Posted by : Vaig a Peu domingo, 3 de noviembre de 2013

Desde hace varios años, al llegar el otoño preparamos un viaje para conocer nuevos hayedos. Hemos estado en Irati (Navarra), la Sierra del Rincón (Madrid), El Retaule (Castellón/Tarragona), Cameros (La Rioja) y este año en Vegacervera (León). ¿Qué es un hayedo? Un bosque de hayas. El haya (Fagus sylvatica) alcanza su esplendor en los primeros días del otoño, cuando antes de caer sus hojas cambian de color con múltiples tonalidades entre el verde-amarillo-rojo-marrón. Es una delicia cromática para los sentidos caminar por estos bosques húmedos entre ríos y arroyos, hongos y setas, esperando que aparezca un gnomo o duendecillo. Todo un espectáculo visual.
En Vegacervera nos hemos alojado en un precioso hotelito rural: La Chouza Verde. Regentado por Aurora y Mariano que han hecho muy especial nuestra estancia.


Hay vestigios de castros para quien busque las señas de los astures. Roma dejó no pocas pistas, que en estas tierras son sobre todo puentes y calzadas. Y en la Edad Media se escribió la historia principal, con repoblaciones, concejos vecinales y abadengo secular, lo que supuso, por ejemplo, que los 19 varones casados según el censo de 1751 fueran hidalgos. Vegacervera (en cuyo nombre se hace referencia a la tierra de ciervos que fue un día, de la misma forma que Valporquero indica la profusión de jabalíes -puercos de monte-) tuvo hospital de peregrinos y un marqués  de Fuente Ayuelo. La historia mejor conservada, amén de sus ricos archivos parroquiales, pervive hoy en el dibujo de la arquitectura tradicional de todos estos pueblos que componen hoy el municipio de Vegacervera: Coladilla, Valporquero, Valle de Vegacervera y Villar del Puerto. Son casas sólidas, casi herméticas, de piedra labrada o canto rodado, casi siempre con corral interior y solanera, integrando además los espacios destinados al ganado (cuadras para las vacas y cortes para las ovejas). Los conjuntos urbanos de estos pueblos preservan en gran parte sus viejos estilos y técnicas de edificación.

Antes de llegar hemos visitado la capital, León. Tenemos aparcamiento cerca de San Marcos y nos dirigimos a su grandiosa explanada. Viejos recuerdos de mis rutas jacobeas vienen a la mente. Sentado junto a la estatua del Apóstol Santiago contemplo esta maravillosa obra: Los orígenes de este edificio se encuentran en el siglo XII, cuando en tiempos de Alfonso VII de León, la infanta Sancha de Castilla realizó una donación destinada a la construcción de un modesto edificio a las afueras de la ciudad amurallada y a orillas del río Bernesga, en el cual pudieran “hospedarse los pobres de Cristo”, convirtiéndose así en un templo-hospital para refugio de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Asimismo, el edificio fue la residencia principal en el reino de León de la Orden de Santiago. En 1176 fue elegido el primer prior, y en 1184 recibió sepultura en su iglesia el primer maestre general de la Orden de Santiago.

En el siglo XVI, el edificio medieval se hallaba en mal estado, por lo que se derribó y se realizó una nueva obra gracias a una donación de Fernando el Católico en 1514. Los arquitectos designados para esta obra fueron: Juan de Orozco (iglesia), Martín de Villarreal (Fachada) y Juan de Badajoz el Mozo (claustro y sacristía). Sin embargo, hasta bien entrado el reinado de Carlos I no se inició la nueva obra. Se sabe que en 1537 se construyó el lienzo de la fachada principal del convento desde la entrada hasta la iglesia, que fue consagrada en 1541. En los años siguientes, Orozco construye las esculturas de la fachada, se realiza el coro, y en 1549, Juan de Badajoz terminó la sacristía. Los trabajos fueron suspendidos en 1566 por el traslado de la comunidad a Calera y luego a Mérida, pero el regreso de los frailes a San Marcos en 1602 dio impulso a la continuación de la obra. En 1615 se construyó la escalera y en 1679 se concluye la parte del claustro que aún faltaba. Finalmente, entre 1711 y 1715 se realiza una gran ampliación del edificio, levantándose otro lienzo que va desde la entrada principal hacia el río, hasta rematar en la torre palaciega. Este nuevo lienzo imita perfectamente el construido en el siglo XVI, no notándose apenas diferencia artística entre ambas mitades de la fachada.

