Posted by : Vaig a Peu sábado, 3 de octubre de 2015

Las Cuevas de Canelobre están situadas en el interior de la Sierra del Cabeço d´Or, a 3 km de la localidad de Busot. Según las crónicas árabes encontradas en la zona y tras numerosos estudios históricos, se ha llegado a datar con exactitud el momento de su descubrimiento: el año 740 dC. Excavadas a lo largo de 7 millones de años por la acción del agua sobre la roca caliza, la boca original de entrada a la cueva se ubica a 630 metros de altura sobre el nivel del mar. Sin embargo, durante la Guerra Civil Española, se abrió otra entrada algunos metros más abajo. Ésta es la utilizada en la actualidad por los visitantes para acceder a ella. Canelobre fue lugar de refugio para las tropas Republicanas de Alicante, y utilizada como fábrica de aviones y polvorín. Allí, el ejército leal al Gobierno construyó tres plataformas metálicas para la construcción de los motores del famoso avión Polikarpov I-16 Tipo 5 y 6, llamado coloquialmente "Mosca". El túnel de entrada actual a las cuevas (de 150 metros de longitud) fue construido en esa época, para poder almacenar y reparar el material de dicho avión. Por desgracia, para llevar a cabo esos trabajos, el ejército republicano dinamitó gran parte de la cueva. Aún hoy se pueden apreciar los desperfectos de los barrenos en su cúpula, con la pérdida de miles de estalactitas y estalagmitas, hoy de gran valor geológico. Sería injusto culpar a la gente entonces, sumida en una cruenta y desesperada guerra con la nueva mentalidad que nos ofrecen 70 años de avances científicos y geológicos, pero una buena forma de imaginarnos la magnitud de los daños ocasionados por la dinamita es conociendo el proceso de crecimiento de las estalactitas: 1 centímetro cada 100 años. El futuro, en ocasiones, es un cruel y triste profesor de Historia. La temperatura media de la cueva es de 18º (calor en invierno y fresco en verano) y la humedad del 90%. Toda ella está desarrollada en calizas y calcarenitas de edad jurásica. Dada la singularidad tectonosísmica de esta zona, la Subdirección de Geofísica del Instituto Geográfico Nacional ha instalado en el interior de la cueva un sensor de la Red Sísmica Nacional. Posiblemente, los primeros visitantes árabes (cargados con rudimentarias antorchas y hogueras) no llegaron a calibrar las dimensiones de esta gran cavidad, ya que solamente con una potente iluminación bien distribuida se puede admirar su grandiosidad. Dentro de la cueva está la bóveda más alta de España, de 100 metros de altura. Durante su visita se pueden admirar las formas caprichosas que han ido tomando las diferentes concreciones, tales como: candelabros, medusas y órganos. La sala visitable, es un espacio de más de 80.000 m3. Las otras dos salas están reservadas para los espeleólogos. Se accede a ellas tras sortear varios cientos de metros de estrechos pasadizos y una caída libre de 60 metros de altura. De ellas aún no se han hecho fotografías, pero dicen los especialistas que son mucho más impresionantes que la principal. Su acceso se limita a la época estival, ya que en los meses de invierno se anegan sus accesos por torrentes de agua y manantiales. (Alicante Vivo)
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección Valencia, primera salida después del túnel de San Juan, dirección MUTXAMEL / XIXONA por la N-340. Salida por la derecha BONALBA / BUSOT por la CV-774, hasta nueva rotonda. Continuar por la CV-776 a las Cuevas de Canelobre. Aparcar en el lugar habilitado en la gran curva antes de llegar a la barrera.
COMPONENTES: VICENTE.
ITINERARIO: PLA DE LA GRALLA / SENDA A LA DERECHA / RACÓ DEL CALDERO / DESVÍO A LA DERECHA / PENYA NAPIA / CRESTA SOBRE EL FORAT / CONEXIÓN CON PR / CASA DEL POLSET / PASO HILARY / PASO ALEMANY / AVENC DEL MARQUÉS / CIM DEL CABEÇÓ / PASO ALEMANY / CRESTA IZQUIERDA / BAJAR CANALETA / CORDAL DE LA “V” / CASA DEL POLSET / CANAL DE L’HOMENET / PENYA FORAT Y PENYA MALENA/ CRUCE DESVÍO / PLA DE LA GRALLA.

LA RUTA: Precioso recorrido por el Cabeçó d’Or donde todavía quedan rincones por explorar. Hoy hemos hecho dos variantes en la clásica ruta por la Canal de l‘Homenet que nos han entusiasmado, inéditas para nosotros, y con unas vistas espectaculares. Aparentemente parecen osadas pero son puro senderismo.

