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Posted by : Vaig a Peu
sábado, 5 de diciembre de 2015
La sierra del
Ferrer, es la gran desconocida entre
las montañas de la provincia de Alicante,
quizás por el renombre y magnitud que tienen sus vecinas, a las que acuden cada
fin de semana la mayoría de senderistas y montañeros. Queda conformada por una
afilada cresta con verticales caídas, principalmente las que quedan orientadas
al oeste. Su alineación dibuja una línea paralela a la costa y conecta en
perpendicular con su hermana sierra
de Bernia, solo separada por el profundo Barranc del Curt. La Sierra del Ferrer está situada entre la de Bérnia y la del Carrascal
de Parcent, en la
línea divisoria entre las dos Marinas (Alta y Baja), en el País Valenciano. Esta sierra es conocida
también con el nombre de Peña Latebra, palabra que en latín significa escondite. Su
cota máxima es el Pico del Ferrer o Peña Migjorn como es conocida en Tárbena. Con una longitud de 5 kilómetros, se
eleva hasta los 898 m. de altura, y separa los términos municipales
de Tárbena, Jalón y Alcalalí. En la vertiente oriental de la
Sierra del Ferrer nace el Barranc de
Murta que, tras atravesar la partida del mismo nombre, se une al Barranc de Masserof para formar el Riuet
de Cuta, tributario del río Jalón-Gorgos. El
paraje donde se juntan se denomina Pla dels Barrancs y se
encuentra a unos 1,5 kilómetros de la población de Jalón. En el flanco norte de esta sierra se
origina el Barranc de les Passules o Barranc Negre, que
es también un afluente del río Jalón-Gorgos. Por la vertiente occidental nace
el Barranc de l’Olm que
discurre paralelo a la sierra, y en la partida del Bancal-Llarg se une al
Ruiet de Sacos, que más
abajo toma el nombre de Río Algar.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7
dirección Valencia, salida en la número 64 ALTEA /CALPE, continuar por la
CV-755 hasta Callosa d’Ensarriá, en la rotonda tomar la CV-715 dirección
Bolulla y Tárberna hasta llegar al Coll de Rates. Aparcar sin llegar a subir al
Restaurante.
COMPONENTES: VICENTE.
ITINERARIO: COLL DE RATES
/ DESVÍO LA TEBRA / SUBIDA / ANTENA TV / TRAMO MUY AÉREO / POR DEBAJO DE LA
CRESTA / 814 M. / 839 M. / COLLADO DE LA CANAL / PIC DEL FERRER / TORRE
ELÉCTRICA / DESCENSO / DESVÍO PISTA / DESVÍO BANCALES / BARRANQUET DEL REPELAT
/ ANTIGUA SENDA / CARRETERA CV-749 / MASSEROF / DESVÍO BARRANC NEGRE / CRUCE
SUBIDA / COLL DE RATES.
LA RUTA: La última vez que visitamos la Serra del Ferrer hace casi cinco años, fue desde el Caserío de Masserof por el Collado de la canal, recorriendo las crestas hasta la cima y bajar por la torre eléctrica. Tengo grandes recuerdos y buenas fotos de un día casi primaveral.
Encontré un Track de Toni Cama que hace la ruta desde el inicio de la cresta, donde hay tramos muy aéreos y expuestos, para en el regreso acortar por caminos sin mucho asfalto. Como siempre hay que dejar claro que estas rutas no son aptas para todo el mundo, tienen pasos arriesgados que requieren mucha experiencia.
Al final ha fallado el grupo y me he quedado solo, pero no he querido cambiar la ruta. Inicio desde el Coll de Rates cruzando la carretera y tomando el camino de tierra. El día no está muy claro, sobretodo en la costa, donde la bruma y las nubes bajas no terminan de levantar.
Después de una gran revuelta del camino, viene un desvío a la Tebra por la izquierda, por una senda con abundante vegetación, marcada con cintas de plástico, posiblemente haya habido una carrera. Aparece en el horizonte la Serra del Ferrer y Tárbena escondida entre las montañas.
