Posted by : Vaig a Peu viernes, 14 de junio de 2013

A pesar de ser la imagen más fotografiada de la Alpujarra y la estampa típica de la región lo es por méritos propios ya que reúne todos los condimentos esenciales para quien hace una incursión en la comarca granadina: naturaleza exuberante, arquitectura vernácula, artesanía rescatada, servicios turísticos, importante red de senderos... El barranco del Poqueira es un verdadero ‘surco’ –del latín porca-porcae– de agua de este caudaloso río de montaña que se despeña e irriga con generosidad huertos y bosques, aporta la energía necesaria para el desarrollo de sus pueblos y da unidad a un valle declarado conjunto histórico desde 1982. Estampas cautivadoras en la Alpujarra hay muchas pero la del Barranco de Poqueira ocupa un lugar señero. Porque si algo le caracteriza es el marco natural que conforman, con profusión de vegetación, las arboledas y las huertas cultivadas. Cualquier época es ideal para conocer la zona: en otoño cuando hay un auténtico festival multicolor en las hojas cambiantes de las especies caducifolias, sobre todo castaños cuya recogida de frutos se celebra en la zona con la tradicional fiesta de la Mauraca; en invierno cuando la nieve pinta las altas cumbres y se deja ver, al menos un par de días, sobre los pueblos del Barranco; en primavera cuando el río baja caudaloso del deshielo y despierta la savia de la floresta; e incluso en verano al dejar la nieve el paso libre hacia las cumbres de Sierra Nevada para disfrute de los montañeros. Las especies vegetales de alta montaña como encinas, robles y castaños dominan las lomas y los húmedos barrancos pero este bosque primitivo también ha sido modificado durante siglos por el hombre. En las partes altas de la sierra existen algunos importantes bosques de repoblación de pinos. Y así parajes como el de Puente Palo, entre Cáñar y Soportújar, se han convertido en auténticos pulmones de verdor muy recomendables y necesarios, sobre todo, para aliviarse en los largos y calurosos días de verano. Otro de los elementos diferenciadores de la zona es el conjunto de huertas aterrazadas, un ingenioso paisaje rural formado por bancales centenarios en donde se siembran hortalizas y abundan los frutales como cerezos, castaños y nogales. Todo este paisaje, que llega hasta los 2000 metros de altitud y se encuentra ‘moteado’ por pequeños cortijos rurales es posible gracias al sistema de acequias que se nutren del río Poqueira y de sus helados afluentes de montaña. Un sistema tradicional, antiquísimo, que aporta agua desde las alturas de Sierra Nevada y convierte todo este espacio natural en un vergel como reflejan las crónicas históricas. En el mirador de la Junta de los ríos se alzan todavía, sobre un escarpe rocoso, los restos de las murallas del castillo de Poqueyra. Antiguo hisn y atalaya de la vieja tahá de Poqueyra que ocupa un lugar privilegiado desde el que se tiene una amplia panorámica. Y que justifica su situación estratégica porque domina un amplio valle, la confluencia de los ríos Poqueira y Trevélez y las sierras circundantes. Los muros de tapial y el gran aljibe cuadrangular quedan como testigos mudos de la importancia de este lugar que, por lo general, pasa inadvertido a la mayoría de los visitantes, tal vez por falta de señalización.  La tahá de Poqueyra estuvo formada por los tres núcleos conocidos más las desaparecidas alquerías de Alguastar y Beniodmín, lugares de cierta importancia que contaban incluso con mezquita pero que fueron abandonados tras la huída de los moriscos. Familias castellanas, leonesas y gallegas repoblaron toda la zona en la época de Felipe II, hecho éste que sigue suscitando polémicos equívocos sobre la controvertida etimología de estos pueblos, con esa terminación de sonoridad galaica en -eira. Nada más lejos de la realidad, hay que insistir, ya que los vocablos son mucho anteriores, de la etapa mozárabe, y vienen a describir la tierra de vides y pámpanos (pampinarius), de bueyes (bos-bovis) y el lugar que está en todo lo alto, a la cabeza del valle (capillaria)
CÓMO LLEGAR: Autovía hacia Granada, continuar dirección Motril, Lanjarón, Pampaneira, Burbión y Capileira. Por la pista de tierra hasta la Central Eléctrica. Suele haber sitio para aparcar.
1ª JORNADA 14/06/2013
ITINERARIO: CENTRAL ELÉCTRICA DE LA CEBADILLA / CORTIJO DE NAUTE / CORTIJO DE LA ISLA / CORTIJO NUEVO / ACEQUIA BAJA / CORTIJO DE LAS TOMAS /  ACEQUIA ALTA / HOYA DEL PEÑÓN NEGRO / REFUGIO POQUEIRA.
COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, LOURDES Y PATRO.



