Posted by : Vaig a Peu sábado, 19 de diciembre de 2015

Las Simas de Partagat son diaclasas abiertas que delimitan bloques de grandes dimensiones (decamétrico a hectométrico de lado, con volúmenes en algún caso de más de 106 m3) que están sufriendo un desplazamiento lateral hacia la superficie libre del escarpe. Las simas de mayor tamaño tienen direcciones N140E y N55E. Se observan diversos grados de desarrollo; desde bloques con un desplazamiento incipiente hasta bloques con aberturas de 15-20 m y profundidades de varias decenas de metros. Este proceso es conocido como extensión lateral en rocas (Pasuto y Soldati, 1996). Su desarrollo está condicionado por la concurrencia de varios factores entre los que destacamos dos principales. Por una parte el macizo rocoso (calizas masivas eocenas) se encuentra afectado por varios juegos de diaclasas preexistentes, relacionadas con el plegamiento, que individualizan los bloques y controlan su morfología. Por otra parte, las margas eocenas infrayacentes actúan como un nivel de despegue que permite el desplazamiento lateral de los bloques calcáreos delimitados por las diaclasas. Debido a la estratificación masiva de las calizas y a su espesor, próximo a los 50 metros en este sector, las diaclasas alcanzan unas dimensiones espectaculares formando las Simas de Partagat. El proceso de extensión lateral es extremadamente lento como lo demuestra la existencia, en el interior de muchas de estas diaclasas, de rellenos de brechas cementadas y tapices de espeleotemas que alcanzan un espesor de varias decenas de centímetros. A pesar de la naturaleza carbonatada del macizo rocoso, los procesos kársticos de disolución juegan un papel secundario, casi inexistente, en relación con el desarrollo de estas simas. En la superficie de las fracturas es frecuente observar estrías con una destacada componente horizontal y otras de buzamiento. En algún caso puntual en el que se han observado estrías con ambas orientaciones en una misma superficie de fractura, las de buzamiento cortan a las que tienen una componente horizontal destacada. Esto es debido a que las estrías de buzamiento se asocian a los movimientos gravitacionales más recientes.

CÓMO LLEGAR: Por la Autopista AP-7 hasta Benidorm, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) / CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la CV-70 hacia La Nucia, Polop, Guadalest y Benifato. Antes de entrar al pueblo girar a la derecha por una estrecha carreterita que va a la Font de Partagat. Aparcar.
COMPONENTES: VICENTE Y PATRO.
ITINERARIO: PARTAGAT / BANCAL CEREZOS / CADENA / POZOS DE NIEVE / SUBIENDO / RODEAR ROQUEDOS / DIEDRO / CAMINO DEL MENHIR / CANCHAL DEL MENHIR / MENHIR / SUBIR CANCHAL / PLATAFORMA SUPERIOR / PASO A NIVEL SUPERIOR / BUCLE DE SUBIDA / EL ALTAR Y PEÑA ROJA / TREPADA Y FISURAS / CRUZAR SIMA / ALMORSSARET / PASSET DE LA RABOSA / SENDA FORATA / PENYA FORATA / TRINQUETE / CONEXIÓN PR / FONT DE L’ANOUER / PANORÁMICAS / SENDER BOTANIC / BANCAL CEREZOS / PARTAGAT.

LA RUTA: Aitana es bonita por los cuatro costados, pero por su interior también. Hemos hecho algunas variaciones sobre un currado Track de efegeeme para conocer a una Aitana desconocida. Sin subir a ninguna cima, vamos a recorrer su parte más agreste y derruida. Es una edición para coleccionistas.

La calificación de DIFÍCIL no es por sus trepadas, que son sencillas y asequibles, si no, por su intrincado recorrido. Hay muy pocos hitos y se hace necesario estar muy pendiente del Track en el GPS, para poder acceder a su parte alta,  esquivando con facilidad  el abrupto caos de las grandes moles rocosas.


Iniciamos desde la Font de Partagat, muy concurrida a estas horas. Hace un precioso día despejado y algo fresco. Seguimos por la ancha pista del PR que hace dos revueltas para situarnos arriba, en los bancales de almendros, con la mirada puesta en la grandiosidad de la Penya Alta.