Hace un día medio nublado pero no parece que vaya a llover, la temperatura es ideal. Antes de llegar al aparcamiento del Pla de la Gralla, hemos parado para hacer unas bonitas fotos a la estampa de la sierra del Cabeçó d’Or saliendo de las brumosas nubes que lo envolvían y con los dorados rayos del sol al amanecer.

Ya hay varios corredores calentando. Iniciamos por el camino que va hacia el Racó de Seva. El punto exacto del primer desvío es a unos 400 m., en una pequeña bajada donde a la izquierda está el camino que va al Mas de Gralla y al subir de nuevo, junto a un chalet a la derecha que tiene dos pilares de ladrillo rojo.

Un mojón de piedras inicia la senda que serpentea por la izquierda, subiendo unos terraplenes hasta introducirnos en el bosque de pinos con abundante matorral bajo. En la continua  subida nos vamos abriendo paso entre los pinos, tras los cuales, un enorme peñasco va ocupando toda nuestra visión.

Antes de entrar en el Racó del Caldero y por lo tanto en la Canal de l’Homenet, tenemos que salirnos a la derecha, no hay mojones, pero se intuyen rastros de senda que una vez fuera de la Canal se va reafirmando y aparecen los primeros mojones. La subida se encrespa con el fuerte desnivel.

Pequeñas rampas y zigzag nos ayuda a superar este primer tramo esquivando alguna pedrera, en dirección a los enormes contrafuertes de la sierra. Poco a poco vamos perdiendo la visión de la Canal que queda como una brecha rocosa a nuestra izquierda hasta que dejamos de verla.

En este tramo la senda es algo confusa al estar poco utilizada, tiene varios ramales pero todos confluyen arriba en un pequeño collado. Comenzamos a rodear los inmensos paredones de la Penya Cacha (865 m.) por la derecha. Mirando hacia abajo vemos el inicio de la senda y el desnivel superado.

Tras los paredones vienen una serie de farallones rocosos hasta el collado. Los promotores de esta senda han bautizado uno de ellos, al que se toma de referencia pasando por su lado para llegar arriba; como la Penya Napia, la cual se asemeja al perfil de una cara con una enorme nariz.

A medida nos vamos acercando a ella, el perfil se distorsiona cambiando de imagen a cada paso que damos, aparece un gran agujero donde terminaba la nariz, para acabar siendo un curioso pivote rocoso perforado que forma parte de la gran barrera peñascosa, portentosa desde esta posición.

Seguimos esforzándonos hasta culminar en el collado. Pese a la nubosidad las vistas son espectaculares,  inéditas para nosotros. Estamos apostados muy cerca de la cresta que hay encima de las Cuevas de Canelobre, la que está perforada por un gran agujero. De hecho vamos a hacer una pequeña incursión.

Desde el collado nos vamos por la derecha, se intuye una sendita que sube por las primeras rocas y cuando hay que crestear lo hace por la izquierda. Al tomar altura y ladearnos, las vistas se amplían, tenemos una mirada completa y vertical de la Canal de l’Homenet en la que podemos ver su espeluznante desnivel.


Avanzamos sin dificultad por montículos de la cresta, en uno de ellos descubro por casualidad una pequeña culebra que va buscando el sol. Llegamos hasta el punto máximo transitable a “mano”, sin tener que utilizar artilugios de escalada. Preciosas vistas al litoral y al resto de la cresta.


Vamos regresando al collado con nuevas miradas a la montaña. Proseguimos por la izquierda, por senda más nítida, por encima de la Penya Cacha y cerca de las ruinas de un corral, lomeando entre los pequeños pinos en busca de la senda oficial del PR-CV 2, que viene por la derecha desde el Pla del Cabeçó.

Una vez enlazamos con ella, marchamos por itinerario conocido subiendo entre vegetación más abundante hasta alcanzar a la Casa del Polset y su reducido pozo de nieve. Llega otro senderista que me pregunta si he subido por la Cresta de Canelobre, puesto que me ha visto arriba de ella.

Este será también el punto de enlace al regreso, donde se unen los dos círculos, puesto que el trazado de la ruta forma un “ocho”. Nos fijamos en la crestería de enfrente, donde hay una pequeña muesca en forma de “V” que me tiene intrigado, ya que en la variante de regreso pasaremos muy cerca.


Continuamos por la senda habitual del PR, que hace varias rampas elevándose por la ladera hasta llegar a las paredes, donde nos conduce por un estrecho pasillo entre las rocas y la vegetación de coscoja con algún madroño, para llegar al paso Hilary, con una sencilla y fácil trepada en la roca.