LA RUTA: Fieles a nuestra cita anual con el Pico Mulhacén, la cual hemos ido retrasando desde mediados de mayo para adaptarnos a las fechas disponibles del grupo, y que esta vez iniciaremos desde el Barranco de Poqueira con una duración de dos jornadas. El viaje a ha sido relajado y después de callejear por Capileira, a la fresca sombra del cañizo de una terraza hemos dado buena cuenta de un contundente plato alpujarreño. Con algo de dificultad, debido a la obras de mantenimiento de la pista forestal, llegamos a al aparcamiento de la Central Eléctrica.







Nos cambiamos de ropa, calzamos las botas, cargamos mochilas, piolet y crampones.  El sol está en lo alto pero no parece apretar mucho, el ambiente es seco. Cruzamos el puente de la Central y por la derecha iniciamos con el sendero PR A-23, ruta de las acequias del Poqueira que nos conducirá con un fuerte desnivel hasta el Cortijo de las Tomas.







Enseguida tomamos altura por medio de unas rampas y dejamos el río en el fondo del barranco. En la otra vertiente una chorrera se precipita ladera abajo. La primavera ha dejado la sierra preciosa con multitud de tonos verdes, transitamos entre hermosos castaños y encinas en flor.








La vereda llanea durante un tramo y por la derecha dejamos la senda del Toril. Al fondo comienzan a verse las lomas del Mulhacén moteadas con varios neveros que todavía persisten. La cantidad de nieve ha disminuido bastante en estos últimos quince días, pero en las cumbres de orientación norte se mantendrá durante algún mes más.








Alcanzamos el cortijo de Naute, uno de los pocos que mantienen la tradición ganadera en esta zona, y la senda empieza un suave descenso hasta llegar al caudaloso curso del río que cruzamos por medio de un artístico puente de piedra, el estruendo y frescor de las aguas nos espabila.




Remontamos por el lecho del barranco y cruzamos el río Veleta varias veces por puentes de piedra hasta llegar al último  y más estruendoso, lugar en el que se unen varios cauces. Estamos en la Hoya del Capitán donde confluyen el río Mulhacén, al que más arriba ya se le ha unido el río Seco, y los barrancos de Peñón Grande, Peñón Gordo y el Posteruelo. Debido al deshielo los cauces vienen a rebosar y la fuerza de las aguas es espectacular. El paraje es de una belleza salvaje.







Ahora comienza la parte más exigente del recorrido, también debido al peso extra de nuestras mochilas, en apenas dos kilómetros tenemos que superar 650 metros de desnivel positivo. Cruzamos el río abandonándolo definitivamente, y empezamos a ganar altura dejando a nuestra izquierda el río Mulhacén.








El esfuerzo es considerable y prolongado, superando poco a poco las lomas arribamos y cruzamos por medio de un puente la Acequia Baja, que forma parte del entramado de origen árabe que abastece de agua las huertas alpujarreñas. Hacia atrás, vemos el largo y profundo surco del Barranco Poqueira.





Llegamos al cortijo de las Tomas. Un colorido espantapájaros nos recibe junto a la valla que guarda el ganado. En un cobertizo pequeño tienen recluidas a las ovejas más jóvenes que balan sin cesar. En los borreguiles tomamos un respiro. Aquí dejamos el PR A-23, y por detrás de la valla un poste nos indica la continuación, marcado ahora por balizas de color anaranjado.









Seguimos subiendo y cruzaremos la Acequia Alta, poco más arriba tenemos una bonita vista de su trazado. Se mantiene el ascenso y alcanzamos la Hoya del Peñón Negro donde se encuentra situado el refugio, poco después ya lo tenemos a la vista y nos quedan diez minutos de falso llano.


Refugio de Poqueira (2.500 m.) Cerca del refugio apenas queda una pala de nieve, pero a la izquierda por el cauce del río Mulhacén, las lomas están moteadas de blanco. Nos asignan la habitación de la Alcazaba para nosotros y pedimos ducha de agua caliente. Nos cambiamos, ponemos a secar algunas prendas y bajamos a cenar. Después de un poco de cháchara nos subimos a preparar las mochilas y a dormir. Ha sido una ruta corta pero intensa y mañana nos espera un día increíble con unos 1.000 m. de desnivel positivo y unos 2.000 m. de desnivel negativo.
RECORRIDO: LINEAL.
AGUA EN RUTA: En los ríos, pero mejor ir preparados del Capileira.
DISTANCIA: 6,160 KM.
TIEMPO: 03:10 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 2.500 M. (Refugio de Poqueira)
ALTURA MÍNIMA: 1.532 M. (Central Eléctrica)
DESNIVEL POSITIVO: 1.087 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 103 M.
DIFICULTAD: ALTA. (Desnivel muy fuerte en pocos km)
2ª JORNADA 15/06/2013
ITINERARIO: REFUGIO POQUEIRA / CAUCE DEL RÍO MULHACÉN / PISTA DE TIERRA / COLLADO DEL CIERVO / PICO MULHACÉN / MULHACÉN II / LOMA DEL MULHACÉN / REFUGIO POQUEIRA / ACEQUIA ALTA / CORTIJO DE LAS TOMAS / ACEQUIA BAJA / CENTRAL ELÉCTRICA DE LA CEBADILLA.
COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, LOURDES Y PATRO.