Su fachada es una perla del plateresco español. Es de un solo lienzo con muro de dos cuerpos y dos pisos, rematado en crestería calada y candeleros. El primer cuerpo posee ventanas de medio punto y pilastras platerescas, el segundo balcones y columnas con balaustradas. En el zócalo se presenta medallones con personajes greco-latinos y de la Historia de España (Hércules, Príamo, Héctor, Alejandro Magno, Aníbal, Julio César, Trajano, Judith, Lucrecia, Isabel la Católica, Carlomagno, Bernardo del Carpio, el Cid, Fernando el Católico, Carlos I y Felipe II). En el sobre zócalo se representan cabezas de ángeles. La torre palaciega data del 1711 al 1714. Está decorada con cruz de Santiago y un León y presenta cuatro frisos con entablamento. La portada y entrada principal tiene dos cuerpos más peineta de estilo plateresco, aunque en el siglo XVIII son añadidos elementos barrocos. En el primer cuerpo hay un gran arco de medio punto con roseta e intradós decorado. La clave es de tipo exaltado representando a San Marcos. Hay medallones con inscripciones bíblicas y un altorrelieve de Santiago triunfante en la batalla de Clavijo. Posee un vano de estilo barroco, con el escudo de armas de Santiago y los del Reino de León. En la peineta están representados el Escudo de armas reales y una estatua de la Fama, obra de Valladolid. Arriba hay un óculo en forma de rosetón coronando la portada.

Por la Alameda y la Avenida de Ordoño nos dirigimos  a la Catedral, hemos pedido información en la Oficina de Turismo y nos han dicho que la Cueva de Valporquero permanece cerrada de lunes a miércoles y abre de jueves a domingo. O sea, que si no lo hacemos hoy no podremos verla. Así que dejamos la visita a la Catedral para mañana, tomamos unos aperitivos en el Barrio Húmedo y nos vamos a la cueva.


DÍA 4-11-2013
Al día siguiente, aprovechando que la mañana está lluviosa hacemos la visita a la Catedral: Está construida sobre el solar de unas termas romanas del siglo II que, 800 años después, el emblemático rey Ordoño II convirtió en palacio. Sus puertas, su impresionante rosetón, el coro (uno de los más antiguos del país) y la delicadeza de algunas figuras, como la venerada Virgen Blanca (original en el interior) que preside el trasiego de caminantes, son referentes imprescindibles que el visitante no debe perderse.

La Catedral de León, dedicada a Santa María de la Regla, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1844. Se la conoce como "Pulchra Leonina" y es una obra maestra de la arquitectura gótica iniciada a mediado de siglo XIII bajo la dirección del maestro Enrique. A finales del siglo XVI se hallaba prácticamente concluida. Se construyó sobre el solar de unas termas romanas del siglo II que luego Ordoño II convirtió en palacio real en el siglo X.

Uno de sus atractivos es la fachada principal que escolta las torres de las campanas y la del reloj. El interior es una bella confluencia de arquitectura, pintura, escultura y otras artes. No hay que olvidar que el trascoro renacentista tiene esculturas de alabastro y que el coro es obra de tres grandes artistas: Jusquin, Copin de Holanda y Juan de Malinas. Sobresale la reja plateresca en la pared posterior al sepulcro del Rey Ordoño.

Presenta tres portales decorados con esculturas y estatuas en los arcos ojivales entre las dos torres. La parte central consta de un gran rosetón. Sobresale la imagen de la Virgen Blanca y el 'Locus Apellatiore', donde se impartía justicia.

Sus casi 1800 metros cuadrados de vidrieras están considerados entre los mejores conjuntos vitrales del mundo (XIII-XV). En la Capilla Mayor destaca un retablo de Nicolás Francés (XV) y una urna de plata con las reliquias de San Froilán, patrono de la ciudad, que es obra de Enrique de Arfe. El claustro, del siglo XIII y XIV, muestra singulares detalles escultóricos en los capiteles, frisos y repisas.

El museo catedralicio reúne una gran colección de arte sacro y otros temas. Hay cerca de 1500 piezas con 50 tallas románicas de la Virgen, desde la prehistoria hasta el neoclasicismo con obras de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Mateo Cerezo, un tríptico de la Escuela de Amberes, Biblia mozárabe y numerosos códices.

No me resisto a mostraros fotos de las artísticas gárgolas de la Catedral. Las figuras demoníacas y personajes del averno, que hoy con la lluvia y cumpliendo su misión de desagüe, parecen más monstruosas que nunca.



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