DESDE BENIGEMBLA, EL COCOLL Y LA UMBRÍA DE LA SERRA DE SES CORDELLERES

Posted by : Vaig a Peu sábado, 7 de enero de 2017

El Alt del Cocoll, esa montaña sin historia y casi desconocida para la mayoría de los alicantinos. La fama se la llevan otras de menor envergadura como el Cavall Verd y las grandes y altas montañas con las que no tiene comparación. No es agraciada por agreste, ni la rodea vegetación alguna, pero las cosas no se miran desde arriba, si no, como decía Miguel Hernández “alto soy de mirar las palmeras…” Su grandeza está en su situación, en ser una de las mejores atalayas para contemplar el resto de montañas, y eso, para un montañero enamorado de ellas no tiene parangón.

Benigembla es uno de los pueblos más recónditos de la provincia de Alicante. Enclavado en la Marina Alta, dentro del Valle del Pop y emplazado junto al curso del río Xaló o Gorgos, que lo atraviesa de Oeste a Este cuando va encajonado entre las sierras del Cavall Verd y el Carrascal de Parcent. De origen árabe como casi todos los pueblos del Valle, hasta 1544 fue señorío de la familia de Pere Andrés. En 1609 al conocerse la noticia del decreto de expulsión, los moriscos de esta población junto con otros 14.000 de la zona se concentraron en la cumbre de la montaña del Cavall Verd o de El Pop para protegerse de los ataque de los cristianos. Después del decreto de expulsión de los moriscos, el pueblo se repobló mayoritariamente de mallorquines y catalanes occidentales.

CÓMO LLEGAR: Autopista A-7 hacia Valencia. Salida 63 BENISSA / TEULADA / GATA DE GORGOS, continuar por la N-332, cruzar el pueblo de Benissa y al final girar a la derecha por la CV-750 hacia Jalón, continuar hasta Parcent, girar hacia la izquierda por la CV-720 hasta Benigembla, pasar el pueblo unos cuatrocientos metros y a la derecha hay un pequeño espacio para aparcar y en frente a la izquierda comienza el Camí del Corral Nou, ver señalización vertical.

COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y PATRO.

ITINERARIO: CAMÍ DEL CORRAL NOU / ALJUB DEL FRARE / CORRAL DE LA MALEA / LA CORONA / MALADA DEL BOU / PLA D’EN MORAGUES / AERÓDROMO / ALT DEL COCOLL / BARRANC GALITERO / BARRANC DE ALMADICH / GRANDES CARRASCAS / LLOMETA D’ALBORDO / BARRANC DEL TEST / COVETA / PENYES FINESTRES / TOSALET DEL AVENC / BENIGEMBLA / CAMÍ DEL CORRAL NOU.

LA RUTA: Hace casi cuatro años que vinimos la última vez, regresando por al Barranc de Almadich. Esta vez la variación está en el regreso que lo haremos por la parte alta, siguiendo los sinuosos contornos de los acantilados en la umbría de la Serra de Ses Cordelleres, para regresar de nuevo a Benigembla.

Hace un día húmedo y frío, todo está muy tranquilo. Iniciamos por el Camí del Corral Nou, asfaltado por las primeras casas de campo y que pierde el duro suelo al llegar a las ruinas de un antiguo corral derruido entre chumberas infectadas por hongos. Hacia atrás la Serra del Penyó Roig va tomando relevancia.

Viene un cercado ganadero y el sendero gira a la derecha tomando altura por la laderas de la montaña. Un primer poste balizado nos indica la distancia hasta el Aljub del Frare cerca de unas terrazas con las ruinas de otro corral. El desnivel ganado nos permite otra vista de Benigembla a los pies del Penyó Roig.

Metidos en la umbría y sin dejar de subir, vamos rodeando la loma hasta entrar en el Barranc del Bou donde contemplamos la sucesión de antiguas terrazas abancaladas con muretes de piedra seca, ganándole terreno a la montaña y que ahora están en total abandono, quizás desde la expulsión de los moriscos en 1609.

Continuamos subiendo por las lomas de la ladera del barranco hasta llegar a la cota de los 490 m., donde otro poste vertical nos indica la situación del Ajub del Frare, pequeño pozo en un estrecho túnel excavado en un margen de piedra seca, al que se accedía bajando por unas piedras que sobresalen del muro a modo de peldaños y ahora están derruidas.

Al final del barranco, en una de las últimas lomas, distinguimos la caseta de vigilancia forestal del Cocoll y entramos en un recodo donde la vegetación de matorral es más abundante entre yermos bancales de piedra seca. Por detrás, y a diferente altura volvemos a tener otra visión del Penyó Roig.

Otro poste nos indica la dirección del Plá d’en Moragues. Más tarde culminamos la loma y tenemos el emplazamiento del antiguo Corral de la Malea también en ruinas, en un pequeño llano dominando sus ancestrales posesiones, protegidas por el Mirabó y con unas vistas maravillosas al valle.

Superamos otra loma en la zona de la Corona con algunos espigados pinos, restos de la antigua foresta que han sobrevivido a los múltiples incendios. En este tramo vemos algunos indicios de senda por la izquierda que parecen dirigirse al Mirabó que asoma tímidamente frente al Penyó Roig, y que incluiremos en próximas rutas.

Comenzamos el suave ascenso a la Mallada del Bou guiados por unos postes de madera que nos orientan en la dirección de la senda que a veces desaparece. A nuestra izquierda tenemos una buena vista del inicio del Barranc del Almadich y hacia atrás, todo el valle que hemos remontado con la silueta brumosa del Montgó y el mar.

