Posted by : Vaig a Peu sábado, 6 de junio de 2015

El Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre se sitúa en el sur de la Región de Murcia, en la porción occidental de la costa murciana. Su vertiente litoral, bañada por las aguas del Mar Mediterráneo, se extiende a lo largo de más de 17 km, con una superficie de 1.032,21 Has. sobre tierras de Águilas y Lorca. Los límites naturales quedan definidos por Calabardina, al sur; Puntas de Calnegre al noroeste y el Lomo de Bas, que constituye la barrera norte del Parque, quedando el flanco este bañado por el mar. Cabo Cope ha sido designado Zona de Especial Protección para las Aves  (ZEPA), y junto con Puntas de Calnegre han sido propuestos como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) para formar parte de la Red Natura 2000. Una amalgama de materiales y estructuras geológicas confluyen aquí; calizas en Cabo Cope y filitas en Calnegre, así como dunas fósiles, playas y acantilados son algunos de sus elementos físicos más interesantes. En el norte del Parque aparecen los relieves de fuertes pendientes del Lomo de Bas, que llega a superar los 600 metros de altitud, hundiéndose en el mar, donde forma una costa acantilada con pequeñas calas. Los materiales aquí son de naturaleza metamórfica, con pizarras y cuarcitas. La mole de Cabo Cope se eleva al sur del Parque. Surge de las aguas y alcanza su cota máxima a los242 metros de altitud. Los materiales aquí son de origen sedimentario, y las calizas crean un relieve abrupto y una costa acantilada. Entre los relieves que cierran los flancos septentrional y meridional del Parque queda una zona de escasa pendiente surcada por varias ramblas. En la línea de costa se conserva una interesante formación de dunas fósiles. Los restos de la presencia del hombre en estas tierras contribuyen a enriquecer aún más el patrimonio del Parque. Ya en tiempos prehistóricos, las cuevas eran aprovechadas, como lo atestiguan algunos restos encontrados y datados en el Neolítico. También hubo un asentamiento argárico en el Cerro de la Cruz. A los pies del impresionante Cabezo de Cabo Cope se mantienen en pie los restos de una antigua ermita del siglo XVIII, y a media ladera, difícilmente identificables, quedan vestigios de una muralla defensiva. Pero es la Torre de Cope, edificada en el siglo XVI, el elemento histórico más singular. Se levantó esta torre defensiva en tiempos turbulentos con el objeto de alertar y proteger a la población, mayoritariamente de ganaderos y pescadores, contra las incursiones de los piratas berberiscos. De tiempos más recientes son algunas instalaciones militares como el Cuartel de Siscal. El paisaje actual en el entorno del Parque es el resultado de la actividad del hombre para su aprovechamiento. Actividades tradicionales, como la pesca, practicada en Puntas de Calnegre, o la agricultura, están dando paso a otras como el turismo y la agricultura bajo plástico.

CÓMO LLEGAR: Por la A-7 a Murcia, hacia Águilas, Calabardina y Cabo Cope.
ITINERARIO: TORRE DE COPE / MIRADOR / PILÓN / BAJAR / SUBIR / COCÓN DE COPE / DESCENSO / CAMINO PR / TORRE DE COPE.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.

LA RUTA: Faltan quince días para la entrada oficial del verano pero el calor hace una semana que ha llegado, y parece que para quedarse. Hoy empieza la temporada veraniega; seguiremos descubriendo nuevos senderos y escondidos lugares, pero que estén dentro de un entorno marino, para disfrutar de la brisa, de un baño y de alguna cerveza.

Los estrenos suelen ser espectaculares, y hoy lo ha sido. La elección de Cabo Cope ha supuesto un acierto  senderista, pese a sus 244 m de altitud, que nadie se lleve a engaño, es una ruta muy montañera y para la que aconsejo llevar calzado adecuado, botas o zapatillas con suela muy adherente.

Iniciamos desde la Torre de Cope, levantada a lo largo del siglo XVI, dado el interés del concejo de Lorca por ejercer un control decisivo sobre sus espacios costeros, asolados por corsarios norteafricanos de origen musulmán, quienes capturaban a pescadores y pastores  por aquellas fechas. Su ajetreada historia le dio por fin un aspecto singular. Pasó de una simple torre en origen a un pequeño fortín en la segunda mitad del siglo XVII.


A pocos metros se encuentran los restos de la ermita de Cope, que visitaremos al regreso. El PR se eleva y la rodea por la izquierda junto a una finca. Dejamos atrás las estribaciones del cabo y el mar; caminamos en dirección a Calabardina paralelos a las laderas de la montaña que parecen sembradas de matorral de esparto.

Mirando hacia atrás vemos la solitaria Torre de Cope en la pequeña ensenada, y por delante un despejado sendero en suave ascenso con algunos ondulados montículos en las laderas. Pronto tenemos a la vista de nuevo al mar. Estamos atravesando el istmo de la diminuta península que forma el Cabo Cope.

Alcanzamos un pequeño mirador, un rellano sobre una barranquera por donde el PR nos deja y baja hasta la playa. Las vistas a Calabardina, sin bañistas a estas horas, son preciosas, y se amplían sobre el mar hasta la isla del Fraile en las inmediaciones de Águilas y sus edificios turísticos.

El sendero continúa sin marcas y en ascenso, ensanchando las miradas al litoral. En el pequeño embarcadero de Calabardina, distinguimos un numeroso grupo de buceadores preparando sus pertrechos para embarcar en tres lanchas zodiac y sus monitores que les guiarán en sus inmersiones.

