Posted by : Vaig a Peu sábado, 13 de diciembre de 2014

La Sierra de la Pila tiene un gran interés, no sólo por el gran valor de su ecosistema  biótico y de gran diversidad ambiental, sino también por su riqueza tectónica y paleontológica, aunque es sin embargo, uno de los espacios naturales menos conocidos y visitados de la Región de Murcia. Esta Sierra se ha caracterizado tradicionalmente por una fuerte dispersión demográfica, con una presencia de cortijadas que se encuentran en buena parte deshabitadas. Los núcleos de población son de origen árabe. La conquista cristiana no fue excesivamente traumática, por la permanencia de la población musulmana y la continuidad de las actividades económicas, cuyos elementos fundamentales fueron la actividad agrícola de los moriscos y el aprovechamiento de pastos por los ganaderos murcianos. El desarrollo económico entre los siglos XVII y XVIII llevó a la construcción de pozos para almacenar nieve. Durante el s. XX la industria del esparto alcanzó gran desarrollo, lo que ha influenciado enormemente el paisaje actual de algunas zonas como la Solana del Caramucel. La Sierra de la Pila es un macizo montañoso de formas abruptas y escarpadas, que forma parte de las Cordilleras Béticas. El Parque puede considerarse dividido en dos sectores separados por el Barranco del Mulo, uno oriental donde se encuentran las cumbres más elevadas (La Pila con 1.266 m y Los Cenajos con 1.229 m) que dominan un paisaje escarpado; y otro occidental más amplio, con el Caramucel que se eleva a 1.023 metros de altitud. Los límites actuales y normas de gestión del Parque Regional vienen definidos por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), aprobado inicialmente en marzo de 1998, y definitivamente en el Decreto nº 43/2004 de 14 de mayo. En total, este Espacio Natural Protegido cuenta con 8.836 hectáreas. La Sierra de la Pila es uno de los espacios regionales propuestos como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), susceptible de ser incorporado a la Red Natura 2000. Destacan las aves, siendo las rapaces como el águila real, halcón peregrino, o búho real las más sobresalientes. El Parque incluye un área declarada Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) para la chova piquirroja. Entre los mamíferos encontramos el ratón moruno, la musaraña y el lirón careto. Entre los carnívoros el tejón, garduña, gato montés o la gineta son algunas de las especies indicadoras de la riqueza faunística de esta sierra.
CÓMO LLEGAR: Por la E-15/A-7 dirección Murcia. Tomar la salida nº 755A, seguir por la C-3223 dirección Fortuna. En Fortuna girar a la izquierda por la Avenida de Juan Ramón Jiménez, tomando la carretera MU-17A  y en 12 km aproximadamente  llegaremos a La Garapacha. Subir arriba y aparcar en la plaza de la iglesia.
ITINERARIO: LA GARAPACHA / CRUCE REGRESO / GIRO DERECHA / DESFILADERO / DERRUMBE / PICO DE LA PILA / PICO DE LOS CENAJOS / POZOS DE NIEVE / MIRADOR / LA GARAPACHA.
COMPONENTES: VICENTE Y PATRO.

LA RUTA: A la Sierra de la Pila nos habíamos acercado por muchos costados, y todavía nos quedan algunos, pero nunca lo hemos hecho por La Garapacha. Ha llegado ese día. He leído algo sobre esta ruta y muchos la califican de difícil, ya sé que este es un punto espeso, discutible. Pero un sitio donde no hay que poner las manos, eso sí, con un desnivel primario de 650 m., pero asequible a gente habituada a la montaña. Yo opino que es Moderado, y muy recomendable de hacer.

La Garapacha esta solitaria a estas horas, y  creo que a nadie más se le ha ocurrido venir hoy por aquí. Antes de llegar desde Fortuna hemos parado en el “Cortao de las Piedras” para hacer fotos. Iniciamos desde la iglesia, y continuamos por el Bar que abre más tarde.

El camino nos saca del pueblo y comienza a elevarnos. Dejamos atrás la iglesia entre bancales de almendros con la hoja verde todavía. Nos acerca a casas de campo que parecen abandonadas y en clara dirección a la sierra, donde despunta, como no, la bola del Pico de la Pila.

Tomamos altura rápidamente por apartadas sendas entre casas semiderruidas y cuevas derrumbadas, que nos muestran la cara amable del Caramucel (1.025 m.) y su temible cresta que nos acompañará en la mayor parte de este recorrido, a la ida y al regreso.

Seguimos avanzando, y por detrás el sol intenta abrirse paso entre las nubes. Llegamos al cruce sonde se cierra el círculo al regreso, por lo tanto ahora debemos seguir por la derecha, en clara dirección a la sierra y por un camino marcado con pintura blanca y amarilla de PR.