Bajamos un poco para rebasar el escalón rocoso de Alemany, y ganar la solana con las vistas al mar. Es una zona poblada de matorral bajo debido a que antiguos incendios la arrasaron varias veces. El sendero continúa por la izquierda, cerca de la arista hasta el Avenc del Marqués, pequeña sima dentro de una caseta.

Desde este punto seguimos rodeando la parte alta de la montaña; hacia atrás vemos en la larga cresta la muesca de la “V”, poco después llegamos al aljibe, cuya bóveda de ladrillo ha sido destruida en su totalidad, hay actos vandálicos que son poco comprensibles. A unos metros tenemos el vértice geodésico de la cima.


Cabeçó d’Or (1.209 m.), la pequeña plataforma de cemento en la que se apoya el punto geodésico se está desmoronando con peligro de caer derribado. La nubosidad acorta las miradas, las montañas parecen vistas en 3D, pero en el mar se reflejan algunos rayos de sol que se cuelan entre las nubes.

Tras el almuerzo comenzamos el regreso deshaciendo camino hasta el paso Alemany, donde dejamos el PR que se va por la derecha, y nosotros continuamos de frente subiendo por la cresta o por algunos trazos a la izquierda. Tenemos soberbias panorámicas hacia a la cumbre.


Pendientes de la cresta, nos pasamos de frenada y tenemos que retroceder un poco hasta el inicio de la canaleta de bajada por la derecha. Son unos ocho metros de destrepe escalonado y con muchos agarres.  Continuamos sin senda definida cerca de las paredes pasando por debajo de la “V”.

Sorteamos la cerrada vegetación de pequeñas carrascas y un florido madroño, en pos de un escalón que superamos bajando un poco para volver a subir. Una vez arriba, el camino es franco y sin vegetación, una especie de rellano que nos permite asomarnos al precipicio sin riesgo.


Las miradas laterales son asombrosas. Disfrutamos admirando un pequeño circo de paredes verticales que forma la cresta en este lado. Vemos la muesca de la “V” en el centro de la rocosa muralla. Es la manera más sencilla de contemplar este espectáculo sin utilizar material de escalada.


Proseguimos el cordal descendiendo por una suave y pateada senda en dirección sur, hasta que divisamos la casa del Polset  y el espolón de l’Homenet. Entonces giramos a la derecha, bajando por la empinada ladera para llegar a la casa. Volvemos a tener vistas del gran espolón de la cumbre.

Entre la casa y el pozo de nieve cogemos otra senda sin marcar que sube un poco entre los pinos para bajar bruscamente y situarnos a la entrada de la Canal, donde a nuestra derecha, vemos el enorme espolón de l’Homenet y el resto de formaciones rocosas que componen un encajonado y vertical pasillo.

Con un desnivel tan fuerte y exigente, debemos tomar precauciones para no resbalar en un trazado de pequeñas y continuas rampas, con un suelo descompuesto y con muchas piedrecitas sueltas. Pese a ello, la belleza de las paredes es increíble. De vez en cuando miramos hacia arriba asombrados del nivel bajado.

A media bajada entre las estrechas paredes la vegetación es más abundante, aparecen algunos pinos y matorral alto, por lo que el sendero zigzaguea mucho más para esquivarlos y su piso es de piedras de mayor tamaño, tipo torrentera que lo hace muy incomodo. Hay que ir haciendo descansillos para aliviar las rodillas.


Alcanzamos la parte más bonita de la Canal con la Penya Forat (815m.) un vertical y abrupto espolón, que a medida que nos vamos acercando nos deja ver el agujero que la atraviesa en su parte más alta, es como el ojo de una gigantesca aguja; y en el otro lado, la Penya Malena (875 m.) con sus paredes de escalada.

Poco a poco el desnivel se va asentando y los pinos aumentan de tamaño. Pronto llegamos al cruce de esta mañana con el desvío a la Penya Napia, que ahora seguimos de frente hasta la pista de tierra, que tomamos por la izquierda para finalizar en el Pla de la Gralla. Un montañero camina sobre el agujero de la cresta de las Cuevas de Canelobre.
RECORRIDO: CIRCULAR, EN FORMA DE OCHO.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 7,6 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:45 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.209 M. (CIM del Cabeçó d’Or)
ALTURA MÍNIMA: 512 M. (Pla de la Gralla)
DESNIVEL POSITIVO: 721 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 721 M.
DIFICULTAD: ALTA.


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