Tomamos como próxima referencia un enorme pilón de obra situado más arriba. La senda se encrespa y serpentea entre las matas de esparto hasta lograr su alcance. Es de base cuadrada, tiene más de dos metros de altura y la parte superior esta derruida. No he encontrado ninguna reseña de su construcción.


Desde esta nueva posición, las miradas al mar se agrandan más allá de la costa. El sendero prosigue bordeando el acantilado sin perder altura y nos acerca hacia las grandes paredes rocosas, que en el Cabo Cope son de origen calizo. La fuerte erosión producida por el aire y el agua las ha corroído en exceso.


A medida que vamos girando perdemos la visión de la costa. Prácticamente estamos situados a la altura de la isla del Fraile. Las tres embarcaciones de buceadores parecen haber llegado a su destino y están fondeando muy cerca de las rocas, a nuestros pies. Seguimos virando a la izquierda.

 En un momento dado, con la visión al frente de una redondeada roca que emerge del mar, y pegados a las paredes calizas, el sendero comienza a descender por la derecha, apenas hay algún mojón visible. Es una bajada pedregosa en la que hay que extremar las precauciones, el calzado con buena suela es vital.









Bajamos hasta un farallón rocoso, separado de la montaña por una grieta por la que tenemos que pasar. En la otra parte el paisaje cambia por completo, ya que la roca caliza forma cárcavas y abrigos espectaculares. Seguimos perdiendo altura hasta que rodeamos el peñón y aparece otro más escorado.

Termina el sendero y tenemos que comenzar a subir por la izquierda, por la ladera que une los dos montículos formando un collado mucho más arriba. No hay una senda definida ni mojones que la reafirmen, se pierde constantemente, mejor seguir a golpe de GPS, ladeándonos un poco a la izquierda.


Es quizás la parte más dura de la ruta, por el fuerte desnivel y no haber un camino claro. Ascendemos entre un mar de matorrales de esparto que suavizan el esfuerzo al sujetar y dar firmeza al suelo, que de otra forma sería más resbaladizo. Entre respiro y respiro observamos la población de Águilas que emerge tras los pivotes montañosos.


Llegamos al collado. Paradójicamente hacia el interior no vemos el mar. Las colinas forman una especie de “pequeño circo” con una vaguada en el centro, donde se unen las ramblas, que en las lluvias desaguan por el sur. Son lomas redondeadas cubiertas de matorral, mayoritariamente de esparto, que la brisa cimbrea como espigas doradas de trigo.

Seguimos por la izquierda, donde vemos el punto geodésico, en leve descenso buscando la vaguada; la senda va y viene, se trata de  que sin llegar al fondo, arribar a los acantilados del Este, de menor altura, para diagonalmente arribar a la cumbre. La última parte del sendero está muy definida.


Cocón de Cope (244 m.) punto más elevado de esta mini península que se asoma al mar. Desde este punto tenemos admirables vistas a ambos lados del cabo: la bahía completa de Calabardina hasta Águilas, y en el otro lado, la Torre de Cope y las diminutas calas de Calnegre. Almorzamos extasiados ante tal espectáculo.

Emprendemos el regreso deshaciendo parte del sendero para comenzar a remontar por la otra vertiente de los acantilados. Una vez arriba, vamos recorriendo las ondulaciones de las lomas en suave descenso. Damos las últimas miradas a cima del Cocón y a Calabardina que queda a sus pies.


Vamos girando hacia el sur, conquistando pequeñas lomas desde las que el paisaje se centra en las diminutas Puntas de Calnegre por la izquierda, y por la derecha, en las inclinadas  y doradas laderas pobladas de esparto, que se unen en la rambla central formando un solo canal de desagüe.


Por delante tenemos los lomos de la parte delantera del cabo que se adentra en el mar; la rambla se torna más profunda y vertical para caer en picado buscando su salida al mar. Las vistas desde esta punta son impresionantes. Un mar azul intenso, y las preciosas calas a ambos lados.

Comenzamos a descender por la izquierda. Hay varios mojones visibles que lo indican; el sendero se pierde al principio, pero debemos escorarnos un poco a la derecha, hasta que vuelve a reafirmarse. Nuestra referencia es el camino que vemos abajo. Perdemos de vista la parte oeste.

Este es otro punto en que el calzado adecuado, nos dará mayor seguridad en esta inclinada bajada. Llegados al camino, retomamos el PR y por la izquierda continuamos para cerrar el círculo. Dejamos a la derecha el Cerro de la Cruz o las cabritas, con restos de un poblado de cronología Bronce Argárico.


Nos pegamos a la sierra para subir un poco, evitando los acantilados; pasamos cerca de los nimios restos de la muralla de Cope y llegar a un pequeño mirador en la playa de la Ensenada de la Fuente. Por encima de la cala nos deslizamos por delante de un privilegiado chalet, y llegamos a la ermita de Cope.

Parece ser que ya existía en el siglo XVI, ya que la torre se construyó en esta época, y desde entonces pescadores y pastores constituían el vecindario de dicha torre a cuya guarnición abastecían de productos, por lo que la construcción de la ermita era para dar servicio religioso los domingos y festivos a los pocos habitantes de la zona y a la propia guarnición del bastión.

Junto a la Torre de Cope cerramos esta estupenda ruta de vistas espectaculares. Nos ponemos más cómodos y con el coche partimos hasta Calabardina, donde tras un refrescante baño, nos tomamos un aperitivo en su chiringuito. La cala está a rebosar, pero con un ambiente familiar.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 7,8 KM.
TIEMPO: 03:20 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 244 M. (Cocón de Cope)
ALTURA MÍNIMA: 0 M. (Nivel del Mar)
DESNIVEL POSITIVO: 380 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 380 M.
DIFICULTAD: MODERADA.


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