El sol va iluminando diversos puntos de la montaña. Continuamos de frente, tomando altura hacia el gran paredón. Por detrás tenemos una preciosa mirada matutina a la Aixortá. Llegamos al bancal de cerezos donde se une la senda directa que viene de la fuente y comienza el Sender Botanic.


En ese punto, por la izquierda, veremos el camino de acceso a una pequeña casa cortado al paso por una cadena. Entrar, pasamos por delante de la bonita casa junto a un nogal, muy cerca del primer pozo de nieve de la Font Vella, medio derruido e invadido por exuberante vegetación.

Subimos arriba y por un pequeño bancal, se adivina una sendita a la derecha, mirando al enorme paredón de la Penya Alta, que nos dirige hacía el segundo pozo de nieve de la Font Vella, éste sin vegetación y en bastante mal estado. Entramos en una especie de canal pedregosa.

Continuar hasta que una roca grande corta el paso. Salimos de la canal subiendo por la derecha entre un gran cúmulo y desconcierto de rocas fragmentadas, dejando por la izquierda la impresionante pedrera lateral de la Penya Alta y luego, un farallón gris culminado por afiladas rocas.

Tenemos que seguir derivando a la derecha buscando una carrasca que corona la loma por debajo del farallón. Llegados a la carrasca descendemos hacia un gran roquedal en la parte baja. Es un tramo con menos obstáculos que nos permite observar al final de la pared rocosa, un espolón algo más separado.


Creemos que es el  gran “menhir”, una referencia rocosa por la que tenemos que subir. También vemos una triangular piedra en forma de pirámide con afiladas aristas. Pero aquella roca no es el Menhir. Comenzamos a virar hacia las paredes, entre un singular y agreste desbarajuste de rocas.


Al acercarnos frontalmente a las paredes empezamos a distinguir entre la barrera rocosa, un alto peñasco de punta cuadrada y roma que queda algo separado. El Track indica que esa es nuestra próxima referencia, el gran Menhir. Es bueno tener imaginación para las referencias.

El caos de rocas nos da la sensación de una montaña que se desmorona y se autodestruye, pero según los estudios geológicos, son desplazamientos laterales, y sus Simas pueden tener una edad del eoceno, más o menos 50 millones de años, o sea, que no se empezaron a romper ayer.

Este entorno umbroso, en donde predomina el gris casi metálico de las rocas, es un paisaje brutal, carente de tierra, donde solo algunas bojas y matorral bajo de hoja caduca logra enraizar además de las pequeñas hiedras, que adheridas a las rocas absorben su humedad.

Encaramos la subida a la gran muralla rocosa por la derecha del Menhir, donde tiene un angosto e inclinado pasillo cubierto por una torrentera de pedruscos de todos los tamaños. Al principio es mejor hacerlo hacia la izquierda buscando las piedras grandes que son más estables.


A medida que vamos subiendo el Menhir cambia de fisonomía, al principio parecía la cabeza de un oso, luego se distorsiona y le aparece por detrás una afilada y puntiaguda aguja. También le ha crecido un gracioso peluquín de matorral. Seguir subiendo hasta la parte alta.


Ahora para subir a la plataforma superior hay que hacer un bucle, es algo difícil de explicar, todo es intuitivo. GPS  en mano, se rodea una gran peña por su izquierda casi 180º, hasta que tenemos enfrente una peña de color rojo. Estamos en el nivel superior, por encima del Menhir y vemos una cresta zigzagueante.


Debemos dirigirnos hacia una peña roja, que a la izquierda parece taponada por un derrumbe de rocas. Hay que hacer una pequeña trepada para subir a lo alto, a un diminuto recinto apartado y místico. Ahora hay que pasar por la grieta o trepar por la roca lateral. Todo es sencillo.


Un último esfuerzo y estamos arriba. Objetivo cumplido. Tras un pequeño desconcierto logramos situarnos: Estamos al nivel de las Simas de Partagat, pero en el otro lado. Impresionante. Estamos alucinados, es una zona con preciosas perspectivas, digna de recorrer.