LA RUTA: La noche ha sido tranquila pese a ruidos y serenatas de ronquidos, todas las habitaciones están comunicadas por el techo. Se duerme poco pero al menos se descansa. Antes de las siete estamos en pie. Nos han dejado dos de las cuatro taquillas que devolveremos las llaves al regreso de la cumbre. Vaciamos de peso las mochilas sin dejar el piolet y crampones, que aconsejan llevarlos. Hace un día espléndido, despejado y sin aire. Tomamos un buen desayuno y a las 7:30 con la foto de rigor emprendemos la marcha.










Caminamos a la derecha del refugio por la senda que nos conduce al cauce del río Mulhacén teniendo como guía los blancos neveros en las laderas. Dos grupos más nos preceden a corta distancia. Hacia atrás, el refugio queda solitario rodeado de lomas.








Descendemos hasta el lecho del rio para transitar por la orilla izquierda de su cauce. Vuelve el sonido del agua al correr y algunos neveros forman puentes de hielo tapando tramos de río. Los que nos preceden cruzan el río y se escoran a la izquierda en busca de zonas con menos palas de nieve.










Remontamos el cauce poco a poco, evitando los neveros del río por estrechas sendas paralelas al curso. Tenemos que cruzar a la otra orilla. El barranco se ensancha y las palas de nieve son cada vez más grandes y frecuentes, aunque nos permite caminar sin atravesarlas.









Llegado el momento, una gran pala de nieve ocupa todo nuestro camino. Rodearla por la izquierda implica hacer lo que han hecho los que nos preceden, que quizás no lleven crampones, alargando más la ruta; además, Lourdes y Patro están locos por ponérselos.








Julián y yo, tanteamos la nieve pisando unos tramos, y está perfecta. Como si fuera nieve primavera. Está blanda y se hunde unos centímetros al pisarla; no hay placas heladas y siguiendo los rastros de huellas anteriores, quizás de animales, comenzamos a  cruzarla en ascenso mientras los demás se pertrechan por seguridad.







Resulta sencillo y bastante agradable atravesar los 50 ó 60 metros de longitud. Ahora vienen los artistas con sus botas dentadas y una sonrisa de oreja a oreja. Hacemos un gran reportaje fotográfico mientras cruzan y continúan con los crampones puestos en busca de la próxima pala de nieve.








Retomamos de nuevo el sendero original  junto al río continuando el ascenso. Más adelante tenemos otra pala de nieve que podríamos rodear, pero están tan lanzados que quieren más. Ésta es algo más pequeña y luego viene otra más grande, que después de superarla vemos a la izquierda una pequeña laguna formada por el deshielo.









Poco más arriba, vemos el trazado de la carretera de tierra y subimos hasta alcanzarla. La cantidad de nieve aquí es importante pero sigue siendo transitable. Cuando llegamos a la altura de las primeras lagunillas, antes de llegar al desvío para la Caldera, comenzamos a ascender en oblicuo para conectar con la senda que viene del Collado del Ciervo.







Una vez en la arista, reponemos fuerzas tomando unas barritas energéticas e hidratos de carbono. El desnivel hasta la cumbre es el mismo pero esta senda es más cómoda y directa. Empezamos a alucinar. Las vistas son grandiosas y hay mucha más nieve de la que creíamos. Desde la Caldera al Veleta es una pasada.






Atravesamos la última pala de nieve y tenemos al alcance de la mano la loma del Mulhacén. Las vistas hacia atrás son preciosas, con la altura ganada distinguimos perfectamente el refugio y dentro del circo, la laguna helada de la Caldera. En un mirador podemos asomarnos y ver la Alcazaba (3.364 m.) con grandes manchas de nieve y más al fondo el Puntal de Vacares (3.143 m.)










Nos esforzamos por las rampas y zigzags hasta alcanzar el cordal de la sierra y por el ancho camino en línea recta al punto geodésico que corona un pequeño montículo rocoso donde hay un nicho con la imagen de la Virgen de las Nieves. A sus pies se mantiene una buena pala de nieve.