Se debe bajar un poco para terminar de rodear la Penya de Coll de Rates, a la altura de los cuidados bancales de El Massil; llegar al inicio del cauce del Barranc Negre, donde tenemos espectaculares vistas al Puig Campana y Ponoig entre la bruma, y la Serra del Castell de la Solana algo más despejada.
Hay que remontar el incipiente inicio del Barranc Negre y directamente comenzar a subir por la ladera, por un empinado sendero muy claro entre la vegetación y que asciende con rapidez, dejándonos elevadas vistas del entorno, y frontales al primer morro de la sierra.
La vegetación arbórea va desapareciendo y el sendero es pura roca. Se gira un poco a la izquierda buscando el cordal de la sierra con facilidad, avanzando hasta un largo e inclinado pasillo rocoso, que una vez superado nos deja libre y despejado el cordal y la cresta de la sierra.
Las vistas, cada vez más aéreas, se amplían a los cuatro costados al tiempo que se progresa. Pronto se llega al primer punto de referencia, una antena de televisión caída y un cajón de madera que contiene sus accesorios, a su lado un pequeño ventilador, que no sé qué demonios hace aquí arriba.
En el siguiente trecho la cresta se aprieta y afina, hay que asegurar cada paso. Una vez llegado al Waypoint “Trecho muy aéreo” pliego los bastones y guardo la cámara en la mochila para tener las manos libres. Pero apenas recorro unos quince metros, la prudencia me recuerda que voy solo y que no debo seguir.
Sin tener que reprocharme nada, intento salir airoso de esta situación. Vuelvo atrás con mucha más lentitud de la que he llegado. Voy dándole vueltas a cómo proseguir la ruta; desde la antena recuerdo haber visto rastros de senda en la vertiente del Barranc del Llom, pero eso significaría casi iniciar de nuevo.
Hago un intento fallido al no haber bajada, y poco antes de la antena lo intento de nuevo, esta vez sí parece posible. Poco a poco, escalonadamente, pegado a las paredes y haciendo sencillos destrepes consigo llegar a tierra firme. Recupero los bastones y la cámara para continuar marchando por la base de la cresta.
Situado entre los dos espectaculares morrones, admiro los impresionantes pliegues rocosos que han moldeado esta sierra. Resulta sencillo, por los muchos agarres y apoyos que existen, ir trepando y subiendo hasta el segundo de los espolones; una vez arriba vuelven las tremendas panorámicas.
Vuelvo a estar en el cordal de la cresta. Compruebo visualmente el tramo que he renunciado a pasar, y es tremendo, muy afilado y vertical. Me siento satisfecho de poder proseguir. Sin tensiones, pero siempre mirando atrás, comprobando y admirando la agreste belleza de esta sierra.
Por delante tenemos una singular y amplia mirada a la sierra de Bérnia, con una delgada franja de bruma baja a sus pies. Alcanzamos el punto más elevado hasta ahora, 814 m., atrás las crestas predominan sobre la Vall del Pop mucho más alejada.
La fisonomía de las crestas va cambiando, ya no son tan pétreas, sino quebradas e irregulares, con el incomodo lapiaz y abundante matorral bajo. El mar se va aclarando y obtenemos una preciosa vista al Morro de Toix, la Oltá y al Penyal de Ifach que ahora vemos al completo.
Es preferible caminar por el filo de la cresta subiendo en ocasiones, y sorteando, en otras, algunos enclaves rocosos por la izquierda. Realmente es un espectáculo visual el tránsito por esta sierra, con apenas novecientos metros, por su situación, es uno de los mejores oteros de la provincia.
El GPS marca otro punto de referencia a los 839 m., para luego llevarnos por la izquierda, salvando un entorno de estrechas paredes verticales por las que no es necesario subir por su filo. De frente, ya tenemos a la vista el enorme morrón donde está ubicada la cumbre.
Seguimos esquivando puntiagudas agujas y planas losas verticales, donde la vegetación de coscoja y el matorral de romero son abundantes, también algunos ejemplares de pino han conseguido enraizarse entre las rocas y mantener el equilibrio en lo alto de los peñascos.
Por medio de un pasillo rocoso subimos a otro escollo y comenzamos a descender escalonadamente hacia un sendero que vemos abajo, en el Collado de la Canal. Tenemos magnificas vistas al Penyal de Ifach por un lado, y por el otro a todo el macizo de la Aixortá y Aitana.