Tenemos que salvar el último escoyo, cruzar la gran Sima para llegar al otro lado. Aunque suene a escabroso es fácil de realizar. A unos pasos de donde hemos salido, comienza la gran Sima, y su inicio está taponado por enormes peñascos y rocas dejándola a un nivel muy asequible.


Bajamos entre las grandes piedras y admiramos la Sima desde su interior, donde comienza el vertical desplome y su serpenteante recorrido. Hacemos preciosas fotos y buscamos la subida en el otro costado, por un estrecho pasillo entre dos erguidas losas. Desde hoy podremos mostrar la otra parte de las Simas.


Almorzamos opíparamente en el césped. Al ser una subida directa se hace rápidamente, no iremos a la cima pero la alargaremos subiendo a la Penya Forata, a la que Patro hace tiempo que ha no subido. Al estar en el paso de los que vienen y van, conversamos con todos. Hace un magnifico día.

Iniciamos el regreso por el Pas de la Rabosa, por la senda del PR. Al tomar altura antes de llegar, tenemos una panorámica de la Penya Alta (1.505 m.), el inicio de la gran Sima y el rinconcito por donde hemos subido. Después, por delante, la clásica estampa de la Penya Forata.

Cruzamos por la rendija del Pas de la Rabosa y cambia el paisaje, Guadalest y la Aixortá están a la vista. Descendemos tranquilamente el grandioso pedregal. El Track que traemos propone un pequeño recorrido que ellos han dado en llamar el “Trinquete”  y al que iremos en bajar.

Una vez en la senda, a pocos pasos se distingue otra senda que asciende en diagonal por la izquierda, no está muy definida, se pierde y vuelve, pero se intuye. Hay que seguirla con cuidado para no resbalar, llegados al pétreo rellano el suelo es firme y no hay problema.


De frente tenemos el Forat de la Penya Forata. Un agujero con forma de círculo casi perfecto, de unos cuatro metros de diámetro y que  atraviesa la roca de parte a parte. Estamos dentro del símbolo de la Sierra de Aitana. Por el otro lado hay una vía que tras una trepada expuesta se llega cerca de la cima.


Al bajar, seguimos de frente sin senda, solo algún trazo y atentos al GPS. Comenzamos a ver algunos mojones. Está situado en tierra de nadie, entre la muralla rocosa y el Clot de Forata V (pozo de nieve). Son pasadizos entre rocas, donde se pueden realizar trepadas y destrepadas sencillas.

Decidimos dejar el “Trinquete”, después del recorrido disfrutado esta mañana se nos queda algo pequeño. Desde el derruido pozo de nieve, trazamos una diagonal sin senda bajando hasta alcanzar el trazado del Sender Botánic de la Rabosa, que proseguimos por la derecha.


Llegamos a la Font de l’Anouer y su transparente balsa de agua. La bajada se acelera y comenzamos a tener extensas vistas a la  Mallada del Llop, la Aixortá y al Penyó Rapel (1.209 m.) que con su espectacular desplome nos acompañará durante un largo trecho.


Tras rebasarlo cambia su fisonomía dando paso a unas paredes rojas y planas. El Bérnia aparece nítido en el horizonte y por la derecha empieza el espectacular desfile de los paredones de la umbría de Aitana, por los que esta mañana hemos discurrido entre su caótico mar de pedruscos.


Cerramos el círculo al principio del Sender Botánic, y en el bancal de cerezos giramos a la izquierda, por una senda que ataja cerca de una casa de campo hasta la Font de Partagat finalizando la ruta. Incomparable y singular recorrido, con una visión distinta de una Aitana, brutal y bella.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font de Partagat y Font de l’Anouer)
DISTANCIA: 7,3 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.488 M. (Simes de Partagat)
ALTURA MÍNIMA: 1.027 M. (Font de Partagat)
DESNIVEL POSITIVO: 645 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 645 M.
DIFICULTAD: DIFÍCIL.

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