Tenemos una visión muy nítida de la cumbre y del frontal de la cresta de l’Aixortá. Llegamos al Pla d’en Moragues y a la pista de tierra del Aeródromo y el Helipuerto, donde avionetas y helicópteros de los Servicios Forestales tienen una pequeña base para incendios. Hoy no hay ningún aparato. Buena señal.

Cruzamos la pista del Aeródromo para enfilar la canaleta de la tubería del depósito de agua y coger el ancho camino de tierra que pasa por delante de las instalaciones, que haciendo varias curvas y rampas nos va elevado hasta la caseta de vigilancia y el punto geodésico de la cumbre.

Alt del Cocoll (1.045 m.), el pilón está detrás de la caseta, junto al profundo precipicio del Barranc de Galitero. Y las vistas…. Ahí está todo el elenco de montañas: Serra del Ferrer, Bernia, Serra Gelada, Aitana, la Serrella, la Malla del Llop, la Aixortá y Morro Blau, Alfaro, Almudaina, Montcabrer, Menejador, Benicadell, la Foradá, la Safor, Monduver, Falconera, Segaria, Cavall Verd, la Carrasca, Migdía, Montgó, Castell d’Aixa, Carrascar de Parcent, Mirabó, Peña d’Altar…y todo ello contemplado desde un otero, una simple atalaya: EL COCOLL.

Satisfechos y henchidos, decidimos almorzar más tarde y comenzamos el retorno para cerrar el círculo. Descendemos por el ancho camino dejando el Aeródromo a nuestra izquierda, bajando hasta una rambla del Barranco del Galitero, donde giramos a la izquierda, veremos la cuba oxidada de un camión cisterna y varias bañeras para abrevar el ganado.

Es un tramo algo confuso a la entrada el Barranc de Almadich donde hay un redil vallado y el caño de una fuente que desagua en otra bañera. Tenemos que continuar hacia unas enormes carrascas centenarias que hay más adelante, para poco después hacer una bajada por la izquierda al fondo de una rambla.

Una vez en el cauce hacemos una fuerte remontada hasta la parte alta de la Llometa d’Albordo, situándonos a unos ochocientos metros de altura aproximadamente donde, un precioso sendero comienza a deslizarnos por todos los contornos de la umbría de la Serra de Ses Cordelleres.

El paisaje es espectacular, caminamos a gran altura por la ladera derecha del Barranc de Almadich, con extensas panorámicas al mar, al Mirabó y Serra del Cavall Verd. Descendemos para salvar el Barranc del Test que tributa al de Almadich, haciendo una nueva y acentuada subida siguiendo los perfiles de la sierra.

En la parte alta transitamos por la base de las enormes paredes que componen la parte frontal de las rocosas muelas, donde las hiedras trepadoras se adhieren y acampan a sus anchas. Pasamos por una especie de cueva pequeña y alargada, insuficiente para protegernos en caso de lluvia.

Nos acercamos a otra depresión producida por los cortos y anchos cauces de ramblas que desde las cumbres se precipitan al gran cauce del barranco. El sendero recorre los sinuosos contornos descendiendo hasta el lecho de la rambla y volver a recuperar altura en la otra ladera de la siguiente muela.

Cada una es totalmente distinta a la otra, son como proas de grandes buques y casi todas metidas en la umbría, nos cuesta encontrar una donde unos tímidos rayos de sol calientan mientras acampamos para el almuerzo, por supuesto con miradas al Cocoll y al Penyó Roig que las nubes comienzan a tapar.

Vamos pasando de faja en faja, frontal a frontal y observando el siguiente, diferente y más agreste, tapizado de hiedras y con un diminuto menhir en su base. Desde nuestra posición no vemos las cumbres de las montañas que estamos recorriendo, Tossal d’en Serra, Penya l’Altar, con alturas cercanas a los mil metros.

Superado el pequeño menhir y la consecuente rambla, la proa siguiente es grandiosa y altiva con diversas oquedades en su irregular frontal, se trata de la Penya de les Finestres que hace de barrera a su retirada cima, el Tossal de Polupi, una de las últimas estribaciones de la Serra de Ses Cordelleres.

El próximo tobogán es por una inclinada rambla, menos profunda que las anteriores pero con abundante vegetación de matorral. Nos acercamos a un nuevo frontal, una espectacular placa rocosa en forma de grandioso escudo protector que rebasamos a cierta distancia.

Las siguientes franjas son menos llamativas y el sendero comienza a descender con suavidad por plataformas de menor altitud con toboganes más ligeros y cortos. Los pequeños frontales son peñascosos y aparecen los pinos. Benigembla entra en escena a los pies del Cavall Verd cubierto por nubes bajas.

El sendero desemboca en un camino junto a una finca y rodea el Tossal del Avenc (563 m.) por la derecha. El firme aparece cementado para hacer un fuerte descenso entre prolongadas rampas con miradas al Tossal poblado de pinos hasta la cumbre, y al Cavall Verd que se ha desprendido de las nubes.

El camino termina en la carretera CV-720 a la entrada de Benigembla donde hay unas casas de campo con dos ejemplares centenarios, uno de olivo y otro de algarrobo. Tras cruzar Benigembla, en unos cientos de metros finalizamos la ruta. Maravilloso recorrido el regreso por la Serra de Ses Cordelleres.