieron tuvieron un buen número de hijos. Los nuevos pobladores mallorquines llegados al Reino de Valencia se casaron durante generaciones con gente procedente de las islas. Las relaciones entre los pueblos repoblados por mallorquines eran muy estrechas, mientras eran muy escasas las uniones entre isleños con repobladores valencianos o catalanes de localidades vecinas. La herencia cultural es intensa y muy visible: por lo que afecta al habla cabe destacar que en la mayoría de pueblos han quedado numerosos residuos del mallorquín. También es visible la herencia de las islas en algunas costumbres o en la elaboración de la sobrasada. Pero donde se hace más evidente es en los apellidos de origen mallorquín. 
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 hacia Valencia, salida nº 63 BENISSA/TEULADA/GATA DE GORGOS, por la N332 atravesar Benissa y por la derecha tomar CV-749 que en 16 km nos deja en las Casas de Bérnia. Hay espacio suficiente para aparcar.
COMPONENTES: VICENTE, ALEX, CAROL, JUAN, MIKELDI, LAURA, ANA. ROCÍO, NURIA, CRISTINA Y SONIA.
ITINERARIO: CASAS DEL BÉRNIA / FONT DE CABANES / FORAT / PINTURAS RUPESTRES / GRAN CARRASCA / FORT DE BÉRNIA / CIM DE BÉRNIA / CASAS DEL BÉRNIA.

LA RUTA: Fin de semana revuelto entre cumpleaños y aniversarios. Alex viene al rescate. Llego el jueves por la tarde y el viernes queremos hacer una ruta por el Bérnia. Me apunto y os llevo, ¿cuántos sois? Unos veinte. Eso no es una ruta, es una invasión. Al final se queda en once, lo cual es un pelotón.

Lo mires por donde lo mires da lluvia, nos mojamos seguro. De camino vamos recogiendo gente, en Elche, Alicante y Benisa. Al pasar los túneles del Mascarat unas densas nubes ocultan toda la sierra de Bérnia e incluso nos llueve un poco; pero cerca de las Casas del Bérnia las nubes se disuelven. ¿Estaba previsto?

Perteneciente a las cordilleras Béticas, la sierra de Bérnia se extiende unos once kilómetros de oeste a este perpendicularmente a la costa mediterránea, por su ruta circular es quizás la montaña más visitada de la provincia,  su cercanía al mar, sus bucólicas panorámicas y sus leyendas la hacen encantadora.

Con el cambio de tiempo a nuestro favor iniciamos por el asfalto que pronto conecta con la pista de tierra, encarando la montaña de frente con sus verticales crestas. Dejamos atrás algunas casas de campo con bancales de viñedos vendimiados recientemente y que ya se colorean de otoño.

Desde los recodos antes de llegar a la Font de Cabanes o de Bérnia, tenemos una espléndida vista del Portixol (la W). El camino de tierra termina en la misma fuente, donde rellenamos los depósitos de fresca agua para la travesía. En esta sierra hay varias fuentes fiables para avituallarnos.

Subiendo los escalones por la izquierda de la fuente comienza el sendero, que ascendiendo suavemente nos dirige a las paredes de la sierra, dándonos una generosa y completa visión de la agreste cresta del Bérnia en su cara norte. Formamos una bonita hilera multicolor que resalta entre la vegetación.

El sendero se desliza por lomas en creciente desnivel, haciendo que el grupo se estire. Pese a ser gente joven las carencias físicas afloran, pero solo es cuestión de coger el ritmo adecuado, beber líquidos y tomar hidratos de carbono. El comienzo de la ruta se ha dilatado y se hace necesario repostar.

Nos vamos acercando a las paredes con impresionantes vistas; caminamos cerca de unos abrigos con la humedad reciente que han dejado las nubes, y atacamos un escalón rocoso con una inclinada piedra lisa que nos hace esforzarnos para superarla. Después cortas rampas nos aúpan a la altura del Forat.


Cerca de la entrada hay una pequeña peana informativa junto a la que nace una senda que en un km llega a la Cova de l’Arc, que hoy no visitaremos. Todos quedan asombrados ante la diminuta boca del Forat en la cara norte, y resulta simpático este corto trayecto que debemos  pasar agachados y arrastrándonos por el angosto túnel excavado.


Luego recuperamos la verticalidad con el contraste desde la penumbra de la gran cavidad a la luz del día en la cara sur, resulta impresionante. Pese a que la nubosidad acorta las vistas es un balcón al Mediterráneo, con Sierra Gelada, la playa del Albir y Altea a nuestros pies.


Extasiados, aprovechamos para tomar fuerzas y seguir contemplando el hermoso paisaje. En el otro lado destacan las grandes cumbres alicantinas, Puig Campana, Ponoig, Penyó Cabal y como no, la reina de ellas, Aitana. De la gran nubosidad que envolvía la montaña esta mañana, solo han quedado unas estéticas nubes de algodón.

Proseguimos la marcha por la derecha, siguiendo las marcas del sendero PR-CV 7 entre abundantes ejemplares de palmito. Durante todo este tramo tendremos siempre la visión al mar. Se nota que hemos repostado, la extensa hilera es mucho más homogénea y compacta.