Una vez pasado el Collado de la Canal, siguiendo el sendero por la derecha, comenzamos a remontar por la umbría una empinada cuesta entre las paredes, superada la elevación, por fin tenemos a la vista la cima de la Sierra del Ferrer. Las miradas al paisaje son apasionantes.
Empieza un acercamiento tranquilo, sin tener que salvar roquedos y crestas, solo subir y bajar alguna cuesta. La última, la más inclinada, destaca por tener un pequeño bosquete de carrascas arriba. Mientras se llega, las vistas a paredes y espolones rocosos son envidiables.
Pic del Ferrer (898 m.), tan solo una piedra decorada con un anagrama sobre una roca marca la cumbre. Me zampo el almuerzo contemplando panorámicas de 360º, Tárbena a los pies del Castell dels Moros y la grandiosidad de la Aixortá, el Penyal de Ifach escondiéndose, y el resto de cresta por recorrer.
Proseguimos la marcha bajando un poco, el cordal de la sierra es ahora más transitable por lo que podemos seguir observando el paisaje con la Sierra de Bérnia cada vez más cercana, el Montgó saliendo de la bruma, y sin embargo el resto de crestería parece emerger de ella.
Los últimos farallones rocosos se esquivan por la izquierda, entre rocas sueltas y matorral bajo hasta alcanzar la torre eléctrica. La última vez que la vi estaba en pie, ahora le han sido aserradas sus cuatro patas metálicas derribándola. Damos la última mirada a Tárbena.
En este punto debemos comenzar a bajar por la izquierda, intentando trazar una diagonal hacia los bancales de cultivo, no hay una senda estricta, solo algún esporádico mojón. Es un tramo muy incómodo, al tener que salvar estrechas y constantes terrazas abancaladas en abandono.
Una vez alcanzados unos bancales de viña se llega a unas casas de campo y a un camino de tierra que seguimos por la izquierda. Las nubes del Bérnia parecen derramarse sobre sus crestas. El camino se abre paso entre bancales de almendros y casitas de aperos, todas ellas con aljibe cercano.
Dejamos el camino para atajar por otros bancales de viña de suelo firme, por los que se avanza con fluidez hasta llegar al Barranc del Repelat, que esquivamos bajando un poco. Al llegar a la Casa de Julie, de frente por la izquierda nace una antigua senda que nos conecta con la carretera CV-749.
Tenemos que caminar unos dos kilómetros por el asfalto hasta llegar a los restaurantes de Masserof y Casa Susi, en este último giramos a la izquierda por un camino de tierra, para luego por la derecha tomar una senda ciclista que tras un largo trayecto conecta con una carreterita.
Enseguida tenemos que dejarla por la izquierda, por un camino que se convierte en sendero y que va ascendiendo por el Barranc Negre, que más abajo pasa a llamarse de les Passules. Es un esforzado tramo con mucha humedad y que rodea la Penya de Coll de Rates hasta conectar con el sendero de subida inicial.
Cerramos el círculo de la ruta junto a los bancales y la casa El Massil, solo nos queda hacer el regreso por la Tebra, enlazando con la pista de tierra y llegar al Coll de Rates. Volvemos a tener el frontal de la Sierra del Ferrer mientras el sol va decayendo. Ha sido una ruta espectacular.
LA RUTA: La última vez que visitamos la Serra del Ferrer hace casi cinco años, fue desde el Caserío de Masserof por el Collado de la canal, recorriendo las crestas hasta la cima y bajar por la torre eléctrica. Tengo grandes recuerdos y buenas fotos de un día casi primaveral.
Encontré un Track de Toni Cama que hace la ruta desde el inicio de la cresta, donde hay tramos muy aéreos y expuestos, para en el regreso acortar por caminos sin mucho asfalto. Como siempre hay que dejar claro que estas rutas no son aptas para todo el mundo, tienen pasos arriesgados que requieren mucha experiencia.
Al final ha fallado el grupo y me he quedado solo, pero no he querido cambiar la ruta. Inicio desde el Coll de Rates cruzando la carretera y tomando el camino de tierra. El día no está muy claro, sobretodo en la costa, donde la bruma y las nubes bajas no terminan de levantar.