Es un camino despejado con buen desnivel de subida, que nos sigue maravillando con preciosas vistas al Caramucel que va creciendo, y ya contemplamos su cara norte poblada de pinar, y a la Pila, que se nos echa encima, con sus paredes verticales.

Llegamos a un punto importante, donde debemos dar un giro a la derecha y dejar el camino, hay mojones que lo marcan. Caminábamos paralelos y ahora vamos directamente hacia las paredes, donde antes veíamos una torrentera casi inaccesible.


El nuevo sendero toma dirección a las paredes oblicuamente, acentuando su desnivel progresivamente, con  destino a una especie de portillón que hace de entrada entre las rocas. Bonitas vistas del Caramucel que va quedando a  nuestros pies.

Alcanzamos la especie de puerta que forman  dos grandes rocas, como un pasillo o desfiladero, a la derecha se abren profundos cortados entre las peñas, en uno de ellos hay dos piquetas metálicas como para descolgarse haciendo rápel, yo  no me fiaría mucho.


Debemos seguir por la derecha pero el GPS marca un punto a unos cien metros a la izquierda, lo seguimos entre rocas, y llegamos a un lugar fascinante. Un derrumbe colosal de rocas. Gran parte de la pared ha cedido por la erosión o las lluvias, formando un cúmulo de enormes peñascos. A nadie le gustaría estar cerca en ese momento.


Tenemos una vista clara a la caseta Forestal de los Cenajos. Volvemos a la nueva senda. Está equipada con mojones, y es quizás del desnivel más fuerte. Serpentea entre la loma poblada de pinos y llega a una especie de collado en donde ya tenemos una clara visión del Pico de los Cenajos.

Y en seguida, la otra cumbre, la más emblemática y nuestro primer objetivo, La Pila con su bola, antenas y artefactos. Tenemos que superar el cordal entre pequeños pinos, para conectar y recorrer unas decenas de metros de asfalto,  alcanzando la cima más elevada.


Pico de la Pila (1.265 m.) pasa como en Aitana o el Morrón Grande, la gran bola parece que mimetiza a los demás artilugios. El Vértice Geodésico ha quedado arrinconado, y es imposible hacerte una foto sin que salga algún aparato. Las panorámicas son extensas, canteras de mármol y La Garapacha a nuestros pies.

Retornamos por la pista asfaltada de servicio que une las dos cumbres, formando un enorme tobogán. Ahora si encontramos muchos senderistas y ciclistas que han llegado por otras rutas. Es un corto paseo con varias rampas de subida y bajada, en las que tenemos bonitas  perspectivas de ambos picos.


Pico de los Cenajos (1.229 m.) Su refugio está semi abandonado y pintarrajeado, al menos la Caseta Forestal se ha salvado de los “Artistas Gilipollas”. Desde el bonito y despejado mirador compartimos miradas al ahora brumoso valle del Caramucel.

Almorzamos protegidos en las paredes del refugio, charlando con senderistas murcianos que paradójicamente desconocen los mejores enclaves de su provincia. Emprendemos el regreso bajando por la izquierda la pista asfaltada donde poco después tenemos marcada una senda por la izquierda.


Antes, descendemos unos cientos de metros ida y vuelta para visitar los Pozos de la Nieve. Hay dos pero su conservación es muy deficiente, solo uno de ellos mantiene apenas un trozo de cúpula. La vieja cultura de la conservación de alimentos va quedando en el olvido con los nuevos tiempos.

Tomamos la nueva senda que a media ladera rodea el Pico de los Cenajos que  ha quedado arriba. Dejamos la umbría y salimos a la solana, el día está mejorando notablemente. Es un sendero amplio, de rápido descenso que enseguida nos ofrece buenas vistas a la montaña que antes hemos coronado.

Comenzamos a separarnos de la sierra en dirección a unas lomas pobladas de pinos, que por detrás de ellas asoma un perfil puntiagudo del Caramucel. Hacia la Pila las miradas son espectaculares, distinguimos a la perfección el paso de esta mañana por el desfiladero y el derrumbe, que ahora parece una grieta.

Seguimos bajando, y antes de hacer una cerrada curva a la izquierda para evitar los barrancos, nos separamos unas decenas de metros hasta unas rocas, que hacen de balcón, y nos permiten tener una espléndida panorámica del pequeño valle que forma el Barranco del Mulo. La bruma impide ver el mar.

Encaramos de frente la montaña hasta enlazar con el cruce de esta mañana, cerrando el irregular círculo de la ruta, y por el  mismo camino de subida nos vamos deslizando hasta La Garapacha, dando por finalizada esta preciosa excursión. Ahora hay varios coches alrededor de la iglesia y del Bar. Aprovechamos para tomar unas cañas con michirones  que saben a gloria.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 15 KM.
TIEMPO: 04:35 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.265 m. (Pico de la Pila)
ALTURA MÍNIMA: 579 M. (La Garapacha)
DESNIVEL POSITIVO: 855 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 853 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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