Tomamos un desvío a la derecha que subiendo por una nueva senda nos lleva a las paredes, donde están las pinturas rupestres del Abrigo de la Penya de l’Ermita del Vicari. Protegidas por unas rejas y con abundantes paneles informativos, apenas podemos distinguirlas entre las oscuras rocas.

Retornamos a la senda principal para caminar contemplando los abruptos contrafuertes de la sierra. Alcanzamos el siguiente punto de referencia: la Gran Carrasca del Bérnia. Situada en la misma senda, se necesitan dos personas para abarcar su tronco. Es reconfortante abrazar estos singulares árboles.

Próximos al pinar de Calces dejamos por la izquierda el ramal que sube desde la Font del Garroferet pasando por la Font del Runar. Hacia atrás tenemos una esplendorosa vista de toda la cresta, y por delante, tras superar unos enclaves rocosos, tomamos altura para arribar al Fort.


Fort de Bérnia. Construido en 1562 por el rey Felipe II con la finalidad de frenar las revueltas de los moriscos y la defensa de la costa contra los ataques repentinos de los piratas berberiscos. Desde su posición se podía controlar visualmente la línea costera desde Altea al cabo de Santa Pola. La victoria en la batalla de Lepanto en 1571 y  la expulsión de los moriscos en 1609, dejaron sin valor militar el fuerte, que fue abandonado y demolido en 1612 para evitar que fuera utilizado por los bandoleros.


Ahora viene lo bueno, subir a la cumbre. Es un fuerte desnivel de casi quinientos metros en muy corto espacio, y además la senda transita por toda la pedrera. Luego hay que apoyar las manos para subir por la cornisa, donde nos queda el paso de las cadenas. No todo el mundo está capacitado para subir, de hecho, muchos lo evitan.

Desde el Fort, seguimos las marcas del PR para al poco dejarlas y escorarnos a la derecha, por encima del collado y cerca del precipicio, con lo que evitaremos la pequeña loma con pedreras y canchales, remontándonos con facilidad. Hay varios trazos, seguir el que tenga mojones y puntos rojos de pintura.

Siempre por la izquierda, las marcas nos conducirán frente a las paredes donde parece que no haya salida, pero con sencillez nos elevamos hacia una cornisa, que al dar la vuelta a la arista tenemos una zona estable y amplia. Una bonita imagen de la Serra del Ferrer y del Penyal de l’Orenga sale a nuestro encuentro.

Nos reagrupamos para hacer el paso de las cadenas. Realmente es sencillo si no se tiene vértigo, pero si lo tienes resulta horrible. Ana no puede y Carol decide quedarse con ella y esperar nuestro regreso, mientras los demás vamos pasando poco a poco. El grupo vuelve a descomponerse.









Lo más difícil está hecho, aunque quedan algunos pasos en los que hay que prestar atención. Una estrecha canaleta en ascenso que tiene una cuerda con nudos que ayuda a izarse, y crestear con paso firme por el cordal, utilizando las mejores opciones a la derecha y a la izquierda.


En esta posición ya tenemos a la vista el punto geodésico de la cumbre, pero como ocurre siempre, está situado en el último de los lomos de la sierra. Salvados los escoyos ahora solo se trata de llegar, hay trazas o cortos senderos que nos van ascendiendo. De nuevo volvemos a reagruparnos.

Cima de Bérnia (1.129 m.) las panorámicas son de 360º pero las del mar, de Gandía al cabo de Santa Pola, maravillan. Por el Este tenemos todo el cordal de la sierra, por el que otras veces hemos descendido hasta el Portixol (la W), la vista acaba en el mar con el Penyal de Ifach flotando en el agua.

Mientras esperamos que llegue el resto, cada uno se recoge en su interior, asimilando lo que estamos viendo. Creo que es la montaña con mejores vistas de la provincia. En el Oeste, además de las altas montañas, tenemos el valle de Guadalest con la desembocadura del río Algar, Callosa d’Ensarriá y Tárbena, alejada en su montaña.

Emprendemos el regreso. Despacio vamos desandando todo el recorrido hasta el descansillo después de las cadenas, donde montamos el campamento para el almuerzo junto con Ana y Carol. Las miradas se posan en Tárbena y en la sierra del Ferrer, que a nuestros pies se une al Bérnia por el Barranc del Curt y al Pas del Bandoler.

Continuamos bajando por la cornisa hasta alcanzar la pedrera. Ana lo vuelve a pasar mal, bajar la pedrera le causa más inseguridad que subirla. Con la mirada puesta en el Fort vamos concluyendo el descenso para conectar con la senda oficial del PR, que nos lleva al Coll de Xaló, descendiendo suavemente.

Vamos rodeando la montaña por el Oeste hasta entrar de nuevo en la parte norte, donde enlazamos con una pista de tierra por la derecha, pero nosotros no la utilizamos. Seguimos rectos por un sendero que ataja y conecta de nuevo. Por la pista hacemos el último tramo hasta las Casas de Bérnia, finalizando la ruta.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font de Cabanes o Bérnia, Font del Runar y Font del Fort)
DISTANCIA: 12,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:40 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.126 M. (CIM del Bérnia)
ALTURA MÍNIMA: 631 M. (Casas del Bérnia)
DESNIVEL POSITIVO: 712 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 712 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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