Después de una gran revuelta del camino, viene un desvío a la Tebra por la izquierda, por una senda con abundante vegetación, marcada con cintas de plástico, posiblemente haya habido una carrera. Aparece en el horizonte la Serra del Ferrer y Tárbena escondida entre las montañas.
Se debe bajar un poco para terminar de rodear la Penya de Coll de Rates, a la altura de los cuidados bancales de El Massil; llegar al inicio del cauce del Barranc Negre, donde tenemos espectaculares vistas al Puig Campana y Ponoig entre la bruma, y la Serra del Castell de la Solana algo más despejada.
Hay que remontar el incipiente inicio del Barranc Negre y directamente comenzar a subir por la ladera, por un empinado sendero muy claro entre la vegetación y que asciende con rapidez, dejándonos elevadas vistas del entorno, y frontales al primer morro de la sierra.
La vegetación arbórea va desapareciendo y el sendero es pura roca. Se gira un poco a la izquierda buscando el cordal de la sierra con facilidad, avanzando hasta un largo e inclinado pasillo rocoso, que una vez superado nos deja libre y despejado el cordal y la cresta de la sierra.
Las vistas, cada vez más aéreas, se amplían a los cuatro costados al tiempo que se progresa. Pronto se llega al primer punto de referencia, una antena de televisión caída y un cajón de madera que contiene sus accesorios, a su lado un pequeño ventilador, que no sé qué demonios hace aquí arriba.
En el siguiente trecho la cresta se aprieta y afina, hay que asegurar cada paso. Una vez llegado al Waypoint “Trecho muy aéreo” pliego los bastones y guardo la cámara en la mochila para tener las manos libres. Pero apenas recorro unos quince metros, la prudencia me recuerda que voy solo y que no debo seguir.
Sin tener que reprocharme nada, intento salir airoso de esta situación. Vuelvo atrás con mucha más lentitud de la que he llegado. Voy dándole vueltas a cómo proseguir la ruta; desde la antena recuerdo haber visto rastros de senda en la vertiente del Barranc del Llom, pero eso significaría casi iniciar de nuevo.
Hago un intento fallido al no haber bajada, y poco antes de la antena lo intento de nuevo, esta vez sí parece posible. Poco a poco, escalonadamente, pegado a las paredes y haciendo sencillos destrepes consigo llegar a tierra firme. Recupero los bastones y la cámara para continuar marchando por la base de la cresta.
Situado entre los dos espectaculares morrones, admiro los impresionantes pliegues rocosos que han moldeado esta sierra. Resulta sencillo, por los muchos agarres y apoyos que existen, ir trepando y subiendo hasta el segundo de los espolones; una vez arriba vuelven las tremendas panorámicas.
Vuelvo a estar en el cordal de la cresta. Compruebo visualmente el tramo que he renunciado a pasar, y es tremendo, muy afilado y vertical. Me siento satisfecho de poder proseguir. Sin tensiones, pero siempre mirando atrás, comprobando y admirando la agreste belleza de esta sierra.
Por delante tenemos una singular y amplia mirada a la sierra de Bérnia, con una delgada franja de bruma baja a sus pies. Alcanzamos el punto más elevado hasta ahora, 814 m., atrás las crestas predominan sobre la Vall del Pop mucho más alejada.
La fisonomía de las crestas va cambiando, ya no son tan pétreas, sino quebradas e irregulares, con el incomodo lapiaz y abundante matorral bajo. El mar se va aclarando y obtenemos una preciosa vista al Morro de Toix, la Oltá y al Penyal de Ifach que ahora vemos al completo.
Es preferible caminar por el filo de la cresta subiendo en ocasiones, y sorteando, en otras, algunos enclaves rocosos por la izquierda. Realmente es un espectáculo visual el tránsito por esta sierra, con apenas novecientos metros, por su situación, es uno de los mejores oteros de la provincia.
El GPS marca otro punto de referencia a los 839 m., para luego llevarnos por la izquierda, salvando un entorno de estrechas paredes verticales por las que no es necesario subir por su filo. De frente, ya tenemos a la vista el enorme morrón donde está ubicada la cumbre.