Pico Mulhacén (3.479 m.) máxima altura de la Península, en unos días espero coronar el Pico Teide (3.718 m.) que es la mayor de España. Julián nos sorprende y llena de alegría, se enfunda una camiseta del Elche y hace ondear su bandera, todos subimos a festejar el ascenso a 1ª división.









Las vistas nevadas impresionan. Hacia abajo tenemos un tajo de más de 600 metros hasta la laguna de la Mosca que está congelada, su chorrera desciende por el barranco y llega a Güejar Sierra. Hay poca gente a estas horas, hace un poco de aire y tenemos que abrigarnos. Tomamos un respiro y nos relajamos comprobando en el mapa la ruta de regreso.










Deshacemos camino por el cordal para continuar recto por la loma. Nos encontramos con uno de los grupos que nos precedía esta mañana, al cruzar por las palas de nieve les hemos adelantado en más de media hora.












Continuamos por el sendero de lajas marrón oscuro típico de Sierra Nevada y enseguida tenemos a la vista el hito del Mulhacén II (3.363 m.) que coronamos cuando llega un grupo numeroso que asciende por la loma.









Seguimos bajando hasta llegar a un gran hito de piedras donde giramos a la derecha y el descenso se agiliza. En el fondo vemos el refugio de Poqueira a unos 800 metros de desnivel. Nos armamos de valor, con paciencia y destreza vamos descendiendo a buen ritmo.










A media loma perturbamos a una manada de cabras que acostumbradas a ver gente apenas nos hacen caso y nos mantienen siempre la misma distancia. Estamos en la vertical del refugio y parece que podamos tocarlo, pero nunca llegamos.









Junto a una gran piedra, el cauce de un pequeño arroyo acelera nuestro descenso y para nuestra alegría alcanzamos la pista de tierra, la cruzamos y seguimos rectos hasta llegar al Refugio Poqueira. Son las 13:00 horas y la porchada está aminada de gente.







Cerramos el círculo con mil metros de subida y otros mil de bajada, pero nos quedan otros mil de descenso hasta la Central de la Cebadilla. Pasamos a la cantina y decidimos comer de nuestras viandas, así rebajaremos peso, puesto que hemos de cargar con las cosas que dejamos en las taquillas esta mañana. Unas frescas cervezas nos reponen.


Con ropa más ligera y buena protección solar iniciamos el tramo final. La pendiente es fuerte y nos lo tomamos con calma. Nos cruzamos con gente que sube y todos hacen la misma pregunta ¿Cuánto queda? La verdad es que este trecho es duro. Nos quedamos sorprendidos cuando una pareja de mediana edad y poca facha deportiva nos pide medicación para el mareo. Apenas llevan un culín de agua y nada para comer. Les damos geles, barritas energéticas y una botella de agua. Les recomendamos que tomen Ibuprofeno y no dejen de beber poco a poco. Les queda menos de una hora aunque para ellos sean dos. Hay imprudencias que no las entiendo y más en gente de su edad.










Sobrepasamos la Acequia Alta y en cortijo de las Tomas el ganado está pastando en la ladera. Vamos dejando atrás las lomas moteadas de blancos neveros. El simpático espantapájaros nos muestra el surco del Barranco Poqueira que todavía nos queda por recorrer.








En la Hoya del Capitán la confluencia de ríos es más tumultuosa que ayer, el deshielo avanza por días. Marchamos por el lecho del barranco cruzando los caudalosos ríos por los puentes hasta que subimos por la derecha abandonando el cauce definitivamente.





Recorremos el tramo de vegetación arbórea a la sombra de castaños y encinas. Arribamos a los zigzags y rampas que nos descienden al puente de la Central Eléctrica de la Cebadilla y concluimos esta maratoniana excursión de alta montaña. Estamos cansados pero agradecidos de haber pateado estos hermosos parajes. Nuestras piernas protestarán mañana y pasado, pero nuestras mentes ya están planeando nuevas rutas.

RECORRIDO: CIRCULAR HASTA EL REF. DE POQUEIRA Y LINEAL HASTA LA CENTRAL ELÉCTRICA.
AGUA EN RUTA: NO. (Llevar pastillas potabilizadoras)
DISTANCIA: 13,400 KM.
TIEMPO: 08:40 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 3.479 M. (Mulhacén)
ALTURA MÍNIMA: 1.532 M. (Central Eléctrica)
DESNIVEL POSITIVO: 1.080 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 2.076 M.

DIFICULTAD: DIFÍCIL.

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

Entradas Más Visitadas

Patrocinadores:

Retales Design. Con la tecnología de Blogger.

- Copyright © Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos -Metrominimalist- Template by Johanes Djogan - Blog Designed by Díez Pérez - Gráfico&Web -