Seguimos esquivando puntiagudas agujas y planas losas verticales, donde la vegetación de coscoja y el matorral de romero son abundantes, también algunos ejemplares de pino han conseguido enraizarse entre las rocas y mantener el equilibrio en lo alto de los peñascos.
Por medio de un pasillo rocoso subimos a otro escollo y comenzamos a descender escalonadamente hacia un sendero que vemos abajo, en el Collado de la Canal. Tenemos magnificas vistas al Penyal de Ifach por un lado, y por el otro a todo el macizo de la Aixortá y Aitana.
Una vez pasado el Collado de la Canal, siguiendo el sendero por la derecha, comenzamos a remontar por la umbría una empinada cuesta entre las paredes, superada la elevación, por fin tenemos a la vista la cima de la Sierra del Ferrer. Las miradas al paisaje son apasionantes.
Empieza un acercamiento tranquilo, sin tener que salvar roquedos y crestas, solo subir y bajar alguna cuesta. La última, la más inclinada, destaca por tener un pequeño bosquete de carrascas arriba. Mientras se llega, las vistas a paredes y espolones rocosos son envidiables.
Pic del Ferrer (898 m.), tan solo una piedra decorada con un anagrama sobre una roca marca la cumbre. Me zampo el almuerzo contemplando panorámicas de 360º, Tárbena a los pies del Castell dels Moros y la grandiosidad de la Aixortá, el Penyal de Ifach escondiéndose, y el resto de cresta por recorrer.
Proseguimos la marcha bajando un poco, el cordal de la sierra es ahora más transitable por lo que podemos seguir observando el paisaje con la Sierra de Bérnia cada vez más cercana, el Montgó saliendo de la bruma, y sin embargo el resto de crestería parece emerger de ella.
Los últimos farallones rocosos se esquivan por la izquierda, entre rocas sueltas y matorral bajo hasta alcanzar la torre eléctrica. La última vez que la vi estaba en pie, ahora le han sido aserradas sus cuatro patas metálicas derribándola. Damos la última mirada a Tárbena.
En este punto debemos comenzar a bajar por la izquierda, intentando trazar una diagonal hacia los bancales de cultivo, no hay una senda estricta, solo algún esporádico mojón. Es un tramo muy incómodo, al tener que salvar estrechas y constantes terrazas abancaladas en abandono.
Una vez alcanzados unos bancales de viña se llega a unas casas de campo y a un camino de tierra que seguimos por la izquierda. Las nubes del Bérnia parecen derramarse sobre sus crestas. El camino se abre paso entre bancales de almendros y casitas de aperos, todas ellas con aljibe cercano.
Dejamos el camino para atajar por otros bancales de viña de suelo firme, por los que se avanza con fluidez hasta llegar al Barranc del Repelat, que esquivamos bajando un poco. Al llegar a la Casa de Julie, de frente por la izquierda nace una antigua senda que nos conecta con la carretera CV-749.
Tenemos que caminar unos dos kilómetros por el asfalto hasta llegar a los restaurantes de Masserof y Casa Susi, en este último giramos a la izquierda por un camino de tierra, para luego por la derecha tomar una senda ciclista que tras un largo trayecto conecta con una carreterita.
Enseguida tenemos que dejarla por la izquierda, por un camino que se convierte en sendero y que va ascendiendo por el Barranc Negre, que más abajo pasa a llamarse de les Passules. Es un esforzado tramo con mucha humedad y que rodea la Penya de Coll de Rates hasta conectar con el sendero de subida inicial.
Cerramos el círculo de la ruta junto a los bancales y la casa El Massil, solo nos queda hacer el regreso por la Tebra, enlazando con la pista de tierra y llegar al Coll de Rates. Volvemos a tener el frontal de la Sierra del Ferrer mientras el sol va decayendo. Ha sido una ruta espectacular.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 15,2 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 07:00
HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 898 M.
(Pic del Ferrer)
ALTURA MÍNIMA: 355 M.
(Carretera CV-749)
DESNIVEL POSITIVO: 720 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 720 M.
DIFICULTAD: DIFÍCIL.
DIFICULTAD: DIFÍCIL.
Mucho más que espectacular. Enhorabuena.
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